-----Mensaje original-----
De: Inmaculado Corazón de María [mailto:[email protected]]
Enviado el: martes, 27 de noviembre de 2001 7:18
Asunto: Dia de La Medalla Milagrosa
LA MEDALLA MILAGROSA
27 de Noviembre
NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA
Sacramentales y Sacramentos:
La Teología nos enseña que los Sacramentos actúan, confieren la gracia,
"ex opere operato" y los Sacramentales "ex opere operantis".
¿Qué significa esto? simplemente que en los Sacramentos, instituidos por
NSJC, actuando por su propia virtud intrínseca, el efecto depende de lo
obrado, independientemente de las disposiciones del sujeto (con tal,
naturalmente, que se reciba dignamente sin que se ponga óbice a la
gracia Cfr. D. 849-50); cuando se hace la obra (lo que Jesucristo
estableció) se produce (lo operado) el efecto: se da o aumenta la gracia
e imprime el carácter (cuando el sacramento lo comporta); es decir que
si las personas habilitadas (ministros), actúan con la intención de
hacer lo que la Iglesia hace (intención), sobre la integridad de los
elementos establecidos (materia) y con la formula esencial definida
(forma), necesariamente Nuestro Señor Jesucristo que instituyó siete y
sólo siete), produce los efectos previstos para cada Sacramento.
En cambio, en los Sacramentales depende más del que obra, por la
eficacia impetratoria de la oración y en las acciones sobrenaturalmente
meritorias que son múltiples como el usar las medallas, el agua bendita,
recibir las bendiciones, las imágenes y en general las cosas bendecidas
etc., consiste en que el efecto depende, en gran parte, de las
disposiciones y de los actos del sujeto (la persona sobre la que actúa).
Dicho esto podemos comprender mejor y beneficiarnos de las palabras que
la Virgen María dijo al pedir, a Sor Catalina Labouré, que se hiciera
la Medalla de la Inmaculada (como se llamaba al principio) que muy
pronto fue conocida universalmente como "La Milagrosa": "Quien lleve
esta Medalla le daré muchas gracias; si la lleva con Fe, le daré más
gracias..." esto nos indica que el solo hecho de llevar la Medalla da
gracias. En efecto, en la conversión y salvación de muchos, enemigos de
la Iglesia, agnósticos, judíos, masones y comunistas, se registra la
Misericordia de Nuestra Señora a través de este sacramental la Medalla
Milagrosa; no tenían la Fe, pero la recibieron y encontraron la
salvación; uno de los ejemplos más notorio es la conversión del famoso
banquero Judío Ratisbona, quien siendo profundamente anticristiano,
finalmente se hizo sacerdote ejemplar.
Llevemos con Fe la Medalla Milagrosa y difundámosla, rezando por ellos,
entre las personas que pasan por nuestras vidas; aunque no tengan la Fe,
hagamos ese bien, es el mayor y menos difícil que podemos hacer, y aún
debemos, agradando así a Nuestra Señora: Dios lo quiere!
-Apariciones de María en París, Rue du Bac 140, Francia y su Medalla Milagrosa.
En la noche del 18 al 19 de julio de 1830 la Virgen Gloriosa apareció a
Sor Catalina Labouré, hija del amor de S. Vicente. A las 11:30 de la
noche Sor Catalina se despierta y oye llamarla claramente tres veces:
"Sor Labouré". Ve en la figura de un niño de unos 5 o 6 años a su ángel
custodio que le dice: "Ven a la capilla; la Virgen Gloriosa la espera
allí". De prisa se viste y sigue al ángel que se queda a su lado
izquierdo y cuyos contornos resplandecen. En la capilla todas las luces
y las velas están encendidas. El ángel la acompaña al coro reservado
para los sacerdotes. Catalina espera y reza. Transcurrida media hora el
ángel de pronto dice: "allí está la Virgen Gloriosa". Al lado del altar
donde normalmente se lee la epístola desciende María, dobla la rodilla
ante el Santísimo y va a sentarse en el sillón en el coro de los
sacerdotes. "en un abrir y cerrar de los ojos", prosigue posteriormente
la vidente, "estuve de hinojos junto a ella con mis manos cruzadas en
las rodillas de la Virgen Gloriosa. Fue el momento más feliz de mi
vida". Durante dos horas María hablo con Catalina de una misión que DIOS
quería encargarle y de las dificultades con que iba a tropezar al
realizarla. Luego María desaparece como una luz que paulatinamente se
extingue y el ángel la reconduce a su dormitorio.
La segunda aparición tuvo lugar el 27 de noviembre de 1830. A las 5:30
de la tarde Catalina se encuentra en la capilla para la meditación.
Leída la primera parte aparece María que luce un vestido blanco. En sus
manos lleva un globo de oro, provisto de una cruz. Clavando los ojos en
el cielo, la Virgen parece ofrecer el referido globo a DIOS implorando
mercedes sobre él. Enseguida su ruego es atendido. En sus dedos aparecen
anillos en los cuales figuran incrustadas piedras preciosas cada vez más
bellas: de ellas desprenden haces de luz que se ensanchan a medida que
bajan. Mientras María está rodeada por una luz brillante, el globo
desaparece de sus manos.
Ahora, bajando los ojos, mira a Catalina, abre los brazos y, estando de
pie encima de un globo terrestre grande, lo cubre de haces de luz,
símbolos de las mercedes. Luego se forma un arco ovalado en cuyo
contorno figuran letras de oro que rezan así: "¡Oh María, concebida sin
pecado, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!". Luego María le da el
encargo: "He aquí el símbolo de las mercedes que concedo a cuantos me
las pidan. Haz acuñar una medalla conforme a este modelo; cuantos la
lleven puesta gozarán de muchas mercedes, sobre todo si la llevan puesta
en el cuello. Para cuantos la lleven con confianza ,las mercedes serán
más abundantes". Ahora el conjunto gira y Catalina ve el reverso de la
medalla: la letra M, encima y apoyada sobre ella una cruz y debajo de
ella los Corazones de Jesús y de María. El de Jesús va coronado de
espinas y el de María está perforado por una espada. En el contorno del
conjunto figuran 12 estrellas. La Medalla fue ricamente indulgenciada y
la gente empezó a calificarla como Medalla Milagrosa: lo que se explica
porque los que llevaron la medalla como símbolo de la veneración de la
Concepción Inmaculada de María obtuvieron que muchísimas de sus
oraciones se atendieran y que se produjeran muchas conversiones y
curaciones.
Dicho gran privilegio de María fue elevado a dogma por el papa en 1854.
El hecho de que millones de creyentes llevaron la medalla con la
oración: "¡Oh María concebida sin pecado;..." contribuyo mucho a que la
veneración de la Concepción Inmaculada de María conociera un gran auge y
que la definición del dogma de 1854 fuera deseada por toda la Iglesia.
En 1858 María vino a confirmar está verdad de la fe efectuando
apariciones en Lourdes. Se hizo conocer a la pequeña Bernardette, que
llevaba puesta la Medalla Milagrosa, mediante las palabras: "soy la
Concepción Inmaculada.
Todo esto ocurrió durante la vida de sor Catalina, pero ella procuró
quedarse desconocida hasta vísperas de su muerte en el año 1876. Durante
46 años nadie, excepto su director espiritual, el padre Aladel, supo
quién era la Sor de las apariciones. Durante todos aquellos años se
dedicó en el silencio más absoluto a su encargo del cielo : hacer
conocer al mundo entero el gran amor de la Madre de DIOS hacia todos los
hombres, buenos o malos, por quién murió su Hijo. Catalina fue
canonizada en 1947 y por orden del arzobispo de parís su cuerpo fue
exhumado. Se pudo comprobar que el cuerpo todavía estaba en estado
perfecto de conservación: hasta sus ojos habían quedado intactos, luego
la depositaron en una caja de cristal,donde hoy se puede apreciar, en la
misma capilla de las apariciones. Cada año acuden millones de peregrinos
de todas partes del mundo para invocar la intercesión de María y de su
confidente, la Sor Catalina Labouré.
-Novena a Santa María de la Medalla Milagrosa:
Inmaculada Virgen María, Madre de Jesucristo y Madre nuestra, tenemos
plena confianza en tu intercesión. Puedes obtener de tu Hijo cuanto sea
bueno para nosotros. Te damos la gracias porque nos lo recuerda a través
de la medalla en la que se representa nuestra redención. Nos amas,
confiamos en ti.
Haz que de tus hijos logremos la merced que te imploramos. (Aquí se
insertan las intenciones ).
Madre María haz que no solo obtengamos mercedes temporalares sino y
sobre todo que estemos dispuestos a la oración y al sacrificio. Sólo así
seremos capaces de ostentar un verdadero amor hacía tu Hijo Jesús y un
amor sincero a nuestros prójimos. Entonces lograremos la felicidad del
cielo de que tú, nuestra Reina y Madre, ya gozas. ¡Amen!
¡Oh María sin pecado concebida:
Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
************************************************
¡¡¡ QUE PENA DIOS MIO !!!
De: Inmaculado Corazón de María [mailto:[email protected]]
Enviado el: martes, 27 de noviembre de 2001 7:18
Asunto: Dia de La Medalla Milagrosa
LA MEDALLA MILAGROSA
27 de Noviembre
NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA
Sacramentales y Sacramentos:
La Teología nos enseña que los Sacramentos actúan, confieren la gracia,
"ex opere operato" y los Sacramentales "ex opere operantis".
¿Qué significa esto? simplemente que en los Sacramentos, instituidos por
NSJC, actuando por su propia virtud intrínseca, el efecto depende de lo
obrado, independientemente de las disposiciones del sujeto (con tal,
naturalmente, que se reciba dignamente sin que se ponga óbice a la
gracia Cfr. D. 849-50); cuando se hace la obra (lo que Jesucristo
estableció) se produce (lo operado) el efecto: se da o aumenta la gracia
e imprime el carácter (cuando el sacramento lo comporta); es decir que
si las personas habilitadas (ministros), actúan con la intención de
hacer lo que la Iglesia hace (intención), sobre la integridad de los
elementos establecidos (materia) y con la formula esencial definida
(forma), necesariamente Nuestro Señor Jesucristo que instituyó siete y
sólo siete), produce los efectos previstos para cada Sacramento.
En cambio, en los Sacramentales depende más del que obra, por la
eficacia impetratoria de la oración y en las acciones sobrenaturalmente
meritorias que son múltiples como el usar las medallas, el agua bendita,
recibir las bendiciones, las imágenes y en general las cosas bendecidas
etc., consiste en que el efecto depende, en gran parte, de las
disposiciones y de los actos del sujeto (la persona sobre la que actúa).
Dicho esto podemos comprender mejor y beneficiarnos de las palabras que
la Virgen María dijo al pedir, a Sor Catalina Labouré, que se hiciera
la Medalla de la Inmaculada (como se llamaba al principio) que muy
pronto fue conocida universalmente como "La Milagrosa": "Quien lleve
esta Medalla le daré muchas gracias; si la lleva con Fe, le daré más
gracias..." esto nos indica que el solo hecho de llevar la Medalla da
gracias. En efecto, en la conversión y salvación de muchos, enemigos de
la Iglesia, agnósticos, judíos, masones y comunistas, se registra la
Misericordia de Nuestra Señora a través de este sacramental la Medalla
Milagrosa; no tenían la Fe, pero la recibieron y encontraron la
salvación; uno de los ejemplos más notorio es la conversión del famoso
banquero Judío Ratisbona, quien siendo profundamente anticristiano,
finalmente se hizo sacerdote ejemplar.
Llevemos con Fe la Medalla Milagrosa y difundámosla, rezando por ellos,
entre las personas que pasan por nuestras vidas; aunque no tengan la Fe,
hagamos ese bien, es el mayor y menos difícil que podemos hacer, y aún
debemos, agradando así a Nuestra Señora: Dios lo quiere!
-Apariciones de María en París, Rue du Bac 140, Francia y su Medalla Milagrosa.
En la noche del 18 al 19 de julio de 1830 la Virgen Gloriosa apareció a
Sor Catalina Labouré, hija del amor de S. Vicente. A las 11:30 de la
noche Sor Catalina se despierta y oye llamarla claramente tres veces:
"Sor Labouré". Ve en la figura de un niño de unos 5 o 6 años a su ángel
custodio que le dice: "Ven a la capilla; la Virgen Gloriosa la espera
allí". De prisa se viste y sigue al ángel que se queda a su lado
izquierdo y cuyos contornos resplandecen. En la capilla todas las luces
y las velas están encendidas. El ángel la acompaña al coro reservado
para los sacerdotes. Catalina espera y reza. Transcurrida media hora el
ángel de pronto dice: "allí está la Virgen Gloriosa". Al lado del altar
donde normalmente se lee la epístola desciende María, dobla la rodilla
ante el Santísimo y va a sentarse en el sillón en el coro de los
sacerdotes. "en un abrir y cerrar de los ojos", prosigue posteriormente
la vidente, "estuve de hinojos junto a ella con mis manos cruzadas en
las rodillas de la Virgen Gloriosa. Fue el momento más feliz de mi
vida". Durante dos horas María hablo con Catalina de una misión que DIOS
quería encargarle y de las dificultades con que iba a tropezar al
realizarla. Luego María desaparece como una luz que paulatinamente se
extingue y el ángel la reconduce a su dormitorio.
La segunda aparición tuvo lugar el 27 de noviembre de 1830. A las 5:30
de la tarde Catalina se encuentra en la capilla para la meditación.
Leída la primera parte aparece María que luce un vestido blanco. En sus
manos lleva un globo de oro, provisto de una cruz. Clavando los ojos en
el cielo, la Virgen parece ofrecer el referido globo a DIOS implorando
mercedes sobre él. Enseguida su ruego es atendido. En sus dedos aparecen
anillos en los cuales figuran incrustadas piedras preciosas cada vez más
bellas: de ellas desprenden haces de luz que se ensanchan a medida que
bajan. Mientras María está rodeada por una luz brillante, el globo
desaparece de sus manos.
Ahora, bajando los ojos, mira a Catalina, abre los brazos y, estando de
pie encima de un globo terrestre grande, lo cubre de haces de luz,
símbolos de las mercedes. Luego se forma un arco ovalado en cuyo
contorno figuran letras de oro que rezan así: "¡Oh María, concebida sin
pecado, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!". Luego María le da el
encargo: "He aquí el símbolo de las mercedes que concedo a cuantos me
las pidan. Haz acuñar una medalla conforme a este modelo; cuantos la
lleven puesta gozarán de muchas mercedes, sobre todo si la llevan puesta
en el cuello. Para cuantos la lleven con confianza ,las mercedes serán
más abundantes". Ahora el conjunto gira y Catalina ve el reverso de la
medalla: la letra M, encima y apoyada sobre ella una cruz y debajo de
ella los Corazones de Jesús y de María. El de Jesús va coronado de
espinas y el de María está perforado por una espada. En el contorno del
conjunto figuran 12 estrellas. La Medalla fue ricamente indulgenciada y
la gente empezó a calificarla como Medalla Milagrosa: lo que se explica
porque los que llevaron la medalla como símbolo de la veneración de la
Concepción Inmaculada de María obtuvieron que muchísimas de sus
oraciones se atendieran y que se produjeran muchas conversiones y
curaciones.
Dicho gran privilegio de María fue elevado a dogma por el papa en 1854.
El hecho de que millones de creyentes llevaron la medalla con la
oración: "¡Oh María concebida sin pecado;..." contribuyo mucho a que la
veneración de la Concepción Inmaculada de María conociera un gran auge y
que la definición del dogma de 1854 fuera deseada por toda la Iglesia.
En 1858 María vino a confirmar está verdad de la fe efectuando
apariciones en Lourdes. Se hizo conocer a la pequeña Bernardette, que
llevaba puesta la Medalla Milagrosa, mediante las palabras: "soy la
Concepción Inmaculada.
Todo esto ocurrió durante la vida de sor Catalina, pero ella procuró
quedarse desconocida hasta vísperas de su muerte en el año 1876. Durante
46 años nadie, excepto su director espiritual, el padre Aladel, supo
quién era la Sor de las apariciones. Durante todos aquellos años se
dedicó en el silencio más absoluto a su encargo del cielo : hacer
conocer al mundo entero el gran amor de la Madre de DIOS hacia todos los
hombres, buenos o malos, por quién murió su Hijo. Catalina fue
canonizada en 1947 y por orden del arzobispo de parís su cuerpo fue
exhumado. Se pudo comprobar que el cuerpo todavía estaba en estado
perfecto de conservación: hasta sus ojos habían quedado intactos, luego
la depositaron en una caja de cristal,donde hoy se puede apreciar, en la
misma capilla de las apariciones. Cada año acuden millones de peregrinos
de todas partes del mundo para invocar la intercesión de María y de su
confidente, la Sor Catalina Labouré.
-Novena a Santa María de la Medalla Milagrosa:
Inmaculada Virgen María, Madre de Jesucristo y Madre nuestra, tenemos
plena confianza en tu intercesión. Puedes obtener de tu Hijo cuanto sea
bueno para nosotros. Te damos la gracias porque nos lo recuerda a través
de la medalla en la que se representa nuestra redención. Nos amas,
confiamos en ti.
Haz que de tus hijos logremos la merced que te imploramos. (Aquí se
insertan las intenciones ).
Madre María haz que no solo obtengamos mercedes temporalares sino y
sobre todo que estemos dispuestos a la oración y al sacrificio. Sólo así
seremos capaces de ostentar un verdadero amor hacía tu Hijo Jesús y un
amor sincero a nuestros prójimos. Entonces lograremos la felicidad del
cielo de que tú, nuestra Reina y Madre, ya gozas. ¡Amen!
¡Oh María sin pecado concebida:
Rogad por nosotros que recurrimos a Vos!
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¡¡¡ QUE PENA DIOS MIO !!!