El único idioma universal que conozco, y lo puedo hablar, el el Esperanto. Es muy fácil de aprender. Con treinta horas de estudio lo pude hablar con varios esperantistas que habitaban en mi ciudad.Y ahora, gracias al Internet, está creciendo mucho. Por ejemplo, por teléfono puede uno hablar con personas de todos los países del mundo sin mayor dificultad.