http://www.elmundo.es/1998/01/23/cultura/23N0094.html
CULTURA Viernes, 23 de enero de 1998
En los 4.500 volúmenes de documentación falta valiosa información sobre los procesos, torturas, mutilación y quema de herejes - Hasta la Biblia figuró en la lista de «libros prohibidos»
Los documentos más «escandalosos» del Santo Oficio fueron destruidos
El Vaticano abrió ayer el archivo que recoge la historia de la Inquisición
ROBERTO MONTOYA
CORRESPONSAL
ROMA.- La histórica visita del Papa a Cuba eclipsó ayer un acontecimiento clave en la historia de la Iglesia católica, que en otro momento hubiera tenido un eco muy superior. Ayer, el cardenal alemán Josep Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe -ex Santo Oficio- formalizó la apertura de los archivos de esa institución referentes al periodo que va de 1542 a 1903.
Ese periodo abarca los cuatro siglos de vida de la Inquisición romana, creada por Pablo III para combatir la Reforma protestante y, luego, la brujería. La Inquisición española se había iniciado antes, con el Papa Sixto IV en el 1478, a instancia de los Reyes Católicos, y fue suprimida definitivamente en 1824, 58 años antes que la romana.
El Vaticano accedió a la apertura sólo de este periodo, que coincidió con el fin del pontificado de León XIII, y despertó así las críticas de prestigiosos teólogos, como Hans Küng.
A pesar de que desde hace siete años ya algunos especialistas de todo el mundo han tenido posibilidad de consultar aquellos polémicos años de la vida de la Iglesia, sólo a partir de ahora tendrán el carácter de públicos, aunque se atendrán a unas solicitudes concretas y un reglamento estricto.
Para oficializar la apertura de estos archivos el cardenal Ratzinger y otros representantes de la Congregación para la Doctrina de la Fe, comenzaron ayer unas jornadas de estudio sobre los mismos, junto a teólogos e historiadores de la Accademia dei Lincei.
LOS DESCENDIENTES.- Paradójicamente se dan cita en este encuentro los descendientes de aquellos inquisidores que enjuiciaron a hombres como Galileo Galilei y los miembros actuales de la institución cultural laica a la que perteneció Galilei.
A pesar de la satisfacción general que ha provocado la apertura de esas páginas negras de la Iglesia, aquellos que pudieron en estos últimos años analizar esos documentos, han comprobado que hay ausencias de gran importancia.
Entre ellas, paradójicamente, la documentación sobre los procesos contra Galileo Galilei -condenado por decir que la Tierra giraba alrededor del sol- y contra el dominico Giordano Bruno, quemado en la hoguera por herejía. La Iglesia no rehabilitó a Galileo Galilei hasta 1992.
El cardenal Ratzinger dijo ayer que la apertura de los archivos permitiría «echar luz sobre muchas leyendas que se tejieron sobre la Inquisición», pero críticos como el teólogo Hans Küng sostienen que no se podrá dar tanta luz como haría falta, dada la cantidad de pruebas que han sido destruidas.
DOCUMENTOS AUSENTES.- Los archivos contienen informes de procesos por herejía, pero faltan muchos de los alegatos presentados en su momento y todo lo relacionado con los métodos utilizados para «quitar el demonio» del cuerpo de los acusados a través de la tortura y la mutilación. «El paso de los siglos ha mermado nuestros archivos», dijo excusándose el padre Pagano, funcionario del Vaticano, al diario La Stampa. En el encuentro de ayer ya se adelantó que en los 4.500 volúmenes donde se condensa el archivo, no se encontrarán «casos muy escandalosos o llamativos.
A la propia acción de destrucción meticulosa de las huellas más macabras que llevó a cabo el Santo Oficio se suman las pérdidas producidas por otros acontecimientos ajenos a esta institución. En 1559, por ejemplo, una multitud de romanos logró tomar por asalto la sede de la institución, para festejar la muerte del Papa Pablo IV, Y quemó un gran número de documentos.
Durante la invasión de Napoleón a los Estados Pontificios, hizo trasladar a París, a su propio archivo, cientos de miles de manuscritos del Santo Oficio, parte de los cuales se perdió y el resto quedó disperso por bibliotecas de distintos países europeos.
Los expertos podrán consultar a partir de ahora también el famoso Indice de los Libros Prohibidos. Una de las curiosidades que se encuentra en esa lista es que la Biblia llegó a figurar alguna vez como «libro prohibido».
Al igual que los otros libros de la lista que eran incautados, miles de ejemplares de la Biblia terminaron en la hoguera, porque la Iglesia, que utilizaba como lengua oficial el latín, no estaba de acuerdo con facilitar el acceso a los textos sacros sin una autorización eclesiástica expresa.
¿Por qué sólo hasta 1902?
Los responsables del Santo Oficio -herederos de la Santa Inquisición romana- argumentan que no pueden abrirse los archivos posteriores a 1902 en que muchas polémicas teológicas surgidas a partir de ese momento, como el modernismo,
siguen aún «muy vivas».
El teólogo Hans Küng preguntaba ayer en el Corriere della Sera por qué no se habrían los archivos relativos a este siglo. Küng, al que nunca se le permitió ver su propia ficha, existente en el archivo de la Inquisición con el protocolo 399/57i, sostiene que más importante que hurgar en los documentos de siglos atrás es ver los de este siglo.
Además de la durísima campaña contra el «modernismo», que tuvo como víctimas a numerosos teólogos y hasta obispos italianos, franceses y alemanes, están los más recientes y espinosos comportamientos de la Iglesia frente al fascismo, el franquismo y el nazismo.
La posición asumida sobre esos procesos por parte del Vaticano -particularmente por Pío XII- siguen despertando polémicas todavía en Italia mientras que el Vaticano se niega rotundamente a facilitarlas.
http://www.elmundo.es/1998/01/23/cultura/23N0094.html
CULTURA Viernes, 23 de enero de 1998
En los 4.500 volúmenes de documentación falta valiosa información sobre los procesos, torturas, mutilación y quema de herejes - Hasta la Biblia figuró en la lista de «libros prohibidos»
Los documentos más «escandalosos» del Santo Oficio fueron destruidos
El Vaticano abrió ayer el archivo que recoge la historia de la Inquisición
ROBERTO MONTOYA
CORRESPONSAL
ROMA.- La histórica visita del Papa a Cuba eclipsó ayer un acontecimiento clave en la historia de la Iglesia católica, que en otro momento hubiera tenido un eco muy superior. Ayer, el cardenal alemán Josep Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe -ex Santo Oficio- formalizó la apertura de los archivos de esa institución referentes al periodo que va de 1542 a 1903.
Ese periodo abarca los cuatro siglos de vida de la Inquisición romana, creada por Pablo III para combatir la Reforma protestante y, luego, la brujería. La Inquisición española se había iniciado antes, con el Papa Sixto IV en el 1478, a instancia de los Reyes Católicos, y fue suprimida definitivamente en 1824, 58 años antes que la romana.
El Vaticano accedió a la apertura sólo de este periodo, que coincidió con el fin del pontificado de León XIII, y despertó así las críticas de prestigiosos teólogos, como Hans Küng.
A pesar de que desde hace siete años ya algunos especialistas de todo el mundo han tenido posibilidad de consultar aquellos polémicos años de la vida de la Iglesia, sólo a partir de ahora tendrán el carácter de públicos, aunque se atendrán a unas solicitudes concretas y un reglamento estricto.
Para oficializar la apertura de estos archivos el cardenal Ratzinger y otros representantes de la Congregación para la Doctrina de la Fe, comenzaron ayer unas jornadas de estudio sobre los mismos, junto a teólogos e historiadores de la Accademia dei Lincei.
LOS DESCENDIENTES.- Paradójicamente se dan cita en este encuentro los descendientes de aquellos inquisidores que enjuiciaron a hombres como Galileo Galilei y los miembros actuales de la institución cultural laica a la que perteneció Galilei.
A pesar de la satisfacción general que ha provocado la apertura de esas páginas negras de la Iglesia, aquellos que pudieron en estos últimos años analizar esos documentos, han comprobado que hay ausencias de gran importancia.
Entre ellas, paradójicamente, la documentación sobre los procesos contra Galileo Galilei -condenado por decir que la Tierra giraba alrededor del sol- y contra el dominico Giordano Bruno, quemado en la hoguera por herejía. La Iglesia no rehabilitó a Galileo Galilei hasta 1992.
El cardenal Ratzinger dijo ayer que la apertura de los archivos permitiría «echar luz sobre muchas leyendas que se tejieron sobre la Inquisición», pero críticos como el teólogo Hans Küng sostienen que no se podrá dar tanta luz como haría falta, dada la cantidad de pruebas que han sido destruidas.
DOCUMENTOS AUSENTES.- Los archivos contienen informes de procesos por herejía, pero faltan muchos de los alegatos presentados en su momento y todo lo relacionado con los métodos utilizados para «quitar el demonio» del cuerpo de los acusados a través de la tortura y la mutilación. «El paso de los siglos ha mermado nuestros archivos», dijo excusándose el padre Pagano, funcionario del Vaticano, al diario La Stampa. En el encuentro de ayer ya se adelantó que en los 4.500 volúmenes donde se condensa el archivo, no se encontrarán «casos muy escandalosos o llamativos.
A la propia acción de destrucción meticulosa de las huellas más macabras que llevó a cabo el Santo Oficio se suman las pérdidas producidas por otros acontecimientos ajenos a esta institución. En 1559, por ejemplo, una multitud de romanos logró tomar por asalto la sede de la institución, para festejar la muerte del Papa Pablo IV, Y quemó un gran número de documentos.
Durante la invasión de Napoleón a los Estados Pontificios, hizo trasladar a París, a su propio archivo, cientos de miles de manuscritos del Santo Oficio, parte de los cuales se perdió y el resto quedó disperso por bibliotecas de distintos países europeos.
Los expertos podrán consultar a partir de ahora también el famoso Indice de los Libros Prohibidos. Una de las curiosidades que se encuentra en esa lista es que la Biblia llegó a figurar alguna vez como «libro prohibido».
Al igual que los otros libros de la lista que eran incautados, miles de ejemplares de la Biblia terminaron en la hoguera, porque la Iglesia, que utilizaba como lengua oficial el latín, no estaba de acuerdo con facilitar el acceso a los textos sacros sin una autorización eclesiástica expresa.
¿Por qué sólo hasta 1902?
Los responsables del Santo Oficio -herederos de la Santa Inquisición romana- argumentan que no pueden abrirse los archivos posteriores a 1902 en que muchas polémicas teológicas surgidas a partir de ese momento, como el modernismo,
siguen aún «muy vivas».
El teólogo Hans Küng preguntaba ayer en el Corriere della Sera por qué no se habrían los archivos relativos a este siglo. Küng, al que nunca se le permitió ver su propia ficha, existente en el archivo de la Inquisición con el protocolo 399/57i, sostiene que más importante que hurgar en los documentos de siglos atrás es ver los de este siglo.
Además de la durísima campaña contra el «modernismo», que tuvo como víctimas a numerosos teólogos y hasta obispos italianos, franceses y alemanes, están los más recientes y espinosos comportamientos de la Iglesia frente al fascismo, el franquismo y el nazismo.
La posición asumida sobre esos procesos por parte del Vaticano -particularmente por Pío XII- siguen despertando polémicas todavía en Italia mientras que el Vaticano se niega rotundamente a facilitarlas.
http://www.elmundo.es/1998/01/23/cultura/23N0094.html