LA AUTORIDAD APOSTÓLICA
Hch_1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Este poder terminó con la muerte del último apóstol.
La elección de Matías ocurre antes de recibir este poder.
Lo que significa que Pedro no fue guiado por el Espíritu Santo en la elección de Matías.
No obstante, el Señor en su Gracia y Misericordia, permitió que el Espíritu Santo pusiera su sello sobre esta elección profetizada en el AT, leemos
BASE BÍBLICA
Hch 1:20 Porque está escrito en el libro de los Salmos:
Sea hecha desierta su habitación,
Y no haya quien more en ella;
y:
Tome otro su oficio.
Sal 69:25 Sea su palacio asolado;
En sus tiendas no haya morador.
Sal 109:8 Sean sus días pocos;
Tome otro su oficio.
Notemos que Cristo, después de su resurrección, les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras, leemos:
Luc 24:45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;
Pedro se levanta en medio de los demás apóstoles y hermanos, usando la comprensión recibida para entender las Escrituras, NO HABIENDO RECIBIDO EL ESPÍRITU SANTO PROMETIDO, y apelando a una costumbre judía, presentan la suerte al Señor para que el decida sobre los dos que habían escogido de antemano.
Esta autoridad apostólica emanaba de Cristo mismo por cuanto fue él quien los nombró como apóstoles.
Dos cosas que reconozco porque así ocurrió:
- La autoridad apostólica es ejercida en base a una costumbre judía ANTES DEL DON DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTÉS.
- Fueron guiados por la Escritura:
“TOME OTRO SU OFICIO”
No hay aquí el ejercicio de la mente humana…solo la sencilla obediencia a la encomienda.
Porque lo que hay en estas dos escrituras Sal 69:25 y Sal 109:8 es un encargo, y si ya la primera porción había sido cumplida, toca cumplir con la segunda que es “tome otro su oficio”.
Dos fueron escogidos, conforme a las necesarias calificaciones, y las suertes cayeron sobre Matías, el cual es contado con los once apóstoles.
Pero, vuelvo y repito, con todo, ellos aún estaban sin el poder prometido.
Pensando en este apresuramiento.
Viene a mi mente la necesidad que al establecerse la Iglesia sobre la tierra (porque no podemos hablar de Iglesia de Cristo sin el Espíritu Santo morando permanentemente en Ella…) contara con los doce apóstoles completos…para que no se prestara a murmuraciones, como, por ejemplo:
“¿No eran doce? ¿Qué paso con el que hace falta?
-No pues que lo traicionó por plata y luego se ahorcó-
“Entonces no era ningún Mesías porque de lo contrario tal cosa no hubiera sucedido”
Y probablemente la ausencia de este cimiento diese para otra clase de calumnias y malas sospechas.
Hasta aquí mi participación en este tema.
Natanael1