Hermanos en Cristo y Su Palabra
Le reacción y contradicción vista en este epígrafe es la típica y predecible, que se puede esperar de un prosélito de roma, que en el colmo de la ironía, no conoce roma y la profundidad de su extravío, sino que su exclusivo interés es difundir a como de lugar a roma con el fin de llevarle toda la gloria que pueda, si se fijan con cuidado verán que esta actitud reiterativa, dista mucho de un interés sano por mostrar El Evangelio y la Justicia de Dios. En el caso particular que vemos, observen el cambio de actitud en el tiempo.
Este tipo de reacciones son naturales cuando alguna persona es removida en el sentido sociológico de la pertenencia, es decir, - si es de mi tribu está bien, sino, no es nada - y mas aun algunos en su corazón sin llegar a exteriorizarlo, aceptan que el objeto de su ira es digno de maldición, pero no una maldición simple de humano fundamento, sino maldición del dios al cual ellos le rinden culto.
La mejor manera de comprobar esto es revisar la sistemática reacción e indignación del espíritu romano, luego de iniciada la Reforma, verificando los cánones de maldición del Concilio de Trento, dirigidos hacia los cristianos que habían sido, por la Gracia del Único Dios, rescatados del sistema catolicoromano y llevados Al Evangelio de Jesucristo.
Si se revisa con cuidado lo acordado en dicho concilio, se verá que la pretensión reflejada en los cánones, no se sacia en la destrucción del cuerpo del hombre para que este muera, desaparezca del mundo o sea anulado intelectualmente, sino que aspira a la destrucción eterna del cristiano, haciendo caer sobre el objeto de su ira, como si en realidad pudieran, Anatema de Dios, de manera similar a la formula empleada por Pablo en Gálatas 1 por Santo Mandato del Señor. Evidentemente con la gran diferencia que Pablo muestra el Verdadero Poder de Dios sobre todo el que predique un Evangelio diferente sea carne o espíritu. Roma con los años ha aprendido a no exteriorizar mayormente su odio, paradójicamente, sabiendo que el anatema de Gálatas 1 permanece sobre ella, y en la certeza que ese Anatema si que tiene Verdadero Poder de Dios para destruir eternamente.
Demás está agregar que si alguno cita el Concilio Vaticano II como una forma de atenuar la soberbia y satanismo desplegado en Trento, debe recordar que los cánones de dicho concilio jamás han sido abrogados por roma, lo cual no nos preocupa en modo alguno, pues no tiene poder para dañara a los hijos de Dios.
A continuación le ofrezco la opinión de los ex - sacerdotes romanos de la Fundación En La Calle Recta, al testimonio de conversión de otro ex - sacerdote de roma que se convirtió al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Donde se aborda algo de la incoherencia en la reacción romana, similar a la que hemos visto en este epígrafe:
Comentario de los hermanos de "En la Calle Recta" al testimonio de conversión al Evangelio del ex - sacerdote católico romano Antoine Bailly[/b]
Damos gracias al Señor, que a este hermano a la edad de 64 años le ha dado este poder profético.
En este testigo de la fe en Jesucristo, no tendrán excusa aquellos que le tachen de cura faldero para dejar el sacerdocio. El poder de la Gracia de Jesucristo le ha sacado a la luz de los hijos de Dios por la sola fe. La Gracia de Dios hace el milagro de la Luz tanto en los más jóvenes como en los de más edad.
Una vez más la Gracia de Jesucristo triunfa sobre los privilegios y los dogmas de Roma. Ni los largos años dentro del sistema romano hacen infructuosa la Gracia de Jesucristo, cuando El llama a una persona, y esa persona reconoce su ceguera y la sola Luz que es Cristo.
Pero el sistema romano siempre buscará una causa por la que sus sacerdotes la abandonan.
La razón más simple y a la vez más incoherente es la de llamarles: "Judas". Sin embargo es lo más ilógico que se les podía llamar, ya que éstos no vendieron a Cristo, sino que se saben comprados por la preciosa Sangre de Cristo. Pues El les rescató del vano ceremonial, de la vana religiosidad y de las vanas normas que nunca les condujeron al encuentro personal con Cristo.
Ahora se saben en Cristo y con Cristo , que tienen la vida eterna, sin echar mano a sus propias obras, sino de la obra redentora de Cristo.
Este paso sólo se da a través del puente de la fe. Más segura que todos los puentes que los hombres hagan.
Francisco Rodríguez Pérez
Ex - sacerdote romano católico
Redactor Jefe "En la calle Recta"
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Sobran los comentarios, ante una opinión que conoce y que ha probado la amargura del fruto desde adentro, pero que con la Gracia y el Indestructible Poder de Dios sobre todas las cosas, visibles o invisibles, han sido rescatados para la Eterna Gloria del Señor.
En estos hermanos despreciados y tenidos por traidores, ante la impiedad del que no viene de Dios (Juan 6), magníficamente se cumple y aun se cumplirá en toda Justicia La Palabra de Dios cuando dice:
"Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles" (Lucas 12:8)
En Cristo
Rogelio