Ese idealismo bahai solo es una utopía. Las Escrituras claramente enseñan que desde que el hombre pecó, la tendencia natural de los humanos es hacia las cosas que no le convienen. Tambien aconsejan que no se confíe en los planes de los humanos porque incluso se engañan a sí mismos cuando se guían por emociones, y muchas veces ni siquiera pueden concretar sus buenas intenciones porque el mundo está gobernado por fuerzas inicuas.
Además de eso, el Reino de Dios es la promesa que desde siempre ha sido dada a los humanos. No es un reino que van a establecer los seres humanos, sino un gobierno que va a traer Dios y que va a eliminar a todos los gobiernos humanos que no pueden traer la paz y la justicia a los seres humanos. Los bahais niegan las promesas bíblicas y se enfocan en los esfuerzos que hacen los bahais para traer una supuesta paz al mundo. Las personas imperfectas no pueden producir paz por muchas buenas intenciones que tengan.
Además de eso, solo Dios con su poder puede eliminar las enfermedades y la muerte del mundo. Los humanos no pueden lograr esas cosas. Por cierto, es falso que el mundo esté hoy mejor que antes. El planeta está cada vez más enfermo. Especies animales y plantas desaparecen sin que alguien haga algo, por intereses humanos egoístas. Han surgido enfermedades como el Alzhaimer y el VIH que nunca antes habían azotado a la humanidad. Y aunque es cierto que la vida se ha alargado de cierta manera, la calidad de vida ha empeorado caóticamente. ¿Para qué vivir 100 años si no puedes soportar los dolores por tus enfermedades que nadie sabe cómo curar?
La esperanza humana solo está en el Reino de Dios y Jesucristo es el Rey de ese Reino, no los bahais. Ese reino será establecido y arrasará con todo lo que lo estorbe, porque fuera de Cristo no hay esperanza para nadie. Nadie puede darle a Dios un precio para devolver la salud y vida eterna que los humanos perdieron al rebelarse contra su Padre celestial. Jesús pagó ese precio y por eso nadie puede ser salvo sin él. Quien se meta en medio, se vá del aire ... como una emisora que deja de trasmitir.
Además de eso, el Reino de Dios es la promesa que desde siempre ha sido dada a los humanos. No es un reino que van a establecer los seres humanos, sino un gobierno que va a traer Dios y que va a eliminar a todos los gobiernos humanos que no pueden traer la paz y la justicia a los seres humanos. Los bahais niegan las promesas bíblicas y se enfocan en los esfuerzos que hacen los bahais para traer una supuesta paz al mundo. Las personas imperfectas no pueden producir paz por muchas buenas intenciones que tengan.
Además de eso, solo Dios con su poder puede eliminar las enfermedades y la muerte del mundo. Los humanos no pueden lograr esas cosas. Por cierto, es falso que el mundo esté hoy mejor que antes. El planeta está cada vez más enfermo. Especies animales y plantas desaparecen sin que alguien haga algo, por intereses humanos egoístas. Han surgido enfermedades como el Alzhaimer y el VIH que nunca antes habían azotado a la humanidad. Y aunque es cierto que la vida se ha alargado de cierta manera, la calidad de vida ha empeorado caóticamente. ¿Para qué vivir 100 años si no puedes soportar los dolores por tus enfermedades que nadie sabe cómo curar?
La esperanza humana solo está en el Reino de Dios y Jesucristo es el Rey de ese Reino, no los bahais. Ese reino será establecido y arrasará con todo lo que lo estorbe, porque fuera de Cristo no hay esperanza para nadie. Nadie puede darle a Dios un precio para devolver la salud y vida eterna que los humanos perdieron al rebelarse contra su Padre celestial. Jesús pagó ese precio y por eso nadie puede ser salvo sin él. Quien se meta en medio, se vá del aire ... como una emisora que deja de trasmitir.