Es fácil inmediatamente acusar a quienes cuestionan la realidad de la doctrina trinitaria de ser testigos de Jehová. Esa es la salida fácil. La verdad es que muchos, pero muchos buenos cristianos no creen en la doctrina de la Trinidad, y no necesariamente son testigos de Jehová. Existen las iglesias pentecostales del Unico Dios, que no creen en un Dios en tres personas. Creen que solamente hay un Dios, y que es Uno, y no tres. Grandes maestros cristanos, como Karl Bart, cuestionaron la doctrina de la trinidad, y hasta explicaron que la mima fue creada por la iglesia católica en el siglo IV DC, en el Concilio de Nicea.
Las escrituras son claras, El Señor UNO ES (Deuteronomio, cap. 6). La idea de explicar la naturaleza divina en tres personas fue motivada por las palabras de Jesús, cuando ordenó a sus discipulos a bautizar a los nuevos creyentes en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Jesús jamás dijo que esas tres figuras son Dios mismo. El Padre, como bien él expresó es el creador, el DIos de Abraham, Ytzaac y Yaacov. Jesús obviamente es el Hijo, y el Espíritu Santo es la presencia de Dios en nosotros. Las escrituras ya mencionaban al Ruach HaKodesh en el Antiguo Testamento. El Espíritu de Dios siempre ha estado con nosotros.
Los católicos crearon la idea de un Dios trino, por el hecho de que insistían que Jesús es Dios mismo encarnado. Para poder dar sentido a esa afirmación, la mejor manera de hacerlo era afirmando que el Padre, el Hijo y el Espíritu son el mismo Dios en tres personas. Ellos crearon esa doctrina, hace 1,400 años atrás, y casi todas las iglesias cristianas hasta hoy día han acogido la idea como una verdad incuestionable. Es una creación humana, no una revelación divina.
Yo creo en Dios, Padre de Jesús, quien afirmó claramente en el evangelio según Juan, que nuestro Dios es Su Dios, y que el Padre es mayor que El.
Un Solo Dios, un solo Mesías, un solo Espíritu.
Paz