El mensaje es claro:
– Puedes venerar a falsas deidades paganas como la Pachamama.
– Puedes insinuar que ateos que niegan a Dios entrarán al cielo.
– Puedes promover la ideología LGBT desde los altares dónde se consagra el cuerpo de Cristo.
– Puedes bendecir a personas impenitentes en relaciones sodomicas y en pecado mortal deliberado.
– Puedes llamar "hermanos mayores" a los anticristos que desprecian a Cristo y a María.
– Puedes promover la agenda globalista 2030, cerrar los templos, y mandar a todos a inyectarse con experimentos farmacéuticos apresurados.
Nada de eso te meterá en problemas.
Pero no te atrevas a defender las tradiciones de los padres, guardar el depósito de la fe de los apóstoles, y exponer la degeneración moderna por lo que es: ¡obra del anticristo!
En palabras del Apóstol San Pablo:
– "También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles: los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a los padres ... aparentarán ser muy religiosos, pero con sus hechos negarán el verdadero poder de la religión ... Y en verdad, todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos. Pero los hombres malos e impostores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra"
(2 Timoteo 3).
Estamos en estos tiempos. Es hora que los valientes resistan la degradación interna y externa, conserven la santa fe y fijen sus ojos en el premio supremo: la corona celestial.