Meditaciones diarias

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
21. de febrero

Sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado. Romanos 7:14.

Si tienes un siervo torpe que se sienta todo el día sin hacer nada, su torpeza no se evidencia. Es cierto que si nada hace en todo el día, te será de poca utilidad, pero al menos de esta manera no hará ningún daño. Pero si tu le dices: “Vamos, levántate y haz algo útil”, de inmediato comienzan los problemas. Golpea la silla al levantarse, tropieza con un banquito, rompe alguna fuente de valor y así sucesivamente. Si no le exiges nada, su torpeza pasa desapercibida, pero tan pronto le pides que haga algo, comienzan los problemas. Es igual con nosotros. Las demandas que se nos plantean son concretas pero el problema radica en el hombre que debe ejecutarlas. Somos todos pecadores por naturaleza y sin la ley no lo llegamos a reconocer. Mientras Dios no pida algo de nosotros, todo marcha bien. Cuando El demanda algo de nosotros, entonces aparece la gran oportunidad que evidencia nuestra pecaminosidad, de modo que “por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso”.

¡Oh Señor Jesús! Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y…
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
22. de febrero

Gracias doy a Dios, por Jesucristo nuestro Señor Romanos 7:25.

“¡Miserable de mí!, ¿Quién me librará”, ha sido el grito desesperado del apóstol. Luego como un rayo repentino de luz, cambió a esta expresión de alabanza.
Las primeras palabras de un hombre liberado, son realmente preciosas. “Gracias doy a Dios”. Si alguien nos da un vaso de agua, se lo agradecemos. ¿Porqué dijo Pablo: “Gracias doy a Dios”? Porque Dios fue quien lo hizo todo. Si hubiera sido Pablo, hubiera dicho: “Gracias doy a Pablo”. Pero sólo vio que Pablo era un hombre miserable, y que sólo Dios podía suplir su gran necesidad; y por eso dio gracias a Dios. Dios quiere hacerlo todo, pues a El le corresponde toda la gloria. Dios ha hecho todo lo necesario para nuestro perdón en la cruz, y hará todo lo necesario en nosotros para nuestra liberación. En ambos casos, El es el Hacedor. “Dios es el que en nosotros produce…”

¡Oh Señor Jesús! Enséñanos a hacer únicamente tu voluntad.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
23. de febrero

Y temiendo David a Jehová aquel día… II Samuel 6:9.

Quizás a todos nos pesa esta trágica historia de la muerte de Uza. David había pecado por ignorancia al utilizar un carro para transportar el arca de Dios, “sobre al cual era invocado el nombre”. Parecía un medio muy seguro, pero las ideas humanas, aun las mejores, siempre exponen sus defectos. Los bueyes tropezaron, el arca tambaleó, y Uza extendió la mano para sujetarla. Lo hizo de corazón, para la gloria de Dios pero murió instantáneamente. No nos sorprende que David quedó profundamente conmovido.
El arca protegía a Israel, no Israel al arca. ¿Se oyó alguna vez que un guardián de la selva que protegiera a los tigres? Dios es lo suficientemente fuerte como para protegerse a sí mismo. Muchas cosas que Dios debe hacer, son hechas por los hombres. Cuando debemos esperar que El hable, hablamos nosotros. De la misma manera arreglamos cosas que debiéramos esperar que el Señor arregle. “¿Por qué no voy a predicar?”, protestamos. “Yo quiero predicar”. Aquí radica la iniquidad de nuestro ministerio. ¿No es verdad que hemos fallado en este aspecto? Gracias al Señor, que “si confesamos nuestro pecados, El es fiel y justo para perdonar nuestro pecados”.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
24. de febrero

Cuando venga el Espíritu de verdad, El os guiará a toda la verdad. Juan 16:13.

La revelación siempre precede a la fe. Ver y creer son dos principios que gobiernan la vida cristiana. Cuando descubrimos algo que dios ha hecho en Cristo la respuesta espontánea de fe es: “¡Gracias Señor!” La revelación es siempre obra del espíritu, quien viniendo a nuestro lado y abriéndonos las Escrituras, nos guía a toda verdad. Cuenta con El pues está aquí con ese precioso propósito. Cuando surjan dificultades por falta de entendimiento o falta de fe, llévalas siempre al Señor diciéndole: “Señor, abre mis ojos, aclárame este punto. Ayuda mi incredulidad”. El no dejara que esta oración quede sin respuesta.

¡Oh Señor Jesús! abre mis ojos espirituales para contemplar tus maravillas obras.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
25. de febrero

No abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Hechos. 12:14-15.

Muchas personas me han contado de sus temores y preocupaciones aun cuando han procurado confiar en el Señor. Han presentado sus oraciones, se han apropiado de las promesas de Dios, y sin embargo las dudas les asaltan constantemente. Me agrada recordar que cuando Pedro regreso de la cárcel y golpeó la puerta donde la iglesia estaba reunida para orar, los creyentes exclamaron: “¡Es un ángel!”
Hay personas que hoy día afirman tener una fe mayor que la de aquellos que estaban reunidos en la casa de María. Están seguros de que Dios mandará un ángel, y que todas las puertas de la prisión se abrirán. Si sopla una brisa o viento exclaman: “¡Allí esta Pedro golpeando a la puerta!” Si comienza a llover y se oyen las gotas de nuevo dicen: “¡Allí esta Pedro!” Son personas demasiado crédulas y seguras. Su fe no es en realidad genuina. Aun el creyente más devoto, mientras ejercita una fe verdadera que seguramente logrará la respuesta de Dios, sabe lo que es tener rondando en su mente, la posibilidad de que quizás esté equivocado.

¡Oh Señor Jesús! auméntanos la fe.
 
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"Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, y torrentes inundaron la tierra... Salmo 78:19,20

UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
26. de febrero

Lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquél que todo lo llena en todo. Efesios 1:22-23.

No miremos a Cristo en el cielo, como un ideal al cual arribar. Mirémosle como el don de Dios para nosotros. Tu sientes que las cosas del mundo te atraen y te tiran abajo, pero no podrán hacerte caer como tampoco podrán hacer caer al Señor. En los lugares celestiales estas tan seguro como lo está Cristo. ¿Tienes dudas acerca de esto? Sobre mi escritorio tengo un ramo de flores amarillas. Yo o entré a la pieza diciendo: “Debe haber flores amarillas sobre el escritorio” y por medio de una autosugestión vinieron a existir en forma mágica. No; estaban allí todo el tiempo. Yo sólo abrí los ojos y miré.
Nuestra fe no es credulidad. Esta basada en los hechos que Dios ha realizado en Cristo. Si estamos dispuestos a apoyar nuestra fe sobre estos hechos, el Espíritu Santo está presente para hacerlos realidad. Si nos vemos allí en Cristo, en lugar de resbalar o caer, seremos sostenidos por su poder.

¡Oh Señor Jesús! gracias porque tu siempre estas ahí.
 
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"Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, y torrentes inundaron la tierra... Salmo 78:19,20

UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
27. de febrero

Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados. Salmo. 34:5.

Debemos guardarnos del peligro de estar demasiado ansiosos por la parte subjetiva de nuestra experiencia espiritual llegando a tener la mirada puesta en nosotros mismos. Podemos ilustrarlo con la luz eléctrica. Supongamos que estas en un cuarto y comienza a oscurecer. Desea tener luz para leer y una lámpara eléctrica a tu lado. ¿Qué haces? ¿miras a la lámpara en forma intensiva para ver si se enciende? ¿Tomas un paño y lustras la lámpara? No; sencillamente te acercas al interruptor de la luz y lo tocas. Tornas tu atención a la fuente de poder, y cuando tomas la acción requerida la luz se enciende. Permanece siempre mirando ha lo que Dios a hecho en Cristo, y permite que haga lo que Él quiere en tu vida.

¡Oh Señor Jesús! gana cada día más y más de mi.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
28. de febrero

Regocijaos en el Señor siempre, otra vez digo: ¡Regocijaos! Filipenses 4:4.

La persecución obligo a Pablo y a Bernabé a dejar a los discípulos en Antioquia de Pisidia. (Hechos 13.50). ¿Qué efectos tuvo su partida tan prematura sobre la nueva iglesia? Era un grupo de creyentes compuesto por bebés en Cristo. ¿Les rogaron a los apóstoles que quedaran un tiempo más con ellos? “Si nos dejan ahora seremos como ovejas sin pastor. Por lo menos uno de ustedes podría quedarse y cuidarnos. La persecución es tan intensa que no podremos subsistir sin la ayuda de ustedes”. ¿fue ésta la manera en que razonaron? Por el contrario, en lugar de ruegos, la Escritura nos dice que “que los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo”. No hubo lamento cuando Pablo y Bernabé partieron sino gran gozo, seguramente porque la salida de los apóstoles significaba una oportunidad para que otros también oyeran el evangelio. Pero no sólo esto, sino que también ellos mismos fueron llenos del Espíritu Santo.

¡Oh Señor Jesús! guíanos a cumplir la gran comisión.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
29. de febrero

Pondré dentro de vosotros mí Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos. Ezequiel 36:27.

Un verano pasé unos días en la zona serrana en casa de un mecánico y su esposa, a quienes tuve el gran gozo de conducir a una fe sencilla en el Salvador. Cuando llegó el día de mi partida, les entregué una Biblia.
Durante el invierno, el hombre tenía la costumbre de beber vino con las comidas, y a veces con exceso. Poco después de la llegada del invierno, el vino volvió a la mesa. Y tal como era su costumbre, inclino su cabeza para dar las gracias por la comida, ¡pero las palabras no salían! Después de una y otra intentona, se volvió a su esposa y le dijo: “¿Qué pasa? ¿Porque no podemos orar hoy?” la esposa tomo la Biblia y dio vueltas a las paginas en vano tratando de encontrar alguna respuesta, pero no pudieron encontrar explicación. Ella le dijo: “Bebe el vino”. Pero él sabía que antes de hacerlo debía dar gracias, y no podía. Finalmente le dijo a ella: “Quítalo de la mesa”, y dieron gracias y comieron.
Después de un tiempo el hombre pudo visitar a Shanghai y me contó la historia. Utilizando una expresión china muy común, me dijo: Hermano Nee, “El patrón residente no me dejo beber el vino”. Yo le respondí: “Muy bien hermano, hágale caso siempre al patrón residente.

¡Oh Señor Jesús! guíanos siempre a dar gracias por todo.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
1ro. de marzo

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca. Isaías 53:2.

Las raíces son el medio por el cual una planta se nutre, el canal por el que deriva su vida. Ninguna planta puede vivir sin alguna clase de raíz. Equipada con raíz puede sobre vivir en las condiciones mas adversas. Las palabras de Isaías nos sugieren que Jesús no obtuvo su vida y sus fuerzas de circunstancias exteriores. Tampoco debemos procurarlo nosotros. Si fuere necesario debemos poder vivir sin la ayuda de nuestros hermanos en Cristo. Aun con ellos a nuestro alrededor, vivimos con ellos y no por ellos. Solo Dios es la fuente secreta de nuestra vida.
Pero vivir así, en “tierra seca”, significa algo más. Significa que nada que sea meramente circunstancial, nos puede destruir. Ninguna sequía puede agotar las tiernas plantas de Dios. En medio de condiciones secas y aun hostiles sus hijos están equipados para ser “mas que vencedores”; su vida es Cristo mismo.

¡Oh Señor Jesús! solamente somos vencedores.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
2 de marzo


Es poderoso para guardarnos sin caída, y presentarnos sin mancha delante de su gloria con gran alegría.

He aquí una maravillosa promesa para aquellos que hemos entregado nuestras vidas en las manos de Dios. Nuestro sendero hacia su gloria tiene muchos peligros de caída, pero El promete guardarnos de todos ellos. ¿Cuándo tropezamos? Cuando, sin darnos cuenta, golpeamos nuestros pies contra algún objeto escondido a nuestra vista. Este versículo nos asegura que la gracia preservadora de Dios actuara precisamente allí, en aquella esfera que esta más allá de nuestro conocimiento.
Si nos entregamos sin reserva a su cuidado, no tendremos temor de lo desconocido. Nos sorprenderemos al ver como vez tras vez, Dios nos ha guardado de peligros que en su momento desconocíamos por completo.

¡Oh Señor Jesús! Tú eres nuestro guardador.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
3 de marzo
Jehová había dicho a Abram: vete de tu tierra… a la tierra que te mostraré. Génesis 12:1.

Este fue el segundo llamado a Abram, pues el primero le había venido cuando estaba en Mesopotamia “antes que morase en Harán” (Heh. 7:2). Abram había salido de Caldea pero al parecer no lo suficiente, y el hecho de que no se registra ninguna historia de lo que hizo todos los días que permaneció en Harán, es una reflexión solemne. Sin embargo, Dios insistió en su llamado. A veces pensamos que por demorar nuestra obediencia lograremos que Dios modifique sus demandas. El no lo hará, porque nunca a abandonado la meta que se ha fijado y que nos presento años atrás. Aunque nosotros la hemos dejado a un lado, Él no la ha olvidado.
Desde el punto de vista de Dios Harán no significa un gran adelanto con respecto a Mesopotamia. Abram quizá estaba satisfecho de haber avanzado pero Dios lo había llamado a una nueva tierra. Todo verdadero llamado tiene una meta elevada. No nos contentemos con un avance parcial. Lo que realmente importa no es cuánto hemos avanzado, sino en que nuestros corazones estén todavía empeñados en alcanzar la meta de Dios.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
4 de marzo

Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, para que el cuerpo del pecado sea destruido. Romanos 6:6.

Por muchos años después de mi conversión se me enseño a “considerarme” muerto. Pero cuánto más me “consideraba” muerto al pecado, más vivo me sentía al pecado. Sencillamente no me creía muerto, y no veía forma alguna de producir esa muerte. Cada vez que buscaba ayuda, me decían que leyera Romanos 6:11 y cuánto más lo leía, y trataba de considerarme muerto, más lejos estaba de la muerte. No podía arribar a ella. En mi desesperación le dije al Señor: “Si yo no puedo llegar a comprender esto que es tan fundamental, no voy a predicar más. Tengo necesidad de ver esto con claridad”. Por meses busqué y ore, a veces con ayuno, sin encontrar solución.
Pero una mañana, que nunca podré olvidar, al sentarme ante mi Biblia abierta, y decir: “¡Señor abre mis ojos!” como un rayo vi mi identificación con Cristo. Ví que yo estaba en Él y que cuando Él murió, yo había muerto. Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con El. ¡Esta verdad vino a ser tan real! Un gozo tan grande lleno mi corazón que deseaba cruzar las calles de Shanghai gritando la noticia de mi descubrimiento.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
5 de marzo

Donde quiera que se predique este evangelio… también se contara lo que ésta ha hecho. Marcos 14:9.

¡Por qué dijo esto el señor? Porque el evangelio esta dirigido a producir este tipo de acción. El propósito del evangelio, no es solamente el de traer satisfacción al corazón del pecador. Gracias a Dios, el pecador tiene parte en esto. Dios satisface su necesidad y hace llover bendiciones sobre él, pero todo esto es un efecto secundario del evangelio y no su propósito primordial. El evangelio se predica en primera instancia para satisfacer al Señor, y debemos recordar que Él no quedara satisfecho sin que nos “derrochemos” en devoción a Él. ¿Has dado, alguna vez, demasiado al Señor? En el servicio divino, el principio del derroche o desperdicio, es el principio del poder. La verdadera utilidad en las manos del Señor se mide en términos de desperdicio, Nuestro trabajo para Él así como todos los frutos surgen de nuestra devoción a Él.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
6 de marzo

Él te dirá lo que hayas de hacer. Rut 3:4.

Todo Israel debía preservar su herencia familiar desde los días de Josué hasta la venida de Cristo; de ahí la razón por la cual la propiedad que había sido enajenada debía ser devuelta en el año del jubileo. La continuidad de la posesión hacía necesario que el dueño tuviera herederos y por esta razón la ley establecía que si un hombre moría dejando una viuda sin hijos, un pariente cercano debía tomarla y así preservar la línea descendencia. El caso de Noemí era aun peor. Habiendo enviudado, era además demasiado avanzada en edad para tener hijos. ¿Cómo podría ser restaurada la herencia de su finado esposo? Su nuera Rut, estaba dispuesta, pero era extranjera. Sólo el anciano Booz era suficientemente cercano como para ayudar. ¿Redimiría él a una extranjera? La necesidad de Rut no era meramente lograr la compra de sus terrenos. Debía desposarse. Debía ofrecerse a Booz.
Sin el ofrecimiento de nuestras vidas a Dios, la redención es algo estéril y vacía. Booz alabó a Rut y con acierto, por haberse retraído de las atracciones que podían ofrecerle hombres más jóvenes, para cumplir la ley de Dios; y una rápida mirada a su posteridad demuestra la manera sobresaliente en que fue recompensada. La consagración a Dios siempre produce ricos dividendos
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
7 de marzo

Yo conozco tus obras, y tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico). Apocalipsis 2:9.

Cuando miramos a nuestro alrededor no podemos menos que lamentarnos por la trágica falta de experiencia en las vidas de muchos creyentes. Hay tan poco en sus vidas que hable de plenitud. Escasamente llegan a cubrir lo necesario para sus vidas espirituales, y por cierto nada les queda para compartir con los demás. ¿Por qué son tan pobres? ¿Será porque ignoran lo que la disciplina del Espíritu quiere realizar en sus vidas? El salmista dice: “en angustia (o bajo presión), tú me hiciste ensanchar” (Salmo 4:1). El objeto de la pobreza temporal es el enriquecimiento eterno. Dios nunca propuso que la presión y la pobreza resultaran en la nada. Su propósito es que toda presión resulten ensanchamiento y toda pobreza en enriquecimiento. El plan de Dios para su pueblo, no es ni presión constante, ni pobreza constante. Estos nunca constituyen el fin, sino los medios para alcanzar el fin divino. La presión es el sendero del ensanchamiento y la pobreza el camino al enriquecimiento.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
8 de marzo

Y me dijo: hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Apocalipsis 21:6.

“Hecho está”. Al fin. El propósito eterno de Dios se ha cumplido. ¿Cómo se ha realizado? ¿Por qué se afirma con absoluta certeza en las Escrituras? Sin duda alguna, porque Él es el Alfa y la Omega. Dios ha comenzado una obra y la perfeccionará. No puede hacer otra cosa que completar aquello que su mano comenzó a hacer, pues su propia naturaleza así lo impone. No es solamente el principio, sino también el fin. ¡Aleluya! Nuestro Dios es la Omega y no sólo el Alfa. Esto nos asegura que nada de lo que comenzó en nosotros quedara sin terminar. Dios no puede ser detenido ni por la incompetencia del hombre ni por la enemistad de Satanás. El pecado es demasiado problema para nosotros, pero no para Dios. Su nombre, que involucra su propia naturaleza, es la garantía de que su obra en nosotros será llevada hasta la total consumación.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
9 de marzo

Prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Filipenses 3:12.

Ningún señor tiene tantos siervos como nuestro Señor, y para cada uno de ellos tiene un trabajo particular. Hasta la pequeña sirvienta estuvo preparada para testificar a Naamán en su necesidad. Muchos de nosotros murmuramos acerca de la posición que Dios nos ha dado. Queremos hacer esto, pero Dios nos dice que hagamos aquello. Ambicionamos servirle en una esfera, pero Dios nos coloca en otra. Cuando nos enfrentamos con estos aparentes reveses, es bueno recordar que el propósito de Dios se remonta a un tiempo mucho antes de nuestra conversión, pues su presciencia ha determinado nuestras circunstancias aún antes de que naciéramos. Dios nunca hace algo repentinamente; siempre ha preparado las cosas con mucha anticipación. De manera que no hay nada de qué murmurar y nada de qué estar orgullosos en el llamado del Señor. Tampoco hay razón para estar celosos de otros, pues las ventajas de otros nada tienen que ver con nosotros. Cuando miramos hacia atrás y echamos una mirada retrospectiva a nuestra vida, nos inclinamos y reconocemos que todo fue preparado por Dios. No hay necesidad de estar preocupados por si hemos perdido algo. Tener esta seguridad significa disfrutar del verdadero descanso.
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
10 de marzo

Pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. Juan 14.19.

El evangelio de Juan refleja repetidas veces la idea de que él está escribiendo para los días postreros. Su preocupación está asociada con la vida de la eternidad y con tu correcta relación a la misma. El sugiere que si en este punto estas firme, todo lo demás tomara su curso adecuadamente. No está ocupado con cosas exteriores o temporales; su preocupación está en que tú las superes y puedas llegar a la Vida misma. Todo ahora está en desorden, pero retorna a la vida que “descendió del cielo”, y cuando llegues allí, todo lo que aparenta estar en juego de perderse será preservado. En un sentido, Juan no tiene nada nuevo que ofrecernos, nada que los escritores del Nuevo Testamento no hayan ya escrito. No nos lleva a un punto más adelante, pues Dios ya lo ha revelado todo. El objeto de la revelación confiada a Juan es el de llevar a las almas nuevamente al propósito original por medio de un contacto fresco con el propio Señor resucitado.
 
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
11 de marzo

Dijo, pues: traspasada es la gloria de Israel; porque ha sido tomada el arca de Dios. I Samuel 4:22.

El arca es llevada, pero puede defenderse así misma como bien lo descubren sus secuestradores a un alto costo. Dado que era primordialmente un testimonio de la naturaleza propia de Dios. El arca hizo algo a los filisteos que el Israel infiel no pudo hacer. Dios busca instrumentos para su gloria, pero cuando no los halla Él hace la obra y al hacerlo cuida su testimonio. Estaba dispuesto a dejar que su arca fuera llevada para mostrar a todo el mundo que no haría alianza con el pueblo mientras hubiera infidelidad en ellos. La naturaleza de Dios y la corrupción del hombre jamás se podrán asociar, y menos aún tratándose del pueblo de su pacto.