1ª Corintios 10:23 Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.
Así que "todo nos es lícito, pero no todo conviene, ni todo edifica"...
Mandamientos de hombres. No beber vino, no fumar, no comer carne ciertos días señalados, no ver, no tocar, no hacer...etc.
Colosenses
2:20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos
2:21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques
2:22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
La Libertad Gloriosa de los Hijos de Dios. Tal libertad hemos alcanzado que podemos hacer lo que creamos oportuno pues vivimos en el Espíritu, más no nos agradamos a nosotros mismos. Los que vivimos en el Espíritu Santo no tenemos problemas pues ya habiendo caminado por años en el Señor tenemos una convicción firme, de que ya no vivimos nosotros, sino Cristo en nosotros.
El Templo del Espíritu Santo. Los hombres dicen: No tomes vino en las comidas. Muchos dicen que eso destruye el Templo de Dios que somos nosotros, pero el Señor dice otra cosa.
Mateo
15:17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
15:18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
15:20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
Así mismo podemos aplicar el beber vino, el fumar, el ir al baile, ir al cine, o tener vida social, pero si por la debilidad de la conciencia del hermano que es débil le puede ser tropiezo; entonces dejaremos de hacerlo hasta que madure en el Señor.
Marcos
7:6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí.
7:7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
7:8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
7:9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
Hay hermanos que dicen que si un hijo de Dios fuma; no es tal, porque destruye el Templo del Espíritu Santo, esto es una contradicción: Si el hijo de Dios, no es hijo de Dios entonces no hay templo que destruir, pues el Espíritu Santo no habita en él.
Sólo somos Templo del Espíritu Santo cuando Éste habita en nosotros; alma viviente, en nuestro corazón espiritual. El cuerpo es el vehículo con que nos movemos por esta dimensión. Es por ello que no contamina (lo que comemos o bebemos) el Templo; nosotros espíritu, alma y cuerpo, pero prima por encima de todo; alma y espíritu. La carne para nada aprovecha.
Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Sobre el vino.
Lucas
7:33 Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.
7:34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos.
Cristo se trataba con pecadores "de alto nivel"; prostitutas, ladrones, asesinos...etc.
Pero si un Pastorcito te ve comiendo con una prostituta, un ladrón o un asesino su corazón se llena de iniquidad, porque su pensamiento no es limpio, sino piensa lo malo: ¡Esto es lo que contamina el Templo del Espíritu Santo! Los pensamientos del Pastor, del Maestro o Anciano que salen de sus negros corazones.
Lo que tiene que ser cambiado del hombre no son las formas exteriores, sino las interiores; esto es: El corazón del hombre.
Pensamiento: Llena está la tierra de hipocresía, y, a lo bueno llamaréis malo, y a lo malo bueno...
¡Qué bueno alabar, que bueno es alabar, que bueno es alabarte Oh, Oh, Oh; Oh Dios!.
Así que "todo nos es lícito, pero no todo conviene, ni todo edifica"...
Mandamientos de hombres. No beber vino, no fumar, no comer carne ciertos días señalados, no ver, no tocar, no hacer...etc.
Colosenses
2:20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos
2:21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques
2:22 (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
La Libertad Gloriosa de los Hijos de Dios. Tal libertad hemos alcanzado que podemos hacer lo que creamos oportuno pues vivimos en el Espíritu, más no nos agradamos a nosotros mismos. Los que vivimos en el Espíritu Santo no tenemos problemas pues ya habiendo caminado por años en el Señor tenemos una convicción firme, de que ya no vivimos nosotros, sino Cristo en nosotros.
El Templo del Espíritu Santo. Los hombres dicen: No tomes vino en las comidas. Muchos dicen que eso destruye el Templo de Dios que somos nosotros, pero el Señor dice otra cosa.
Mateo
15:17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
15:18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
15:20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
Así mismo podemos aplicar el beber vino, el fumar, el ir al baile, ir al cine, o tener vida social, pero si por la debilidad de la conciencia del hermano que es débil le puede ser tropiezo; entonces dejaremos de hacerlo hasta que madure en el Señor.
Marcos
7:6 Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí.
7:7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
7:8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
7:9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
Hay hermanos que dicen que si un hijo de Dios fuma; no es tal, porque destruye el Templo del Espíritu Santo, esto es una contradicción: Si el hijo de Dios, no es hijo de Dios entonces no hay templo que destruir, pues el Espíritu Santo no habita en él.
Sólo somos Templo del Espíritu Santo cuando Éste habita en nosotros; alma viviente, en nuestro corazón espiritual. El cuerpo es el vehículo con que nos movemos por esta dimensión. Es por ello que no contamina (lo que comemos o bebemos) el Templo; nosotros espíritu, alma y cuerpo, pero prima por encima de todo; alma y espíritu. La carne para nada aprovecha.
Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Sobre el vino.
Lucas
7:33 Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene.
7:34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos.
Cristo se trataba con pecadores "de alto nivel"; prostitutas, ladrones, asesinos...etc.
Pero si un Pastorcito te ve comiendo con una prostituta, un ladrón o un asesino su corazón se llena de iniquidad, porque su pensamiento no es limpio, sino piensa lo malo: ¡Esto es lo que contamina el Templo del Espíritu Santo! Los pensamientos del Pastor, del Maestro o Anciano que salen de sus negros corazones.
Lo que tiene que ser cambiado del hombre no son las formas exteriores, sino las interiores; esto es: El corazón del hombre.
Pensamiento: Llena está la tierra de hipocresía, y, a lo bueno llamaréis malo, y a lo malo bueno...
¡Qué bueno alabar, que bueno es alabar, que bueno es alabarte Oh, Oh, Oh; Oh Dios!.