Mateo 27:19–20: ¿Qué papel jugó la esposa de Pilato en la crucifixión de Jesús?

Sergius

Miembro
3 Agosto 2025
26
2
Los Evangelios atestiguan unánimemente que Poncio Pilato, el prefecto romano de Judea, subrayó en repetidas ocasiones la inocencia de Jesucristo. A pesar de esto, bajo la presión de la multitud, se lavó las manos. ¿Qué lo llevó a apartarse de la verdad? Analicemos los momentos clave descritos en el Evangelio según Mateo (27:17–21) para comprender qué fuerzas desempeñaron un papel decisivo en esta resolución trascendental.

Pilato declaró públicamente la inocencia de Jesús en tres ocasiones y, al final, tras dictar la sentencia, se lavó las manos simbólicamente (Mateo 27:24), mostrando su renuencia a asumir la responsabilidad por la crucifixión. Un cuarto indicio de su convicción en la inocencia de Cristo fue su firme defensa de la inscripción en la cruz: «Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos» (Juan 19:19–22). Esta inscripción, que provocó la indignación de los Sumos Sacerdotes, fue un quinto y sutil respaldo a la postura de Pilato. Sin embargo, a pesar de todo esto, cedió a la presión de la multitud, instigada por los líderes religiosos.

Un momento clave en la narrativa es la intervención de la esposa de Pilato. Ella le envió un mensaje: «No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en un sueño por causa de él» (Mateo 27:19). A primera vista, esto parece un intento de proteger a Jesús, pero el momento y las circunstancias de su intervención plantean interrogantes. ¿Por qué no habló antes? Hubo varios momentos oportunos: antes del inicio del juicio, después de que Jesús fuera enviado a Herodes o durante los preparativos para la flagelación. Si su sueño fue una advertencia divina, ¿cómo pudo permanecer inactiva hasta el último momento? Esto sugiere que su intervención podría haber tenido otros motivos.

El texto griego del Evangelio según Mateo (27:19–20) utiliza la partícula «δέ» (de), que conecta el mensaje de la esposa de Pilato con la subsiguiente instigación de la multitud por parte de los Sumos Sacerdotes: «Y los Sumos Sacerdotes y los ancianos convencieron a la multitud de que pidiera a Barrabás y que se diera muerte a Jesús». Esta partícula, traducida como «y» o «también», indica una continuidad en los eventos, no un contraste. Si Mateo hubiera querido mostrar que la esposa de Pilato se oponía a la multitud, habría usado la partícula «ἀλλά» (allá), que significa «pero».
Por ejemplo:Mateo 10:34 (sobre la espada):
Texto griego: Μὴ νομίσητε ὅτι ἦλθον βαλεῖν εἰρήνην ἐπὶ τὴν γῆν· οὐκ ἦλθον βαλεῖν εἰρήνην ἀλλὰ μάχαιραν.
Traducción al español: No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido a traer paz, sino espada.

Otros ejemplos incluyen Mateo 15:11 y Mateo 20:28.

Así, las palabras de la esposa de Pilato no contradicen la presión de la multitud, sino que la complementan, intensificando la confusión de Pilato.

Por tanto, surge la pregunta: ¿acaso el mensaje de la esposa de Pilato no fue un intento de salvar a Jesús, sino, por el contrario, una presión que lo empujó hacia su fatídica decisión? Sus palabras, pronunciadas en un momento crítico cuando Pilato estaba a punto de concluir el juicio, podrían haber sido la gota que colmó el vaso, llevándolo a ceder ante la multitud.
 
Examinemos más a fondo el papel de la esposa de Pilato en este episodio dramático. Su mensaje: «No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en un sueño por causa de él» (Mateo 27:19), se interpreta tradicionalmente como un intento de proteger a Jesús. Sin embargo, un análisis cuidadoso del texto y del contexto plantea dudas al respecto.En primer lugar, el momento de su intervención es sumamente sospechoso. Pilato ya había declarado tres veces la inocencia de Jesús (Mateo 27:18, 23, 24) y había propuesto a la multitud elegir entre Jesús y Barrabás, claramente intentando evitar la responsabilidad por la ejecución. ¿Por qué, entonces, la esposa de Pilato, si realmente quería salvar a Jesús, esperó hasta el último momento? Tuvo tiempo suficiente: antes del juicio, durante la pausa cuando Jesús fue enviado a Herodes, o durante la preparación para la flagelación. Su silencio en esos momentos sugiere que sus intenciones podrían no haber sido tan altruistas. La partícula griega «γὰρ» (gar), usada en su mensaje («porque hoy he sufrido mucho en un sueño»), no indica una súplica para liberar a Jesús, sino que refuerza su advertencia de «no tener nada que ver» con él. La palabra «γὰρ» se traduce como «porque» o «pues», pero en combinación con la partícula posterior «δε» (y/también) implica que sus sufrimientos en el sueño son una advertencia sobre las consecuencias para Pilato si continúa defendiendo a Jesús. Es como si dijera: «No te involucres, o yo —y todos nosotros— podríamos sufrir en la realidad». Esto es especialmente probable considerando que la multitud ya clamaba por Barrabás y la tensión iba en aumento.

Además, su «sueño» parece más bien una excusa conveniente. La esposa de Pilato, como patricia familiarizada con las sutilezas del gobierno, eligió el momento perfecto: la multitud gritaba «¡Barrabás!», los Sumos Sacerdotes presionaban, y Pilato estaba a punto de concluir el juicio. Su intervención en este momento crítico, cuando Pilato ya había declarado tres veces la inocencia de Jesús, no parece un intento de salvarlo, sino un movimiento calculado para hacer que su esposo retrocediera. No pide liberar a Jesús, sino que le aconseja «no tener nada que ver» con él, lo que en efecto significa abandonarlo a la voluntad de la multitud.

Así, su papel no es el de una salvadora, sino el de una fuente adicional de presión disfrazada de preocupación. Su «sueño» probablemente fue una invención destinada a intensificar el miedo a un posible motín de la multitud, que podría amenazar la posición de Pilato. En este contexto, sus palabras no son una defensa de Jesús, sino el empujón final hacia su crucifixión.

La esposa de Pilato probablemente era una mujer de alto estatus, conocedora de las realidades políticas de Roma. En un contexto donde la multitud estaba al borde de un disturbio y los Sumos Sacerdotes la incitaban activamente, cualquier resistencia de Pilato podría haber desencadenado un caos que amenazara su posición como prefecto. Su mensaje, entregado en un momento crítico cuando Pilato ya vacilaba, parece un movimiento estratégico. No dice: «Libéralo», sino únicamente: «No tengas nada que ver», que en la traducción del griego (μηδὲν σοὶ καὶ τῷ δικαίῳ ἐκείνῳ) significa literalmente «nada para ti y ese justo». Esto no es un llamado a salvarlo, sino una advertencia: «Aléjate de este asunto, o todos sufriremos».

Su «sueño» podría haber sido una invención destinada a reforzar el impacto emocional. Al mencionar sufrimientos en un sueño «por causa de él» (δι’ αὐτόν), insinúa que defender a Jesús podría traer consecuencias reales, como un motín que amenazaría la estabilidad del gobierno de Pilato. Así, su intervención no es un acto de misericordia, sino un cálculo político disfrazado de revelación mística. La esposa de Pilato no fue la salvadora de Jesús, como a menudo se supone. Su mensaje, entregado en el momento decisivo del juicio, intensificó la presión sobre Pilato, quien ya estaba confundido. Las peculiaridades lingüísticas del texto —el uso de «δε» en lugar de «ἀλλά» y «γὰρ» para explicar— indican que sus palabras no formaban parte de un intento de salvación, sino que complementaban el flujo de eventos que condujeron a la crucifixión.