Los finales del Evangelio de Marcos

28 Noviembre 1998
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DTB JETONIUS


Muy interesante lo que expones, ademas de cierto, pero NO para ti, sino para los demas Evangelicos, pricipalmente los Pentecostales, Bautistas y los de los predicadores de la Prosperidad. Si como dices Origenes y varios mas NO conocieron despues de Mc.16,9 hay que preguntarse ¿Es esta parte inspirada por el Espiritu Santo?
De ser asi o no ¿Quien lo agrego?
No habiendo sido dado el Canon del N.T. hasta el 393 d.C. y como muchos NO consideraban inspirado el Apocalipsis ¿Quienes le agregaron Mc.16,9 y ss. tienen o no culpa de agregar algo que todavia la Palabra de Dios NO prohibia que se le agregara o quitara Apoc.22,19?


Atentamente en XTO y Maria su hno. karolusin
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por karolusin:
DTB JETONIUS


Muy interesante lo que expones, ademas de cierto, pero NO para ti, sino para los demas Evangelicos, pricipalmente los Pentecostales, Bautistas y los de los predicadores de la Prosperidad.
[/quote]

Por cierto que es interesante para mí también, como debiera serlo para cualquier persona que tome en serio el estudio bíblico.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Si como dices Origenes y varios mas NO conocieron despues de Mc.16,9 hay que preguntarse ¿Es esta parte inspirada por el Espiritu Santo?
[/quote]

No lo sé, pero no me parece que pueda atribuírsele la misma clase de inspiración que al resto del texto.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
De ser asi o no ¿Quien lo agrego?
[/quote]

Se ignora por completo. La adición debió ser, sin embargo, hecha no más tarde que en el siglo II.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
No habiendo sido dado el Canon del N.T. hasta el 393 d.C. y como muchos NO consideraban inspirado el Apocalipsis ¿Quienes le agregaron Mc.16,9 y ss. tienen o no culpa de agregar algo que todavia la Palabra de Dios NO prohibia que se le agregara o quitara Apoc.22,19?
[/quote]

El hecho de que el canon del NT tal como se lo conoce hoy no haya alcanzado consenso sino hasta fines del siglo IV no afecta a los cuatro Evangelios, cuyo reconocimiento general está atestiguado desde el siglo II.
La responsabilidad que les quepa a quienes añadieron los vv. 9-16 es algo que solamente Dios puede determinar.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Atentamente en XTO y Maria su hno. karolusin
[/quote]

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><

Sola Gratia
Sola Fide
Solus Christus
Sola Scriptura
Soli Deo Gloria!
 
DTB JETONIUS

Upsss. me equivoque.
donde pues <BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Muy interesante lo que expones, ademas de cierto, pero NO para ti, sino para los demas Evangelicos, pricipalmente los Pentecostales, Bautistas y los de los predicadores de la Prosperidad. [/quote]
Debi decir <BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Muy interesante lo que expones, ademas de cierto, pero NO es la pregunta para ti, sino para los demas Evangelicos, pricipalmente los Pentecostales, Bautistas y los de los predicadores de la Prosperidad. ¿Que piensan acerca de esto? pues yo se que TU tienes una buena respuesta [/quote]

Cometi pecado de Omision, sirvase perdonarme My friend, por involuntariamente OMITIR lo que puse en Negritas


Fraternalmente en XTO y Maria, de tu hno karolusin
 
Los finales del Evangelio de Marcos

LOS FINALES DEL EVANGELIO DE MARCOS

Los manuscritos griegos y de antiguas versiones (traducciones) del Nuevo Testamento presentan cinco finales diferentes para el Evangelio de Marcos, a saber:

1. Algunos finalizan en el versículo 16:8 y simplemente omiten los vv. 9-20: “Ellas salieron huyendo del sepulcro, porque les había entrado temblor y espanto; y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.” Así los códices Sinaítico y Vaticano, L*, el manuscrito k de la Antigua Versión Latina, la Siríaca sinaítica,y diversos manuscritos de las versiones antiguas armenia, georgiana y etíope. Eusebio y Jerónimo notaron que la mayoría de los manuscritos griegos que pudieron examinar carecían del final largo. Al parecer, ni Clemente ni Orígenes conocieron tal final. Finalmente, aún algunos de los manuscritos que lo poseen, presentan observaciones o marcas de los escribas indicando que se trata de una adición.

2. Otros añaden el siguiente texto: “Pero [las mujeres] les informaron brevemente a Pedro y a los que estaban con él todo cuanto se les había dicho. Y después de esto Jesús mismo envió por medio de ellos, del oriente al occidente, la sagrada e imperecedera proclamación de la salvación eterna.” Entre ellos solo este versículo en el códice Bobbiensis (k) del siglo IV o V.

3. Aún otros intercalan el versículo arriba citado antes del final largo (16:9-20) en unciales de los siglos VII al IX (L, Psi, 099, 0112), algunos minúsculos y copias de versiones antiguas.

4. Muchos manuscritos contienen el final largo que incluye los versículos 9-20, algunos con el agregado del texto recién mencionado). Es el que se halla en el llamado Textus Receptus, y es atestiguado por los unciales A C D L W Delta Sigma Theta 047, la mayoría de los manuscritos minúsculos y de la Antigua Latina, la Vulgata, la siríaca curetoniana y Peshitta (“vulgata” siríaca), y la versión copta. Además de otros testimonios posteriores, Ireneo e Hipólito lo conocían; al parecer es citado por la Epistula Apostolorum y Taciano la incluyó en su armonía o Diatessaron de finales del siglo II.

5. Finalmente, existe una versión ampliada del final “largo” que inmediatamente después del versículo 14 (“..porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado”) añade: “Y ellos se excusaron diciendo «Esta edad de iniquidad e incredulidad está bajo Satán, quien no permite que la verdad y el poder de Dios prevalezcan sobre la impureza de los espíritus. Por tanto, revela ahora tu justicia.» Así le hablaron a Cristo. Y Cristo les respondió, «El término de años del poder de Satán se ha cumplido, pero otras terribles cosas se aproximan. Y por aquellos que han pecado yo fui entregado a la muerte, para que puedan volver a la verdad y no pecar más; para que puedan heredar la gloria espiritual e incorruptible de justicia que está en el cielo.»” Esta adición fue notada por Jerónimo, y es atestiguada por el códice W adquirido en 1906 por Charles L. Freer, que data de la última parte del siglo IV o principios del siguiente.

Desde luego, no todos estos finales tienen el mismo peso. Es extremadamente improbable que Marcos, con su estilo sencillo, haya escrito algo tan altisonante como “la sagrada e imperecedera proclamación de la salvación eterna”, o “la gloria espiritual e incorruptible de justicia” , expresiones que delatan influencias helenistas posteriores. Este hecho, sumado al número y edad de los testimonios, prácticamente exime de mayores consideraciones a los finales listados (2) (3) y (4).

Aunque algunos han sostenido –por ejemplo Lohse, p. 144-145- que el Evangelio finalizaba originalmente en el versículo 8, esto también es poco probable, en parte porque aparece como un final anticlimático, muy poco apropiado para concluir “el evangelio de Jesucristo”(1:1).

Más importante es la evidencia provista por la última cláusula del versículo 8, “porque tenían miedo” (griego efobounto gar). Metzger nota que “desde un punto de vista estilístico, terminar una frase griega con la palabra gar es extremadamente inusual y rarísimo –sólo se han hallado relativamente pocos ejemplos en toda la vasta gama de obras literarias griegas, y no se ha hallado ningún caso en el cual gar se encuentre al final de un libro. Más aún, es posible que en el versículo 8 Marcos use el verbo efobounto para significar «estaban asustadas de...» algo (como lo hace en cuatro de las otras apariciones de este verbo en su Evangelio [ver Marcos 9:32, 11:32, 12:12 y especialmente 11:18, “efobounto gar auton”, le temían a él - Jetonius]). En tal caso, obviamente se requiere algo para concluir la frase.” (p. 228). En definitiva, estos hechos sugieren que falta algo de lo que Marcos originalmente escribió, y que tal ausencia motivó más tarde la aparición de diferentes conclusiones.

La versión que aparece en nuestras Biblias como los versículos 16:9-20 tampoco parece la original, pese a ser atestiguada por muchos manuscritos. Por empezar, hay una transición muy abrupta entre el v. 8 y el 9; el sujeto del primer versículo (8) son las mujeres, mientras que Jesús es obviamente el sujeto en el segundo (9). Sin embargo, en el texto griego el sujeto está tácito: “Y habiendo resucitado temprano el primer [día] de la semana, se apareció primero a María la Magdalena...” Este hecho no resulta evidente en muchas versiones en español porque los traductores incluyen habitualmente el nombre de Jesús en esta frase; así por ejemplo las versiones evangélicas Reina-Valera 1960 y 1995, la Biblia de las Américas (en cursiva) . la Nueva Versión Internacional y la Versión Popular; entre las católicas, la Nácar Colunga, la Biblia de Jerusalén y El Libro del Pueblo de Dios.

En segundo lugar, en el v. 9 se habla de María Magdalena como si no se la hubiese mencionado antes, cuando ya se habló de ella en el relato marcano de la crucifixión, sepultura y resurrección. El resto de las mujeres desaparece de la escena, aún cuando se les había comisionado para relatar la resurrección en el v. 7. En el mismo versículo el ángel anuncia que verán a Jesús en Galilea, pero las manifestaciones del Resucitado dan la impresión de ocurrir en el área de Jerusalén; al menos, no se menciona Galilea.

El estilo de estos versículos difiere también del lenguaje habitual de Marcos. De las 101 palabras griegas de los versículos 9-20, hay 75 significativas (excluidos conjunciones, artículos y nombres propios), de las cuales 15 no aparecen en el resto del Evangelio y 11 que sí aparecen, se emplean con un sentido diferente. Aún considerando la diferencia del tema, el lenguaje se presenta prima facie como no propio de Marcos.

Tampoco hay en el resto del segundo Evangelio ningún reproche tan severo como el indicado en el versículo 14. Por otro lado, la promesa de inmunidad ante las serpientes y el veneno no sólo es ajena a Marcos, sino a los otros tres evangelios, y al resto del Nuevo Testamento.

Hay quienes piensan que los versículos 9-20 son un intento de armonizar el relato de Marcos con los de los otros Evangelios canónicos; así por ejemplo Bruce y Linnemann (citado por Kümmel). Por otra parte dicha “conclusión ha sido impugnada, con mucho acierto”(Leon-Dufour), por Joseph Hug, en una tesis doctoral publicada en 1978 y que no he podido consultar. Este análisis literario indicaría que los versículos 9-20 serían un añadido original que debe datarse entre fines del siglo primero o en todo caso antes de mediados del segundo (Metzger, p. 297). El agregado habría tenido como prpósito proveer de instrucciones misioneras a la comunidad cristiana de habla griega con tendencias carismáticas. Desde este punto de vista, Marcos 16:9-20 sería un testimonio muy primitivo proveniente de la Iglesia subapostólica.

En definitiva, considerada toda la evidencia, al parecer el texto auténtico y original de Marcos, tal como este Evangelio se ha conservado, concluye en 16:8. Por tanto, no es prudente basar doctrinas en los versículos 9-20.

Bibliografía

Bruce, Frederick Fyvie: Answers to questions. The Paternoster Press, 1972 (p. 155).

Kümmel, Werner Georg. Introduction to the New Testament. Rev. English Ed. Trad. Howard Clark Kee. Nashville: Abingdon Press, 1975 (p. 98-101).

Ladd, George Eldon. Crítica del Nuevo Testamento: Una perspectiva evangélica. Trad. Moisés Chávez. El Paso: Mundo Hispano, 1990 (p. 56-59).

Leon-Dufour, Xavier. Los evangelios sinópticos. En Augustin George y Pierre Grelot (Dirs.), Introducción Crítica al Nuevo Testamento. Trad. J. Cabanes y M. Villanueva. Barcelona: Herder, 1982 (pp. 293-295).

Metzger, Bruce M. The text of the New Testament: Its transmission, corruption and restoration, 3ª Ed. New York: Oxford University Press, 1992 (p. 226-228, 296-297).

Wessel, Walter W.. Mark. En Frank E. Gaebelein (Gen.Ed.), The Expositor’s Bible Commentary. Grand Rapids: Zondervan, 1984 (8:791-793).


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Hace mucho tiempo crei yo tambien, que esos versiculos alguien los habia añadido, pero que equivocado estaba.

Es en esos versiculos donde Jesus nos hace ver la autoridad que tenemos y el unico interesado en que no sepamos o conoscamos esta autoridad es el diablo.

el va a buscar por todos los medios de desvirtuar la verdad, de hacerla ver ridicula, no solo estos versiculos sino todo lo que sea verdad.

Ahora me he dado cuenta de la autoridad Jesus me ha dado para hechar fuera demonio y sobre toda fuerza del enemigo, gracias a que he creido la palabra escrita en esos hermosos versiculos.

Las gentes que se inclinan por decir que esta parte no es de inspiracion divina, son gente que no conoce realmente a Dios, gente sin autoridad, por que se han dejado engañar por el diablo y cuando se enfrentan a una situacion espiritual no hayan que hacer y el diablo se rie de ellos. Pues como no si ignoran tan grande verdad.

El creer en esas palabras finales de el libro de marcos es mas poderoso que 10 años de teologia en el mejor instituto biblico.

Lo digo por que conozco realmente la diferencia entre creerlos y no creerlos y la diferencia es abismal.

Dios les bendiga

Victor
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por victor:
Hace mucho tiempo crei yo tambien, que esos versiculos alguien los habia añadido, pero que equivocado estaba.

Es en esos versiculos donde Jesus nos hace ver la autoridad que tenemos y el unico interesado en que no sepamos o conoscamos esta autoridad es el diablo. el va a buscar por todos los medios de desvirtuar la verdad, de hacerla ver ridicula, no solo estos versiculos sino todo lo que sea verdad.

Ahora me he dado cuenta de la autoridad Jesus me ha dado para hechar fuera demonio y sobre toda fuerza del enemigo, gracias a que he creido la palabra escrita en esos hermosos versiculos.
[/quote]

Estimado Víctor:

Hay muchos otros versículos que hablan de la victoria que los creyentes firmes en Cristo tienen sobre Satanás.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Las gentes que se inclinan por decir que esta parte no es de inspiracion divina, son gente que no conoce realmente a Dios, gente sin autoridad, por que se han dejado engañar por el diablo y cuando se enfrentan a una situacion espiritual no hayan que hacer y el diablo se rie de ellos. Pues como no si ignoran tan grande verdad.
[/quote]

Usted sí que habla de lo que no sabe, al descalificar de este modo. Con esto demuestra simplemente su actitud arrogante hacia otros creyentes y su ignorancia de lo que toda la Escritura dice acerca de nuestra autoridad en Cristo.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
El creer en esas palabras finales de el libro de marcos es mas poderoso que 10 años de teologia en el mejor instituto biblico.

Lo digo por que conozco realmente la diferencia entre creerlos y no creerlos y la diferencia es abismal.
[/quote]

¿Qué puedo decir? Usted habla de lo que dice que ha experimentado, y yo de la evidencia. Al parecer, estamos en carriles distintos.

Que Dios le bendiga,

Jetonius

<{{{><

Sola Gratia
Sola Fide
Solus Christus
Sola Scriptura
Soli Deo Gloria!


Dios les bendiga

Victor[/B][/QUOTE]
 
Jetonius....

Pero si se pueden basar doctrinas en Mt.28:1 al 10.

¿o tampoco se pueden basar en estos vers.?

Cordial saludo.
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Es obvio que el versículo 9 no se sigue al 8. Es probable que lo que sucedió es que se perdió un fragmento intermedio. Pero no podemos afirmar que lo que hoy numeramos 9 al final no sea original de Marcos.
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Lo que sucede es que este final "largo" de Marcos, si bien se encuentra en el noventa y nueve por ciento de los manuscritos griegos, en cambio, no figura en los manuscritos griegos más antiguos que se conservan de este evangelio ( que son el códice vaticano y el códice sinaítico); además, en otros manuscritos aparece un final distinto. [h=4] Dejando a un lado el papiro 7Q5, del que se ha hablado en la página anterior, el papiro más antiguo que conserva buena parte del evangelio de Marcos es el papiro P45, datado a comienzos del siglo III. Sin embargo, en este papiro en formato de códice no se conserva todo el evangelio, pues sólo contiene del capítulo 4 hasta el capítulo 12, versículo 28. Por tanto, este papiro no resuelve el problema. [/h][h=4] De comienzos del siglo IV datan los dos códices más importantes que contienen el Nuevo Testamento. Se trata del códice vaticano y de códice sinaítico. En estos dos códices el evangelio de Marcos concluye en Mc 16.8, y no figuran los versículos del 9 al 19. [/h]
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

De hecho, los versículos 9-20 no aparecen en ninguno de los manuscritos conservados más antiguos y se ha comprobado que el estilo es muy diferente al resto del Evangelio. Orígenes, en el siglo III, cuando cita los relatos de la Resurrección, se refiere a los otros tres canónicos, pero no a Marcos. Algunos manuscritos, además, añaden otros finales diferentes del actual.
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

EL TESTIMONIO DE TEÓLOGOS CONTEMPORÁNEOS.

FRANCISCO LACUEVA (preminelarista y dispensacionalista) autor de la traducción de la obra editada por CLIE: Comentario Bíblico Matthew Henry, en un solo tomo, en la página 1254, dice sobre el texto de Marcos 16,9-20: “(Es de alguna importancia advertir a los lectores que todo lo que sigue, desde el versículo 9 hasta el final de este Evangelio, está muy diversamente atestiguado por los MSS existentes y, por consiguiente, no tiene una autoridad tan clara como todo lo que precede. Esto ha de notarse, especialmente, con respecto a los versículos 17-20, sobre lo que muchos creyentes mal informados se confunden y crean confusión. Nota del traductor.)”

JOHN MacARTHUR En la Biblia comentada por el sobre el texto de Mr. 16,9-20 (p. 1354), dice: “La evidencia externa sugiere fuertemente que estos versículos no estaban en el evangelio original de Marcos. Mientras que la mayoría de los manuscritos griegos contienen estos versos, los más antiguos y confiables no…Eusebio y Jerónimo, padres de la iglesia en el siglo cuarto, notan que casi todos los manuscritos griegos disponibles para ellos, carecen de los vv. 9-20…la presencia en estos versículos de palabras griegas no usadas en ninguna otra parte del Evangelio, refuerza la idea de que Marcos no los escribió…”

EVERETT F.HARRISON, en el Comentario Bíblico Moody, editorial Portavoz, página 95, dice: “…Según las normas reconocidas de evaluación textual, han de rechazarse por tanto, la conclusión extensa, como la breve, y tal es el veredicto de la mayoría de los críticos textuales.” También sostiene las posturas anteriores al mencionar los códices Sinaítico y Vaticano.

LUIS BONET y ALFREDO SCHROEDER; En su comentario a los evangelios sinópticos, vol. I, dice en la página 453: “Los versículos que siguen (9-20) no parecen haber formada parte del evangelio de Marcos, que en su origen se detenía inconcluso en el v. 8. Los críticos más dignos de confianza no admiten su autenticidad.”

LUIS ALONSO SCHÖKEL y JUAN MATEOS, en su versión; Nueva Biblia Española, de editorial Cristiandad, en la página 1552, dicen: “El texto actual de Mc termina con un apéndice (16,9-20), que falta en los mejores manuscritos. El estilo no es de Mc, y se inspira de relatos de Mt y Lc.”

JOACHIM JEREMIAS, En su Comentario Teología del Nuevo Testamento, vol. I, de editorial Sígueme, dice en la página 354: “el Señor se aparece a Pedro…Uno de los hechos más asombrosos y enigmáticos de toda la primitiva tradición cristiana es que esta cristofanía de Pedro…no esté descrita en ninguna parte: Ni por Mateo ni por Lucas ni por Juan ni tampoco por el espúreo final de Marcos…”
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Conclusión larga *
[En ciertos manuscritos griegos antiguos, y en
la Peshita, aparece la siguiente conclusión, pero no
aparece en los manuscritos griegos más antiguos;
el Vaticano y el Sinaítico, ni en la Antigua Airiaca.]
9 Después de haber resucitado, muy de mañana el
primer día de la semana se le apareció a Miryam la
Magdalena, de la cual había expulsado siete demonios.
10 Luego ella fue y lo anunció a los que habían estado
con él, que estaban tristes y lloraban. 11 Pero cuando
ellos oyeron que estaba vivo y que ella lo había visto,
no lo creyeron.
12 Después se apareció en otra forma a dos de
ellos que iban caminando hacia el campo. 13 Ellos
fueron y lo anunciaron a los demás, pero tampoco a
ellos les creyeron.
14 Luego, apareció a los Once cuando estaban
sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad
y dureza de corazón, porque no habían creído a los que
lo habían visto resucitado.
15 Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y procla-
men la Buena Noticia a toda criatura. 16 El que crea y
se sumerja se salvará; pero el que no crea se condena-
rá. 17 Estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas
idiomas, 18 tomarán serpientes en las manos, y si llegan
a beber algo venenoso, no les hará daño. Sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.
19 Después que les habló, el Maestro Yahoshúa

fue elevado hacia el cielo, y se sentó a la diestra de
Elohim. 20 Y ellos salieron y proclamaron en todas
partes; el Maestro actuaba con ellos y confirmaba el
mensaje con las señales que seguían.


Conclusión corta
[Algunos manuscritos griegos más recientes
añaden una conclusión corta después del capítulo
16:8, como sigue:]
[Pero todo lo que les había dicho, ellas se lo
contaron brevemente a los que estaban alrededor de
Kefá. Y después de estas cosas, Yahoshúa mismo
envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el
occidente, la santa e incorruptible proclamación de la

salvación eterna.]

[Un manuscrito griego añade entre los versícu-
los 14 y 15 el siguiente fragmento:]
[Y éstos alegaron en su defensa: “Esta era de
violación de la Torah y de incredulidad está bajo el
Satán, quien no deja que los que están bajo los espíritus
inmundos reciban la verdad y el poder de Elohim; por
eso, revela ya tu justicia”.
Esto se lo decían al Mashíaj, y el Mashíaj les
respondió: "El término de los años de la autoridad del
Satán se ha cumplido, pero otras cosas terribles se
acercan. Y por causa de los que pecaron yo me he
entregado a la muerte, para que se conviertan a la
verdad y no pequen más, a fin de que hereden la gloria
espiritual e incorruptible de justicia que hay en el
cielo."]
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

El texto del Segundo Evangelio, como de hecho el de todos los Evangelios, está excelentemente atestiguado. Aparece en todos los manuscritos unciales, C, sin embargo, no tiene el texto completo en todos los unciales tardíos más importantes, en su mayoría en cursivas; en todas las versiones antiguas: latina (tanto en la Vet. It., en sus mejores manuscritos, y la Vulgata), siríaca (Pesh., Curet., Sin., Harcl., Palest.), coptas (Memph. y Theb.), armenias, gótica y etíope, y es en gran medida sancionado con citas patrísticas. Sin embargo, todavía hay algunos problemas textuales, por ejemplo, si en 5,1 se debe leer Perasenon o Gergesenon , en 6,20, eporei o epoiei, y si en 6,20 se debe leer el difícil autou, atestiguado por B, Aleph, A, L o autes.
Pero el gran problema textual del Evangelio se refiere a la autenticidad de los últimos doce versículos. Se conocen tres conclusiones de este Evangelio: la conclusión larga, como en nuestras Biblias, que contiene los versículos del 9 al 20; la corta que termina con el versículo 8 (ephabounto gar); y una forma intermedia, que (con algunas ligeras variaciones) lee como sigue: "Y de inmediato dieron a conocer todo lo que se les había mandado a aquellos sobre Pedro. Y después de esto, Jesús mismo se apareció a ellos, y a través de ellos envió de Oriente a Occidente la proclamación santa e incorruptible de la salvación eterna". Ahora bien, esta tercera forma puede ser descartada de inmediato. Cuatro manuscritos unciales que datan de los siglos VII al IX, la colocan, en efecto, después de 16,8, pero cada uno de ellos hace referencia también al final largo como alternativa (para detalles cf. Swete, op. cit., pp. CV-CVII). Aparece también en el margen del manuscrito cursivo 274, en el margen del siríaco harcleano y de dos manuscritos de la versión de Menfis; y en unos pocos manuscritos de la etíope aparece entre el versículo 8 y la conclusión ordinaria. Sólo una autoridad, la antigua k latina, lo da solo (en una traducción muy corrupta), sin ninguna referencia a la forma larga. Esta evidencia, especialmente cuando se compara con la de los otros dos finales, no puede tener peso, y de hecho, ningún estudioso considera que esta conclusión intermedia tenga ningún derecha a ser aceptada.
Podemos pasar entonces a considerar cómo se encuentra el caso entre la conclusión larga y la corta, es decir, entre la aceptación de los versículos 16,9-20 como una parte genuina del Evangelio original, o hacer el final original en el 16,8. A favor de la forma corta se apela a la declaración de Eusebio ("Quaest. Ad Marín.", en PG, XXII, 937-40) como que un apologista puede deshacerse de cualquier dificultad que surja de la comparación de Mateo 28,1 con Marcos 16,9, en lo que respecta a la hora de la Resurrección de Jesucristo, al señalar que el pasaje en Marcos que comienza con el versículo 9 no aparece en todos los manuscritos del Evangelio. El historiador pasa luego a decir él mismo que en casi todos los manuscritos de Marcos, al menos, en los precisos (schedon en apasi tois antigrahois ... ta Goun akribe), el Evangelio termina con el versículo 16,8. Es cierto, Eusebio da una segunda respuesta que el apologista puede hacer, y que supone la autenticidad del disputado pasaje, y dice que esta última respuesta podría ser dada por uno "que no se atreviera a dejar de lado cualquier cosa que se encontrara de cualquier modo en la redacción del Evangelio". Pero todo el pasaje muestra claramente que Eusebio estaba dispuesto a rechazar todo después de 16,8. Suele afirmarse, también, que él no le aplicó sus cánones a los versículos en disputa, lo que demuestra claramente que no los consideraba parte del texto original (vea, sin embargo, Scriv. "Introd.", II, 1894, 339). San Jerónimo también dice en un lugar ( "Ad. Hedib.", en PL, XXII, 987) que el pasaje faltaba en casi todos los manuscritos griegos (omnibus Graeciae libris poene hoc capitulum in fine non habentibus), pero se lo cita en otro lugar ("Comment. on Matt.", en P.L., XXVI, 214; "Ad Hedib.", en P.L., XXII, 987-88), y como sabemos, lo incorporó a la Vulgata. Es evidente que todo el pasaje, donde Jerónimo declara que los versículos en disputa están ausentes de los manuscritos griegos, fue tomado casi literalmente de Eusebio, y puede ponerse en duda si su declaración realmente añade ningún peso independiente a la declaración de Eusebio. Parece muy probable también que Víctor de Antioquía, el primer comentarista del Segundo Evangelio, considerara el v. 16,8 como la conclusión. Si a esto le añadimos que el Evangelio termina con 16,8 en los dos manuscritos griegos más antiguos, B y N, en el Sin. Siríaco y en unos cuantos manuscritos etíopes; y que el manuscrito cursivo 22 y algunos manuscritos armenios indican duda sobre si el verdadero final es el versículo 8 o el versículo 20, se ha mencionado toda la evidencia que puede aducirse a favor de la conclusión corta.
La evidencia externa a favor de la conclusión larga, u ordinaria, es sumamente fuerte. El pasaje se encuentra en todos las grandes unciales excepto B y A---en A, C, (D), E, F, G, H, K, M (N), S, U, V, X, Gamma, Delta, (Pi, Sigma), Omega, Beth---en todos los cursivos, en todos los manuscritos latinos (O.L. y Vulgata) excepto k, en todas las versiones siríacas excepto el Códice Sinaítico (en el Peshito, Curet., Harcl., Palest.) en la copta, gótica y la mayoría de los manuscritos armenios. En el siglo IV lo citaron o aludieron a él Afraates, la Tabla de Cánones Siríaca, Macario Magno, Dídimo el Ciego, los Hechos de los Apóstoles Siríacos, Leoncio, Pseudo-Efrén, San Cirilo de Jerusalén, San Epifanio, San Ambrosio, San Agustín y San Juan Crisóstomo; en el siglo III, San Hipólito, Vincencio, la Acta Pilati, las Constituciones Apóstólicas, y probablemente Celso; en el siglo II, San Ireneo más explícitamente como el final del Evangelio de Marcos ("In fine autem evangelii ait Marcus et quidem dominus Jesus", etc.--Mark 16,19), Taciano en el “Diatessaron”, y muy probablemente San Justino (Apol. I”, 45) y Hermas (Pastor, IX, XXV, 2). Además, en el siglo IV, de hecho, y probablemente en el III, el pasaje fue usado en la liturgia de la Iglesia Griega, prueba suficiente de que no se tuvo ninguna duda en cuanto a su autenticidad. Así, si la autenticidad del pasaje se fuera a juzgar sólo por la evidencia externa, apenas habría ninguna duda sobre él.
Se ha hablado mucho del silencio de algunos Padres del siglo III y IV, el cual se interpreta en el sentido de que o bien no conocían el pasaje o lo rechazaban; así se ha apelado a Tertuliano, San Cipriano, San Atanasio, San Basilio el Grande, San Gregorio Nacianceno y San Cirilo de Alejandría. En el caso de Tertuliano y de Cipriano hay margen para la duda, ya que, naturalmente, se podría esperar que se hayan referido o hayan citado a Marcos 16,16, si lo aceptaban; pero el pasaje apenas pudo haber sido desconocido para San Atanasio (298 -373), ya que fue aceptado por Dídimo (309-394), su contemporáneo en Alejandría (P.G., XXXIX, 687), ni para Basilio, ya que fue aceptado por su hermano menor San Gregorio de Nisa (PG, XLVI, 652), ni para Gregorio Nacianceno, ya que era conocido por su hermano menor, Cesáreo (PG, XXXVIII, 1178), y en cuanto a San Cirilo de Alejandría, él en realidad lo cita a partir de Nestorio (PG, LXXVI, 85). Las únicas dificultades serias surgen de su omisión en B y Aleph y por las declaraciones de Eusebio y Jerónimo. Pero Tischendorf demuestra (Proleg., p. XX, 1 ss.) que los dos famosos manuscritos no son aquí dos testigos independientes, porque el escriba de B copia la hoja en Aleph en el que se basa nuestro pasaje. Por otra parte, aunque el escriba concluye ambos manuscritos en el versículo 8, revela el conocimiento de que seguía algo más, ya sea en su arquetipo o en otros manuscritos, pues en el B, contrario a su costumbre, deja más de una columna vacía después del versículo 8, y en Aleph el versículo 8 es seguido por un elaborado arabesco, como no se halla en ningún otro sitio en el manuscrito, mostrando que el escribano era consciente de la existencia de alguna conclusión que planeaba excluir deliberadamente (cf. Cornely, "Introd.", III, 96-99; Salmon, "Introd.", 141- 48). Así, ambos manuscritos dan testimonio de la existencia de una conclusión después del versículo 8, la cual omiten. No podemos estar seguros si B y Aleph son dos de los manuscritos de los cincuenta que Constantino le encargó a Eusebio que copiara para su nueva capital; pero de todos modos fueron escritos en un tiempo en que la autoridad de Eusebio era primordial en la crítica bíblica y, probablemente, su autoridad es sólo la autoridad de Eusebio. Por lo tanto, la verdadera dificultad contra el pasaje, a partir de la evidencia externa, se reduce a lo que Eusebio y San Jerónimo dicen acerca de su omisión en tantos manuscritos griegos, y éstos, como dice Eusebio, los correctos. Pero cualquiera que sea la explicación de esta omisión, es preciso recordar que, como hemos visto anteriormente, que los versos en disputa eran ampliamente conocidos y aceptados mucho antes del tiempo de Eusebio.
Dean Burgon, defendiendo la autenticidad de los versos, sugirió que la omisión podría haber ocurrido de la siguiente manera. Una de las lecturas de la antigua iglesia terminaba en Marcos 16,8, y Burgon sugirió que el telos, que estaría al final de tal lectura, puede haber inducido a error a algún escriba que tenía ante sí una copia de los cuatro Evangelios en el que Marcos aparecía último, y del cual faltaba la última hoja con los disputados versículos. Habida cuenta de tal copia defectuosa, y suponiendo que cayó en manos de escribas ignorantes, el error se propagó fácilmente. Otros han sugerido que el origen de la omisión se ha de buscar, probablemente, en Alejandría. Que la Iglesia puso fin al ayuno cuaresmal y comenzó la celebración de la Pascua a la medianoche, contrario a la costumbre de la mayoría de las iglesias, que esperaban al canto del gallo (cf. San Dionisio de Alejandría en PG, X, 1272 y ss.) Ahora bien Marcos 16,9: “Él resucitó en la madrugada”, etc., se podría tomar fácilmente para favorecer la práctica de las otras Iglesias, y se sugiere que los alejandrinos pudieron haber omitido el versículo 9, y lo que sigue de sus leccionarios, y de esta omisión pudo pasar a los manuscritos del Evangelio. Si hay alguna fuerza en estas sugerencias, de todos modos apuntan a las formas en que fue posible que el pasaje, aunque auténtico, pudo haber estado ausente de una serie de manuscritos en la época de Eusebio; mientras que, por otra parte, si los versos no fueron escritos por San Marcos, es muy difícil entender cómo pudieron haber sido tan ampliamente aceptados en el siglo II como para ser aceptados por Taciano y San Ireneo, y probablemente por San Justino y Hermas, y encontrar un lugar en las versiones latina antigua y siríaca.
Cuando volvemos a la evidencia interna, el número, y aún más el carácter, de las peculiaridades es verdaderamente sorprendente. Las siguientes palabras o frases no aparecen en ningún otro lugar en el Evangelio: prote sabbatou (v. 9), no se halla de nuevo en el Nuevo Testamento, en lugar de te [ton] sabbaton (v. 2), ekeinos usado absolutamente (10, 11, 20), poreuomai (10, 12, 15), theaomai (11, 14), apiteo (11, 16) meta tauta y eteros (12), parakoloutheo y en to onomati (17), o kurios (19, 20), pantachou, sunergeo, bebaioo, epakoloutheo (20). En lugar de la conexión usual por kai y un de ocasional, tenemos meta de tauta (12), usteron (14), o men oun (19), ekeinoi de (20). Entonces se insiste que el tema del versículo 9 no ha sido mencionado inmediatamente antes; que parece que se presenta por primera vez a María Magdalena, aunque de hecho ella ha sido mencionada tres veces en los dieciséis versos anteriores; que no se hace referencia a una aparición del Señor en Galilea, aunque esto era de esperarse en vista del mensaje del versículo 7. Comparativamente los tres últimos puntos tienen poca importancia, pues el tema del versículo 9 es lo suficientemente evidente por el contexto; aquí se explica la referencia a la Magdalena como la mujer de la que Cristo había echado siete demonios, al mostrar el amor misericordioso del Señor a quien antes había sido tan miserable; y la mención de una aparición en Galilea era apenas necesaria, pues lo importante era demostrar, como lo hace este pasaje, que Cristo fue realmente resucitado de entre los muertos, y que sus Apóstoles se vieron obligados a creer el hecho casi contra su voluntad. Pero, incluso cuando se dice esto, es considerable la fuerza acumulativa de las pruebas contra la autoría de Marcos de este pasaje. De hecho, se puede ofrecer alguna explicación de casi todos los puntos (Cf. Knabenbauer ", Com. De Marc"., 445-47), pero es el hecho de que en el corto espacio de doce versículos tantos puntos requieren de una explicación que constituye la fuerza de la evidencia. En un pasaje como éste, no hay nada extraño en el uso de muchas palabras raras en el autor. Sólo en el último capítulo apisteo es utilizado también por San Lucas (Lc. 24,11.41), eteros se usa sólo una vez en el Evangelio según San Juan (19,37), y parakoloutheo aparece una sola vez en San Lucas (1,3). Además, en otros pasajes San Marcos usa muchas palabras que no se encuentran en el Evangelio fuera de este pasaje en particular. En los diez versículos, Mc. 4,20-29, el escritor ha encontrado catorce palabras (quince, si phanerousthai en 16,12, no es de Marcos) que no aparecen en ninguna otra parte en el Evangelio. Pero, como se dijo, es la combinación de tantas características peculiares, no sólo de vocabulario, sino de materia y de construcción, que no deja lugar a dudas a que Marcos sea el autor de los versículos.
Sin embargo, al sopesar la evidencia interna debe tenerse en cuenta la improbabilidad de que el evangelista concluya con el versículo 8. Aparte de la escasa probabilidad de que haya concluido con la partícula gar, nunca podría deliberadamente cerrar su relato de las "buenas nuevas" (1,1) con la nota de terror que se atribuye en el versículo 16,8 a algunas de las seguidoras de Cristo. Tampoco pudo un evangelista, sobre todo un discípulo de San Pedro, concluir voluntariamente su Evangelio sin mencionar alguna aparición del Señor resucitado (Hch. 1,22; 10,37-41). Entonces, si Marcos concluyó con el versículo 8, debe haber sido porque murió o porque fue interrumpido antes que pudiese escribir más. Pero la tradición señala a que él estaba vivo luego de completado su Evangelio, ya que lo representa como llevando su obra consigo a Egipto o entregándosela a los cristianos romanos que se la habían pedido. Tampoco es fácil entender cómo, si sobrevivió, pudo haber sido interrumpido de tal modo como para evitar que añadiera, tarde o temprano, incluso una corta conclusión. No se habrían necesitado muchos minutos para escribir un pasaje como el de 16,9-20, e incluso si fue su deseo, como sugiere Zahn sin razón (Introd., II, 479), añadir algunas porciones considerables a su obra, es todavía inconcebible cómo pudo haberla circulado él mismo o permitirle a sus amigos circularla sin proveerle por lo menos de una conclusión temporal o provisional. En todas las hipótesis, entonces, el v. 16,8 parece un final imposible un final, y estamos obligados a concluir que o bien el verdadero final se perdió o es que lo tenemos en los versos en disputa. Ahora bien, no es fácil ver cómo se podría haber perdido. Zahn afirma que nunca se ha establecido ni hecho probable que siquiera una oración completa del Nuevo Testamento ha desaparecido por completo del texto transmitido por la Iglesia (Introducción, II, 477). En el caso presente, si el verdadero final se perdió durante la vida de Marcos, surge de inmediato la pregunta: ¿Por qué él no lo reemplazó? Y es difícil entender cómo pudo haberse perdido después de su muerte, pues antes de esa fecha, a menos que él muriera a los pocos días de la compleción del Evangelio, debe haber sido copiado, y es muy poco probable que los mismos versos puedan haber desaparecido de varias copias.
Se verá a partir de este examen del asunto que no hay justificación para la declaración confiada de Zahn que «puede considerarse como una de las conclusiones críticas más certeras que las palabras ephobounto gar, 16,8, son las últimas palabras del libro que fueron escritas por el propio autor" (Introd., II, 467). Cualquiera que sea la realidad, no es del todo seguro que Marcos no escribió los versos en disputa. Puede ser que no, que son de la pluma de algún otro escritor inspirado, y que fueron anexados al Evangelio en el siglo I o principios del II. Un manuscrito armenio, escrita en el año 986 d.C., se los atribuye a un presbítero llamado Aristón, que puede ser el mismo que el presbítero Aristión que menciona San Papías como contemporáneo de San Juan en Asia. Los católicos no están obligados a sostener que los versículos fueron escritos por San Marcos. Pero sí son Escritura canónica, pues el Concilio de Trento (Sesión IV ), al definir que todas las partes de los Libros Sagrados deben ser aceptados como sagrados y canónicos, tenía en mente especialmente las partes disputadas de los Evangelios, de los cuales esta conclusión de Marcos es una (Cf. Theiner, "Acta gen. Conc. . Trid. ", I, 71 ss.) Por lo tanto, quienquiera escribiese los versículos, éstos son inspirados, y todos los católicos los deben considerar como tal.
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Es Marcos 16:9-20 Espurio o Genuino? El final del evangelio de Marcos, en concreto los v.9-20, constituyen un pequeño misterio para algunos. Al respecto, en la nota a pie de página de la Biblia de Jerusalén podemos leer lo siguiente: “El ‘final de Marcos’, vv. 9-20, forma parte de las Escrituras inspiradas; es considerado como canónico. Esto no significa necesariamente que haya sido redactado por Marcos. De hecho se pone en duda su pertenencia a la redacción del segundo evangelio. —Las dificultades proceden ante todo de la tradición manuscrita. Varios mss, entre ellos el Vat. y el Sin., omiten el final actual. En lugar del final ordinario, un ms. da un final más breve que es continuación del v.8”. En la Enciclopedia Encarta podemos leer: “Existen dos tradiciones textuales para la conclusión del Evangelio. La mayoría de los manuscritos griegos tienen el ‘final largo’, que termina en 16:20, aunque un pequeño número llega sólo hasta 16:8. La opinión dominante entre los especialistas es que la versión más corta es la más antigua (es decir, que Marcos terminó la composición en 16:8), y que un escriba del siglo II, considerando que el final era muy rápido e insatisfactorio, se basó en el Evangelio según san Lucas para componer lo que le pareció una conclusión más aceptable”.– (Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos). En el libro– “COMO NOS LLEGÓ LA BIBLIA” de Neil R. Lightfoot, en el capítulo VI señala: "El testimonio contra Marcos 16:9-20 se basa mayormente en los manuscritos SINAITICO Y VATICANO . Estos dos unciales del siglo IV son nuestros mejores manuscritos, y como testigos de texto se les reconoce suficientes por sí solos. Por eso nos encontramos frente al problema de que los manuscritos en los que más confiamos no tienen estos versículos finales de Marcos. Aun hay más en contra del testimonio de Marcos 16, y es el del manuscrito ANTIGUO SIRIACO.... A favor de Marcos 16 están el MANUSCRITO ALEJANDRINO, MANUSCRITO DE EFRAIN, EL CODICE DE BEZA Y OTROS...Además está la afirmación de IRENEO que muestra la existencia de Marcos 16 en el siglo II." El texto de Marcos 16:9-20 ha sido atacado como siendo espurio. El ataque sobre la genuinidad del pasaje es reminiscente de los argumentos sectarios en un esfuerzo por deslucir (o contrarrestar) la enseñanza acerca de que el bautismo es esencial para la salvación en el v.15. Aún si pudiera ser mostrado que esta porción del evangelio de Marcos es espuria, tampoco ayudaría a aquellos que quieren contrarrestar Mr. 16:18, ni a aquellos que quieren contrarrestar Mr. 16:16. Hay otros pasajes que enseñan que las señales y milagros seguirían a los primeros cristianos para confirmar la palabra, exactamente como hay otros pasajes que enseñan que el bautismo es esencial para la salvación. Tampoco es necesario afirmar que Marcos 16:9-20 es espurio en un esfuerzo por contrarrestar la práctica de tomar en las manos serpientes, beber algo mortífero, etc., como para aplicarlo a los cristianos hoy día. Hay otros pasajes que enseñan que los dones milagrosos del espíritu cesarían, se acabarían (cfr. 1 Cor. 13:8). La historia también confirma que las señales milagrosas cesaron. Con respecto a la inspiración de Mr. 16:9-20, se necesita señalar primero que la autenticidad de este pasaje (eso es, la exactitud y precisión histórica de su enseñanza) nunca ha sido cuestionada por los eruditos. La única pregunta que ha surgido en cuanto a su genuinidad pertenece a sí fue escrito o no por Marcos y si debería ser considerado como parte del manuscrito original de Marcos. En vista de que la exactitud y precisión de la enseñanza no puede ser negada satisfactoriamente, porque el pasaje esté pegado al cierre del Evangelio de Marcos no suministra algo menos valioso aún cuando algún otro apóstol o escritor inspirado haya sido su autor. La base del argumento espurio es doble. Primero, es afirmado que es espurio porque el pasaje está omitido de los Manuscritos Vaticano y Sinaítico. Siendo estos los dos manuscritos más antiguos conocidos (el Sinaítico datando del siglo cuarto, alrededor del 340 DC.; el manuscrito Vaticano también datando del siglo cuarto, probablemente alrededor del 350 DC., algunos creen que es del 325 DC) y en vista de que Marcos 16:9-20 está omitido en ambos, es argumentado que el pasaje no era parte del evangelio de Marcos. Jerónimo y algunos escritores del siglo cuarto también son citados para decir que el pasaje estaba ausente en algunas de las copias griegas de su día. Segundo, es dicho que hay palabras y frases encontradas en Mr. 16:9-20 que no se encuentran en el resto del evangelio de Marcos. De esto es concluido por algunos que este pasaje fue escrito por alguien mas y no por Marcos. No obstante, una examinación profunda de estos argumentos, no sólo mostrará que el pasaje es auténtico en todos sus detalles, sino que también mostrará que no hay verdadera razón para dudar que esta porción también fue escrita por Marcos. Hay tres testimonios con respecto a lo auténtico de un dado pasaje; a saber, los manuscritos existentes (copias de los originales, y copias de las copias), las versiones (traducciones) de las Escrituras hechas en otras lenguas, y los escritos de los llamados "padres eclesiásticos". En este caso a la mano, los dos manuscritos más antiguos que existen actualmente (siempre existe la posibilidad de poder haber nuevos descubrimientos arqueológicos en el futuro), el Sinaítico y el Vaticano, datan de cerca de 350 d. J. C. Pero existen algunas versiones que son más antiguas que los dos referidos manuscritos, datando de fechas del siglo segundo. También hay testimonio de comentaristas más antiguo que esos dos manuscritos. El texto griego del Nuevo Testamento, del cual la versión Reina-Valera fue traducida, estaba basado en los manuscritos que datan desde el siglo 5 hasta el siglo 16. La erudición durante estos siglos fue la mejor, sino la mejor. Casiodoro de Reina terminó en 1569 la primera Biblia completa impresa en castellano. Empleó los textos originales hebreo y griego, y versiones anteriores como la de Ferrara. Esta es la versión mejor conocida bajo el nombre de Cipriano de Valera, quien revisó la obra de Reina y la publicó de nuevo en 1602. Desde esa fecha y particularmente en los últimos 125 años, un número de antiquísimos y por tanto presumiblemente mejores manuscritos griegos han sido descubiertos o han sido hechos disponibles para los traductores en los siglos 19 y 20. Es de estas fuentes más recientes que ha resultado un mejoramiento en el texto griego del Nuevo Testamento. Una de las diferencias básicas entre el Textus Receptus y lo que ha llegado a ser llamado el “Texto Griego Moderno” tiene que ver con la aceptación o rechazo de los últimos doce versículos del evangelio según Marcos. La gran mayoría de los eruditos modernos y la “alta crítica” rechazan ahora estos últimos doce versículos de Marcos. Sin embargo, no siendo un “erudito” o de la “alta crítica”, quisiera presentar las siguientes razones y argumentos en cuanto a por qué creo firmemente en la exactitud y genuinidad de estos versículos. La genuinidad de Marcos 16:9-20 puede ser vista de lo siguiente: (1) Los hechos que son declarados en Mr. 16:9-20 son mencionados en los evangelios (cfr. Luc. 8:2; Jn. 20:1-8, etc.) y la promesa con respecto a las señales fue verificada completamente por los milagros practicados por los apóstoles y los cristianos como está registrado en el libro de Hechos. Hebreos 2:4 y otros pasajes confirman además que tales señales seguirían a los creyentes. (3) Si Marcos 16:8 era el final de la biografía de Cristo, note que las últimas palabras serían: “... ni decían nada a nadie, porque tenían miedo”. ¿Puede usted imaginarse un escritor inspirado terminando la biografía de su Maestro, en cuya ascensión y resurrección él creía, en una forma tan negativa? (3) Todo el resto del capítulo de Marcos es encontrado en la Armonía de los Cuatro Evangelios de Taciano que data del segundo siglo (alrededor del 140 DC). Esta obra es llamada el Diatessaron, una demostración de que las iglesias en general reconocían cuatro evangelios y solamente cuatro. (4) Ireneo, un escritor del 2° siglo (130-200 DC), citó de los últimos doce versículos de Marcos, y lo atribuyó como estando contenido en el Evangelio de Marcos. (5) Justino Mártir, también del 2° siglo (nació cerca del año en que murió Juan), escribió en una de sus apologías (I, 45 – escritas alrededor del 140 DC) y parafraseó Mr. 16:20. (6) Otros de los escritores primitivos que hicieron uso del “largo final” de Marcos, fueron Papías (70-155 DC), alumno de Juan, Hipólito y Celsos, también Dionisio de Alejandría en el tercer siglo. Todos estos vivieron y escribieron desde cien y doscientos años antes que los primeros manuscritos existentes fueran escritos o antes de que Jerónimo indicara que el pasaje no se encontraba en algunos de los manuscritos griegos de su día. Las palabras de Ireneo indican que el pasaje formaba parte del evangelio de Marcos en el segundo siglo y que Marcos era considerado como su autor. Declaró, “Pero Marcos, al final de su evangelio, dice; y el Señor Jesús, después que les habló fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios”. Por tanto, es aparente que este pasaje era una parte del evangelio de Marcos y fue escrito por Marcos. (7) Cinco fuentes diferentes de la traducción del Latín Antiguo (hecho en el siglo segundo, no se tradujo del AT del hebreo, sino de la Septuaginta), que precedieron a la Vulgata Latina de Jerónimo del principios del siglo 5°, contenían todo Marcos 16. (8) La Vulgata Latina de Jerónimo. Llegó a ser la Biblia del Occidente durante mil años. Era una revisión del Latín Antiguo por Jerónimo (382-404 DC). Con algunas 8.000 copias y copas parciales aún en existencia, incluían el “largo final” de Marcos. (9) El Sirio Peshito que era el equivalente en Sirio a la Vulgata de Jerónimo en Latín, también contenía todo Marcos. Hecho en el siglo 4° basado sobre el Sirio Antiguo (hecho en el siglo segundo DC., para el uso de los sirios. No existe hoy ningún manuscrito completo). El Sirio Peshito desplazó al Sirio Antiguo por completo. “Peshito” significa “sencillo”. (10) Un manuscrito griego del siglo 5°, llamado el Códice Alejandrino hecho en Alejandría, contiene todo el Evangelio acorde a Marcos. Con respecto a este manuscrito, el Dr. Frederic G. Kenyon escribió: “A menudo se encontrará a la cabeza de la gran masa de los unciales tardíos (manuscritos compuestos de letras mayúsculas), y cursivos (letras minúsculas) que apoyan el ‘textus receptus’ (o texto recibido), y aunque es muy superior a los cursivos tardíos del cual el ‘textus receptus’ fue en efecto derivado, aún pertenece a la misma clase será encontrado a menudo en acuerdo con la Versión Autorizada (KJV) que con la Revisada» (Nuestra Biblia y los Manuscritos Antiguos, F.G. Kenyon, Pág. 132). (11) Otro manuscrito del siglo 5° o posiblemente del 6° es el Códice Beza, que es el manuscrito bilingüe (Griego-Latín) de los evangelios y Hechos mas tempranos conocidos. También contiene el “largo final” de Marcos. (12) El Códice Regius, datando del siglo 8°, da ambos, el “final corto” y el ”final largo” de Marcos. Es pensado que este manuscrito se originó en Egipto. (13) Cada libro del Nuevo Testamento fue escrito por separado y por algún tiempo, circuló individualmente. Es muy probable que la primera porción o la última porción de un rollo o códice se haya desgastado o haya sido arrancado. Luego, mientras un escriba buscaba hacer otra copia de la copia dañada, pudo no haber tenido disponibles los últimos versículos de Marcos para copiarlos. Por tanto, copiaría tanto como estuviera intacto, y luego se detendría ... esperando encontrar después una copia completa, para terminar su tarea ... solamente el escrito nunca fue terminado en ese manuscrito en particular. (14) Es interesante notar que todas las versiones antiguas del Nuevo Testamento contienen Marcos 16:9-20. Esto necesariamente enfatiza que el pasaje era parte del texto griego del cual fueron hechas estas traducciones. Entre estas versiones están la Sirio Peshito, la del Latín Antiguo, la Sahídica y la Cóptica. Todas estas existían mucho antes que los Manuscritos Vaticano y el Sinaítico y mucho antes de Jerónimo. En conjunto es irrazonable argumentar que en vista de que estaba omitida de estos dos manuscritos que es espurio puesto que todas las Versiones Antiguas, incluyendo aquellas que existían mucho antes de estos dos manuscritos, lo incluyeron como parte del texto del Evangelio de Marcos. (15) Además, parece altamente improbable que Marcos hubiera cerrado tan abruptamente su Evangelio al final del versículo 8. Los primeros ocho versículos de Marcos 16 hablan de la resurrección de Cristo. Los v.9-11 hablan de la aparición de Jesús a María Magdalena después de su resurrección. Los v.12-13 hablan de la aparición del Señor a dos discípulos en el camino a Emaús (cfr. Luc. 24:13-35). Los v.14-18 discuten la aparición de Jesús a los once, declaran la comisión que Jesús dio a los discípulos de predicar el evangelio, declaran las condiciones de la salvación, y la promesa de las señales para confirmar la Palabra como siendo la Verdad de Dios. Los v.19-20 de Marcos 16 hablan de la ascensión de Cristo y afirma que el Señor confirmaría sus palabras con las señales como lo había prometido. Que forma más lógica habría sido para Marcos haber traído a un cierre su evangelio. (16) Los mismos dos manuscritos que omiten Marcos 16:9-20 también omiten otros pasajes de la escritura. Notablemente entre estos están Juan 7:53–8:11. Estos mismos versículos están omitidos en ambos manuscritos. Sin embargo, aquellos que argumentan que Marcos 16:9-20 es espurio porque ambos manuscritos omiten estos versículos, nunca argumentan que Juan 7:53–8:11 es espurio. Cuando se recuerda que los Monjes estaban usando las páginas del Manuscrito Sinaítico para encender los fuegos del Monasterio cuando el Dr. Constantino Tischendorf los hayó en el “Monasterio de Santa Catalina en el Mte. Sinaí” en 1844, parece haber una explicación más bien racional en cuanto a por qué este y otros pasajes no fueron encontrados formando parte del Manuscrito. (17) El Dr. Phillip Schaff, quien sirvió como presidente del Comité de la American Revision dijo de Marcos 16:9-20, “La sección es encontrada en la mayoría de los Unciales y en todos los leccionarios griegos y siriacos existentes hasta donde se ha examinado; e Ireneo, quien es un testigo mucho más antiguo que cualquiera de nuestros Manuscritos existentes, cita el versículo 19 como parte del Evangelio de Marcos. Un argumento fuertemente intrínseco para la genuinidad se deriva también de la extrema improbabilidad (pudiéramos decir imposibilidad) de que el evangelista hubiera cerrado intencionadamente su Evangelio con ‘porque tenían miedo’” (Companion to the Greek New Testament, Pág. 190).
Los Códices Vaticano y Sinaítico No
Contienen Marcos 16:9-20
Los dos manuscritos que se piensan son los más antiguos descubiertos, son la base primaria para Westcott y Hort, y los críticos textuales que les siguen, han rechazado el “final largo” de Marcos. Sin embargo, el Dr. George Salmon, quien era contemporáneo de Westcott y Hort, estuvo en desacuerdo con ellos por su rechazo de Marcos 16:9-20. Copiamos como sigue de la Introducción al Nuevo Testamento, página 146, del Dr. Salmon. “Los MSS. (manuscritos Vaticano y Sinaítico, JR) no son aquí independientes, la conclusión de San Marcos estando transcritos en ambos (manuscritos, JR) por la misma mano. Esto fue señalado por Tischendorf (el descubridor del Manuscrito Sinaítico, JR); pero debe ser observado que su opinión no reposa en su impresión general del carácter del escrito a mano, respecto a lo cual solamente un experto como él mismo sería competente para juzgar. Da una multitud de pruebas conspiradoras, que pueden ser verificadas por cualquiera que se refiera al facsímil del MS Sinaítico. La página conteniendo la conclusión de San Marcos es una de las seis páginas que difieren de la obra del copista del Nuevo Testamento Sinaítico y concuerda con la del Vaticano en un número de peculiaridades ...” “... Primero, al mirar la columna que contiene la conclusión de San Marcos, y la columna siguiente, que contiene el inicio de San Lucas, es aparente que la anterior está escrita mucho más ampliamente que la última. En efecto, hay solamente 560 letras en la columna anterior, 678 en la última. Esto sugiere que la página como originalmente se escribió debe haber contenido algo de considerable longitud que fue omitido en la copia substituta. A menos que alguna precaución fuera tomada, una omisión de esa clase dejaría un espacio en blanco para salir con cuentos. En efecto, si la columna de cierre de San Marcos hubiera sido escrita en la misma forma como todas las demás, habría sido una total columna en blanco. Pero por la manera de extender su escrito el escriba se permitió traspasar 37 letras a una nueva columna, el resto de las cuales pudieron ser dejadas en blanco sin un aviso atrayente, como lo fue la conclusión de un Evangelio. El segundo fenómeno es que el Evangelio termina en la mitad de una línea, y todo el resto de la línea está llena de ornamento, mientras que por debajo el adorno empleado está prolongado horizontalmente, a fin de formar una línea ornamentada llegando a todo a través de la columna. Este llenado de la última línea no aparece en ninguna otra parte en el Sinaítico (aunque el mismo escriba ha escrito la conclusión de otros tres libros), no en el Nuevo Testamento Vaticano ...” (Ibíd, Pág. 147). Salmon dedica más de siete páginas a su descripción de las alteraciones en el Códice Sinaítico, y prueba su punto de que en ambos, en el Vaticano y el Sinaítico el tratamiento de Marcos 16:9-20, fue hecho por solamente un escriba, en algún momento en el pasado obscuro. Esto, entonces, provee escasamente una base sana sobre la cual Westcott y Hort pueden edificar lógicamente su “teoría de la crítica textual” llevando al rechazo de Marcos 16:9-20. Algunos eruditos han contado los conocidos manuscritos griegos en cerca de 5.500. Algunos 170 son fragmentos del 2° siglo hasta cerca del 7°. Mas de doscientos están en tipo “letra mayúscula” (uncial) manuscritos que datan de los siglos 4° hasta el 10°. Más de 2.400 son cursivos (letras minúsculas), manuscritos estimados que son de los siglos 9° al 16°. 2.281 son leccionarios (o libros de sermones) que fueron usados originalmente para la lectura pública de extractos del Nuevo Testamento en la adoración congregacional. Es dicho por los eruditos que la gran mayoría de todas estas fuentes de los manuscritos griegos concuerdan muy íntimamente. Los críticos modernos son citados como admitiendo que este fue el texto griego de uso general a través de la mayor parte del Período Bizantino (312-1453 DC) (¿Cuál Biblia?, Fuller, Pág. 89).
Conclusión
Hemos notado que algunos intentan argumentar que Marcos 16:9-20 es espurio y que no fue escrito por Marcos en vista de que hay palabras y frases encontradas en estos últimos doce versículos de Marcos 16 que no son encontradas en el resto del Evangelio de Marcos. Ha sido observado que no hay menos de diecisiete palabras y frases en este pasaje que no son usadas en ninguna otra parte por Marcos. En respuesta a este argumento, J.W. McGarvey observó que el Prof. John A. Broadus, bautista de Greensville, S.C., publicó en un artículo en el Baptist Quarterly para 1869, una lista de exactamente diecisiete palabras y frases usadas por Marcos en los doce versículos inmediatamente precediendo a Marcos 16:9-20 que no son usadas en ninguna otra parte por Marcos. No obstante, los críticos de Marcos 16:9-20 nunca cuestionan la autoría o genuinidad de estos doce versículos. McGarvey enfatizó que el hecho de que el mismo argumento podría ser hecho contra los doce versículos “es directamente un hecho sorprendente y una exposición asustadora del fundamento frágil sobre el cual esta famosa estructura crítica ha sido erigida. Muestra que el mismo uso de la concordancia griega que llevó al origen de esta crítica, si se empuja un poquito mas, se habría ahogado en su nacimiento, y habría salvado a algunos críticos distinguidos de ser detectados en un pensamiento endeble y en una pretendida falacia” (Comentario Sobre Marcos, Pág. 380). McGarvey aplicó la misma prueba a los últimos doce versículos del Evangelio de Lucas y encontró que hay nueve palabras en estos versículos que no son usadas por Lucas en ninguna otra parte en su evangelio. No solo eso, sino que cuatro de estas palabras no se encuentran en ninguna otra parte en el Nuevo Testamento. No obstante, ninguno de los críticos de Marcos 16:9-20 nunca cuestiona la autoría o genuinidad de Lucas 24:42-53. Otros ejemplos de esta clase probablemente podrían ser encontrados en el Nuevo Testamento. No obstante, estos son suficientes para demostrar que este razonamiento de parte de los críticos es una sombra de sofistería. Lo que es espurio es el argumento de ellos, no el texto de Marcos 16:9-20. Por tanto, es evidente que la voz de la erudición niega el reclamo de espurio. No hay base absolutamente razonable para afirmar que Marcos 16:9-20 sea cualquier otra cosa menos que la palabra inspirada de Dios y que fue escrito por Marcos como parte de su Evangelio. Este breve artículo sobre este tema por ningún medio es exhaustivo. Mucho más pudiera ser suplido a favor y en contra de la aceptación del “largo final” de Marcos 16. No obstante, con los “altos puntos” que han sido tocados en este discurso, uno no puede ver cómo alguien que tenga confianza en la inspiración de las Escrituras, pudiera concluir de otra manera a la de que todo Marcos 16 es la Palabra Inspirada de Dios. Es la esperanza y oración de este escritor, que los estudiantes de la Biblia se detengan y piensen, y no acepten ciega e impensadamente el texto, las teorías, y las conclusiones de hombres que son productos de las escuelas que niegan y denigran de la Inspiración de la Biblia. Hay mejoras a ser encontradas en algunas de las traducciones del “texto griego moderno” ... pero el tratamiento textual moderno de Marcos 16 no es una mejora.
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

todo aporte es bienvenido
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Es obvio que el versículo 9 no se sigue al 8. Es probable que lo que sucedió es que se perdió un fragmento intermedio. Pero no podemos afirmar que lo que hoy numeramos 9 al final no sea original de Marcos.

Celeste este tema es "algo" antiguo, el creador de este hilo ya no participa.
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Celeste este tema es "algo" antiguo, el creador de este hilo ya no participa.

Gracias. En ese caso voy a abrir uno nuevo, porque el tema me interesa.
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Es Marcos 16:9-20 Espurio o Genuino?
El final del evangelio de Marcos, en concreto los v.9-20, constituyen un pequeño misterio para algunos.

Al respecto, en la nota a pie de página de la Biblia de Jerusalén podemos leer lo siguiente:
“El ‘final de Marcos’, vv. 9-20, forma parte de las Escrituras inspiradas; es considerado como canónico. Esto no significa necesariamente que haya sido redactado por Marcos. De hecho se pone en duda su pertenencia a la redacción del segundo evangelio. —Las dificultades proceden ante todo de la tradición manuscrita. Varios mss, entre ellos el Vat. y el Sin., omiten el final actual. En lugar del final ordinario, un ms. da un final más breve que es continuación del v.8”.

En la Enciclopedia Encarta podemos leer:“Existen dos tradiciones textuales para la conclusión del Evangelio. La mayoría de los manuscritos griegos tienen el ‘final largo’, que termina en 16:20, aunque un pequeño número llega sólo hasta 16:8. La opinión dominante entre los especialistas es que la versión más corta es la más antigua (es decir, que Marcos terminó la composición en 16:8), y que un escriba del siglo II, considerando que el final era muy rápido e insatisfactorio, se basó en el Evangelio según san Lucas para componer lo que le pareció una conclusión más aceptable”.– (Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos).

En el libro– “COMO NOS LLEGÓ LA BIBLIA” de Neil R. Lightfoot, en el capítulo VI señala:"El testimonio contra Marcos 16:9-20 se basa mayormente en los manuscritos SINAITICO Y VATICANO . Estos dos unciales del siglo IV son nuestros mejores manuscritos, y como testigos de texto se les reconoce suficientes por sí solos. Por eso nos encontramos frente al problema de que los manuscritos en los que más confiamos no tienen estos versículos finales de Marcos".

Aun hay más en contra del testimonio de Marcos 16, y es el del manuscrito ANTIGUO SIRIACO....

A favor de Marcos 16 están el MANUSCRITO ALEJANDRINO, MANUSCRITO DE EFRAIN, EL CODICE DE BEZA Y OTROS...

Además está la afirmación de IRENEO que muestra la existencia de Marcos 16 en el siglo II.
"El texto de Marcos 16:9-20 ha sido atacado como siendo espurio. El ataque sobre la genuinidad del pasaje es reminiscente de los argumentos sectarios en un esfuerzo por deslucir (o contrarrestar) la enseñanza acerca de que el bautismo es esencial para la salvación en el v.15. Aún si pudiera ser mostrado que esta porción del evangelio de Marcos es espuria, tampoco ayudaría a aquellos que quieren contrarrestar Mr. 16:18, ni a aquellos que quieren contrarrestar Mr. 16:16. Hay otros pasajes que enseñan que las señales y milagros seguirían a los primeros cristianos para confirmar la palabra, exactamente como hay otros pasajes que enseñan que el bautismo es esencial para la salvación. Tampoco es necesario afirmar que Marcos 16:9-20 es espurio en un esfuerzo por contrarrestar la práctica de tomar en las manos serpientes, beber algo mortífero, etc., como para aplicarlo a los cristianos hoy día. Hay otros pasajes que enseñan que los dones milagrosos del espíritu cesarían, se acabarían (cfr. 1 Cor. 13:8). La historia también confirma que las señales milagrosas cesaron".

Con respecto a la inspiración de Mr. 16:9-20, se necesita señalar primero que la autenticidad de este pasaje (eso es, la exactitud y precisión histórica de su enseñanza) nunca ha sido cuestionada por los eruditos. La única pregunta que ha surgido en cuanto a su genuinidad pertenece a sí fue escrito o no por Marcos y si debería ser considerado como parte del manuscrito original de Marcos. En vista de que la exactitud y precisión de la enseñanza no puede ser negada satisfactoriamente, porque el pasaje esté pegado al cierre del Evangelio de Marcos no suministra algo menos valioso aún cuando algún otro apóstol o escritor inspirado haya sido su autor. La base del argumento espurio es doble.

Primero, es afirmado que es espurio porque el pasaje está omitido de los Manuscritos Vaticano y Sinaítico. Siendo estos los dos manuscritos más antiguos conocidos (el Sinaítico datando del siglo cuarto, alrededor del 340 DC.; el manuscrito Vaticano también datando del siglo cuarto, probablemente alrededor del 350 DC., algunos creen que es del 325 DC) y en vista de que Marcos 16:9-20 está omitido en ambos, es argumentado que el pasaje no era parte del evangelio de Marcos. Jerónimo y algunos escritores del siglo cuarto también son citados para decir que el pasaje estaba ausente en algunas de las copias griegas de su día.

Segundo, es dicho que hay palabras y frases encontradas en Mr. 16:9-20 que no se encuentran en el resto del evangelio de Marcos. De esto es concluido por algunos que este pasaje fue escrito por alguien mas y no por Marcos. No obstante, una examinación profunda de estos argumentos, no sólo mostrará que el pasaje es auténtico en todos sus detalles, sino que también mostrará que no hay verdadera razón para dudar que esta porción también fue escrita por Marcos.


Hay tres testimonios con respecto a lo auténtico de un dado pasaje; a saber, los manuscritos existentes (copias de los originales, y copias de las copias), las versiones (traducciones) de las Escrituras hechas en otras lenguas, y los escritos de los llamados "padres eclesiásticos". En este caso a la mano, los dos manuscritos más antiguos que existen actualmente (siempre existe la posibilidad de poder haber nuevos descubrimientos arqueológicos en el futuro), el Sinaítico y el Vaticano, datan de cerca de 350 d. J. C. Pero existen algunas versiones que son más antiguas que los dos referidos manuscritos, datando de fechas del siglo segundo.

También hay testimonio de comentaristas más antiguo que esos dos manuscritos.
El texto griego del Nuevo Testamento, del cual la versión Reina-Valera fue traducida, estaba basado en los manuscritos que datan desde el siglo 5 hasta el siglo 16. La erudición durante estos siglos fue la mejor, sino la mejor. Casiodoro de Reina terminó en 1569 la primera Biblia completa impresa en castellano. Empleó los textos originales hebreo y griego, y versiones anteriores como la de Ferrara. Esta es la versión mejor conocida bajo el nombre de Cipriano de Valera, quien revisó la obra de Reina y la publicó de nuevo en 1602. Desde esa fecha y particularmente en los últimos 125 años, un número de antiquísimos y por tanto presumiblemente mejores manuscritos griegos han sido descubiertos o han sido hechos disponibles para los traductores en los siglos 19 y 20. Es de estas fuentes más recientes que ha resultado un mejoramiento en el texto griego del Nuevo Testamento.

Una de las diferencias básicas entre el Textus Receptus y lo que ha llegado a ser llamado el “Texto Griego Moderno” tiene que ver con la aceptación o rechazo de los últimos doce versículos del evangelio según Marcos. La gran mayoría de los eruditos modernos y la “alta crítica” rechazan ahora estos últimos doce versículos de Marcos. Sin embargo, no siendo un “erudito” o de la “alta crítica”, quisiera presentar las siguientes razones y argumentos en cuanto a por qué creo firmemente en la exactitud y genuinidad de estos versículos.

La genuinidad de Marcos 16:9-20 puede ser vista de lo siguiente:
(1) Los hechos que son declarados en Mr. 16:9-20 son mencionados en los evangelios (cfr. Luc. 8:2; Jn. 20:1-8, etc.) y la promesa con respecto a las señales fue verificada completamente por los milagros practicados por los apóstoles y los cristianos como está registrado en el libro de Hechos. Hebreos 2:4 y otros pasajes confirman además que tales señales seguirían a los creyentes.

(2) Si Marcos 16:8 era el final de la biografía de Cristo, note que las últimas palabras serían: “... ni decían nada a nadie, porque tenían miedo”. ¿Puede usted imaginarse un escritor inspirado terminando la biografía de su Maestro, en cuya ascensión y resurrección él creía, en una forma tan negativa?
(3) Todo el resto del capítulo de Marcos es encontrado en la Armonía de los Cuatro Evangelios de Taciano que data del segundo siglo (alrededor del 140 DC). Esta obra es llamada el Diatessaron, una demostración de que las iglesias en general reconocían cuatro evangelios y solamente cuatro.
(4) Ireneo, un escritor del 2° siglo (130-200 DC), citó de los últimos doce versículos de Marcos, y lo atribuyó como estando contenido en el Evangelio de Marcos.
(5) Justino Mártir, también del 2° siglo (nació cerca del año en que murió Juan), escribió en una de sus apologías (I, 45 – escritas alrededor del 140 DC) y parafraseó Mr. 16:20.
(6) Otros de los escritores primitivos que hicieron uso del “largo final” de Marcos, fueron Papías (70-155 DC), alumno de Juan, Hipólito y Celsos, también Dionisio de Alejandría en el tercer siglo. Todos estos vivieron y escribieron desde cien y doscientos años antes que los primeros manuscritos existentes fueran escritos o antes de que Jerónimo indicara que el pasaje no se encontraba en algunos de los manuscritos griegos de su día. Las palabras de Ireneo indican que el pasaje formaba parte del evangelio de Marcos en el segundo siglo y que Marcos era considerado como su autor. Declaró, “Pero Marcos, al final de su evangelio, dice; y el Señor Jesús, después que les habló fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios”. Por tanto, es aparente que este pasaje era una parte del evangelio de Marcos y fue escrito por Marcos.
(7) Cinco fuentes diferentes de la traducción del Latín Antiguo (hecho en el siglo segundo, no se tradujo del AT del hebreo, sino de la Septuaginta), que precedieron a la Vulgata Latina de Jerónimo del principios del siglo 5°, contenían todo Marcos 16.
(8) La Vulgata Latina de Jerónimo. Llegó a ser la Biblia del Occidente durante mil años. Era una revisión del Latín Antiguo por Jerónimo (382-404 DC). Con algunas 8.000 copias y copas parciales aún en existencia, incluían el “largo final” de Marcos.
(9) El Sirio Peshito que era el equivalente en Sirio a la Vulgata de Jerónimo en Latín, también contenía todo Marcos. Hecho en el siglo 4° basado sobre el Sirio Antiguo (hecho en el siglo segundo DC., para el uso de los sirios. No existe hoy ningún manuscrito completo). El Sirio Peshito desplazó al Sirio Antiguo por completo. “Peshito” significa “sencillo”.
(10) Un manuscrito griego del siglo 5°, llamado el Códice Alejandrino hecho en Alejandría, contiene todo el Evangelio acorde a Marcos. Con respecto a este manuscrito, el Dr. Frederic G. Kenyon escribió: “A menudo se encontrará a la cabeza de la gran masa de los unciales tardíos (manuscritos compuestos de letras mayúsculas), y cursivos (letras minúsculas) que apoyan el ‘textus receptus’ (o texto recibido), y aunque es muy superior a los cursivos tardíos del cual el ‘textus receptus’ fue en efecto derivado, aún pertenece a la misma clase será encontrado a menudo en acuerdo con la Versión Autorizada (KJV) que con la Revisada» (Nuestra Biblia y los Manuscritos Antiguos, F.G. Kenyon, Pág. 132).

(11) Otro manuscrito del siglo 5° o posiblemente del 6° es el Códice Beza, que es el manuscrito bilingüe (Griego-Latín) de los evangelios y Hechos mas tempranos conocidos. También contiene el “largo final” de Marcos.
(12) El Códice Regius, datando del siglo 8°, da ambos, el “final corto” y el ”final largo” de Marcos. Es pensado que este manuscrito se originó en Egipto.
(13) Cada libro del Nuevo Testamento fue escrito por separado y por algún tiempo, circuló individualmente. Es muy probable que la primera porción o la última porción de un rollo o códice se haya desgastado o haya sido arrancado. Luego, mientras un escriba buscaba hacer otra copia de la copia dañada, pudo no haber tenido disponibles los últimos versículos de Marcos para copiarlos. Por tanto, copiaría tanto como estuviera intacto, y luego se detendría ... esperando encontrar después una copia completa, para terminar su tarea ... solamente el escrito nunca fue terminado en ese manuscrito en particular.

(14) Es interesante notar que todas las versiones antiguas del Nuevo Testamento contienen Marcos 16:9-20. Esto necesariamente enfatiza que el pasaje era parte del texto griego del cual fueron hechas estas traducciones. Entre estas versiones están la Sirio Peshito, la del Latín Antiguo, la Sahídica y la Cóptica. Todas estas existían mucho antes que los Manuscritos Vaticano y el Sinaítico y mucho antes de Jerónimo. En conjunto es irrazonable argumentar que en vista de que estaba omitida de estos dos manuscritos que es espurio puesto que todas las Versiones Antiguas, incluyendo aquellas que existían mucho antes de estos dos manuscritos, lo incluyeron como parte del texto del Evangelio de Marcos.

(15) Además, parece altamente improbable que Marcos hubiera cerrado tan abruptamente su Evangelio al final del versículo 8. Los primeros ocho versículos de Marcos 16 hablan de la resurrección de Cristo. Los v.9-11 hablan de la aparición de Jesús a María Magdalena después de su resurrección. Los v.12-13 hablan de la aparición del Señor a dos discípulos en el camino a Emaús (cfr. Luc. 24:13-35). Los v.14-18 discuten la aparición de Jesús a los once, declaran la comisión que Jesús dio a los discípulos de predicar el evangelio, declaran las condiciones de la salvación, y la promesa de las señales para confirmar la Palabra como siendo la Verdad de Dios. Los v.19-20 de Marcos 16 hablan de la ascensión de Cristo y afirma que el Señor confirmaría sus palabras con las señales como lo había prometido. Que forma más lógica habría sido para Marcos haber traído a un cierre su evangelio.

(16) Los mismos dos manuscritos que omiten Marcos 16:9-20 también omiten otros pasajes de la escritura. Notablemente entre estos están Juan 7:53–8:11. Estos mismos versículos están omitidos en ambos manuscritos. Sin embargo, aquellos que argumentan que Marcos 16:9-20 es espurio porque ambos manuscritos omiten estos versículos, nunca argumentan que Juan 7:53–8:11 es espurio. Cuando se recuerda que los Monjes estaban usando las páginas del Manuscrito Sinaítico para encender los fuegos del Monasterio cuando el Dr. Constantino Tischendorf los hayó en el “Monasterio de Santa Catalina en el Mte. Sinaí” en 1844, parece haber una explicación más bien racional en cuanto a por qué este y otros pasajes no fueron encontrados formando parte del Manuscrito.
(17) El Dr. Phillip Schaff, quien sirvió como presidente del Comité de la American Revision dijo de Marcos 16:9-20, “La sección es encontrada en la mayoría de los Unciales y en todos los leccionarios griegos y siriacos existentes hasta donde se ha examinado; e Ireneo, quien es un testigo mucho más antiguo que cualquiera de nuestros Manuscritos existentes, cita el versículo 19 como parte del Evangelio de Marcos. Un argumento fuertemente intrínseco para la genuinidad se deriva también de la extrema improbabilidad (pudiéramos decir imposibilidad) de que el evangelista hubiera cerrado intencionadamente su Evangelio con ‘porque tenían miedo’” (Companion to the Greek New Testament, Pág. 190).
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Los Códices Vaticano y Sinaítico No Contienen Marcos 16:9-20
Los dos manuscritos que se piensan son los más antiguos descubiertos, son la base primaria para Westcott y Hort, y los críticos textuales que les siguen, han rechazado el “final largo” de Marcos. Sin embargo, el Dr. George Salmon, quien era contemporáneo de Westcott y Hort, estuvo en desacuerdo con ellos por su rechazo de Marcos 16:9-20. Copiamos como sigue de la Introducción al Nuevo Testamento, página 146, del Dr. Salmon.

“Los MSS. (manuscritos Vaticano y Sinaítico, JR) no son aquí independientes, la conclusión de San Marcos estando transcritos en ambos (manuscritos, JR) por la misma mano. Esto fue señalado por Tischendorf (el descubridor del Manuscrito Sinaítico, JR); pero debe ser observado que su opinión no reposa en su impresión general del carácter del escrito a mano, respecto a lo cual solamente un experto como él mismo sería competente para juzgar. Da una multitud de pruebas conspiradoras, que pueden ser verificadas por cualquiera que se refiera al facsímil del MS Sinaítico.
La página conteniendo la conclusión de San Marcos es una de las seis páginas que difieren de la obra del copista del Nuevo Testamento Sinaítico y concuerda con la del Vaticano en un número de peculiaridades ...”

“... Primero, al mirar la columna que contiene la conclusión de San Marcos, y la columna siguiente, que contiene el inicio de San Lucas, es aparente que la anterior está escrita mucho más ampliamente que la última. En efecto, hay solamente 560 letras en la columna anterior, 678 en la última. Esto sugiere que la página como originalmente se escribió debe haber contenido algo de considerable longitud que fue omitido en la copia substituta.
A menos que alguna precaución fuera tomada, una omisión de esa clase dejaría un espacio en blanco para salir con cuentos. En efecto, si la columna de cierre de San Marcos hubiera sido escrita en la misma forma como todas las demás, habría sido una total columna en blanco. Pero por la manera de extender su escrito el escriba se permitió traspasar 37 letras a una nueva columna, el resto de las cuales pudieron ser dejadas en blanco sin un aviso atrayente, como lo fue la conclusión de un Evangelio.
El segundo fenómeno es que el Evangelio termina en la mitad de una línea, y todo el resto de la línea está llena de ornamento, mientras que por debajo el adorno empleado está prolongado horizontalmente, a fin de formar una línea ornamentada llegando a todo a través de la columna. Este llenado de la última línea no aparece en ninguna otra parte en el Sinaítico (aunque el mismo escriba ha escrito la conclusión de otros tres libros), no en el Nuevo Testamento Vaticano ...” (Ibíd, Pág. 147).

Salmon dedica más de siete páginas a su descripción de las alteraciones en el Códice Sinaítico, y prueba su punto de que en ambos, en el Vaticano y el Sinaítico el tratamiento de Marcos 16:9-20, fue hecho por solamente un escriba, en algún momento en el pasado obscuro. Esto, entonces, provee escasamente una base sana sobre la cual Westcott y Hort pueden edificar lógicamente su “teoría de la crítica textual” llevando al rechazo de Marcos 16:9-20.

Algunos eruditos han contado los conocidos manuscritos griegos en cerca de 5.500. Algunos 170 son fragmentos del 2° siglo hasta cerca del 7°. Mas de doscientos están en tipo “letra mayúscula” (uncial) manuscritos que datan de los siglos 4° hasta el 10°. Más de 2.400 son cursivos (letras minúsculas), manuscritos estimados que son de los siglos 9° al 16°. 2.281 son leccionarios (o libros de sermones) que fueron usados originalmente para la lectura pública de extractos del Nuevo Testamento en la adoración congregacional. Es dicho por los eruditos que la gran mayoría de todas estas fuentes de los manuscritos griegos concuerdan muy íntimamente. Los críticos modernos son citados como admitiendo que este fue el texto griego de uso general a través de la mayor parte del Período Bizantino (312-1453 DC) (¿Cuál Biblia?, Fuller, Pág. 89).
 
Re: Los finales del Evangelio de Marcos

Conclusión
Hemos notado que algunos intentan argumentar que Marcos 16:9-20 es espurio y que no fue escrito por Marcos en vista de que hay palabras y frases encontradas en estos últimos doce versículos de Marcos 16 que no son encontradas en el resto del Evangelio de Marcos. Ha sido observado que no hay menos de diecisiete palabras y frases en este pasaje que no son usadas en ninguna otra parte por Marcos.

En respuesta a este argumento, J.W. McGarvey observó que el Prof. John A. Broadus, bautista de Greensville, S.C., publicó en un artículo en el Baptist Quarterly para 1869, una lista de exactamente diecisiete palabras y frases usadas por Marcos en los doce versículos inmediatamente precediendo a Marcos 16:9-20 que no son usadas en ninguna otra parte por Marcos. No obstante, los críticos de Marcos 16:9-20 nunca cuestionan la autoría o genuinidad de estos doce versículos. McGarvey enfatizó que el hecho de que el mismo argumento podría ser hecho contra los doce versículos “es directamente un hecho sorprendente y una exposición asustadora del fundamento frágil sobre el cual esta famosa estructura crítica ha sido erigida. Muestra que el mismo uso de la concordancia griega que llevó al origen de esta crítica, si se empuja un poquito mas, se habría ahogado en su nacimiento, y habría salvado a algunos críticos distinguidos de ser detectados en un pensamiento endeble y en una pretendida falacia” (Comentario Sobre Marcos, Pág. 380).

McGarvey aplicó la misma prueba a los últimos doce versículos del Evangelio de Lucas y encontró que hay nueve palabras en estos versículos que no son usadas por Lucas en ninguna otra parte en su evangelio. No solo eso, sino que cuatro de estas palabras no se encuentran en ninguna otra parte en el Nuevo Testamento. No obstante, ninguno de los críticos de Marcos 16:9-20 nunca cuestiona la autoría o genuinidad de Lucas 24:42-53.

Otros ejemplos de esta clase probablemente podrían ser encontrados en el Nuevo Testamento. No obstante, estos son suficientes para demostrar que este razonamiento de parte de los críticos es una sombra de sofistería. Lo que es espurio es el argumento de ellos, no el texto de Marcos 16:9-20. Por tanto, es evidente que la voz de la erudición niega el reclamo de espurio. No hay base absolutamente razonable para afirmar que Marcos 16:9-20 sea cualquier otra cosa menos que la palabra inspirada de Dios y que fue escrito por Marcos como parte de su Evangelio.


Este breve artículo sobre este tema por ningún medio es exhaustivo. Mucho más pudiera ser suplido a favor y en contra de la aceptación del “largo final” de Marcos 16. No obstante, con los “altos puntos” que han sido tocados en este discurso, uno no puede ver cómo alguien que tenga confianza en la inspiración de las Escrituras, pudiera concluir de otra manera a la de que todo Marcos 16 es la Palabra Inspirada de Dios. Es la esperanza y oración de este escritor, que los estudiantes de la Biblia se detengan y piensen, y no acepten ciega e impensadamente el texto, las teorías, y las conclusiones de hombres que son productos de las escuelas que niegan y denigran de la Inspiración de la Biblia.
Hay mejoras a ser encontradas en algunas de las traducciones del “texto griego moderno” ... pero el tratamiento textual moderno de Marcos 16 no es una mejora.