Meditaciones y Alimento Diario
Meditaciones y Alimento Diario
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
25 de Mayo
El pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14.
Cuando la ley de Dios se introduce por primera vez dentro de mi corazón, mi único clamor es por el perdón, porque reconozco que he cometido pecados delante de Él; pero cuando he recibido el perdón de pecados, hago un nuevo descubrimiento, esto es, que todavía tengo la naturaleza de un pecador. Existe una inclinación interior hacia el pecado, un poder de pecado que impulsa. Cuando ese poder actúa en mí, cometo pecados. Puedo buscar y recibir el perdón, pero luego vuelvo a pecar, y así la vida se desarrolla en un círculo vicioso, de pecar y ser perdonado, y volver a pecar. Aprecio el hecho bendito del perdón de Dios, pero anhelo algo más. Me regocijo en el perdón de lo que he hecho, pero necesito también liberación de lo que soy. Necesito que la cruz de Cristo arranque la misma raíz de mi capacidad de pecar. La sangre de Cristo ha cubierto mis pecados, pero sólo el poder de su muerte y resurrección son suficientes para tratar con mí mismo, con lo que soy.
¡¡¡Jesús es el Señor!!!
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¿Hacemos nosotros a Dios mentiroso?
Colosenses 3:4 Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria.
2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la debilidad...
En Chefoo le pregunté a una hermana si ella ya había soltado todas las cosas, y ella respondió: “Sí, porque Dios dice que estoy juntamente crucificada con Cristo”. Después le pregunté si ella había vencido, pero no se atrevía a decir que sí, porque no se sentía segura. Le dije de una manera franca: “Hermana, Dios dice que Jesucristo es su vida, pero usted dice que quizás no lo sea. Dios dice que Jesucristo es su santificación, pero usted dice que es posible que Cristo no sea su santificación. Dios dice que Su gracia le basta a usted, y usted dice que la gracia de Dios tal vez no le sea suficiente. Entre usted y Dios, uno debe de estar mintiendo. O Dios está equivocado o usted lo está. ¿Se atreve usted a decir que Dios es mentiroso? Dios dice que Cristo es su vida, pero usted dice que tal vez no lo sea. Dios dice que Cristo es su santificación, pero usted dice que quizás no. ¿Está usted dando a entender que la Palabra de Dios no es confiable?” En ese momento la expresión de su rostro cambió y replicó inmediatamente: “No quise decir eso. Yo sí creo en la Palabra de Dios”. Hermanos y hermanas, si aún están dudando, si todavía se preguntan si Cristo es su vida, o si Él es su santificación, esto no es insignificante. Puedo decirles francamente que están haciendo a Dios mentiroso.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento. Los versículos del Antiguo Testamento son tomados de la versión Reina Valera 1960."Palabras del ministerio" proviene de La vida que vence, escrito por Watchman Nee, págs. 131-132.Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
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Alimento Diario 7ª. Semana – Miércoles
LA ECONOMIA DE DIOS
Leer Ef..6:17b-20; Jn.6:63; Col.1:26; Hch.20:29-32
“Y ahora hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hechos 20:32)
ORAR-LEER LA PALABRA DE DIOS
En la lucha espiritual tenemos varios elementos de la armadura de Dios que son para defensa, pero tenemos uno que es de ataque: la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (Ef..6:17b). La espada del Espíritu es la palabra de Dios. La palabra de Dios es Espíritu y vida (Jn.6:63), y la tomamos para luchar contra el enemigo. Por medio del Espíritu, podemos orar y suplicar en todo tiempo, vigilando con toda perseverancia y suplica por todos los santos (Ef.6:18). Mientras oramos y suplicamos, necesitamos usar la Palabra. Estoes lo que llamamos orar-leer la Palabra. Mientras oramos, usamos la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Por esa razón cuando oramos, no lo hacemos con nuestras palabras, sino con la palabra de Dios. Cuando leemos la palabra de Dios, volvemos a nuestro espíritu y la leemos en forma de oración. Nuestra lucha es contra los principados y las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso; no es contra ningún hombre, sino contra el enemigo de Dios. De esta manera debemos resistirlo, con el equipo espiritual y el arma espiritual. Por tanto, tomamos el arma espiritual y, por medio de la palabra de Dios, lo resistimos.
En el versículo 19, Pablo dice: “ Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada la palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”. Pablo nos muestra cómo es el combate: con la palabra de Dios, con intrepidez, para hacer conocido el misterio del evangelio. Hay muchas personas bajo las garras de Satanás. Vamos a usar el misterio del evangelio para salvarlos. Eser misterio estuvo oculto por siglos y edades. Pero ahora ha sido manifestado a Sus santos (Col.1:26). Con ese misterio que nos fue revelado, liberamos a todos los incrédulos, y ellos reciben la esperanza de la gloria.
Pablo concluye en Efesios 6:20: “por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar”. Por eso, debemos estar atentos porque en nuestra lucha, el blanco no es el hombre; el blanco es Satanás. No usamos nuestras fuerzas para luchar; necesitamos la fuerza del poder de Dios, porque estamos haciendo guerra contra un enemigo espiritual.
Ciert vez, camino de Jerusalén, estando en Mileto, Pablo mandó llamar a los ancianos de Éfeso y tuvo una franca comunión con ellos. El dice en Hechos 20;29: “ porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán el rebaño”. Era como si Pablo les dijera: “Después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces. Es necesario que ustedes militen la buena milicia. Luchen, peleen contra esos lobos rapaces”.
Los lobos vienen de afuera, pero hay algo peor que se menciona en el versículo 30: “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”. Esto quiere decir que un grupo de personas se levantaría para hablar cosas pervertidas y no las enseñanzas saludables de Dios, para atraer a los discípulos tras ellos. Por eso, Pablo les advirtió que vigilaran (V.31a). Externamente, los ancianos debían luchar contra los lobos; internamente debían vigilar por causa de hombres que harían esas cosas pervertidas para engañar a los discípulos. La intención de esas personas era controlar a todos hermanos. Ya en aquella época Pablo profetizaba con relación a esto. Por eso, al salir de la prisión y pasar nuevamente por Éfeso, le pidió a Timoteo que permaneciera allí a fin de prevenir a los hermanos de esas cosas.
Palabra clave: Orar-leer
Pregunta: ¿Cuál es la mejor oración?
Todos los derechos reservados a: Editora Árvore da Vida
¡¡¡Jesús es el Señor!!!
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
25 de Mayo
El pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14.
Cuando la ley de Dios se introduce por primera vez dentro de mi corazón, mi único clamor es por el perdón, porque reconozco que he cometido pecados delante de Él; pero cuando he recibido el perdón de pecados, hago un nuevo descubrimiento, esto es, que todavía tengo la naturaleza de un pecador. Existe una inclinación interior hacia el pecado, un poder de pecado que impulsa. Cuando ese poder actúa en mí, cometo pecados. Puedo buscar y recibir el perdón, pero luego vuelvo a pecar, y así la vida se desarrolla en un círculo vicioso, de pecar y ser perdonado, y volver a pecar. Aprecio el hecho bendito del perdón de Dios, pero anhelo algo más. Me regocijo en el perdón de lo que he hecho, pero necesito también liberación de lo que soy. Necesito que la cruz de Cristo arranque la misma raíz de mi capacidad de pecar. La sangre de Cristo ha cubierto mis pecados, pero sólo el poder de su muerte y resurrección son suficientes para tratar con mí mismo, con lo que soy.
¡¡¡Jesús es el Señor!!!
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¿Hacemos nosotros a Dios mentiroso?
Colosenses 3:4 Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria.
2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la debilidad...
En Chefoo le pregunté a una hermana si ella ya había soltado todas las cosas, y ella respondió: “Sí, porque Dios dice que estoy juntamente crucificada con Cristo”. Después le pregunté si ella había vencido, pero no se atrevía a decir que sí, porque no se sentía segura. Le dije de una manera franca: “Hermana, Dios dice que Jesucristo es su vida, pero usted dice que quizás no lo sea. Dios dice que Jesucristo es su santificación, pero usted dice que es posible que Cristo no sea su santificación. Dios dice que Su gracia le basta a usted, y usted dice que la gracia de Dios tal vez no le sea suficiente. Entre usted y Dios, uno debe de estar mintiendo. O Dios está equivocado o usted lo está. ¿Se atreve usted a decir que Dios es mentiroso? Dios dice que Cristo es su vida, pero usted dice que tal vez no lo sea. Dios dice que Cristo es su santificación, pero usted dice que quizás no. ¿Está usted dando a entender que la Palabra de Dios no es confiable?” En ese momento la expresión de su rostro cambió y replicó inmediatamente: “No quise decir eso. Yo sí creo en la Palabra de Dios”. Hermanos y hermanas, si aún están dudando, si todavía se preguntan si Cristo es su vida, o si Él es su santificación, esto no es insignificante. Puedo decirles francamente que están haciendo a Dios mentiroso.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento. Los versículos del Antiguo Testamento son tomados de la versión Reina Valera 1960."Palabras del ministerio" proviene de La vida que vence, escrito por Watchman Nee, págs. 131-132.Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
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LA ECONOMIA DE DIOS
Leer Ef..6:17b-20; Jn.6:63; Col.1:26; Hch.20:29-32
“Y ahora hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hechos 20:32)
ORAR-LEER LA PALABRA DE DIOS
En la lucha espiritual tenemos varios elementos de la armadura de Dios que son para defensa, pero tenemos uno que es de ataque: la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios (Ef..6:17b). La espada del Espíritu es la palabra de Dios. La palabra de Dios es Espíritu y vida (Jn.6:63), y la tomamos para luchar contra el enemigo. Por medio del Espíritu, podemos orar y suplicar en todo tiempo, vigilando con toda perseverancia y suplica por todos los santos (Ef.6:18). Mientras oramos y suplicamos, necesitamos usar la Palabra. Estoes lo que llamamos orar-leer la Palabra. Mientras oramos, usamos la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Por esa razón cuando oramos, no lo hacemos con nuestras palabras, sino con la palabra de Dios. Cuando leemos la palabra de Dios, volvemos a nuestro espíritu y la leemos en forma de oración. Nuestra lucha es contra los principados y las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso; no es contra ningún hombre, sino contra el enemigo de Dios. De esta manera debemos resistirlo, con el equipo espiritual y el arma espiritual. Por tanto, tomamos el arma espiritual y, por medio de la palabra de Dios, lo resistimos.
En el versículo 19, Pablo dice: “ Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada la palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”. Pablo nos muestra cómo es el combate: con la palabra de Dios, con intrepidez, para hacer conocido el misterio del evangelio. Hay muchas personas bajo las garras de Satanás. Vamos a usar el misterio del evangelio para salvarlos. Eser misterio estuvo oculto por siglos y edades. Pero ahora ha sido manifestado a Sus santos (Col.1:26). Con ese misterio que nos fue revelado, liberamos a todos los incrédulos, y ellos reciben la esperanza de la gloria.
Pablo concluye en Efesios 6:20: “por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar”. Por eso, debemos estar atentos porque en nuestra lucha, el blanco no es el hombre; el blanco es Satanás. No usamos nuestras fuerzas para luchar; necesitamos la fuerza del poder de Dios, porque estamos haciendo guerra contra un enemigo espiritual.
Ciert vez, camino de Jerusalén, estando en Mileto, Pablo mandó llamar a los ancianos de Éfeso y tuvo una franca comunión con ellos. El dice en Hechos 20;29: “ porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán el rebaño”. Era como si Pablo les dijera: “Después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces. Es necesario que ustedes militen la buena milicia. Luchen, peleen contra esos lobos rapaces”.
Los lobos vienen de afuera, pero hay algo peor que se menciona en el versículo 30: “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos”. Esto quiere decir que un grupo de personas se levantaría para hablar cosas pervertidas y no las enseñanzas saludables de Dios, para atraer a los discípulos tras ellos. Por eso, Pablo les advirtió que vigilaran (V.31a). Externamente, los ancianos debían luchar contra los lobos; internamente debían vigilar por causa de hombres que harían esas cosas pervertidas para engañar a los discípulos. La intención de esas personas era controlar a todos hermanos. Ya en aquella época Pablo profetizaba con relación a esto. Por eso, al salir de la prisión y pasar nuevamente por Éfeso, le pidió a Timoteo que permaneciera allí a fin de prevenir a los hermanos de esas cosas.
Palabra clave: Orar-leer
Pregunta: ¿Cuál es la mejor oración?
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