Esos dictadores no hubieran podido hacer tanto daño como hicieron, si no les hubieran seguido naciones amigas de las guerras y de las penas de muerte. Si en esas naciones hubiera habido cristianos verdaderos, les hubieran dicho a esos dictadores: NO, PUES JESUCRISTO DICE: NO MATARÁS Y TENER MISERICORDIA CON TODOS.
Las naciones amigas de las guerras y las penas de muerte, siempre estarán dispuestas a seguir a dictadores como los dictadores que tú has nombrado, pues los dictadores sólo cambian de nombre, pero sus deseos de matar a sus semejantes siempre están presentes. Jesucristo acabó con esas leyes de los pueblos que mandaban penas de muerte y guerras. Aquellos que imponen penas de muerte y guerras, ¿en qué se diferencian de todos los dictadores que tú has nombrado?
Jesucristo les da a todos los padres el remedio para salvar a sus hijos, pues les dice que cuando les persigan en una ciudad, que huyan a otra. Y si también allí les persiguen, que huyan a otra, porque no se acabarán las ciudades donde poder vivir con un poco de tranquilidad antes de que Jesucristo venga en su segunda venida.
Por otra parte, ese padre perseguido ya tiene el mandamiento de Jesucristo que le dice no matarás... Entonces, el camino que le queda es huír... Por eso, el mejor camino en este mundo es no tener nada, ni propiedades ni tesoros a los que aferrarse, porque los ladrones siempre están dispuestos a robar y perseguir a los que se afanan en la codicia de sus bienes.
Entonces, Jesucristo nos dio el remedio para huir de los peligros. Cuando nos persigan en una ciudad, huir a otra, y cuando allí también nos persigan, huir a otra. Si nos quieren quitar las propiedades, es porque las tenemos, y para que no nos las quiten, lo mejor es hacer lo que Jesucristo manda, pues Jesucristo les manda a los que tienen muchas propiedades, que vendan lo que tienen y lo den a los pobres.
QUÉ MALA ES LA CODICIA... La codicia es la raíz de todos los males. Y por causa de la codicia, muchos hombres que tienen muchos bienes, son perseguidos.