El negacionismo de los versículos que dice que el castigo es eterno y continua en el tiempo.
Por Stan Norman
El castigo interminable de Dios para los pecadores más allá de esta vida. La Biblia enseña que los pecadores impenitentes serán castigados (Dan. 12:2; Mat. 10:15; Juan 5:28-29; Rom. 5:12-21). La naturaleza infinita de este castigo se enfatiza de varias maneras en las Escrituras. Isaías 66:24 afirma que los malvados serán consumidos por un fuego inextinguible: “Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí, porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre”. El propio Jesús alude a este castigo inacabable de los malvados en Marcos 9:47-48: “Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga”. El énfasis de estos y otros pasajes similares es que el fuego en que son arrojados los malvados les ocasiona tormento pero nos los consume.
Más evidencia sobre el carácter duradero del castigo eterno puede encontrarse en frases que describen la morada futura de los impíos impenitentes. Conceptos tales como fuego o ardor (Isa. 33:14; Jer. 17:4; Mat. 18:8; 25:41; Jud. 7), desprecio (Dan. 12:2), destrucción (2 Tes. 1:9), cadenas (Jud. 6), tormento (Apoc. 14:11; 20:10) y castigo (Mat. 25:46) están vinculados con términos como “sin fin” o “eterno”, que subrayan su carácter incesante. Los impíos padecerán esta horrible existencia sin alivio ni sosiego. El castigo no termina.
En la historia del pensamiento cristiano se han desarrollado varios conceptos teológicos que intentan eliminar o limitar la noción de castigo eterno. Uno de los más destacados es la aniquilación. Esta es la idea de que los seres humanos no poseen inmortalidad innata. La inmortalidad, o más propiamente la vida eterna, es el don concedido por Dios a los que creen en Él. Algunas formas de esta creencia (inmortalidad condicional) enseñan que los impíos simplemente cesan de existir después de la muerte. Otras formas afirman que los impíos experimentarán un tiempo de castigo después de la muerte pero que finalmente “se consumirán” o dejarán de existir; serán “aniquilados”. En todas sus variadas formas, esta escuela de pensamiento niega la duración interminable del castigo.
Por lo general se presentan dos razones para fundamentarlo. Una es que el castigo eterno niega el amor eterno de Dios. Que Dios permita que sus criaturas existan en una situación de tormento eterno es una contradicción a Su naturaleza amante. Otro argumento contra el castigo eterno es que un tormento interminable contradice la soberanía de Dios ya que permite que los incrédulos existan para toda la eternidad. Aunque estos argumentos parecen valederos, parecen carecer de fundamento bíblico.
Uno de los pasajes más significativos de las Escrituras que sostiene la doctrina del castigo eterno y refuta a quienes niegan un castigo interminable es Mat. 25:46. En este versículo, el estado de los justos y de los injustos se yuxtapone, ya que la palabra “eterno” se aplica al estado definitivo de ambos. Jesús dijo que los justos irían a la “vida eterna” pero que los injustos irían al “castigo eterno”. Aun cuando la palabra “eterno” o “eterna” parezca referirse a “calidad de vida”, el concepto incluye la idea de duración ilimitada. Más aún, las reglas de interpretación bíblica necesitan que la duración de la vida de los justos, considerada eterna, se aplique igualmente a la duración del castigo de los impíos, también llamado eterno.
Dios es el Creador de todas las cosas. Parte de Su plan pudo haber sido crear a la humanidad de tal modo que aquellas personas que deciden vivir separadas de Dios, experimenten una angustia eterna como consecuencia de su elección. La intención de Dios para la humanidad es vivir eternamente en dicha y comunión con Dios. Quienes pervierten este propósito deberán experimentar y por cierto experimentarán las consecuencias eternas de ese acto.
PD: de mi autoría podría agregar que el Rico en Lucas 16 es atormentado en una llama y no es consumido y es otro ejemplo del castigo eterno , SIN FIN .