Feliz año, agradezco tu exquisita cortesía. En cuanto a tu replica te doy amablemente mi parecer:
Los enviados de DIOS son las santas personificaciones de la pureza y el desprendimiento, y meros receptáculos del Espíritu De Dios. En la sucesión profética regresa la misión y la realidad del espíritu de Dios en las receptáculos sublimes y puras de las Manifestaciones del ALTISIMO: Jesús, Moisés, Muhammad, Buda, Khisna,.... Para que entiendas nuestra concepción: La llama, El Espíritu De DIOS, es la que despeja las tinieblas, las lámparas doradas son las portadoras de esa luz. Los enviados de DIOS, el templo sagrado, el ser humano perfecto y preexistente, a lámpara, ceden su propia voluntad a la de DIOS para transmitir un nuevo mensaje y dar nacimiento a una nueva primavera. Esos fenómenos son reflejados en la Biblia en momentos claves simbolizados con el descenso de la paloma en Jesús, la zarza ardiente en Moisés, San Gabriel en Muhammad,… es el Espíritu de DIOS que reside en todos los Enviados de Dios el que salva, no la personalidad del Portador, no importa cuán maravillosa sea.
Un saludo.