< MADRID, 14-11-2003 (ESD/ACPress.net). La visita del Papa a España ha dado
para muchas condecoraciones. Si el 13 de octubre se impusieron en la
Nunciatura Apostólica las de la Iglesia al Gobierno, el pasado miércoles
correspondían en La Moncloa las del Gobierno a la Iglesia católica como un
acto de despedida de José María Aznar ante las autoridades católico-romanas.
Se felicitó por haber mantenido la normalidad y disminuido los motivos de
conflicto. Normalidad que no ha existido con el protestantismo español, a
quien se ha negado a recibir a lo largo de todos los años de su mandato.>
--- El Rey concedió, a propuesta del Consejo de Ministros, la Gran Cruz de
Isabel la Católica al cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la
Conferencia Episcopal Española; al nuncio apostólico en España, monseñor
Manuel Monteiro de Castro; y al actual obispo de Córdoba y organizador
principal de la visita, Juan José Asenjo.
--- Impusieron las distinciones el ministro de Justicia, José María
Michavila, el vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, y José
María Aznar, quien lo hizo con el cardenal Rouco.
--- La alocución del arzobispo de Madrid recordó a la mujer que da nombre a
la dignidad recibida, "una Reina excelsa que ha marcado la historia y el
alma de España hasta nuestros días con un sello indeleble, no sólo político
y cultural, sino además profundamente espiritual". Y afirmó el vínculo
histórico entre España y la religión católica: los antepasados de los
españoles han creído en el Evangelio "con una fiel unanimidad y un fervor
singulares, sin muchos parangones en la historia del cristianismo; desde los
albores mismos de la Hispania romana hasta la España actual".
AZNAR: DESPEDIDA DE QUIEN NO QUISO RECIBIR A LOS PROTESTANTES
--- Luego tomó la palabra José María Aznar, quien agradeció al Papa su firme
condena del terrorismo, porque sus palabras de repulsa "han proporcionado a
la sociedad española un inestimable criterio de distinción moral que impide
ningún tipo de justificación o disculpa para el crimen y para quienes
contribuyen a él". No mencionó, como es lógico, la condena papal a la guerra
de Irak.
--- Tras decir esto, introdujo una breve consideración sobre las relaciones
entre la Iglesia Católica y el Estado, a las que calificó de "profundamente
normales. Cada uno ocupa el terreno que le es propio y no hay miradas de
recelo, ni de distanciamiento, ni tampoco confusión o sometimiento, sino la
normalidad de unas relaciones cordiales y provechosas".
--- Y llegó entonces su recapitulación más personal: "Como ustedes saben,
concluirá pronto mi mandato como presidente del Gobierno y creo haber
contribuido a esa normalidad. Creo que hay menos terrenos de controversia
que los que existían hace ocho años, y yo con eso, y muy especialmente en
este acto, me siento satisfecho". Sin duda, un gran logro que ha ido de la
mano de un trato exactamente contrario para con el resto de las confesiones,
las no católicas; hasta el punto de negarse a recibir a los representantes
de la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España)
durante su mandato, a pesar de habérselo pedido oficialmente desde hace más
de tres años.
< Fuente: ESD. Redacción: ACPress.net >
Un tipejo que fué elegido Presidente del Gobierno y de motu propio decidió de no serlo de todos los españoles.
¿Cuando se cumplirá la Constitución en la que en uno de sus puntos esenciales dice que es un Estado Laico?
para muchas condecoraciones. Si el 13 de octubre se impusieron en la
Nunciatura Apostólica las de la Iglesia al Gobierno, el pasado miércoles
correspondían en La Moncloa las del Gobierno a la Iglesia católica como un
acto de despedida de José María Aznar ante las autoridades católico-romanas.
Se felicitó por haber mantenido la normalidad y disminuido los motivos de
conflicto. Normalidad que no ha existido con el protestantismo español, a
quien se ha negado a recibir a lo largo de todos los años de su mandato.>
--- El Rey concedió, a propuesta del Consejo de Ministros, la Gran Cruz de
Isabel la Católica al cardenal Antonio María Rouco Varela, presidente de la
Conferencia Episcopal Española; al nuncio apostólico en España, monseñor
Manuel Monteiro de Castro; y al actual obispo de Córdoba y organizador
principal de la visita, Juan José Asenjo.
--- Impusieron las distinciones el ministro de Justicia, José María
Michavila, el vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, y José
María Aznar, quien lo hizo con el cardenal Rouco.
--- La alocución del arzobispo de Madrid recordó a la mujer que da nombre a
la dignidad recibida, "una Reina excelsa que ha marcado la historia y el
alma de España hasta nuestros días con un sello indeleble, no sólo político
y cultural, sino además profundamente espiritual". Y afirmó el vínculo
histórico entre España y la religión católica: los antepasados de los
españoles han creído en el Evangelio "con una fiel unanimidad y un fervor
singulares, sin muchos parangones en la historia del cristianismo; desde los
albores mismos de la Hispania romana hasta la España actual".
AZNAR: DESPEDIDA DE QUIEN NO QUISO RECIBIR A LOS PROTESTANTES
--- Luego tomó la palabra José María Aznar, quien agradeció al Papa su firme
condena del terrorismo, porque sus palabras de repulsa "han proporcionado a
la sociedad española un inestimable criterio de distinción moral que impide
ningún tipo de justificación o disculpa para el crimen y para quienes
contribuyen a él". No mencionó, como es lógico, la condena papal a la guerra
de Irak.
--- Tras decir esto, introdujo una breve consideración sobre las relaciones
entre la Iglesia Católica y el Estado, a las que calificó de "profundamente
normales. Cada uno ocupa el terreno que le es propio y no hay miradas de
recelo, ni de distanciamiento, ni tampoco confusión o sometimiento, sino la
normalidad de unas relaciones cordiales y provechosas".
--- Y llegó entonces su recapitulación más personal: "Como ustedes saben,
concluirá pronto mi mandato como presidente del Gobierno y creo haber
contribuido a esa normalidad. Creo que hay menos terrenos de controversia
que los que existían hace ocho años, y yo con eso, y muy especialmente en
este acto, me siento satisfecho". Sin duda, un gran logro que ha ido de la
mano de un trato exactamente contrario para con el resto de las confesiones,
las no católicas; hasta el punto de negarse a recibir a los representantes
de la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España)
durante su mandato, a pesar de habérselo pedido oficialmente desde hace más
de tres años.
< Fuente: ESD. Redacción: ACPress.net >
Un tipejo que fué elegido Presidente del Gobierno y de motu propio decidió de no serlo de todos los españoles.
¿Cuando se cumplirá la Constitución en la que en uno de sus puntos esenciales dice que es un Estado Laico?