Re: ¿Necesito ser teólogo para conocer a mi Señor?
Por primera vez desde que llegué a este foro, hallo profundas reflexiones que me hacen ver lo infinitamente magnánimo que Dios es, dejándonos concebir solo una embarradita de Su amor. Sería hasta peligroso que Dios nos muestre Su gloria total en nuestro actual estado de humillación, porque no hay hombre que sea capaz de ver cara a cara al Señor y pueda vivir para contarlo. No estamos listos aún para eso.
Necesitamos una transformación total de nuestra mente y entendimiento, lo cual se logra ejercitando nuestro ser -espíritu, alma y cuerpo- en esta renovación de la que Dios habla a través del apóstol pablo. Nosotros, de propio, no podemos solos, aún teniendo la voluntad de hacerlo, inclusive nuestro propio corazón puede jugarnos una mala pasada, haciéndonos deslizar del Camino sagrado. ¿no les parece raro? El mismo corazón, del cual mana la vida, es engañoso y perverso... Por algo es que Dios nos pide dárselo.
Tenemos que enseñarnos a conocer a Aquel que es y será todo en todo. Por eso es importante la teología... acompañada de espíritu de sabiduría y revelación. ¡Quiera el Eterno poner este deseo inquebrantable de conocerle por la Palabra viva! El conocimiento de esta verdad viene al entender que Dios es bueno y tres veces santo...
Cristo, en Su unidad con el Padre, nos muestra esta naturaleza singular que puede salvar al más miserable de los homicidas. De haberlo querido el Señor de todo, ni siquiera estaríamos aquí, más por misericorida, porque al Eterno le ha dado gusto compartirnos de Su gloria, es por eso que las voluntades nuestras se unen, intercambiando ideas y vivencias, alentándose unos a otros a la espera del Amado.
Agradezco las respuestas de todos aquellos que han hallado un remanso de paz profunda, no porque tú o yo seamos algo, sino por el simple hecho de que Dios junta Su rebaño. Pronto vendrá el Pastor; seamos capaces de oír Su voz y seguirle, porque en el Carpintero tenemos nuestra única forma de salvación... culminada en el monte calvario, lugar donde el enemigo fue expuesto en derrota total.
Por primera vez desde que llegué a este foro, hallo profundas reflexiones que me hacen ver lo infinitamente magnánimo que Dios es, dejándonos concebir solo una embarradita de Su amor. Sería hasta peligroso que Dios nos muestre Su gloria total en nuestro actual estado de humillación, porque no hay hombre que sea capaz de ver cara a cara al Señor y pueda vivir para contarlo. No estamos listos aún para eso.
Necesitamos una transformación total de nuestra mente y entendimiento, lo cual se logra ejercitando nuestro ser -espíritu, alma y cuerpo- en esta renovación de la que Dios habla a través del apóstol pablo. Nosotros, de propio, no podemos solos, aún teniendo la voluntad de hacerlo, inclusive nuestro propio corazón puede jugarnos una mala pasada, haciéndonos deslizar del Camino sagrado. ¿no les parece raro? El mismo corazón, del cual mana la vida, es engañoso y perverso... Por algo es que Dios nos pide dárselo.
Tenemos que enseñarnos a conocer a Aquel que es y será todo en todo. Por eso es importante la teología... acompañada de espíritu de sabiduría y revelación. ¡Quiera el Eterno poner este deseo inquebrantable de conocerle por la Palabra viva! El conocimiento de esta verdad viene al entender que Dios es bueno y tres veces santo...
Cristo, en Su unidad con el Padre, nos muestra esta naturaleza singular que puede salvar al más miserable de los homicidas. De haberlo querido el Señor de todo, ni siquiera estaríamos aquí, más por misericorida, porque al Eterno le ha dado gusto compartirnos de Su gloria, es por eso que las voluntades nuestras se unen, intercambiando ideas y vivencias, alentándose unos a otros a la espera del Amado.
Agradezco las respuestas de todos aquellos que han hallado un remanso de paz profunda, no porque tú o yo seamos algo, sino por el simple hecho de que Dios junta Su rebaño. Pronto vendrá el Pastor; seamos capaces de oír Su voz y seguirle, porque en el Carpintero tenemos nuestra única forma de salvación... culminada en el monte calvario, lugar donde el enemigo fue expuesto en derrota total.