Ahora si entiendo que Manhattan tiene razón acerca de tu percepción distorsionada de Cristo.
Lee:
Gén 18:1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.
Gén 18:2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,
Gén 18:3 y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
Gén 18:4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
Gén 18:5 y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.
Gén 18:6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo.
Gén 18:7 Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo.
Gén 18:8 Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.
Gén 18:9 Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda.
Gén 18:10 Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.
Gén 18:11 Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Gén 18:12 Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?
Gén 18:13 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?
Gén 18:14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
Lo que vio Abraham eran hombres...y uno de ellos Jehová.
Ellos no fueron engendrados por ninguna mujer...para ocupar seres divinos.
Comieron normalmente con Abraham... de lo que comía Abraham.
Esto no fue una visión o una Teofanía...sencillamente fue la Presencia Real de Jehová en forma humana.
Igualmente ocurrió con el Señor Jesucristo...el Verbo se hizo carne...y habitó entre nosotros.
Lo de su nacimiento de una virgen fue anunciado siglos antes por el profeta Isaías...lo importante aquí es la Presencia Real de Dios en su Hijo...para llevar a cabo la obra de la Redención planeada antes de la fundación del mundo.
No estoy diciendo que Jesús es un engendro...así lo entiendes tu...de ahí tu forma distorsionada de ver al Hijo hecho carne.
El Hijo no vino a ser...siempre ha sido desde la Eternidad a la Eternidad...
No existe un punto en el Tiempo dónde el Hijo no haya existido en Dios...forma parte de Su Ser...forma parte de su misma Naturaleza y Esencia.
Nosotros lo contemplamos recibiendo Adoración en el mismo Trono de Dios...antes de la fundación del mundo...recibiendo la misma Gloria.
Cuando el Señor dice:
Jua_10:30 Yo y el Padre uno somos.
Lo entiendo perfectamente.
¿Qué hallamos en Juan 1:1? Su Eternidad;
“en el principio, era el Verbo”; Su Personalidad,
“el Verbo era con Dios”; y, Su Deidad,
“el Verbo era Dios”. “Era”: ¡el pretérito imperfecto que significa un continuo presente!
Si nos remontamos al principio de todos los comienzos, ¡ya Él era! ¡Ya existía!
El v.3 atribuye a Él, el Verbo Eterno, toda la creación:
“TODAS las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.
Para el verdadero creyente, provisto del Espíritu de Dios, esto es suficientemente sencillo; cualquier adicional argumentación en contrario, es inútil y fútil.
¿Qué testimonia Filipenses 2? “Siendo en forma de Dios” (v.6): nunca Él empezó a existir en esa forma, y nunca dejó de serlo.
Eternamente ha existido así, porque Él es Dios esencial, eternal, y totalmente.
“Forma” es un término que expresa la suma de todas las cualidades características que hacen que algo sea precisamente lo que es; en este caso, todas las características que hacen que el Ser que llamamos Dios sea específicamente Dios.
Cristo, pues, es todo lo que es Dios; posee la plenitud de los atributos que hacen que Dios sea Dios.
El NO aspiró a “ser igual a Dios”, porque siempre lo ha sido.
Por lo contrario, no se aferró al ser igual a Dios, para mantenerse en el Trono de Dios, donde Le vio Isaías (Is.6:1-6).
Tenía todo el derecho de permanecer así, pero asombrosamente ¡no Se aferró sino que Se despojó!
Comentamos más sobre esto más adelante.
¡Llegamos a Colosenses 1! El apóstol emplea una extensa oración gramatical, cuyo Sujeto está en el v.13, “Su amado Hijo” (o, el “Hijo de Su amor”), y alcanza hasta el v.20. En relación con Dios, “Él es la Imagen del Dios invisible”.
En relación con las cosas creadas, Él es “el Primogénito de toda creación”.
En relación con la Iglesia, Él es la Cabeza.
Como Imagen, Cristo es, pues, esencial y absolutamente la perfecta y visible expresión, y representación, y manifestación de Dios, a los seres creados.
Solo Él ha manifestado a Dios.
“Primogénito” (Protótokos) de toda creación: no la primera criatura(protóktistos), sino Él que fue antes de todas las cosas, y Quien es causa de estas.
Este término habla de Su rango, honor, importancia.
La palabra es explicada en el pasaje: “porque en Él fueron creadas TODAS las cosas”.
Su majestad como Creador es presentada en el pasaje. Note el uso de las preposiciones: “en (en) Él” — Origen, Diseñador, Arquitecto; “por medio (dia) de Él” —Operador, Constructor, Agente; “para (eis) Él” —Objetivo, Disfrutador, Aspiración; “Él es antes (pro) de todas las cosas” Unico, Antecedente; “en (en) Él subsisten (se mantienen juntamente, tienen consistencia)” —Sostenedor, Administrador.
Hebreos 1 no es menos.
Empieza con el contraste entre la revelación parcial dada por Dios por los profetas del Antiguo Pacto, y la revelación final y completa en HIJO.
Es allí donde se nos da una Héptuple Descripción del Hijo.
El cap. se ocupa, entonces, con 7 citas del Antiguo Testamento para contrastar al Hijo con los ángeles.
Cuando afirma que Él es la “Imagen Misma de” la sustancia de Dios, se entiende que el Ser esencial de Dios se estampa en forma distintiva en Cristo.
Él tiene la impresión exacta de la naturaleza divina y del carácter divino.
Nada falta; todos los atributos de Dios Le pertenecen.
Y, ¿qué del Antiguo Testamento?
Existe perfecta consistencia en el Antiguo, como en el Nuevo, Testamentos sobre el tema.
Considere:
· Salmo 45:6,7 —Dios Mismo, llamando al Hijo, Dios;
· Salmo 110:1 —Cristo es Adonai (Soberano Señor, Propietario, Maestro o Comandante Supremo, Poseedor);
· Isaías 7:13-14 —Emanuel, Dios con nosotros;
· Isaías 9:6 —Dios Fuerte;
· Isaías 40:3,9 —Dios Jehová, a Quien Juan el Bautista preparó el camino;
· Zacarías 13:7 —”el hombre Compañero (el hombre de Mi unión; un hombre Co-igual conmigo) Mío”;
· Malaquías 3:1 —el mensajero de Dios el Señor, Juan el Bautista, prepara el camino a El Mismo, el Señor. Su FILIACIÓN Eterna Cristo es el Hijo Eterno de Dios: siempre ha sido el Hijo de Dios.
La relación HIJO-PADRE en Dios es eterna. El término “Hijo” no significa que Él sea menor que el Padre, o que el Padre es primero que el Hijo. Sino, que Él es igual a Dios.
Por esto, los judíos ya molestos porque el Señor había sanado al paralítico en un Sábado, se ofendieron aún más cuando Él habló de Su Padre: “los judíos aun más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era Su Propio Padre, haciéndose igual a Dios” (Juan 5:18).
Hijo de Dios indica, pues, igualdad con Dios, Deidad esencial:
“Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no Te apedreamos, sino por la blasfemia; porque Tú siendo hombre, Te haces Dios”
(Juan 10:33).
Esto es el testimonio de la Escritura.
En Proverbios 30:4, escrito entre 700 y 900 años antes de Su Encarnación, se nos habla de la existencia del Hijo de Dios previo a Su Primera Venida al mundo.
En Isaías 9:6 claramente se nos dice que el Hijo nos fue dado.
El Hijo de Dios nunca nació; un niño nació, sí; pero, el Hijo nos fue dado.
Ya era, de antemano, el Hijo de Dios cuando nació en Belén.
Juan 1:1-5,9-18 demuestra que el Verbo es la Misma Persona del Hijo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
“A Dios nadie Le vio jamás; el Unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él Le ha dado a conocer”.
Siendo la Misma Persona, pues, y habiéndose demostrado que el Verbo es Eterno, entonces el Hijo es Eterno.
En Juan 17:1,5 son palabras del Hijo a Su Padre.
Este es el contexto de todo lo que se expresa en el capítulo entero.
Y, el Hijo menciona de la gloria que tuvo con el Padre antes que el mundo fuese, antes de la creación del mundo.
En la Eternidad, Él era el Hijo de Dios. ¿A Quién fue que envió el Padre? ¡Al Hijo! Y, ¿Quién envió al Hijo al mundo? ¡El Padre! Juan 7:28-29; Gálatas 4:4; 1 Juan 4:14.
El Padre, pues, envió a Uno que ya existía como Su Hijo; no que Él se convirtió en Su Hijo para ser enviado.
La misma verdad en Colosenses 1:12-17 el Hijo del v.13, es el Hijo del Padre mencionado en el v.12, y es el Creador de todas las cosas en el v.16. Por tanto, la relación Padre-Hijo es antes de la creación de todas las cosas; es eterna.
¿Qué nos enseña Hebreos?
Hebreos 1:1-3 nos indica que el Hijo ya era el Heredero de todo cuando Él hizo el universo y antes de hacer la purificación de nuestros pecados en la cruz del Calvario.
Heb.2:9 nos dice que Él fue hecho un poco menor que los ángeles.
Es decir, Él existía antes de llegar a esta posición tan humilde, en una posición elevada.
Esto nos lleva al Hijo del 1:2, Quien de hecho es el Jesús del 2:9 este pasaje, pues, enseña Su pre-existencia como Hijo de Dios.
Y, en Heb.7:3, un sacerdote y rey que vivió unos 2000 años antes que el Señor Jesucristo se encarnara, fue hecho semejante al Hijo de Dios.
Melquisedec sí tuvo un padre y una madre; sí tuvo su fecha de nacimiento, y su familia, y su fecha de muerte.
Empero, el Espíritu de Dios lo presenta en Gén.14 sin esos detalles para asemejarlo al Hijo de Dios, Quien sí es eterno.
Esta Filiación no solo es eterna; es única.
Por eso Él es llamado “el Unigénito del Padre”, el “Hijo unigénito”, Su Unigénito.
Los ángeles son “hijos de Dios” por creación; los creyentes de esta Dispensación somos “hijos de Dios” por regeneración, o nuevo nacimiento.
Pero, Él es Único porque es Dios, es una relación esencial.
Él Mismo hace la diferencia en Juan 20:17, al decir: “Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios”.
Él nunca usó “el Padre nuestro”; Su relación como Hijo de Dios es esencial, eterna y exclusiva de Él.
Preguntamos, cada uno a su propia alma, y a cada uno que alcanza a leer estas líneas:
¿puedes decir con el gran apóstol, el Hijo de Dios me amó y Se entregó a Sí Mismo por mí?
Con razón él no respondía más a la Ley y sus ordenanzas: estaba crucificado juntamente con Cristo.
Con razón ya no vivía para su “yo” (ego): vivía Cristo en él.
La majestad de esta Persona, la magnitud de Su amor, la manera de Su entrega, demandan por lo menos ¡TODO!
Este es nuestro Cristo...sin distorsiones de considerarlo una criatura como lo hace usted.
Natanael.