Hermano CHITOE: Agradezco y entiendo tu aclaración, y a la vez
quisiera explicar la razón al fenómeno que tú observas. Es muy difícil
que en iglesias donde el pastor es el hombre orquesta, los miembros
tengan sus dones desarrollados. Esa es la razón principal por la que se
espera que todos hablen lenguas. Yo no sé cómo empezó este mal, pero
no es difícil que se hubiese iniciado con algún Director de Seminario,
que inspirado en EL PRINCIPE de Maquiavelo, hubiese hablado así a
sus estudiantes (futuros ministros):
-Fomenta en tu iglesia cuanto puedas el don de lenguas; así los tendrás a todos contentos, hablando cuanto quieran sin decir nada, y tu imagen de maestro y predicador no correrá riesgos de ser opacada.
-Pero no incurras en el error de estimular el don de interpretación de lenguas. ¡No te imaginas el susto que podrías llevarte! Verías alterado el mejor sistema teológico en el que hayas sido formado.
-Enseña la verdad de que están vigentes en la iglesia todos los dones del Espíritu, y que cada miembro a lo menos debe poseer uno. Pero ahí conviene que cese tu responsabilidad. Quienes se han extralimitado ayudando a reconocer los dones de cada cual, e incluso a despertarlos, luego han tenido problemas en controlar el ejercicio de ese don por parte de su poseedor.
-Hay dones que te convendrá alentar, y otros que deberás poner especial cuidado en convencer de que no son más que una ilusión de quien presuma poseerlos. Entre estos últimos están: el de enseñanza y el de exhortación (Rom.12:7,8), el de palabra de sabiduría y el de palabra de ciencia, y el de discernimiento de espíritus (1Cor.12:8,10). A cambio podrás ofrecer como dones más atractivos: -espiritualmente hablando - el de servicio, el que reparte, el que hace misericordia (Rom.12:7,8), y el de los que ayudan (1Cor.12:28). Estos últimos son inofensivos y complementarán positivamente tu ministerio; pero los primeros podrían atentar contra el mismo. Podrás alegar que mientras unos exhiben la humildad y caridad cristianas, los dones de palabra
generalmente promueven la vanidad entre quienes no han madurado aún lo suficiente ni están debidamente preparados para ejercerlos.- (Hasta acá el maquiavélico profesor).
Acostumbran los pastores resaltar en sus sermones algunas
características propias de las ovejas: docilidad, timidez, inocencia, ingenuidad y hasta estupidez - como algunos alcanzan a señalar - , pero tratándose no de ovinos sino de quienes componen la grey de Dios, no es tanto ni tan así. A más de cuatro pastores les gustará la idea de que sea así, y a más de cuatro ovejas les divierte fingir que es así.
Normalmente la oveja asume su papel ante el pastor simulando que no se da cuenta de nada, y a la vez el pastor ejerce su rol ante la oveja disimulando que ya sabe que la oveja se ha dado cuenta de todo.
Esto que acabo de decir en broma y entre las risas de algún
forista, si se pudiera escarbar en la cabeza de más de cuatro
pastores, se comprobaría que es una tragicómica realidad.
Como me he extendido aportando a tu primer párrafo, cuando
tenga oportunidad atenderé a tus preguntas.
El Señor te bendiga.
Ricardo.