UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Romanos 14: 10.
Dos cosas nos son prohibidas aquí: “juzgar” y “menospreciar”; un acto exterior y una actitud interior. Puede ser que yo no haya llegado al punto de juzgar abiertamente a un hermano. Muy bien, ¿pero lo estoy evaluando delante de mí mismo en forma desfavorable? ¿Le tengo lástima en forma secreta porque no ve las cosas como yo las veo? ¿Lo desprecio en mi corazón como hermano débil y excéntrico? Si así procedo, estoy en un grave peligro. Mi próximo paso será asumir que soy superior a él. Si lo menosprecio, es bien evidente que pienso demasiado de mí mismo. Debo guardarme de clasificarme a mí mismo, como espiritualmente fuerte pues al hacerlo, sólo estoy reconociendo delante de Dios mi carnalidad. Por supuesto, El quiere que yo sepa discernir entre lo bueno y lo malo, pero nunca debo hacer que los demás se tornen en víctimas de mi discernimiento.
El tribunal es de Cristo, y es aún algo futuro, Quién de nosotros se atreve a usurpar su función ahora?
Watchman Nee
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Romanos 14: 10.
Dos cosas nos son prohibidas aquí: “juzgar” y “menospreciar”; un acto exterior y una actitud interior. Puede ser que yo no haya llegado al punto de juzgar abiertamente a un hermano. Muy bien, ¿pero lo estoy evaluando delante de mí mismo en forma desfavorable? ¿Le tengo lástima en forma secreta porque no ve las cosas como yo las veo? ¿Lo desprecio en mi corazón como hermano débil y excéntrico? Si así procedo, estoy en un grave peligro. Mi próximo paso será asumir que soy superior a él. Si lo menosprecio, es bien evidente que pienso demasiado de mí mismo. Debo guardarme de clasificarme a mí mismo, como espiritualmente fuerte pues al hacerlo, sólo estoy reconociendo delante de Dios mi carnalidad. Por supuesto, El quiere que yo sepa discernir entre lo bueno y lo malo, pero nunca debo hacer que los demás se tornen en víctimas de mi discernimiento.
El tribunal es de Cristo, y es aún algo futuro, Quién de nosotros se atreve a usurpar su función ahora?