Originalmente enviado por dexter23:
<STRONG>Solo les escribo esto ultimo (en este tema), para decirles que gracias , ayer en la noche han ganado un nuevo hermano (obviamente yo

),
espero ser yo ahora el que ayude a otras personas ha encontrar a cristo.
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Estimado Dexter:
¡Bienvenido a la familia de Dios!
Aunque un poco tarde, creo que no estará de más comentar que la pregunta que hiciste es una de las más frecuentes entre aquellos que dudan honestamente de la verdad del Evangelio (si bien hay también quien la emplea como excusa para evitar comprometerse personalmente).
Es también una pregunta que no tiene una respuesta sencilla o única. Todos los cristianos estamos absolutamente persuadidos de que Dios es tanto justo como misericordioso. Esto no está en duda; sin embargo, es difícil decidir cómo este principio indiscutible se aplica en el caso de quienes nunca tuvieron oportunidad de oír de Cristo.
Como un aporte más a las respuestas que has recibido, me permito transcribir enseñanzas que dejan entrever una posibilidad de salvación para todo ser humano, sin importar el lugar o tiempo en que le haya tocado vivir.
Los autores de la palabras que transcribo vivieron en tiempos muy diferentes. El primer texto pertenece a Justino, un maestro cristiano que murió como mártir hacia 165. Se encuentra en la obra
Diálogo con Trifón, en el cual Justino debate con un maestro judío. El segundo procede del Comentario de Martín Lutero (1483-1546) sobre la epístola a los Romanos. El tercero es del evangelista y apologista contemporáneo Josh McDowell.
“- Dime, pues –me dijo [Trifón]- : Los que hayan vivido conforme a la ley de Moisés, ¿vivirán en la resurrección de los muertos como Jacob, Enoc y Noé, o no?
Y yo:
Al citarte, amigo –le contesté- , las palabras de Ezequiel:
Aun cuando Noé y Daniel y Jacob pidan a sus hijos e hijas, no les serán dados [Ezequiel 14:20] , sino que, evidentemente, cada uno se salvará por su propia justicia, dije también que se salvarán igualmente los que hubieren vivido conforme a la ley de Moisés. En la ley de Moisés, en efecto, se mandan algunas cosas por naturaleza buenas y piadosas y justas, que han de hacer los que las creen; otras, que practicaban los que estaban bajo la ley, están escritas con miras a la dureza de corazón del pueblo. Así, pues, los que cumplieron lo que universal, natural y eternamente es bueno, fueron agradables a Dios, y se salvarán por medio de Jesucristo en la resurrección, del mismo modo que los justos que les precedieron, Noé, Enoc y Jacob y cuantos otros hubo, juntamente con los que reconocen a este Cristo por Hijo de Dios.”
Justino Mártir,
Diálogo con Trifón,
45: 2-4
“Aquí [Romanos 2: 1-16] cabe la pregunta: ¿Podemos decir que los gentiles, aunque viven «fuera de Cristo» y no obstante cumplen la ley de una manera natural, siguiendo los dictados de su conciencia – podemos decir que ellos son salvos? – pues sabemos que sin Cristo, el pecado original no es quitado, y sin la gracia no se puede cumplir ningún mandamiento (aunque aquellos gentiles tengan a su favor las evidencias externas).; y sabemos además que la gracia se recibe solamente por medio de Cristo. En efecto: el apóstol parece afirmar aquí que algunos gentiles hicieron y hacen por naturaleza las cosas de la ley. Sin embargo, hay algo aquí que nos puede hacer entrar en sospechas,: el apóstol no dice que ellos cumplen la ley, sino que hacen algunas cosas contempladas en la ley. Sus palabras textuales son: “lo que es de la ley” (v. 14), vale decir, algo de la ley, si bien no todo lo que la ley encierra; y de esta manera, todos permanecen aún en el estado de pecadores, a causa de las demás exigencias de la ley que no cumplieron, como se demostrará en el capítulo 3 (v. 10-12). Si se quiere entender al apóstol en el sentido de que los gentiles cumplen con todas las exigencias de la ley, parece que debe responderse con “sí” a la pregunta planteada al comienzo de este párrafo. Mas si a esto se objeta: ¿qué diremos entonces respecto de Cristo, el pecado original y la gracia?, la respuesta será: Cualquiera que cumple la ley, está en Cristo y recibe la gracia por cuanto en la medida de sus posibilidades, se puso en condiciones para recibirla. Pues el pecado original, Dios se lo pudo perdonar (aun sin que ellos hubieran tenido conocimiento del mismo ni los hubieran confesado) a base de alguna actitud humilde para con Dios como Ser Supremo conocido por ellos. Tampoco estaban ligados al evangelio y a un Cristo específicamente conocido, tan poco como los judíos. O también podría decirse que mediante un acto de misericordia anticipada de Dios, todos los hombres de este tipo recibieron, como regalo, una medida de luz y gracia que, de acuerdo con su estado, les bastaba para ser salvos. Como ejemplos se podría mencionar a Job, Naamán, Jetro y otros. Y bien: aquella primera interpretación, de que los gentiles no hicieron nada de lo que la ley exige, no me agrada, puesto que algo más adelante (v. 27) el apóstol dice: “Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti”. Fíjate en estas palabras. El apóstol dice aquí que la “incircuncisión”, o sea, el gentil, guarda la ley. Y en el mismo pasaje (v. 26) hace la pregunta: “Si el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?”. Así que los gentiles guardaron la ley. Cualquier detalle empero que aún les faltaba (y para esta falta sirve de excusa su invencible ignorancia), Dios indudablemente lo añadió en su paciencia, para que su guardar fuera hecho perfecto por medio del Cristo que habría de venir –exactamente como lo hizo con los pequeñuelos circuncidados que fueron muertos por causa de él (Mt. 2:16), y como lo hace aún hoy día con los hijitos nuestros.”
Comentarios de Martín Lutero: Carta del Apóstol Pablo a los Romanos. Traducción Erich Sexauer. Terrassa: CLIE, 1998, p. 76-77.
“
¿Qué ocurre con quienes nunca han oído el Evangelio?”
La Biblia es muy clara en que nadie va a Dios sino a través de Jesucristo.
Jesús dijo, ‘Nadie viene al Padre sino por mí’ (Juan 14:6). La única base para el perdón de los pecados y la vida eterna es el camino hecho por Jesús. Mucha gente piensa que esto implica que quienes nunca han oído de Jesús serán automáticamente condenados. Sin embargo, no sabemos que esto sea así.
Aunque las Escrituras nunca explícitamente enseñan que alguien quien nunca ha oído de Jesús pueda ser salvado, creemos que ella infiere esto. Creemos que toda persona tendrá una oportunidad de arrepentirse, y que Dios no excluirá a nadie porque hubiese nacio en el lugar equivocado o en el tiempo equivocado.
Jesús dijo, ‘Si alguien quiere hacer su voluntad [la del Padre], sabrá si mi enseñanza es de Dios o si hablo de mí mismo’ (Juan 7:17).
La Biblia también revela que nadie tiene excusa alguna:
...porque lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se los hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa (Romanos 1: 19-20)
Es un hecho que toda la humanidad puede decir que existe un creador, porque Su creación da testimonio de esto. Este testimonio es universal. Aunque la gente tiene suficiente información de que Dios existe, se torna voluntariamente ignorante de las cosas de Dios porque sus corazones son malos.
La enseña que el individuo incrédulo está restringiendo la verdad en injusticia (Romanos 1:18). Más aún, las Escrituras relatan que el hombre no está buscando a Dios sino realmente huyendo de Él. ‘No hay quien busque a Dios’ (Romanos 3:11). Por tanto, no se trata de que Dios se rehúse a dar Su Palabra a quien está desesperadamente buscando la verdad.
También sabemos que es el deseo de Dios “que nadie perezca mas que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Esto indica que Dios también se ocupa por aquellas personas que no han oído el Evangelio. El ha demostrado esto al enviar a su Hijo a morir en lugar de ellos. ‘Mientras aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros’ (Romanos 5:8).
La Biblia enseña que Dios ha de juzgar al mundo con justicia y rectitud. ‘Porque Él ha dispuesto un día, en el cual juzgará al mundo en rectitud’ (Hechos 17:31). Esto significa que cuando todos los hechos sean considerados, el nombre de Dios será vindicado y nadie será capaz de acusarle de injusticia.
Aun cuando podemos no saber cómo Él ha de tratar específicamente con estas personas, sabemos que su juicio será justo. Este solo hecho debiera satisfacer a cualquiera que se pregunte cómo Dios ha de tratar con la gente que nunca han oído de Jesucristo.
La Biblia misma da testimonio del hecho de que, de toda la gente de la tierra, algunos oirán y responderán. ‘Pues fuiste inmolado, y nos has redimido para Dios por tu sangre de todo linaje, y lengua, y pueblo, y nación’ (Apocalipsis 5:9).
La Biblia da un ejemplo de un hombre quien estaba en una situación no diferente que la de muchos hoy. Su nombre era Cornelio. Era un hombre muy religioso quien constantemente oraba a Dios. No había oído de Jesucristo, pero estaba honestamente pidiéndole a Dios que se le revelara.
Dios contestó la oración de Cornelio por medio del envío del apóstol Pedro a él para transmitirle toda la historia de Jesús. Cuando Pedro le predicó a Cornelio, Cornelio puso s confianza en Cristo como su Salvador. Este ejemplo demuestra que quienquiera que sinceramente desea conocer a Dios habrá de oír acerca de Jesús.
Hay gente hoy que, como Cornelio, dicen la misma oración para conocer al verdadero y viviente Dios, y ellos están siendo alcanzados sin importar dónde puedan vivir. Simón Pedro afirmó: ‘Me doy cuenta de que Dios no hace acepción de personas, sino que en cada nación aquél que le teme, y obra la justicia, es acepto a Él’(Hechos 10:34-35).
Las Escrituras contienen otros ejemplos de individuos que fueron aceptos por Dios, aunque el conocimiento que ellos tenían de Él era limitado:
Rahab, la prostituta, tenía sólo un mínimo conocimiento acerca de Dios, pero la Escritura se refiere a ella como una mujer de fe, y sus acciones fueron encomiadas (Josué 2:9; Hebreos 11:31).
A Naamán, el sirio, se le concedió paz con Dios porque ejercitó la fe, aunque estaba viviendo en medio de una cultura pagana (2 Reyes 5:15-19).
Jonás, el profeta, fue enviado a Nínive, una sociedad pagana, y ellos se arrepintieron ante su predicación (Jonás 3:5)
Nadie será condenado por no haber oído jamás de Jesucristo. Basado en los anteriores ejemplos de la Escritura, puede verse que Dios juzgará a toda la humanidad justamente y que nadie podrá clamar que él o ella recibió una audiencia injusta. Por tanto, la gente que hace esta pregunta debiera evitar cuidadosamente emplearla como excusa para no venir a Cristo.
Lo que usted piense que le pueda ocurrir o no ocurrir a algún otro no le libera de su responsabilidad en el Día del Juicio. Aunque Aunque podamos no ser capaces de contestar la pregunta acerca de quienes nunca han oído [el Evangelio] para satisfacción de todos, la Biblia deja ciertas cosas claras.
Una persona lo enunció así: ‘Hay muchas cosas en la Biblia que no puedo entender; hay muchas cosas en la Biblia que solamente creo entender; pero hay muchas cosas en la Biblia que no puedo malinterpretar’.
Josh McDowell,
The Best of Josh McDowell- A ready defense. Compiled by Bill Wilson. San Bernardino: Here’s Life Publishers, 1990, p. 416-418 (mi traducción).
Espero que estas reflexiones te sean de utilidad.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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