Movimiento de Iglesias en las Casas
- Autor DrJnavas
- Fecha de inicio
Re: Movimiento de Iglesias en las Casas
Verá, el Templo que hace referencia es el de Jerusalen, y Dios no ha ordenado la contrucción de otro, y menos aun la reconctrucción de este primero. Partiendo de ello, ahora usted muestre que los primeros cristianos fuesen o construyesen otro templo a parte del de Jerusalen.
Tan simple como ello. EL TEMPLO DE DIOS LO ES LA IGLESIA. Y siendo que usted, sigue sin traer esa supuesta Biblia que dice tener, y que bien pretendio mediante ello dar descrédito... bien, pongase en paz con Dios antes de nada y después hablamos.
¿Cual es la versión que dice tener que contradice a todos cuantas le he compartido, y que por ello, trató de dar descrédito?.... esperando.
¿algo más?... pues eso.
Verá, el Templo que hace referencia es el de Jerusalen, y Dios no ha ordenado la contrucción de otro, y menos aun la reconctrucción de este primero. Partiendo de ello, ahora usted muestre que los primeros cristianos fuesen o construyesen otro templo a parte del de Jerusalen.
Tan simple como ello. EL TEMPLO DE DIOS LO ES LA IGLESIA. Y siendo que usted, sigue sin traer esa supuesta Biblia que dice tener, y que bien pretendio mediante ello dar descrédito... bien, pongase en paz con Dios antes de nada y después hablamos.
¿Cual es la versión que dice tener que contradice a todos cuantas le he compartido, y que por ello, trató de dar descrédito?.... esperando.
¿algo más?... pues eso.
Re: Movimiento de Iglesias en las Casas
Creo que el mensaje de la Biblia no enfatiza tanto en el lugar de reunión, sino en lo que Cristo consumó en la cruz.
Ahora, por medio del sacrificio de Cristo, tenemos entrada ante la presencia de Dios, el Padre.
Sin embargo, si hay pasajes que hablan de que no debemos dar tanta importancia al lugar, pues somos muy dados a idolatrar aún al mismo lugar, como tal.
El Apóstol Pablo nos lo dice muy claro:
1Co 6:19 «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
1Co 6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.»
Y en Hechos de los apóstoles encontramos estas palabras:
Hch 17:24 «El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
Hch 17:25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.(A)
Hch 17:26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
Hch 17:27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Hch 17:28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
Hch 17:29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
Hch 17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;»
No hemos entendido que Cristo ya abrió el velo del templo, destruyó lo ostentoso de este mismo, y lo levantó al tercer día.
Muchos siguen idolatrando y defendiendo sus templos de piedra, y pasan por alto que Cristo abrió el camino para que el Espíritu Santo haga su habitación y more en nuestros corazones, y no en una casa hecha por manos de hombres.
De manera que enfatizar en el lugar, aún hasta el grado de llegar a idolatrarlo (como muchas veces sucede), y pasar por alto estas palabras de las Escrituras, es totalmente absurdo y necio de nuestra parte.
Creo que el mensaje de la Biblia no enfatiza tanto en el lugar de reunión, sino en lo que Cristo consumó en la cruz.
Ahora, por medio del sacrificio de Cristo, tenemos entrada ante la presencia de Dios, el Padre.
Sin embargo, si hay pasajes que hablan de que no debemos dar tanta importancia al lugar, pues somos muy dados a idolatrar aún al mismo lugar, como tal.
El Apóstol Pablo nos lo dice muy claro:
1Co 6:19 «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
1Co 6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.»
Y en Hechos de los apóstoles encontramos estas palabras:
Hch 17:24 «El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
Hch 17:25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.(A)
Hch 17:26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
Hch 17:27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Hch 17:28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
Hch 17:29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
Hch 17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;»
No hemos entendido que Cristo ya abrió el velo del templo, destruyó lo ostentoso de este mismo, y lo levantó al tercer día.
Muchos siguen idolatrando y defendiendo sus templos de piedra, y pasan por alto que Cristo abrió el camino para que el Espíritu Santo haga su habitación y more en nuestros corazones, y no en una casa hecha por manos de hombres.
De manera que enfatizar en el lugar, aún hasta el grado de llegar a idolatrarlo (como muchas veces sucede), y pasar por alto estas palabras de las Escrituras, es totalmente absurdo y necio de nuestra parte.
