pues vaya...
pues vaya...
Estimado Tobi:
Le recuerdo que vd. dijo:
“Según la información que poseo, el acto e –sic- matrimoniar en la primitiva iglesia era una cuestión de tipo familiar. En el mismo no intervenía ningún tipo de autoridad eclesial”.
Con mi mensaje me propuse corregir su información, tan mal encaminada, como demostré mediante las dos citas, una del siglo I y otra del II.
Me ha sorprendido que me contestara de forma tan desabrida. Créame, me ha hecho sentir como la burra de Balaam...
Confío en que ya no siga pensando que manipulé lo “de la aprobación del obispo”. Si es así, le agradecería que me lo dijera para cortar de inmediato todo diálogo con vd. De hecho, si en vez de enfadarse tanto, se hubiera tomado vd. la molestia de consultar, por ejemplo, los “Padres Apostólicos” de Lightfoot, publicados en la CLIE, editorial ésta nada sospechosa de filo-catolicismo, habría descubierto que la traducción del pasaje controvertido es la que sigue:
“… se unan con el consentimiento del obispo…”.
Aún me estoy preguntando, por otra parte, qué tiene que ver la visita de Policarpo de Esmirna a Roma en el año 160 y su comentario con el obispo Aniceto “sobre las diferentes maneras de conmemorar la Pascua” con el tema que nos ocupa… Me ha dejado vd., créame, patidifuso…
¿Con que Tertuliano?, me dice vd. a continuación... Pues sí, Sr. Tobi, Tertuliano, ¿le suena? ¿Qué tiene de malo el pobre Tertuliano?
Mire... aquí tiene vd. la cita de Tertuliano en su idioma original:
“Unde sufficiamus ad enarrandum felicitatem eius matrimonii, quod Ecclesia conciliat, et confirmat oblatio, et obsignat benedictio, angeli renuntiant, Pater rato habet?”.
¿Satisfecho? Me alegro. Como sin duda habrá vd. advertido, la clave está en la traducción de las palabras obsignat benedictio. Si le he de ser sincero, no obstante, aunque comprendo las razones de tipo filológico que llevaron al traductor, J.L. Larrabe (a quien debe vd. de conocer, dado su interés en la teología del matrimonio), a verterlas en la forma en que lo hizo, yo me habría inclinado por una traducción más literalista, aunque tal vez menos fiel a las connotaciones del texto latino...
Reincide vd. hacia el final de su primer mensaje en el insulto:
“Pues lo siento, no he visto nada, es decir si que he visto, manipulación a fin de convertir en "sacramento" el matrimonio y con el correspondiente e inexistente SACERDOTE a fin de justificar lo de Trento”.
Le recuerdo que si piensa vd. que yo manipulo algo, me lo haga saber nuevamente para obrar en consecuencia... Por otra parte... tiene vd. la extraña virtud de dejarme vd.. perplejo... ¿Dónde he hablado yo de sacramento...?
¿De verdad quiere vd. que le cuente “la manera de matrimoniar entre los judíos y entre los griegos”? Quite, quite, si parece saber vd. mucho al respecto... Y, por cierto, ¿qué es ese extraño neologismo de “matrimoniar”...? ¿Por qué no hablar sencillamente de casarse?
En fin... con todo, cordialmente,
Melanchton.
[email protected]
PD:
Querido Igor ... espero poder contestarle pronto. Gracias por su interés.
pues vaya...
Estimado Tobi:
Le recuerdo que vd. dijo:
“Según la información que poseo, el acto e –sic- matrimoniar en la primitiva iglesia era una cuestión de tipo familiar. En el mismo no intervenía ningún tipo de autoridad eclesial”.
Con mi mensaje me propuse corregir su información, tan mal encaminada, como demostré mediante las dos citas, una del siglo I y otra del II.
Me ha sorprendido que me contestara de forma tan desabrida. Créame, me ha hecho sentir como la burra de Balaam...
Confío en que ya no siga pensando que manipulé lo “de la aprobación del obispo”. Si es así, le agradecería que me lo dijera para cortar de inmediato todo diálogo con vd. De hecho, si en vez de enfadarse tanto, se hubiera tomado vd. la molestia de consultar, por ejemplo, los “Padres Apostólicos” de Lightfoot, publicados en la CLIE, editorial ésta nada sospechosa de filo-catolicismo, habría descubierto que la traducción del pasaje controvertido es la que sigue:
“… se unan con el consentimiento del obispo…”.
Aún me estoy preguntando, por otra parte, qué tiene que ver la visita de Policarpo de Esmirna a Roma en el año 160 y su comentario con el obispo Aniceto “sobre las diferentes maneras de conmemorar la Pascua” con el tema que nos ocupa… Me ha dejado vd., créame, patidifuso…
¿Con que Tertuliano?, me dice vd. a continuación... Pues sí, Sr. Tobi, Tertuliano, ¿le suena? ¿Qué tiene de malo el pobre Tertuliano?
Mire... aquí tiene vd. la cita de Tertuliano en su idioma original:
“Unde sufficiamus ad enarrandum felicitatem eius matrimonii, quod Ecclesia conciliat, et confirmat oblatio, et obsignat benedictio, angeli renuntiant, Pater rato habet?”.
¿Satisfecho? Me alegro. Como sin duda habrá vd. advertido, la clave está en la traducción de las palabras obsignat benedictio. Si le he de ser sincero, no obstante, aunque comprendo las razones de tipo filológico que llevaron al traductor, J.L. Larrabe (a quien debe vd. de conocer, dado su interés en la teología del matrimonio), a verterlas en la forma en que lo hizo, yo me habría inclinado por una traducción más literalista, aunque tal vez menos fiel a las connotaciones del texto latino...
Reincide vd. hacia el final de su primer mensaje en el insulto:
“Pues lo siento, no he visto nada, es decir si que he visto, manipulación a fin de convertir en "sacramento" el matrimonio y con el correspondiente e inexistente SACERDOTE a fin de justificar lo de Trento”.
Le recuerdo que si piensa vd. que yo manipulo algo, me lo haga saber nuevamente para obrar en consecuencia... Por otra parte... tiene vd. la extraña virtud de dejarme vd.. perplejo... ¿Dónde he hablado yo de sacramento...?
¿De verdad quiere vd. que le cuente “la manera de matrimoniar entre los judíos y entre los griegos”? Quite, quite, si parece saber vd. mucho al respecto... Y, por cierto, ¿qué es ese extraño neologismo de “matrimoniar”...? ¿Por qué no hablar sencillamente de casarse?
En fin... con todo, cordialmente,
Melanchton.
[email protected]
PD:
Querido Igor ... espero poder contestarle pronto. Gracias por su interés.