UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
22 de agosto
A uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Apocalipsis 22:2.
Hay un solo río en el cielo, no cuatro como en el Génesis, dos de los cuales, el Hidekel y el Eufrates, llegaron un día a ser escenario del dolor del pueblo de Dios. Aquí, un solo río de vida, lleno de agua, procede del trono para alegrar la ciudad de Dios.
También hay un solo árbol. Produciendo su fruto cada mes. No hay otoño, no ha invierno cruel, ni necesidad de almacenar suministros para el mes siguiente. Por medio de él proseguiremos en conocer a Cristo con un conocimiento permanentemente renovado, pues en sus distintos frutos gustaríamos de todos sus aspectos, y no sólo de uno.
Río y árbol, plenitud de Cristo y permanente renovación en El. No podemos movernos sin El. Dondequiera que vayamos, debemos llevarlo ahora: son el camino de vida en Cristo para dar luz y sanidad a las naciones.
Meditaciones diarias
Watchman Nee
22 de agosto
A uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Apocalipsis 22:2.
Hay un solo río en el cielo, no cuatro como en el Génesis, dos de los cuales, el Hidekel y el Eufrates, llegaron un día a ser escenario del dolor del pueblo de Dios. Aquí, un solo río de vida, lleno de agua, procede del trono para alegrar la ciudad de Dios.
También hay un solo árbol. Produciendo su fruto cada mes. No hay otoño, no ha invierno cruel, ni necesidad de almacenar suministros para el mes siguiente. Por medio de él proseguiremos en conocer a Cristo con un conocimiento permanentemente renovado, pues en sus distintos frutos gustaríamos de todos sus aspectos, y no sólo de uno.
Río y árbol, plenitud de Cristo y permanente renovación en El. No podemos movernos sin El. Dondequiera que vayamos, debemos llevarlo ahora: son el camino de vida en Cristo para dar luz y sanidad a las naciones.