Re: LOS ADVENTISTAS DEL SEPTIMO DIA SERAN LOS PRIMEROS EN RECIBIR LA MARCA DE LA BEST
Estimado manuel5. Saludos cordiales.
Respondo: Lee lo que Pablo escribe “Este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré MIS LEYES en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo (Heb. 8:10).
Está citando Jeremías 31:31-34. Y Jeremías profetiza que sería la ley de Jehová la que se escribiría en las mentes y corazones, no la ley de Pablo.
Lo mismo repite en Heb. 10:16: “Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: pondré MIS LEYES en sus corazones, y en sus mentes las escribiré”.
No dice “algunos mandamientos”, sino MIS LEYES, demostrando así su vigencia.
debemos preguntarnos a qué ley se está refiriendo el autor. Este proceso hermenéutico se conoce como “intencíon del autor,” y es algo importantísimo para poder interpretar correctamente un texto bíblico. Es decir, debemos preguntarnos siempre cual era la intención que el autor quería dar a entender a una audiencia en el período de tiempo en el que escribió el texto.
Si leemos el contexto en el que escribe el autor, queda claro que se trata de la ley de Dios dada a Israel mediante Moisés. Se trata de esa ley que debía haber cumplido el pueblo de Israel para demostrar que eran el pueblo de Dios, pero que por causa de la carne nunca pudieron cumplir. Es aquí donde Jeremías habla y dice que Dios en el pacto de gracia, hará lo que fue imposible para la carne, es decir que cambiará el corazón de los hombres, y en ese corazón pondrá Su ley para que puedan obedecerla y demuestren así que son el pueblo de Dios.
Pero, veamos el comentario de Calvino con respecto al texto de Jeremías 31: 33,
"El ahora nos da una diferencia entre la Ley y el Evangelio, pues el Evangelio trae con él la gracia de la regeneración: su doctrina, por lo tanto, no es la de la letra, sino que penetra en el corazón y reforma todas las facultades internas, para que la obediencia sea dada a la justicia de Dios.
Una pregunta puede ser aquí movida, Era la gracia de la regeneración faltante a los Padres bajo la Ley? Pero esta pregunta es meramente absurda. Qué, entonces, quiere decir cuando Dios niega aquí que la Ley fue escrita en el corazón antes de la venida de Cristo? A esto yo respondo, que los Padres, que fueron antes regenerados, obtuvieron este favor a través de Cristo, para que podamos decir, que fue como si hubiera sido transferido de otra fuente. El poder entonces de penetrar en el corazón no era inherente a la Ley, sino era un beneficio transferido a la Ley del Evangelio.
Esto es una cosa. Entonces, sabemos que esta gracia de Dios era rara y poco conocida bajo la Ley; pero que bajo el Evangelio los dones del Espíritu han brotado más abundantemente, y que Dios ha tratado más copiosamente con Su Iglesia. Pero aún lo principal es considerar lo que la Ley es en ella misma, y lo que es peculiar al Evangelio, especialmente cuando se hace una comparación entre la Ley y el Evangelio. Pues cuando la comparación cesa, esto no puede ser aplicada apropiadamente a la Ley; sino que con respecto al Evangelio se dice, que la Ley es la de la letra, como se le llama en otro lugar, (Romanos 7: 6) y esta es también la razón por la que Pablo la llama la letra en 2 Corintios 3: 6.
Por “letra” él quiere decir no lo que Origen tontamente explicó, pues él pervirtió el pasaje así como lo hizo con toda la Escritura: Pablo no quiere decir el simple y llano sentido de la Ley; pues le llama la letra por otra razón, pues solamente coloca ante los ojos de los hombres lo que es correcto, y lo suena en sus oídos. Y la palabra letra se refiere a lo que está escrito, como si hubiese dicho, La Ley fue escrita en piedra, y fue por lo tanto letra. Pero el Evangelio-qué es? Es espiritual, esto es, Dios no sólo dirige su palabra a los oídos de los hombres y la coloca frente a sus ojos, sino que enseña internamente sus corazones y mentes. Esta es la solución a la pregunta: el Profeta habla de la Ley misma, aparte del Evangelio, pues la Ley entonces está muerta y destituida del Espíritu de la regeneración.
Él luego dice, Daré mi ley en su mente. Con estas palabras él confirma lo que ha dicho, que la novedad, que antes mencionó, no fue en cuento a la sustancia, sino en forma solamente: pues Dios no dice aquí, “Os daré una nueva ley,” sino Escribiré mi Ley, esto es, la misma Ley, que había sido entregada antes a los Patriarcas. Él entonces no promete algo diferente en cuanto a la esencia de la doctrina, sino que hace la diferencia en la forma únicamente."
Tambiénel comentarista y teólogo Mathew Henry escribe,
"Él los inclinará a su deber; Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; no, les daré una nueva ley, pues Cristo vino no para abrogar la ley, sino para cumplirla; pero la ley será escrita en sus corazones por el dedo del Espíritu como fue escrito en las tablas de piedra. Dios escribe su ley en los corazones de los creyentes, la hace pronta y familiar a ellos, a la mano cuando tengan la ocasión de usarla, así como aquellos que es escrito en su corazón (Proverbios 3: 3). Él les da el cuidado de observarla, por lo que somos solícitos como aquello que está cerca de nuestro corazón. Él obra en ellos la disposición a la obediencia, una conformidad de pensamiento y afección a las reglas de la divina ley, como la copia de la original. Esto es aquí prometido, y debemos orar por ello, que nuestro deber pueda ser hecho concientemente y con placer."
La corecta interpretación de este pasaje deja claro que Dios pondrá en los corazones de todos los creyentes, los del Antiguo Pacto y los del Nuevo, Su ley, aquella, como bien dice Calvino, que fue entregada a los Patriarcas, para que estos anden en ella, se gocen y demuestren su amor por Dios. Estos dos grandes hombres de Dios demuestran que el creyente debe observar la ley moral de Dios entregada a Moisés.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.