La paz de Cristo el Señor sea con todos....
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas están tomadas de la Santa Biblia, Antiguo y Nuevo Testamentos. Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569), Revisada por Cipriano de Valera (1602) [Reina-Valera]. Revisión de 1960, Con referencias. Texto © Sociedades Bíblicas Unidas 1960
¿Verdadera presencia o solamente símbolo?
Tomaré la copa de la salvación (Sal 116, 13).
Poco después de Martín Lutero, las iglesias protestantes rechazaron la creencia de que Jesucristo está verdadera y sacramentalmente en el pan y en el vino consagrados. Ellas dicen que son solamente símbolos de la presencia de Cristo y por eso no adoran los elementos consagrados como los católicos. Su argumento es que Cristo habló en parábola cuando habló de comer su carne, y que la cena del Señor es nada más que un recuerdo: Haced esto en memoria mía.
Si los hermanos tienen razón no pierden nada. Pero si la Iglesia católica la tiene, o sea que el pan y el vino significan eficazmente y literalmente el cuerpo y la sangre de Jesucristo, los hermanos pierden muchísimo porque no tienen la oportunidad de recibir este alimento que da vida eterna.
"La transubstanciación, o sea el cambio de la substancia del pan y del vino en la Cena del Señor, no puede ser demostrada por las Sagradas Escrituras, sino que repugna a las palabras sencillas de la Biblia...." (Art. 18 de la Constitución de la Iglesia Metodista de México, 1975 y Disciplina Iglesia Metodista de México, 1991, p 54).
"Esa doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del vino a la sustancia del cuerpo y de la sangre de Cristo... ha sido y es la causa de muchísimas supersticiones, y además de una crasa idolatría"( Confesión de Fe de Westminster, Publicaciones el Faro, México, 1984,1993, Cap 29, art. F).
Sin embargo...
Los que reciben la comunión deben estar plenamente convencidos que lo que aparenta ser pan no es pan, aunque sabe así, sino el cuerpo de Cristo, y lo que aparenta ser vino no es vino aunque el sabor es así (Cirilo de Jerusalén año 350 d.C. Discursos Catequéticos).
Primero, es importante saber qué quiere decir la palabra "transubstanciación". Es la creencia de que el cuerpo-sangre-alma y divinidad (en otras palabras, Cristo mismo), está verdaderamente presente bajo las apariencias de pan y vino.
¿Qué dice la Biblia?
Como afirman los hermanos, es cierto que Jesús habló de sí mismo en símbolos: Yo soy la puerta (Jn 10, 9); Yo soy la vid (Jn 15, 1). En estas ocasiones nadie de los que escuchaban a Jesús lo tomó literalmente. Nadie preguntó "Si eres una puerta, ¿dónde está el picaporte?; si eres la vid ¿dónde están las hojas y por qué no eres verde?". Todo el mundo entendía que él estaba hablando en símbolos y que tenía sentido. Cristo es como una puerta -vamos al cielo por Él- también es como una vid porque nos da vida cuando permanecemos en Él. En otras ocasiones, cuando la gente no le comprendió, él corrigió su malentendido. Es interesante notar que en algunas de estas ocasiones el malentendido tenía que ver con la comida: El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían uno a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo; Mi comida es que haga la voluntad del que me envió..(Jn 4,34). Jesús aclaró el asunto. Ver también "la levadura de los fariseos" en Mt 16, 5-12
Pero no fué así en Juan 6 y en la Última Cena. Jesús no dio ninguna explicación, porque era claro. No hay semejanza entre "Yo soy la vid", "la puerta" y " Yo soy el pan de vida" de Jn 6, 35. Jesús va mucho más allá del simbolismo: "Mi carne es verdadera comida, mi sangre verdadera bebida" (v. 55). Pero miremos todo el contexto de Juan 6.
¿Qué pasó en capítulo seis de Juan?
El contexto del capítulo es importante: Jesús hizo un milagro con pan; alimentó a toda la gente. Después, enseñó que Él es el pan que bajó del cielo. Él mismo es alimento (Jn 6, 35-41).
La reacción de los judíos durante el discurso es sumamente importante. Jesús empezó a hablar literalmente y los judíos lo tomaron al pie de la letra cuando les dijo que había bajado del cielo. Por eso se disgustaron: ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? (Jn 6, 42). Pero Jesús realmente bajó del cielo; lo tomaron literalmente y no les corrigió. Los hermanos separados estarán de acuerdo con nosotros en que Jesús literalmente bajó del cielo. Pero es triste que mientras los hermanos creen literalmente esta parte del discurso de Jesús en Juan, no toman el resto del capítulo así. Para ellos es simbólico. A continuación veremos que no lo es.
Jesús siguió hablando al pie de la letra como antes: Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero (Jn 6, 44). Los hermanos sí creen que aquí Jesús habló literalmente cuando dijo: "le resucitaré". También lo cree la Iglesia católica. Pero después los hermanos, por razones históricas y no bíblicas, dicen que lo siguiente es simbólico.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros (Jn 6, 51-53).
Vemos que Jesús en Juan 6, 51 a 60 tuvo que seguir repitiendo que mi carne es verdadera comida y que la gente lo tomó al pie de la letra. ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? ¡Y Jesús no les corrigió! El no les dijo que estaba hablando solamente en parábolas y que no lo tomaran literalmente(1).
Otra vez Jesús repitió: mi carne es verdadera comida, mi sangre verdadera bebida (v. Jn 6, 55). Y otra vez reaccionaron los judíos. En v. 60 leemos que los Fariseos dijeron: Dura esta palabra; ¿quién la puede oír? Luego leemos que: Muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él (v. 66). Es el único caso en que se afirma que Jesús fue abandonado por algunos discípulos por lo que él decía. Y JESÚS NO LES IMPIDIÓ APARTARSE DE ÉL. Él no les dijo: "No se vayan, sólo estoy hablando simbólicamente. No me malentiendan." Se arriesgó a perder a todos sus apóstoles pero seguía hablando al pie de la letra. Y los Apóstoles captaron que él hablaba así. Por eso fue una palabra "dura".
¿Por qué los fariseos y discípulos pudieron captar que Jesús hablaba literalmente cuando decía que Él bajó del cielo y que su carne es verdadera comida, mientras que los hermanos piensan que Jesús habló solamente al pie de la letra cuando dijo que bajó del cielo en versículos anteriores? ¿Qué tipo de maestro sería Jesús si todo el mundo lo toma literalmente cuando no debe ser así?
Cuando dijo que su carne es verdadera comida los hermanos dicen que fue una parábola. Pero el texto no da ninguna idea de que la primera expresión sea literal, y que la segunda no lo sea. De hecho, después de decir que su carne es comida verdadera, Jesús otra vez les dijo que él es el pan que descendió del cielo (Jn 6,58). No tiene sentido decir que, entre dos cosas que Jesús dijo literalmente. Decir que la primera frase es literal, la segunda es simbólica y la tercera es literal es hacer violencia al contexto.
En el fondo de la expresión "Mi carne para que el mundo tenga vida" hay una fórmula aramea en la que "carne" sustituye a "cuerpo" para designar la realidad creatural de la persona humana. "Para la vida" traduce la palabra griega HYPER que los relatos de la Última Cena cuando Cristo instituye la misa (adelante) denota el carácter sacrificial y expiatorio de la muerte de Cristo.
Los hermanos separados citan el versículo 35 donde Jesús dice que "quien viene a mí" no tendrá hambre" y quién cree en mí" como pruebas de que el capítulo seis es simbólico. Afirman que cuando Jesús se llama a sí mismo "el pan de vida" solamente está diciendo que si creemos en Él nos va alimentar espiritualmente como el pan nos alimenta físicamente. Ellos dicen que "comemos" y "bebemos" a Cristo al ir a Él y al creer en Él. Pero como vimos, el contexto es claramente literal y no simbólico. El mismo Martín Lutero creía en la presencia verdadera de Cristo (ver Luther's Collected Works No. 7, Wittenburg Edit)(2).
Además, Jesús no les corrigió cuando los discípulos dejaron de seguirlo por tomarlo literalmente (Jn 6, 66)(3). Ellos eran de su raza y sabían como entenderlo, también podían ver su rostro y conocían su manera de hablar. Por eso se disgustaron cuando habló de que su carne era verdadera comida. Si Él hablara solamente de la institución de una comida como bendición no hubiera causado el abandono de parte de sus discípulos porque la religión judía, y las costumbres del mundo antiguo estaban repletas de comidas especiales. Mira cuántas veces Jesús participó en comidas cuando visitaba a las personas y cómo utilizara la imagen del banquete en sus parábolas.
Notamos lo literal de las palabras de Jesús al utilizar la palabra griega TROGO en vez de PHAGO. TROGO es más específico en cuanto a masticar, mascar, roer, mientras PHAGO es una palabra general para comer. Los únicos otros lugares donde el NT tiene TROGO son Mt 24, 38 y Jn 13, 8. NINGUNA VEZ QUIERE DECIR COMER SIMBOLICAMENTE(4). Además los judíos ya sabían que Jesús hablaba de comer literalmente porque preguntaron ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? (v. 52), aún antes de que Jesús utilizara TROGO.
Otra razón para estar seguros de que Jesús hablaba literalmente es que en el tiempo de Jesús, "comer la carne de alguien" en sentido simbólico era asociado con la persecución, la violencia, la traición y la matanza: Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos; que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla (Mi 3, 2-3). Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron (Sal 27, 2). Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo (Is 9, 20) Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo..(Is 49, 26). (Ver 2 S 23, 15-17 y Ap 17, 6 y 16). Si Jesús habló figuradamente estaría diciendo: Yo les aseguro que a menos que ustedes persigan, traicionen y maten no tienen vida. El que comete la violencia tiene vida eterna y lo resucitaré en el día postrero.
Algunos hermanos añaden que no pueden ser literales porque Jesús dice que el espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha (Jn 6, 63). Pero Jesús no dice "mi carne" no aprovecha sino "la carne". En la Biblia "carne" se refiere no solamente al cuerpo físico de un ser humano sino también al pecado en comparación con la vida del Espíritu: Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte (Ro 7, 5 y 1 Co 2, 14-3,4). No andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu (Ro 8, 4-5).
Jesús no estaba ofreciendo comer su cuerpo en ese momento. Esto hubiera sido canibalismo(5). Lo que decía era que por el poder del Espíritu Santo -el espíritu es el que da vida- pronto su cuerpo sería glorificado. Recuerda que el contexto del capítulo es la Pascua (Jn 6, 4). Él estaba apuntando al momento después de su muerte cuando daría a sus discípulos su cuerpo transformado por el Espíritu para "la vida del mundo". Porque el espíritu da vida: el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo (Jn 6, 51)(6).
En la misa no es el cuerpo de Jesús-hombre como tú y yo lo que recibimos sino el cuerpo del Cristo glorificado. Cristo no sufre más, no hay sangre de glóbulos rojos y blancos. Por eso decimos "Cuerpo de Cristo" no "Cuerpo de Jesús". Como el Sumo Sacerdote lo hizo en la Última Cena, en la misa el sacerdote representando a Cristo, pronuncia sobre el pan y el vino las mismas palabras: Esto es mi cuerpo, esto es mi sangre. Y el Espíritu da vida: Y las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Jn 6, 63). Este mismo Espíritu que dio vida a la Creación (Gn 1, 2) y formó la vida del Mesías en el seno de María, transforma el pan en cuerpo de Cristo.
El citar a Jesús "mis palabras son espíritu y vida" para afirmar que las palabras de Jesús son simbólicas no tiene sentido cuando reflexionamos: las palabras de Jesús son espíritu y vida, por supuesto. Pero no todas son simbólicas.
Cuando Dios dice una cosa acontece (Is 55, 11). Su palabra es efectiva: Esto es mi cuerpo (Mc 14, 22-24). No dijo "Esto simboliza mi cuerpo" sino "Esto ES". Habiendo dicho Cristo "éste es mi cuerpo", ¿quién va a decir: "No, Señor, éste no es tu cuerpo. Es pan, no más"? Decir: "esto es mi casa, esto es mi amigo" no quiere decir "esto es símbolo de mi casa, símbolo de mi amigo"(7) . Por 1,500 años, hasta después de Lutero, nadie discutió esta creencia.
Es un milagro, y no es por casualidad que Jesucristo hizo este discurso después de la multiplicación de panes. El milagro para alimentar el cuerpo. Ahora quiso alimentar el alma.
Me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que da vida eterna y permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará...(Jn 6, 26-27). Nuestros padres comieron el maná en el desierto.... Jesús les dijo:... No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo (Jn 6, 31-32). Jesús afirmó que la comida que daría es superior al pan multiplicado y al maná (vv. 31-32). Si el pan y vino no se convierten en el Cuerpo y Sangre de Cristo, estas palabras son mentiras. El pan y el vino normal no son mejores que el maná y lo que alimentó milagrosamente a cinco mil varones.
Al fin y al cabo, si es como dicen los hermanos: que Cristo no hablaba de su propia carne porque "la carne para nada aprovecha" (v. 63) entonces todo el capítulo NO TIENE SENTIDO. Tendríamos que comprender que, a pesar de que Jesús acaba de mandar a sus discípulos comer su carne, luego dice que hacer esto ¡no tiene sentido ("nada aprovecha")! "Come mi carne pero verás que es una pérdida de tiempo". ¿Es esto lo que está diciendo Jesús? Por supuesto que no. La frase las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida NO QUIERE DECIR "lo que acabo de decir es simbólico". La palabra "espíritu" nunca se toma así en la Biblia. Además, si Jesús aclara que estaba hablando en símbolos y que -"la carne [literalmente hablando] nada aprovecha"- ¿por qué sin embargo sus discípulos lo dejaron? Es importante notar también que en la Última Cena Jesús utiliza la palabra cuerpo. "Esto es "mi cuerpo", y no carne. Esto hace que el asunto sea más claro todavía porque en el pensamiento judío, no hay dualismo entre cuerpo y alma. "Mi cuerpo" quiere decir la persona en su totalidad. "Esto es mi cuerpo" significa "esto soy Yo".
En Lucas 22, 19 leemos: haced esto en memoria de mí. Los evangélicos piensan que esto quiere decir que celebrar la Cena no es nada más que un recuerdo intelectual, recordando lo que hizo Jesús aquella noche. Para ellos Él está presente sólo espiritualmente por la "comunión" de los creyentes cuando celebran juntos.
Pero tenemos que comprender que Jesús estaba celebrando la Pascua, y para los judíos "hacer memoria" no es solamente recordar un hecho histórico, un recuerdo de algo pasado, sino un REVIVIR. Un "memorial" para los cristianos y judíos es una proclamación eficaz de la obra poderosa que Dios hace de nuevo. Significa que el acontecimiento irrepetible del Calvario se hace realidad en el presente por medio del Espíritu Santo. En el altar, el pan y el vino no quedan solamente como símbolos, sino que se convierten en el Jesucristo de aquel primer viernes santo en el lugar de la Calavera (Mr 15, 21). (Ver siguiente capítulo.) Es algo del pasado que entra espiritualmente en el presente como lo expresa la palabra griega ANAMNESIS (1 Co 11, 25).
En Exodo 24, 8 leemos: Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. Prefiguran las palabras de Jesús cuando tomó el vino: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados (Mt 26, 27-28). Para completar el pacto, Moisés utilizó sangre de cordero y no un símbolo de ella. Igual cuando Jesús, el Cordero de Dios, firmó el Nuevo Pacto en su sangre. Es importante notar que el único lugar donde Jesús habla del Nuevo Pacto en su sangre es en la Última Cena cuando compartió la copa de vino(8).
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas están tomadas de la Santa Biblia, Antiguo y Nuevo Testamentos. Antigua Versión de Casiodoro de Reina (1569), Revisada por Cipriano de Valera (1602) [Reina-Valera]. Revisión de 1960, Con referencias. Texto © Sociedades Bíblicas Unidas 1960
¿Verdadera presencia o solamente símbolo?
Tomaré la copa de la salvación (Sal 116, 13).
Poco después de Martín Lutero, las iglesias protestantes rechazaron la creencia de que Jesucristo está verdadera y sacramentalmente en el pan y en el vino consagrados. Ellas dicen que son solamente símbolos de la presencia de Cristo y por eso no adoran los elementos consagrados como los católicos. Su argumento es que Cristo habló en parábola cuando habló de comer su carne, y que la cena del Señor es nada más que un recuerdo: Haced esto en memoria mía.
Si los hermanos tienen razón no pierden nada. Pero si la Iglesia católica la tiene, o sea que el pan y el vino significan eficazmente y literalmente el cuerpo y la sangre de Jesucristo, los hermanos pierden muchísimo porque no tienen la oportunidad de recibir este alimento que da vida eterna.
"La transubstanciación, o sea el cambio de la substancia del pan y del vino en la Cena del Señor, no puede ser demostrada por las Sagradas Escrituras, sino que repugna a las palabras sencillas de la Biblia...." (Art. 18 de la Constitución de la Iglesia Metodista de México, 1975 y Disciplina Iglesia Metodista de México, 1991, p 54).
"Esa doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del vino a la sustancia del cuerpo y de la sangre de Cristo... ha sido y es la causa de muchísimas supersticiones, y además de una crasa idolatría"( Confesión de Fe de Westminster, Publicaciones el Faro, México, 1984,1993, Cap 29, art. F).
Sin embargo...
Los que reciben la comunión deben estar plenamente convencidos que lo que aparenta ser pan no es pan, aunque sabe así, sino el cuerpo de Cristo, y lo que aparenta ser vino no es vino aunque el sabor es así (Cirilo de Jerusalén año 350 d.C. Discursos Catequéticos).
Primero, es importante saber qué quiere decir la palabra "transubstanciación". Es la creencia de que el cuerpo-sangre-alma y divinidad (en otras palabras, Cristo mismo), está verdaderamente presente bajo las apariencias de pan y vino.
¿Qué dice la Biblia?
Como afirman los hermanos, es cierto que Jesús habló de sí mismo en símbolos: Yo soy la puerta (Jn 10, 9); Yo soy la vid (Jn 15, 1). En estas ocasiones nadie de los que escuchaban a Jesús lo tomó literalmente. Nadie preguntó "Si eres una puerta, ¿dónde está el picaporte?; si eres la vid ¿dónde están las hojas y por qué no eres verde?". Todo el mundo entendía que él estaba hablando en símbolos y que tenía sentido. Cristo es como una puerta -vamos al cielo por Él- también es como una vid porque nos da vida cuando permanecemos en Él. En otras ocasiones, cuando la gente no le comprendió, él corrigió su malentendido. Es interesante notar que en algunas de estas ocasiones el malentendido tenía que ver con la comida: El les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían uno a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo; Mi comida es que haga la voluntad del que me envió..(Jn 4,34). Jesús aclaró el asunto. Ver también "la levadura de los fariseos" en Mt 16, 5-12
Pero no fué así en Juan 6 y en la Última Cena. Jesús no dio ninguna explicación, porque era claro. No hay semejanza entre "Yo soy la vid", "la puerta" y " Yo soy el pan de vida" de Jn 6, 35. Jesús va mucho más allá del simbolismo: "Mi carne es verdadera comida, mi sangre verdadera bebida" (v. 55). Pero miremos todo el contexto de Juan 6.
¿Qué pasó en capítulo seis de Juan?
El contexto del capítulo es importante: Jesús hizo un milagro con pan; alimentó a toda la gente. Después, enseñó que Él es el pan que bajó del cielo. Él mismo es alimento (Jn 6, 35-41).
La reacción de los judíos durante el discurso es sumamente importante. Jesús empezó a hablar literalmente y los judíos lo tomaron al pie de la letra cuando les dijo que había bajado del cielo. Por eso se disgustaron: ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? (Jn 6, 42). Pero Jesús realmente bajó del cielo; lo tomaron literalmente y no les corrigió. Los hermanos separados estarán de acuerdo con nosotros en que Jesús literalmente bajó del cielo. Pero es triste que mientras los hermanos creen literalmente esta parte del discurso de Jesús en Juan, no toman el resto del capítulo así. Para ellos es simbólico. A continuación veremos que no lo es.
Jesús siguió hablando al pie de la letra como antes: Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero (Jn 6, 44). Los hermanos sí creen que aquí Jesús habló literalmente cuando dijo: "le resucitaré". También lo cree la Iglesia católica. Pero después los hermanos, por razones históricas y no bíblicas, dicen que lo siguiente es simbólico.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les dijo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros (Jn 6, 51-53).
Vemos que Jesús en Juan 6, 51 a 60 tuvo que seguir repitiendo que mi carne es verdadera comida y que la gente lo tomó al pie de la letra. ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? ¡Y Jesús no les corrigió! El no les dijo que estaba hablando solamente en parábolas y que no lo tomaran literalmente(1).
Otra vez Jesús repitió: mi carne es verdadera comida, mi sangre verdadera bebida (v. Jn 6, 55). Y otra vez reaccionaron los judíos. En v. 60 leemos que los Fariseos dijeron: Dura esta palabra; ¿quién la puede oír? Luego leemos que: Muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él (v. 66). Es el único caso en que se afirma que Jesús fue abandonado por algunos discípulos por lo que él decía. Y JESÚS NO LES IMPIDIÓ APARTARSE DE ÉL. Él no les dijo: "No se vayan, sólo estoy hablando simbólicamente. No me malentiendan." Se arriesgó a perder a todos sus apóstoles pero seguía hablando al pie de la letra. Y los Apóstoles captaron que él hablaba así. Por eso fue una palabra "dura".
¿Por qué los fariseos y discípulos pudieron captar que Jesús hablaba literalmente cuando decía que Él bajó del cielo y que su carne es verdadera comida, mientras que los hermanos piensan que Jesús habló solamente al pie de la letra cuando dijo que bajó del cielo en versículos anteriores? ¿Qué tipo de maestro sería Jesús si todo el mundo lo toma literalmente cuando no debe ser así?
Cuando dijo que su carne es verdadera comida los hermanos dicen que fue una parábola. Pero el texto no da ninguna idea de que la primera expresión sea literal, y que la segunda no lo sea. De hecho, después de decir que su carne es comida verdadera, Jesús otra vez les dijo que él es el pan que descendió del cielo (Jn 6,58). No tiene sentido decir que, entre dos cosas que Jesús dijo literalmente. Decir que la primera frase es literal, la segunda es simbólica y la tercera es literal es hacer violencia al contexto.
En el fondo de la expresión "Mi carne para que el mundo tenga vida" hay una fórmula aramea en la que "carne" sustituye a "cuerpo" para designar la realidad creatural de la persona humana. "Para la vida" traduce la palabra griega HYPER que los relatos de la Última Cena cuando Cristo instituye la misa (adelante) denota el carácter sacrificial y expiatorio de la muerte de Cristo.
Los hermanos separados citan el versículo 35 donde Jesús dice que "quien viene a mí" no tendrá hambre" y quién cree en mí" como pruebas de que el capítulo seis es simbólico. Afirman que cuando Jesús se llama a sí mismo "el pan de vida" solamente está diciendo que si creemos en Él nos va alimentar espiritualmente como el pan nos alimenta físicamente. Ellos dicen que "comemos" y "bebemos" a Cristo al ir a Él y al creer en Él. Pero como vimos, el contexto es claramente literal y no simbólico. El mismo Martín Lutero creía en la presencia verdadera de Cristo (ver Luther's Collected Works No. 7, Wittenburg Edit)(2).
Además, Jesús no les corrigió cuando los discípulos dejaron de seguirlo por tomarlo literalmente (Jn 6, 66)(3). Ellos eran de su raza y sabían como entenderlo, también podían ver su rostro y conocían su manera de hablar. Por eso se disgustaron cuando habló de que su carne era verdadera comida. Si Él hablara solamente de la institución de una comida como bendición no hubiera causado el abandono de parte de sus discípulos porque la religión judía, y las costumbres del mundo antiguo estaban repletas de comidas especiales. Mira cuántas veces Jesús participó en comidas cuando visitaba a las personas y cómo utilizara la imagen del banquete en sus parábolas.
Notamos lo literal de las palabras de Jesús al utilizar la palabra griega TROGO en vez de PHAGO. TROGO es más específico en cuanto a masticar, mascar, roer, mientras PHAGO es una palabra general para comer. Los únicos otros lugares donde el NT tiene TROGO son Mt 24, 38 y Jn 13, 8. NINGUNA VEZ QUIERE DECIR COMER SIMBOLICAMENTE(4). Además los judíos ya sabían que Jesús hablaba de comer literalmente porque preguntaron ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? (v. 52), aún antes de que Jesús utilizara TROGO.
Otra razón para estar seguros de que Jesús hablaba literalmente es que en el tiempo de Jesús, "comer la carne de alguien" en sentido simbólico era asociado con la persecución, la violencia, la traición y la matanza: Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos; que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla (Mi 3, 2-3). Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron (Sal 27, 2). Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo (Is 9, 20) Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo..(Is 49, 26). (Ver 2 S 23, 15-17 y Ap 17, 6 y 16). Si Jesús habló figuradamente estaría diciendo: Yo les aseguro que a menos que ustedes persigan, traicionen y maten no tienen vida. El que comete la violencia tiene vida eterna y lo resucitaré en el día postrero.
Algunos hermanos añaden que no pueden ser literales porque Jesús dice que el espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha (Jn 6, 63). Pero Jesús no dice "mi carne" no aprovecha sino "la carne". En la Biblia "carne" se refiere no solamente al cuerpo físico de un ser humano sino también al pecado en comparación con la vida del Espíritu: Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte (Ro 7, 5 y 1 Co 2, 14-3,4). No andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu (Ro 8, 4-5).
Jesús no estaba ofreciendo comer su cuerpo en ese momento. Esto hubiera sido canibalismo(5). Lo que decía era que por el poder del Espíritu Santo -el espíritu es el que da vida- pronto su cuerpo sería glorificado. Recuerda que el contexto del capítulo es la Pascua (Jn 6, 4). Él estaba apuntando al momento después de su muerte cuando daría a sus discípulos su cuerpo transformado por el Espíritu para "la vida del mundo". Porque el espíritu da vida: el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo (Jn 6, 51)(6).
En la misa no es el cuerpo de Jesús-hombre como tú y yo lo que recibimos sino el cuerpo del Cristo glorificado. Cristo no sufre más, no hay sangre de glóbulos rojos y blancos. Por eso decimos "Cuerpo de Cristo" no "Cuerpo de Jesús". Como el Sumo Sacerdote lo hizo en la Última Cena, en la misa el sacerdote representando a Cristo, pronuncia sobre el pan y el vino las mismas palabras: Esto es mi cuerpo, esto es mi sangre. Y el Espíritu da vida: Y las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Jn 6, 63). Este mismo Espíritu que dio vida a la Creación (Gn 1, 2) y formó la vida del Mesías en el seno de María, transforma el pan en cuerpo de Cristo.
El citar a Jesús "mis palabras son espíritu y vida" para afirmar que las palabras de Jesús son simbólicas no tiene sentido cuando reflexionamos: las palabras de Jesús son espíritu y vida, por supuesto. Pero no todas son simbólicas.
Cuando Dios dice una cosa acontece (Is 55, 11). Su palabra es efectiva: Esto es mi cuerpo (Mc 14, 22-24). No dijo "Esto simboliza mi cuerpo" sino "Esto ES". Habiendo dicho Cristo "éste es mi cuerpo", ¿quién va a decir: "No, Señor, éste no es tu cuerpo. Es pan, no más"? Decir: "esto es mi casa, esto es mi amigo" no quiere decir "esto es símbolo de mi casa, símbolo de mi amigo"(7) . Por 1,500 años, hasta después de Lutero, nadie discutió esta creencia.
Es un milagro, y no es por casualidad que Jesucristo hizo este discurso después de la multiplicación de panes. El milagro para alimentar el cuerpo. Ahora quiso alimentar el alma.
Me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que da vida eterna y permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará...(Jn 6, 26-27). Nuestros padres comieron el maná en el desierto.... Jesús les dijo:... No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo (Jn 6, 31-32). Jesús afirmó que la comida que daría es superior al pan multiplicado y al maná (vv. 31-32). Si el pan y vino no se convierten en el Cuerpo y Sangre de Cristo, estas palabras son mentiras. El pan y el vino normal no son mejores que el maná y lo que alimentó milagrosamente a cinco mil varones.
Al fin y al cabo, si es como dicen los hermanos: que Cristo no hablaba de su propia carne porque "la carne para nada aprovecha" (v. 63) entonces todo el capítulo NO TIENE SENTIDO. Tendríamos que comprender que, a pesar de que Jesús acaba de mandar a sus discípulos comer su carne, luego dice que hacer esto ¡no tiene sentido ("nada aprovecha")! "Come mi carne pero verás que es una pérdida de tiempo". ¿Es esto lo que está diciendo Jesús? Por supuesto que no. La frase las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida NO QUIERE DECIR "lo que acabo de decir es simbólico". La palabra "espíritu" nunca se toma así en la Biblia. Además, si Jesús aclara que estaba hablando en símbolos y que -"la carne [literalmente hablando] nada aprovecha"- ¿por qué sin embargo sus discípulos lo dejaron? Es importante notar también que en la Última Cena Jesús utiliza la palabra cuerpo. "Esto es "mi cuerpo", y no carne. Esto hace que el asunto sea más claro todavía porque en el pensamiento judío, no hay dualismo entre cuerpo y alma. "Mi cuerpo" quiere decir la persona en su totalidad. "Esto es mi cuerpo" significa "esto soy Yo".
En Lucas 22, 19 leemos: haced esto en memoria de mí. Los evangélicos piensan que esto quiere decir que celebrar la Cena no es nada más que un recuerdo intelectual, recordando lo que hizo Jesús aquella noche. Para ellos Él está presente sólo espiritualmente por la "comunión" de los creyentes cuando celebran juntos.
Pero tenemos que comprender que Jesús estaba celebrando la Pascua, y para los judíos "hacer memoria" no es solamente recordar un hecho histórico, un recuerdo de algo pasado, sino un REVIVIR. Un "memorial" para los cristianos y judíos es una proclamación eficaz de la obra poderosa que Dios hace de nuevo. Significa que el acontecimiento irrepetible del Calvario se hace realidad en el presente por medio del Espíritu Santo. En el altar, el pan y el vino no quedan solamente como símbolos, sino que se convierten en el Jesucristo de aquel primer viernes santo en el lugar de la Calavera (Mr 15, 21). (Ver siguiente capítulo.) Es algo del pasado que entra espiritualmente en el presente como lo expresa la palabra griega ANAMNESIS (1 Co 11, 25).
En Exodo 24, 8 leemos: Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. Prefiguran las palabras de Jesús cuando tomó el vino: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados (Mt 26, 27-28). Para completar el pacto, Moisés utilizó sangre de cordero y no un símbolo de ella. Igual cuando Jesús, el Cordero de Dios, firmó el Nuevo Pacto en su sangre. Es importante notar que el único lugar donde Jesús habla del Nuevo Pacto en su sangre es en la Última Cena cuando compartió la copa de vino(8).