la verdadera unidad en los cristianos

Re: la verdadera unidad en los cristianos

Si puede, siempre y cuando lo que se corrija sea un error teológico del Papa, en su posición de teólogo personal, y no una definición de fe hecha en su posición de pastor supremo.

¿Porque la pregunta?

quieres decir que ,si un papa viola a un nino

pudiera un sacerdote acusarlo ante un concilio y destituirlo??
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

Es correcto, como lo hace con cualquiera que se deje seducir, pues los papas no son superhombres o insensibles ante el acoso del mal. Peo vemos que la intención del malo no prevaleció, ni prevalecerá, se valga de un Apóstol, o no.


Se me termino mi hora libre.., regreso luego con la respuesta a lo que sigue. Cuidate mientras tanto y que Dios te bendiga.

por eso amigo pedro no puede ser roca de nada ,,mucho menos los papas ...


cristo es la roca ,,el nunca falla y nunca se equivoca .
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

quieres decir que ,si un papa viola a un nino

pudiera un sacerdote acusarlo ante un concilio y destituirlo??

Quede ipsofacto acusado el mismo por el pecado, y por ende excomulgado de la Iglesia por tan abominable aberración, sin necesidad de acusarle ante un Concilio, porque los Concilios no son para eso en especifico. Es mas, no solo debe acusarle ante la autoridad eclesial, sino la secular, en el caso de que un Papa sea causa de escándalo y se tenga las pruebas necesarias para hacerlo.
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

Quede ipsofacto acusado el mismo por el pecado, y por ende excomulgado de la Iglesia por tan abominable aberración, sin necesidad de acusarle ante un Concilio, porque los Concilios no son para eso en especifico. Es mas, no solo debe acusarle ante la autoridad eclesial, sino la secular, en el caso de que un Papa sea causa de escándalo y se tenga las pruebas necesarias para hacerlo.

entonses no hay que hablar ,,,tanto tu como yo estamos de acuerdo en que cualquiera no importando su "jerarquia"

puede acusar a un anciano ante otro que no sea de un rango mas elevado ..

es lo que estamos diciendo ..
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

Quede ipsofacto acusado el mismo por el pecado, y por ende excomulgado de la Iglesia por tan abominable aberración, sin necesidad de acusarle ante un Concilio, porque los Concilios no son para eso en especifico. Es mas, no solo debe acusarle ante la autoridad eclesial, sino la secular, en el caso de que un Papa sea causa de escándalo y se tenga las pruebas necesarias para hacerlo.

muy interesante tu respuesta y por otro lado ,,,

entonses tiene el poder secular autoridad sobre el maximo pontifise de la iglesia catolica romana???

espero .
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

Es correcto, como lo hace con cualquiera que se deje seducir, pues los papas no son superhombres o insensibles ante el acoso del mal. .

a fin de cuentas mi amigo romanista papal ,,,,

nuestro primer papa pedro ya decreto que es Cristo la roca


.1Pe 2:4 al cual allegándoos (que es la Piedra viva, reprobada ciertamente de los hombres, pero elegida de Dios, preciosa),
1Pe 2:5 vosotros también, como piedras vivas, son edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesús, el Cristo.
1Pe 2:6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal Piedra de la esquina, escogida, preciosa: Y el que creyere en ella, no será confundido.
1Pe 2:7 Es pues honor a vosotros que creéis; mas para los desobedientes: La Piedra que los edificadores reprobaron, esta fue hecha la cabeza de la esquina;
1Pe 2:8 Y: Piedra de tropiezo, y piedra de escándalo, a aquellos que tropiezan en la Palabra, y no creen en aquello para lo cual fueron ordenados.

. asi que allanese a la infabilidad papal de pedro ..

sea obediente al papa .
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

a fin de cuentas mi amigo romanista papal ,,,,

nuestro primer papa pedro ya decreto que es Cristo la roca


.1Pe 2:4 al cual allegándoos (que es la Piedra viva, reprobada ciertamente de los hombres, pero elegida de Dios, preciosa),
1Pe 2:5 vosotros también, como piedras vivas, son edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesús, el Cristo.
1Pe 2:6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal Piedra de la esquina, escogida, preciosa: Y el que creyere en ella, no será confundido.
1Pe 2:7 Es pues honor a vosotros que creéis; mas para los desobedientes: La Piedra que los edificadores reprobaron, esta fue hecha la cabeza de la esquina;
1Pe 2:8 Y: Piedra de tropiezo, y piedra de escándalo, a aquellos que tropiezan en la Palabra, y no creen en aquello para lo cual fueron ordenados.

. asi que allanese a la infabilidad papal de pedro ..

sea obediente al papa .

Estimado Hector, estamos de acuerdo en que Cristo es la roca, "la Piedra viva", pero una cosa es que Cristo se la Piedra viva, por la cual la construcción vive, no quita que existan mas "piedras vivas" (1Pe 2:5), y que Cristo mismo haya hecho de Pedro una piedra de la misma clase que nosotros, pero mayor o como líder en esa construcción, en la edificación de su Iglesia... Así como en el mundo no todas las piedras son del mismo tamaños peso o color, así en la construcción, o edificación de Cristo.

Dios te bendiga.
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

por eso amigo pedro no puede ser roca de nada ,,mucho menos los papas ...


cristo es la roca ,,el nunca falla y nunca se equivoca .

¿Y que dice el texto que tu mismo has citado estimado Hector? Me refiero a 1Pe 2:5. Pedro mismo dice que si se puede, podemos y pueden los papas ser rocas.

Nosotros también nos equivocamos y fallamos, eso no quita que no seamos piedras de esa construcción, si nuestro fallo no es contra el Espíritu o de grado de pecado Mayor.
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

Les comparto una pequeña experiencia...

El viernes pasado recien regrese de Guerrero, y alla nos congregabamos en una iglesia de denominacion distinta, pero aunk el orden del culto no era el mismo, las creencias si, la doctrina era la mismita, kiza algunas costumbres no eran las mismas como la forma de vestir (ya que alla es una zona mas calida) y al ser una iglesia joven aun no usaban el velo, sin embargo lo que bien ha ilustrado hector es la puritita realidad, los catolicos se enfocan mas en el nombre de la denominacion....

Yo como evangelico puedo decirles que usamos un expositor para las escuelas dominicales, procedente de la iglesia del Nazareno, que sin problema alguno podemos asistir a un culto en una iglesia interdenminacional, bautista, asambleas de Dios, y las antes mencionadas por hector
 
Re: la verdadera unidad en los cristianos

Estimado Hector, estamos de acuerdo en que Cristo es la roca, "la Piedra viva", pero una cosa es que Cristo se la Piedra viva, por la cual la construcción vive, no quita que existan mas "piedras vivas" (1Pe 2:5), y que Cristo mismo haya hecho de Pedro una piedra de la misma clase que nosotros, pero mayor o como líder en esa construcción, en la edificación de su Iglesia... Así como en el mundo no todas las piedras son del mismo tamaños peso o color, así en la construcción, o edificación de Cristo.


estoy de acuerdo con lo que dices no obstante eso nada que ver con las pretenciones papales y su sed constante de dominio y poder,,


Unam Sanctam
(En lat�n, Una y Santa, i.e. la Iglesia), es la bula acerca de la supremac�a papal, publicada el 18 de noviembre de 1302 por Bonifacio VIII durante la disputa con Felipe el Hermoso, rey de Francia. Se le llama as� a causa de sus palabras iniciales (vea BONIFACIO VIII). La bula fue promulgada en relaci�n con el Concilio Romano de octubre de 1302, en el que probablemente fue discutida. No es improbable que el mismo Bonifacio VIII la haya revisado. Pero tambi�n parece que el texto sufri� influencia del arzobispo de Bourges, Egidio Colonna, quien hab�a viajado al concilio de Roma a pesar de una prohibici�n real. Ya no existe el original de la bula; el texto m�s antiguo se encuentra en los registros de Bonifacio VIII en los archivos vaticanos [“Reg. Vatic.”, L, fol. 387]. Tambi�n fue incorporada al “Corpus juris canonici” (“Extravag. Comm.”, I, VIII, 1; ed. Friedberg, II, 1245). La autenticidad de la bula ha sido establecida definitivamente al inclu�rsele en los registros oficiales de los breves papales y por su incorporaci�n en el derecho can�nico. Las objeciones respecto a su autenticidad presentadas por estudiosos como Damberger, Mury y Verlaque quedaron totalmente respondidas por este testimonio externo. Posteriormente Mury retir� su objeci�n.

La bula establece ciertas posiciones dogm�ticas acerca de la unidad de la Iglesia, la necesidad de pertenecer a ella para lograr la salvaci�n eterna, y la obligaci�n que de ah� se deriva de someterse al Papa para pertenecer a la Iglesia y as� alcanzar la salvaci�n. El Papa ahonda adem�s en la supremac�a de lo espiritual en comparaci�n con el orden secular. Y a partir de ah� llega a conclusiones sobre la relaci�n entre el poder espiritual de la Iglesia y la autoridad secular. Las principales proposiciones de la bula son las siguientes: Primero, a partir de varios pasajes b�blicos y referencias al arca del diluvio universal y a la t�nica sin costura de Cristo se declara y establece la unidad de la Iglesia y su necesidad para la salvaci�n. Enseguida afirma el Papa que la unidad de la cabeza de la Iglesia, establecida en Pedro y sus sucesores, es id�ntica a la unidad del cuerpo de la Iglesia. Consecuentemente, todo quien desee pertenecer al reba�o de Cristo queda bajo el dominio de Pedro y sus sucesores. De modo que cuando los griegos y otros afirman que no est�n sujetos a la autoridad de Pedro ni a la de sus sucesores, con ello est�n afirmando no pertenecer al reba�o de Cristo.

Enseguida aparecen algunos principios y conclusiones referentes al poder espiritual y secular:

Hay dos espadas en poder de la Iglesia- expresi�n conectada con la teor�a medieval de las dos espadas-: la� espiritual y la secular. Ello se apoya en la acostumbrada referencia a las espadas de los ap�stoles durante el arresto de Cristo (LC. 22,38: MT. 26,52).

Ambas espadas est�n en poder de la Iglesia. La espiritual es utilizada por la Iglesia a trav�s de la mano del clero; la Iglesia emplea la secular a trav�s de la mano de la autoridad civil, bajo la direcci�n del poder espiritual.

Una espada debe estar subordinada a la otra: el poder terrenal debe someterse a la autoridad espiritual, pues �sta tiene precedencia sobre aqu�l a causa de su grandeza y sublimidad; la autoridad espiritual tiene derecho a establecer y conducir a la secular, e incluso a juzgarla cuando no act�a correctamente. El poder terrenal es juzgado por el espiritual cuando se desv�a; un poder espiritual inferior es juzgado por uno superior, y �ste es juzgado por Dios.

Tal autoridad, aunque se le otorga al ser humano y es ejercida por �l, no constituye una autoridad humana. Es una autoridad divina, otorgada a Pedro por decisi�n divina y, as� mismo, confirmada en �l y en sus sucesores. Quienquiera que se oponga a esta autoridad ordenada por Dios se opone a la ley de Dios y, al igual que los maniqueos,� parece aceptar dos principios.

“As� pues, declaramos, afirmamos, determinamos y proclamamos que es necesario a toda creatura para su salvaci�n sujetarse a la autoridad del pont�fice romano” (Porro subesse Romano Pontifici omni humanae creaturae declaramus, dicimus, definimus, et pronuntiamus omnino esse de necessitate salutis).

La bula tiene car�cter universal. Su contenido hace una distinci�n cuidadosa entre los principios fundamentales relativos a la primac�a romana y las declaraciones sobre la forma en que se deben aplicar al poder secular y a sus representantes. En el margen del texto de la bula se establece la �ltima frase como su definici�n verdadera: “Declaratio quod subesse Romano Pontifici est omni humanae creaturae de necessitate salutis” (se declara, por tanto, que es necesario para la salvaci�n que cada creatura humana se someta a la autoridad del pont�fice romano). Esta definici�n, cuyo significado e importancia son evidentes por su conexi�n con la parte primera, relativa a la necesidad de la �nica iglesia, expresa la necesidad, para quien desee lograr la salvaci�n, de pertenecer a la Iglesia y, por tanto, de someterse a la autoridad papal en cualquier asunto religioso. Esto ha sido una ense�anza constante de la Iglesia, y as� fue declarado por el V Concilio Ecum�nico de Letr�n, en 1516: "De necessitate esse salutis omnes Christi fideles Romano Pontifici subesse" (Es necesario para la salvaci�n de todos los fieles cristianos el estar sometidos al pont�fice romano). La traducci�n de Berchtold de la expresi�n humanae creaturae como “autoridades temporales” es absolutamente incorrecta. La bula tambi�n declara que la sujeci�n del poder secular al espiritual� constituye una sujeci�n a un poder superior y de ello concluye que los representantes del poder espiritual pueden instalar en sus puestos a los poseedores del poder secular y juzgar su desempe�o, si �ste fuese contrario a la ley de Cristo.

Eso constituye un principio fundamental que ha nacido del desenvolvimiento integral de la centralidad del papado para la familia cristiana nacional de la Europa Occidental de la Edad Media. Ya hab�a sido expresado en el siglo XI por te�logos como Bernardo de Claraval y Juan de Salisbury, y por papas como Nicol�s II y Le�n IX. Bonifacio VIII le dio una expresi�n precisa al oponerse al proceder del rey de Francia. Sus principales conclusiones se sacan de los escritos de San Bernardo, Hugo de San V�ctor, Santo Tom�s de Aquino, y de cartas de Inocencio III. Tanto de esas autoridades como de declaraciones hechas por el mismo Bonifacio VIII est� claro que la jurisdicci�n del poder espiritual sobre el secular se basa en el concepto de la Iglesia como guardiana de la ley moral cristiana, y de ah� su jurisdicci�n se extiende hasta donde alcanza esa ley. Por ello, cuando el rey Felipe protest�, Clemente V fue capaz, en su breve “Meruit”, del 1 de febrero de 1306, de declarar que ni el rey franc�s ni Francia sufrir�an da�o alguno como consecuencia de la bula “Unam Sanctam”, y que la publicaci�n de esa bula no los hab�a hecho s�bditos de la autoridad romana en forma distinta de c�mo ya eran antes. De ese modo Clemente V pudo dar a Francia y a su gobernante una garant�a en contra de perjuicios pol�ticos y eclesi�sticos derivados de la opiniones manifestadas en la bula, sin que la decisi�n dogm�tica contenida en ella sufriera tampoco dem�rito alguno. En las luchas del partido galicano en contra de la autoridad de la Sede Romana, y en los escritos de autores no cat�licos en contra de la definici�n de la infalibilidad papal, se utiliz� in apropiadamente porque su contenido no da pie para ello- la bula “Unam Sanctam” en contra de Bonifacio VIII y de la supremac�a papal. Las afirmaciones relativas a los poderes espiritual y secular tienen un car�cter meramente hist�rico, en cuanto que no se refieren a la naturaleza del poder espiritual y se basan en las condiciones medievales de Europa Occidental.
J. P. KIRSCH
Transcrito por Carol Kerstner
Traducido por Javier Algara Coss�o






Dios te bendiga
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Re: la verdadera unidad en los cristianos

As� pues, declaramos, afirmamos, determinamos y proclamamos que es necesario a toda creatura para su salvaci�n sujetarse a la autoridad del pont�fice romano” (Porro subesse Romano Pontifici omni humanae creaturae declaramus, dicimus, definimus, et pronuntiamus omnino esse de necessitate salutis).