Maria no puede ser la madre del Señor

Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Emmanuel: Dios con nosotros... ¿Eso tle cuesta entender?.

Dios Te Bendiga.

Dios es invisible, a Dios nadie lo ha visto nunca. Dios con nostros EN JESÚS, que no en María. De nuevo viene a negar la humanidad de Cristo por dar honor y culto a una criatura. Su problema es que no busca quien es Cristo, sino el tratar de hallar justificación al culto que le rinde a una criatura por sobre el Creador. Tan simple como ello.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

El Señor les bendiga:

¿Es María la madre de Dios?...

Luc. 1:32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

El ángel no dice ni que es grande, ni que es el Hijo del Altísimo, sino que será grande y será llamado Hijo del Altísimo. Será, en un futuro. E igualmente dice que el Señor Dios le dará, con lo cual claramente se ve que el ángel distingue al Señor Dios de aquello que en María va a ser engendrado por obra del Espíritu Santo (Mat. 1:18-20).

¿Cuando el Hijo de Dios Padre, engendrado del Padre, ha dejado de ser grande e Hijo?. ¿Cuándo Dios ha dejado de ser uno?.

A la vez el ángel deja en claro que su padre lo es David, hablado ya en presente y no en futuro.

Hemos de tener en cuenta que el evangelista quiere mostrarnos a través de la anunciación quien es Jesús, pero de modo alguno se centra en su madre, ya que ello sería contrario a la obra del Espíritu Santo mismo, por tanto que:

Jn. 16:13 Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que van a suceder. 14 Él mostrará mi gloria, porque recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes. 15 Todo lo que el Padre tiene, es mío también; por eso dije que el Espíritu recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes.

Como bien podemos leer y en Palabra del Señor Jesucristo mismo, el Espíritu Santo toma de Él, nos lo da a conocer y le glorifica. María, como criatura, solo es un instrumento del que Dios se sirve en un momento determinado de la historia y sin más mérito, si es que se le puede atribuir alguno, que el haber sido un vaso útil en las manos del Señor, a tal cual el plan original de Dios que se cumple siempre a su debido tiempo, independientemente de la voluntad del hombre o mujer en cuestión que Dios haya decidido utilizar en su sola potestad en cada ocasión.

Pero sigamos viendo que nos dice el ángel:

Luc. 1:35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Hay que tener en cuenta los detalles.

Por una parte nos dice que el Espíritu Santo vendrá sobre ella, sobre, de modo alguno le está diciendo que será llena del Espíritu, y mucho menos que lo recibirá en ella. Sino que claramente dice sobre ella.

Y a su vez también es muy importante el tener en cuenta que el ángel dice que el poder del Altísimo, el poder, que no el Altísimo y en si mismo, le cubrirá con su sombra. No dice de modo alguno que esté siendo el Altísimo quien le cubre con su sombra, sino su poder, aquello que de Él emana, pero que no es Él en si mismo.

Y de nuevo hay que tener en cuenta que por segunda vez el ángel no dice que lo que de ella va a nacer sea el Hijo de Dios, sino que será llamado Hijo de Dios. Y el ángel viene de parte de Dios, enviado de Dios, con un mensaje de Él, y le dice que lo que de ella va a nacer será llamado Hijo de Dios, no que sea el Hijo de Dios.

María es la madre de Jesús, un verdadero hombre, porque Jesús es nacido de mujer como hombre verdadero. Jesucristo vino como hombre verdadero, y así hay que confesarlo y reconocerlo a tal cual está escrito (2Jn. 7).

La Palabra estaba con Dios, y era Dios. Pero no vino a ser Dios, sino hombre verdadero, porque lo que nace de la carne, carne es, y María es carne. Por ello la Escritura evita decir en la anunciación que quien va a nacer es el Hijo de Dios, porque el Hijo de Dios, y esto todos lo sabemos, es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre y engendrado del Padre. Por ello el ángel no dice que lo que en ella es engendrado, del Padre es. Sino que dice y bien claramente que lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es (Mat. 1:18-20). Muy necesario es de tener en cuenta este detalle: “lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”.

¿Por qué?; porque lo que va a nacer del vientre de una mujer es un hombre verdadero que no es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre, porque el Padre es Dios, es Espíritu. Y el Hijo, que es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre, Espíritu e igual al Padre es.

Por esta razón el ángel no pudo decirle a María en la anunciación que lo que de ella iba a nacer, su hijo, era el Hijo de Dios, sino que sería llamado Hijo de Dios, en un futuro, cuando Jesús y como hombre verdadero manifieste quien es en verdad el HIJO, por medio de su Palabra y las Obras que hará en nombre del Padre.

No, no es la divinidad de Jesús lo que es engendrado en María por obra del Espíritu Santo, sino su humanidad. No olvidemos que Jesucristo vino como hombre verdadero, y así nos es necesario de confesar para no dar pie al engaño (2Jn. 7).

El ser humano y como está escrito (1Tes. 5:23), se compone de alma, cuerpo y Espíritu. Y es el cuerpo, la carne, lo que nace de María, porque María es carne, y lo que es nacido de la carne, carne es (Jn. 3:6). Pero Jesús, como hombre verdadero y en todo igual a nosotros (Heb. 2:17), posee a su vez y como ya hemos dicho; un alma y un espíritu. Y ello, que conforma junto con el cuerpo el ser único de Jesús como hombre verdadero, su persona plena, de modo alguno lo toma de María. De modo alguno emana de María.

Y digo que de modo alguno emana de María, porque madre alguna nada tiene que ver ni con el alma y ni con el espíritu de su hijo, ya que el alma es el ser individual e intransferible de la persona, su yo. Y el espíritu es el único órgano que posee la capacidad para unirse a la vida increada de Dios, con el ser mismo de Dios.

Concluyendo:

Jesús es Dios verdadero no por haber nacido del vientre de una mujer, sino porque Dios ha depositado su vida misma, su ser mismo, su esencia misma en su Espíritu, que forma parte y es indivisible del ser completo que conforma la persona humana, que como ya se ha mostrado y está escrito; se compone de alma, cuerpo y espíritu.

El alma y el cuerpo corresponden a la vida anímica y el espíritu a la vida increada de Dios. Es el miembro que nos permite comunicarnos con Dios.

Jesús es Hombre verdadero porque nació de mujer, engendrado en el vientre de una mujer por obra del Espíritu Santo. Y es Dios verdadero, porque ha sido engendrado del Padre mismo, del Dios Altísimo, en su Espíritu.

Ni la carne ni la sangre pueden lograr entrar ni estar en comunión con Dios (1Cor. 15.50), porque Dios es Espíritu, y únicamente desde el Espíritu se puede ser uno con Dios. Aunque no hay que olvidar que todo en la persona de Jesús, todo su ser: alma, cuerpo y espíritu, todo, estaba sujeto a Dios Padre Todopoderoso, conforme a la Voluntad única de Dios. Esta es la grandeza de Jesús como hombre y de la cual todos hemos de tomar y aprender a ser, y poder llegar a ser uno con Dios, por medio del Hijo.

Sabemos que Isaías 42 hace referencia a Jesús, el siervo sufriente de Dios, por lo tanto vamos a leerlo en sus primeros versículos:

Is. 42:1 “Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones.

Es Dios mismo quien dice que ha puesto en él su Espíritu, es decir: así mismo, porque el Espíritu de Dios es Dios en si mismo.

El Espíritu de Jesús y el Espíritu de Dios uno es. Por ello Jesús es verdaderamente Dios, porque el Espíritu de Dios y el Espíritu de Jesús son uno solo. No su carne, que es nacida de mujer, sino que es su Espíritu el que es uno con Dios, el que es Dios y en si mismo. Todo el ser de Jesús es uno con Dios, porque todo en Jesús: alma, cuerpo y espíritu, estaba, y está, sujeto plenamente a la voluntad de Dios, por sobre su voluntad mismo.

No hay que olvidar que Dios Padre no engendra su Espíritu en María, ello no lo dice en lugar alguno la Escritura, no, sino que es por obra del Espíritu Santo que Jesús es engendrado en María, y lo que en ella es engendrado, es un Hombre verdadero, porque lo humano solo puede dar vida a lo humano, no a lo espiritual, no a lo divino, no a Dios en persona mismo. A Dios nadie le pudo dar a luz, porque Dios es increado, existe desde siempre, es eterno e inmaterial, es invisible, Dios es Espíritu.

Y todos sabemos que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, es decir; que lo que en María es engendrado, del Espíritu Santo es, porque así está escrito. Jesús no recibe de María ni su alma, ni su Espíritu, por lo cual no puede ser madre de Dios, porque de ella no nace un espíritu, y menos aun Dios, sino a un hombre verdadero.

Decir que María es la madre de Dios, es negar la vida increada de Dios. Es negar que Jesús es Hombre y Dios verdadero. Hombre verdadero por haber nacido de Mujer, pero Dios verdadero porque ha sido el Padre mismo quien lo ha engendrado igual así mismo.

Ahora sigamos escudriñando a ver si logramos ver quien es el Hijo de Dios y en verdad en Jesús.

Jn. 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

Jn. 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

El espíritu es el que da vida. La vida del Hijo estaba en Jesús, en la Persona de Jesús, pero lo que es nacido de la carne, de María, carne es. Entonces pues: ¿quién es el Hijo de Dios?. Nos lo acaba de mostrar Jesús mismo por medio de su Palabra: “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.

¿Quién es esta Palabra que es Espíritu y Vida según Jesús?.

Jn. 1:1 En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios.

El Hijo es engendrado del Padre, y el Padre que es Dios es Espíritu. Lo que en María es engendrado, del Espíritu Santo es, y María es carne. El Hijo es de la misma naturaleza que el Padre, y el Padre es Espíritu. Y lo que es nacido de la carne, carne es. Y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.

Lemos bien, porque es Jesús mismo quien está hablando de si mismo:

Jn. 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

¿Quién es el que da vida?, el Espíritu. ¿De qué aprovecha la carne?, de nada y según Jesús. ¿Esto lo tenemos claro?, pues ahora leamos:

Jn. 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

¿Qué es María?, carne, humana, mortal. ¿Qué es Dios?... Espíritu, Divino, Inmortal, y por sobre todo Vida.

¿Quién da y según Jesús vida?, el Espíritu. ¿Qué es Dios?, Espíritu y Vida. ¿Qué nos dice Jesús que es la vida?, Su Palabra. Ahora leamos:

Jn. 1:1 En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios. 3 Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. 5 Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.

La Palabra estaba con Dios, y era Dios. Y Dios es Espíritu. El Señor dice que la carne para nada aprovecha, sino que es el Espíritu quien da vida, y que su Palabra es Espíritu y Vida.

4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad.

¿En quién estaba la vida?, en la Palabra. ¿Qué nos dice Jesús de su Palabra?, que es Espíritu y Vida.

Por lo tanto, la Palabra que estaba con Dios, y era Dios, es el Espíritu y la Palabra de Jesús, indivisible de Jesús. Y es por medio de Su Palabra, de su Espíritu, que Jesús manifestó a Dios al mundo. Un Dios que es invisible, un Dios que es Espíritu.

El Hijo es de la misma naturaleza que el Padre, engendrado del Padre. El Hijo es Espíritu porque el Padre es Espíritu. Y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.

Lo que en María es engendrado por obra del Espíritu Santo, no lo es del Padre, sino del Espíritu Santo, es obra de Espíritu Santo y así está escrito:

Mat. 1:18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

Y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no el Padre y el Hijo del Espíritu Santo.

Claro y sencillo: LO QUE EN ELLA ES ENGENDRADO POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO, DEL ESPÍRITU SANTO ES. Pero el Hijo de Dios, que es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre, es Hijo del Padre y ENGENDRADO DEL PADRE.

Podría seguir, pero si no entienden esto, difícilmente logren llegar a conocer quien es y en verdad el Hijo de Dios, al cual no todos los de su tiempo pudieron ver ante la persona de Jesús mismo. Ni lo vieron ni reconocieron los escribas, ni los maestros de la ley, ni los fariseos. Incluso a algunos de sus discípulos, que andaban a diario con él, les resultó imposible reconocerlo.

Es verdad que en la persona única de Jesús se dan dos naturalezas, la Humana y la Divina, indivisibles estas a su vez, pero nunca hemos de olvidar que estas dos naturalezas no están mezcladas, ni se pueden confundir. Porque si lo olvidamos, si no lo tenemos constantemente en cuenta, nos resultará imposible saber quien es a la verdad el Hijo de Dios, y por consiguiente se nos escapará la ocasión de serlo nosotros y a la vez, de ser Salvos por haberle visto y creer en Él.

Jn. 6:40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

No, María no es la madre de Dios.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Realmente maria no es divinidad menos madre de Dios como la llama la iglesia Errada... necesariamente hay colocar biien atencion al momento de leer si consideramos que la biblia es un libro santo.. de parte de Dios entonces vamos a respetar el nuevo pacto que solo Jesus cristo sana liberta y salva... pero si solo pensamos que es solo es un libro.. entonces de que opinan sin hablan de una mujer que ni siquiera sanaba y ni levantaba a los muertos como lo hizo el Señor jesucristo con lazaro.. practicamente la biblia en el nuevo testamento habla el 99 % por ciento de JESUS cristo ... elmesias... y solamente el fue el rey de de israel y maria simplemente cumplio con lo que Dios le dijo...poruqe ella tambien creryo en señor jesucristo... incluso ella no tiene merito... el unico vigente de todos los pronunciados es Jehova DIOs , cristo y el espiritu santo... que mas.. de que vale los que hicieron los hombres despues de lo que DIos nos dejo escrito... no vale absolutamente nada.... depues es puro fabula de hombre... el ministerio de Dios Se Formo desde ese entonces desde que espiritusanto el profetizado por jesus el consolador descendiero paera estar con nosotros en el pentecostes.. hasta el dia de hoy
Dios nos Saque La mentira de nuestros ojos...y DIos nos enseñe la Verdad. amen
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Claro que Dios es invisible, pero fue Dios mismo que vino en carne propia, muy bien estaba predicho:

Isaias 35,4: «¡Esforzaos, no temáis! Él Aquí vuestro Dios Que Viene Retribución en contra, Pago Con; Dios Mismo y Vendrá os salvará.

Ésta promesa se cumple en Jescristo, La Palabra encarnada.

Dios Te Bendiga.


muy biien y esa palabra la sacaste de la tora o de la biblia catolica..
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Claro que Dios es invisible, pero fue Dios mismo que vino en carne propia, muy bien estaba predicho:

Isaias 35,4: «¡Esforzaos, no temáis! Él Aquí vuestro Dios Que Viene Retribución en contra, Pago Con; Dios Mismo y Vendrá os salvará.

Usted no lee nada de lo que se le expone, simplemente está empeñado en defender el culto a la criatura y es como hablarle a un sordo.

Que le vaya bien. No olvide que lo que en ella es ENGENDRADO, del Espíritu Santo es.

Ésta promesa se cumple en Jescristo, La Palabra encarnada.

Dios Te Bendiga.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Claro que Dios es invisible, pero fue Dios mismo que vino en carne propia, muy bien estaba predicho:

Isaias 35,4: «¡Esforzaos, no temáis! Él Aquí vuestro Dios Que Viene Retribución en contra, Pago Con; Dios Mismo y Vendrá os salvará.

Ésta promesa se cumple en Jescristo, La Palabra encarnada.

Usted no lee nada de lo que se le expone, simplemente está empeñado en defender el culto a la criatura y es como hablarle a un sordo, porque se le está diciendo y demostrando con la Escritura, y con lo que dice deja en claro que no se ha dignado a leer ni tan siquiera una simplé línea. Y hablar con un que se empeña en no oír, pues es perder el tiempo. Tiene un mal y no es otro que:

Rom. 1:25 En lugar de la verdad de Dios, han buscado la mentira, y han honrado y adorado las cosas creadas por Dios y no a Dios mismo, que las creó y que merece alabanza por siempre. Amén

Tan simple como ello.

Que le vaya bien. No olvide que lo que en ella es ENGENDRADO, del Espíritu Santo es.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

¿Que no leo lo que escribe?... ¡Te equivocas!, lo que pasa es que sus argmentos ya han sido refutado y lo que ha hechos es hacer un círculo en volver a ponerlos. Por ello parecería que no le leo, pero esa es su forma de debatir en círculo.

Usted que ha refutado, si no ha logrado tan siquiera que su venerada institución le de sustento a su pretensión de que el Hijo de Dios es engendrado del Espíritu Santo?... por favor, porque usted se empeñe en ser un ciego e ignorante, no crea que engaña a nadie.

Yo no le obligo a que me respondas, sin embargo mientras la gracia y el amor de Dios me permita estar aquí, yo refutaré los argumentos que no vayan con armonía con el Evangelio.

Usted no ha logrado refutar nada, porque no ha podido demostrar nada. Tan simple como ello. No, María no es la madre de Dios y por mucho que usted o quien sea de los suyos se empeñe. Que usted quiera dar honor y culto a una criatura, nadie se lo impide, pero ello es haber cambiado la verdad de Dios por la mentira Y PUNTO.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Correcto.



Más que afirmalo la misma iglesia, lo afirma la Palabra de Dios.



Así es.



Aunque la palabra no lo diga concretamente en María, había ésta promesa:

Juan 14,12 "Ahora me toca irme al Padre, pero les digo: el que cree en Mí hará las mismas cosas que Yo hago, y aún hará cosas Mayores"

Y si en alguien descendió el Espíritu Santo, y mucho antes de penetcostes fue en María.



Y precisamente porque creyó en Cristo, puede obrar en ÉL, tal como la promesa anterior te lo dice.



Los "méritos" de María, son lo méritos de Cristo, proque ella brilla en base a su hijo. Si María logró un lugar especial en el cielo, lo ha logrado gracias a Jescucristo.



Vale de mucho lo que han hecho muchos hombres y mujeres en el nombre de Cristo, porque la luz es para brillas en dónde hay oscuridad, recuerda somos la Sal de la Tierra.

Dios Te Bendiga.

E aquí claramente expuesto EL CULTO A LA CRIATURA POR SOBRE EL CREADOR, POR SOBRE EL HIJO MISMO. Lo dicho y escrito está:

Rom. 1:25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

¿Adorar a la criaturas?... creo que va de mal en peor. "La mujer que teme al señor es digna de Alabanza" Poverbios 31,30, yo alabo a María como alguna vez lo hiciera Pablo con lo Corintos, o con los Romano, o con aquelloq eu cumplen con la voluntad de Dios, y más por esto:

"Desde ahora todas la generaciones me llamarán bianventurada" Lc, 1,48. Si crees que el cumplir con esto es adoración ya estás equivocado, por que la adoración que quiere el Padre se hace en Espíritu y en Verdad.

Dios Te Bendiga.

Dios Te Bendiga.

Y que mérito tiene esto?... Si en verdad es una sierva, si en verdad es una discípulo del Señor, solo puede decir:

Luc. 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.


¿Le cree usted al Señor?... o prefiere seguir rindiendo culto a la criatura antes que al craedor?... o prefiere la mentira a la verdad de Dios?...
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Por ello Dios tiene recompeza:

Lucas 14,11 "Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".

Dios Te Bendiga.

Pues muy bien, será una bendita y enaltecida sierva inutil que solo hizo lo que tenía que hacer y punto. Porque así lo dice el Señor. Y no hay más gloría que merezca, ni más honra, ni mucho menos el pretendido culto que usted le rinde y tien la imperiosa necesidad de justificar:

Luc. 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Con lo clarito que está:

El Señor les bendiga:

¿Es María la madre de Dios?...

Luc. 1:32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

El ángel no dice ni que es grande, ni que es el Hijo del Altísimo, sino que será grande y será llamado Hijo del Altísimo. Será, en un futuro. E igualmente dice que el Señor Dios le dará, con lo cual claramente se ve que el ángel distingue al Señor Dios de aquello que en María va a ser engendrado por obra del Espíritu Santo (Mat. 1:18-20).

¿Cuando el Hijo de Dios Padre, engendrado del Padre, ha dejado de ser grande e Hijo?. ¿Cuándo Dios ha dejado de ser uno?.

A la vez el ángel deja en claro que su padre lo es David, hablado ya en presente y no en futuro.

Hemos de tener en cuenta que el evangelista quiere mostrarnos a través de la anunciación quien es Jesús, pero de modo alguno se centra en su madre, ya que ello sería contrario a la obra del Espíritu Santo mismo, por tanto que:

Jn. 16:13 Cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que van a suceder. 14 Él mostrará mi gloria, porque recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes. 15 Todo lo que el Padre tiene, es mío también; por eso dije que el Espíritu recibirá de lo que es mío y se lo dará a conocer a ustedes.

Como bien podemos leer y en Palabra del Señor Jesucristo mismo, el Espíritu Santo toma de Él, nos lo da a conocer y le glorifica. María, como criatura, solo es un instrumento del que Dios se sirve en un momento determinado de la historia y sin más mérito, si es que se le puede atribuir alguno, que el haber sido un vaso útil en las manos del Señor, a tal cual el plan original de Dios que se cumple siempre a su debido tiempo, independientemente de la voluntad del hombre o mujer en cuestión que Dios haya decidido utilizar en su sola potestad en cada ocasión.

Pero sigamos viendo que nos dice el ángel:

Luc. 1:35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Hay que tener en cuenta los detalles.

Por una parte nos dice que el Espíritu Santo vendrá sobre ella, sobre, de modo alguno le está diciendo que será llena del Espíritu, y mucho menos que lo recibirá en ella. Sino que claramente dice sobre ella.

Y a su vez también es muy importante el tener en cuenta que el ángel dice que el poder del Altísimo, el poder, que no el Altísimo y en si mismo, le cubrirá con su sombra. No dice de modo alguno que esté siendo el Altísimo quien le cubre con su sombra, sino su poder, aquello que de Él emana, pero que no es Él en si mismo.

Y de nuevo hay que tener en cuenta que por segunda vez el ángel no dice que lo que de ella va a nacer sea el Hijo de Dios, sino que será llamado Hijo de Dios. Y el ángel viene de parte de Dios, enviado de Dios, con un mensaje de Él, y le dice que lo que de ella va a nacer será llamado Hijo de Dios, no que sea el Hijo de Dios.

María es la madre de Jesús, un verdadero hombre, porque Jesús es nacido de mujer como hombre verdadero. Jesucristo vino como hombre verdadero, y así hay que confesarlo y reconocerlo a tal cual está escrito (2Jn. 7).

La Palabra estaba con Dios, y era Dios. Pero no vino a ser Dios, sino hombre verdadero, porque lo que nace de la carne, carne es, y María es carne. Por ello la Escritura evita decir en la anunciación que quien va a nacer es el Hijo de Dios, porque el Hijo de Dios, y esto todos lo sabemos, es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre y engendrado del Padre. Por ello el ángel no dice que lo que en ella es engendrado, del Padre es. Sino que dice y bien claramente que lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es (Mat. 1:18-20). Muy necesario es de tener en cuenta este detalle: “lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”.

¿Por qué?; porque lo que va a nacer del vientre de una mujer es un hombre verdadero que no es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre, porque el Padre es Dios, es Espíritu. Y el Hijo, que es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre, Espíritu e igual al Padre es.

Por esta razón el ángel no pudo decirle a María en la anunciación que lo que de ella iba a nacer, su hijo, era el Hijo de Dios, sino que sería llamado Hijo de Dios, en un futuro, cuando Jesús y como hombre verdadero manifieste quien es en verdad el HIJO, por medio de su Palabra y las Obras que hará en nombre del Padre.

No, no es la divinidad de Jesús lo que es engendrado en María por obra del Espíritu Santo, sino su humanidad. No olvidemos que Jesucristo vino como hombre verdadero, y así nos es necesario de confesar para no dar pie al engaño (2Jn. 7).

El ser humano y como está escrito (1Tes. 5:23), se compone de alma, cuerpo y Espíritu. Y es el cuerpo, la carne, lo que nace de María, porque María es carne, y lo que es nacido de la carne, carne es (Jn. 3:6). Pero Jesús, como hombre verdadero y en todo igual a nosotros (Heb. 2:17), posee a su vez y como ya hemos dicho; un alma y un espíritu. Y ello, que conforma junto con el cuerpo el ser único de Jesús como hombre verdadero, su persona plena, de modo alguno lo toma de María. De modo alguno emana de María.

Y digo que de modo alguno emana de María, porque madre alguna nada tiene que ver ni con el alma y ni con el espíritu de su hijo, ya que el alma es el ser individual e intransferible de la persona, su yo. Y el espíritu es el único órgano que posee la capacidad para unirse a la vida increada de Dios, con el ser mismo de Dios.

Concluyendo:

Jesús es Dios verdadero no por haber nacido del vientre de una mujer, sino porque Dios ha depositado su vida misma, su ser mismo, su esencia misma en su Espíritu, que forma parte y es indivisible del ser completo que conforma la persona humana, que como ya se ha mostrado y está escrito; se compone de alma, cuerpo y espíritu.

El alma y el cuerpo corresponden a la vida anímica y el espíritu a la vida increada de Dios. Es el miembro que nos permite comunicarnos con Dios.

Jesús es Hombre verdadero porque nació de mujer, engendrado en el vientre de una mujer por obra del Espíritu Santo. Y es Dios verdadero, porque ha sido engendrado del Padre mismo, del Dios Altísimo, en su Espíritu.

Ni la carne ni la sangre pueden lograr entrar ni estar en comunión con Dios (1Cor. 15.50), porque Dios es Espíritu, y únicamente desde el Espíritu se puede ser uno con Dios. Aunque no hay que olvidar que todo en la persona de Jesús, todo su ser: alma, cuerpo y espíritu, todo, estaba sujeto a Dios Padre Todopoderoso, conforme a la Voluntad única de Dios. Esta es la grandeza de Jesús como hombre y de la cual todos hemos de tomar y aprender a ser, y poder llegar a ser uno con Dios, por medio del Hijo.

Sabemos que Isaías 42 hace referencia a Jesús, el siervo sufriente de Dios, por lo tanto vamos a leerlo en sus primeros versículos:

Is. 42:1 “Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones.

Es Dios mismo quien dice que ha puesto en él su Espíritu, es decir: así mismo, porque el Espíritu de Dios es Dios en si mismo.

El Espíritu de Jesús y el Espíritu de Dios uno es. Por ello Jesús es verdaderamente Dios, porque el Espíritu de Dios y el Espíritu de Jesús son uno solo. No su carne, que es nacida de mujer, sino que es su Espíritu el que es uno con Dios, el que es Dios y en si mismo. Todo el ser de Jesús es uno con Dios, porque todo en Jesús: alma, cuerpo y espíritu, estaba, y está, sujeto plenamente a la voluntad de Dios, por sobre su voluntad mismo.

No hay que olvidar que Dios Padre no engendra su Espíritu en María, ello no lo dice en lugar alguno la Escritura, no, sino que es por obra del Espíritu Santo que Jesús es engendrado en María, y lo que en ella es engendrado, es un Hombre verdadero, porque lo humano solo puede dar vida a lo humano, no a lo espiritual, no a lo divino, no a Dios en persona mismo. A Dios nadie le pudo dar a luz, porque Dios es increado, existe desde siempre, es eterno e inmaterial, es invisible, Dios es Espíritu.

Y todos sabemos que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, es decir; que lo que en María es engendrado, del Espíritu Santo es, porque así está escrito. Jesús no recibe de María ni su alma, ni su Espíritu, por lo cual no puede ser madre de Dios, porque de ella no nace un espíritu, y menos aun Dios, sino a un hombre verdadero.

Decir que María es la madre de Dios, es negar la vida increada de Dios. Es negar que Jesús es Hombre y Dios verdadero. Hombre verdadero por haber nacido de Mujer, pero Dios verdadero porque ha sido el Padre mismo quien lo ha engendrado igual así mismo.

Ahora sigamos escudriñando a ver si logramos ver quien es el Hijo de Dios y en verdad en Jesús.

Jn. 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

Jn. 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

El espíritu es el que da vida. La vida del Hijo estaba en Jesús, en la Persona de Jesús, pero lo que es nacido de la carne, de María, carne es. Entonces pues: ¿quién es el Hijo de Dios?. Nos lo acaba de mostrar Jesús mismo por medio de su Palabra: “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.

¿Quién es esta Palabra que es Espíritu y Vida según Jesús?.

Jn. 1:1 En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios.

El Hijo es engendrado del Padre, y el Padre que es Dios es Espíritu. Lo que en María es engendrado, del Espíritu Santo es, y María es carne. El Hijo es de la misma naturaleza que el Padre, y el Padre es Espíritu. Y lo que es nacido de la carne, carne es. Y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.

Lemos bien, porque es Jesús mismo quien está hablando de si mismo:

Jn. 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

¿Quién es el que da vida?, el Espíritu. ¿De qué aprovecha la carne?, de nada y según Jesús. ¿Esto lo tenemos claro?, pues ahora leamos:

Jn. 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

¿Qué es María?, carne, humana, mortal. ¿Qué es Dios?... Espíritu, Divino, Inmortal, y por sobre todo Vida.

¿Quién da y según Jesús vida?, el Espíritu. ¿Qué es Dios?, Espíritu y Vida. ¿Qué nos dice Jesús que es la vida?, Su Palabra. Ahora leamos:

Jn. 1:1 En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. 2 Él estaba en el principio con Dios. 3 Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. 5 Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.

La Palabra estaba con Dios, y era Dios. Y Dios es Espíritu. El Señor dice que la carne para nada aprovecha, sino que es el Espíritu quien da vida, y que su Palabra es Espíritu y Vida.

4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad.

¿En quién estaba la vida?, en la Palabra. ¿Qué nos dice Jesús de su Palabra?, que es Espíritu y Vida.

Por lo tanto, la Palabra que estaba con Dios, y era Dios, es el Espíritu y la Palabra de Jesús, indivisible de Jesús. Y es por medio de Su Palabra, de su Espíritu, que Jesús manifestó a Dios al mundo. Un Dios que es invisible, un Dios que es Espíritu.

El Hijo es de la misma naturaleza que el Padre, engendrado del Padre. El Hijo es Espíritu porque el Padre es Espíritu. Y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.

Lo que en María es engendrado por obra del Espíritu Santo, no lo es del Padre, sino del Espíritu Santo, es obra de Espíritu Santo y así está escrito:

Mat. 1:18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19 José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

Y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no el Padre y el Hijo del Espíritu Santo.

Claro y sencillo: LO QUE EN ELLA ES ENGENDRADO POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO, DEL ESPÍRITU SANTO ES. Pero el Hijo de Dios, que es de la misma naturaleza y sustancia que el Padre, es Hijo del Padre y ENGENDRADO DEL PADRE.

Podría seguir, pero si no entienden esto, difícilmente logren llegar a conocer quien es y en verdad el Hijo de Dios, al cual no todos los de su tiempo pudieron ver ante la persona de Jesús mismo. Ni lo vieron ni reconocieron los escribas, ni los maestros de la ley, ni los fariseos. Incluso a algunos de sus discípulos, que andaban a diario con él, les resultó imposible reconocerlo.

Es verdad que en la persona única de Jesús se dan dos naturalezas, la Humana y la Divina, indivisibles estas a su vez, pero nunca hemos de olvidar que estas dos naturalezas no están mezcladas, ni se pueden confundir. Porque si lo olvidamos, si no lo tenemos constantemente en cuenta, nos resultará imposible saber quien es a la verdad el Hijo de Dios, y por consiguiente se nos escapará la ocasión de serlo nosotros y a la vez, de ser Salvos por haberle visto y creer en Él.

Jn. 6:40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

No, María no es la madre de Dios.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Si una sierva que ha sido sentada a la diestra de Cristo, tal como Betsabé.

El problema es que esto no lo puede usted demostrar, y a la vez, está tomando el lugar de Dios, se está sentando en el trono mismo de Dios, porque tan siquiera Jesús pudo responder a esta cuestión, pero usted, se ha levantado por sobre el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, y sin sustento alguno se puesto en el lugar de Dios.

Esto, joven, es SOBERBIA en estado puro. Ni el Señor pudo responder a esta cuestión:


Mat. 20:23 **Jesús les respondió: —Ustedes beberán este trago amargo,n pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que se les dará a aquellos para quienes mi Padre lo ha preparado

Y como no demuestra cuando el Padre se ha pronunciado... joven, la soberbia es el peor de los pecados, es el mismo que llevó a Satanás a su condenación.
 
Re: Maria no puede ser la madre del Señor

Y luego dices que no te leo, pero repites y repites lo que ya publicaste.

No se esfuerce, ya está mostrando hasta que punto da honra y culto a una criatura por sobre el creador. Ni Jesús pudo pronunciarse, y usted sin escrúpulos alguno ha tomado ni más ni menos que el lugar de Dios Padre y la ha sentado a la diestra del Señor. Ya lo dice la Escritura:

Rom. 1:25 En lugar de la verdad de Dios, han buscado la mentira, y han honrado y adorado las cosas creadas por Dios y no a Dios mismo, que las creó y que merece alabanza por siempre. Amén

La Idolatría causa estragos, y tanto. Ya ha salido en defensa de la criatura y ya no duda en sentarse en el trono de Dios, y pretende hacerse pasar por Dios.