Hermano JETONIUS: Muchas gracias por este
estudio conque nos has regalado, y que
fundamenta escrituralmente la verdad de
nuestra fe, que de tiempo en tiempo es
cuestionada en los Foros por quienes fueron
instruídos en el unitarismo o en las
doctrinas que caracterizan a algunas sectas
del siglo XIX.
Es mi convicción personal que antes que los
teólogos acuñaran la palabra "Trinidad" y
el primer concilio de Nicea explicara y
definiera la doctrina, el concepto subsistió
igualmente durante los siglos precedentes en
el cristianismo. La lectura de los libros
del Nuevo Testamento sugiere que debió ser
así, pues nadie podría dudar de la
divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, aunque no hubiese más que un solo
Dios, único y verdadero.
Es cierto que las incipientes herejías que
tuvieron su mayor desarrollo con Arrio, deben
haber forzado a los siervos de Dios más
instruídos y con mayor discernimiento, a que
aclarasen y definiesen en lo posible tema
tan difícil cuanto pueda ser que el pensamiento del hombre escudriñe y decida la
doctrina sobre la naturaleza de Dios y todo
lo concerniente a la Deidad, pero siempre me
ha quedado la duda si cuando los concilios
definieron los dogmas, contribuyeron
positivamente a mantener la sana doctrina, o
mas bien complicaron innecesariamente el
depósito de la fe que había sido dado a la
iglesia. O sea, ¿no sería suficiente la
recopilación de los pasajes bíblicos en que
esta verdad se muestra, sin meterla dentro
de los estrechos límites de una sola
palabra, que sería de escándalo a judíos
primero y musulmanes después?
De hecho, yo he conocido en el interior de
mi país, no pocos hermanos que fueron
instruídos por los primeros misioneros que
llegaron a nuestras costas, y que rechazaban
de plano cuanto término, práctica u objeto
siquiera oliera a religión. Para ellos la
fe se nutría de la Palabra de Dios, y
descartaban cualquier resabio del catolicismo
o del conformismo anglicano. A estos hermanos, no les escuchaba hablar acerca de
la Santísima Trinidad, pero sin embargo la
idea estaba tan clara en sus mentes, que
siempre que se referían al Padre, al Hijo y
al Espíritu Santo, sabíamos que estaban
confesando a un Dios único en tres personas.
En el siglo que acabamos de dejar, se
comenzó a usar otro término sobre el cual
me gustaría que nos dieras tu opinión:
en lugar de Trinidad se habla de Triunidad,
y en vez de referirse al Dios Trino se
refieren al Dios Triuno. Se mantiene la
idea de la trinidad divina, pero se la
asocia a la de la unicidad divina.Por lo que
sé hasta el momento ningún trinitario
protestó ante ello, y esta nueva forma suele
ser usada indistintamente con la otra.
Puede ser que preguntes: ¿Es necesaria?
Pues es mi opinión personal que puede ser
una contribución oportuna y positiva. Ha sido
mi experiencia con algunos maestros de
Escuela Dominical de Asambleas de Montevideo,
que inadvertidamente se expresaron con ideas
triteístas. Inclusive en oraciones en la
Cena del Señor. Algunos ancianos hasta
llegaron a corregir a jóvenes que orando al
Padre, de repente en la misma oración
alababan al Señor Jesús. No sé si tú habrás
tenido ocasión de percibir algo similar en
Argentina. Creo que debemos estar tan
alertas del unitarismo como del triteísmo.
Bueno, disculpa lo largo que se me ha hecho
el discurso, pero ya tienes aquí algo para
compartirnos tu discernimiento al respecto.
Te reitero mi gratitud y el anhelo de que
el Señor te siga bendiciendo. (He sido
bendecido en mi juventud por el ministerio
de un mendocino como don Manuel Reyes Delgado, ¿le conociste tú?).
Ricardo.
estudio conque nos has regalado, y que
fundamenta escrituralmente la verdad de
nuestra fe, que de tiempo en tiempo es
cuestionada en los Foros por quienes fueron
instruídos en el unitarismo o en las
doctrinas que caracterizan a algunas sectas
del siglo XIX.
Es mi convicción personal que antes que los
teólogos acuñaran la palabra "Trinidad" y
el primer concilio de Nicea explicara y
definiera la doctrina, el concepto subsistió
igualmente durante los siglos precedentes en
el cristianismo. La lectura de los libros
del Nuevo Testamento sugiere que debió ser
así, pues nadie podría dudar de la
divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo, aunque no hubiese más que un solo
Dios, único y verdadero.
Es cierto que las incipientes herejías que
tuvieron su mayor desarrollo con Arrio, deben
haber forzado a los siervos de Dios más
instruídos y con mayor discernimiento, a que
aclarasen y definiesen en lo posible tema
tan difícil cuanto pueda ser que el pensamiento del hombre escudriñe y decida la
doctrina sobre la naturaleza de Dios y todo
lo concerniente a la Deidad, pero siempre me
ha quedado la duda si cuando los concilios
definieron los dogmas, contribuyeron
positivamente a mantener la sana doctrina, o
mas bien complicaron innecesariamente el
depósito de la fe que había sido dado a la
iglesia. O sea, ¿no sería suficiente la
recopilación de los pasajes bíblicos en que
esta verdad se muestra, sin meterla dentro
de los estrechos límites de una sola
palabra, que sería de escándalo a judíos
primero y musulmanes después?
De hecho, yo he conocido en el interior de
mi país, no pocos hermanos que fueron
instruídos por los primeros misioneros que
llegaron a nuestras costas, y que rechazaban
de plano cuanto término, práctica u objeto
siquiera oliera a religión. Para ellos la
fe se nutría de la Palabra de Dios, y
descartaban cualquier resabio del catolicismo
o del conformismo anglicano. A estos hermanos, no les escuchaba hablar acerca de
la Santísima Trinidad, pero sin embargo la
idea estaba tan clara en sus mentes, que
siempre que se referían al Padre, al Hijo y
al Espíritu Santo, sabíamos que estaban
confesando a un Dios único en tres personas.
En el siglo que acabamos de dejar, se
comenzó a usar otro término sobre el cual
me gustaría que nos dieras tu opinión:
en lugar de Trinidad se habla de Triunidad,
y en vez de referirse al Dios Trino se
refieren al Dios Triuno. Se mantiene la
idea de la trinidad divina, pero se la
asocia a la de la unicidad divina.Por lo que
sé hasta el momento ningún trinitario
protestó ante ello, y esta nueva forma suele
ser usada indistintamente con la otra.
Puede ser que preguntes: ¿Es necesaria?
Pues es mi opinión personal que puede ser
una contribución oportuna y positiva. Ha sido
mi experiencia con algunos maestros de
Escuela Dominical de Asambleas de Montevideo,
que inadvertidamente se expresaron con ideas
triteístas. Inclusive en oraciones en la
Cena del Señor. Algunos ancianos hasta
llegaron a corregir a jóvenes que orando al
Padre, de repente en la misma oración
alababan al Señor Jesús. No sé si tú habrás
tenido ocasión de percibir algo similar en
Argentina. Creo que debemos estar tan
alertas del unitarismo como del triteísmo.
Bueno, disculpa lo largo que se me ha hecho
el discurso, pero ya tienes aquí algo para
compartirnos tu discernimiento al respecto.
Te reitero mi gratitud y el anhelo de que
el Señor te siga bendiciendo. (He sido
bendecido en mi juventud por el ministerio
de un mendocino como don Manuel Reyes Delgado, ¿le conociste tú?).
Ricardo.