Buen día a todos. Que Dios les bendiga.
Trataré de resumir estos tres aspectos claves de la Santa Misa. Lo hago con el propósito de que se sepa el porqué de este culto cristiano de adoración; el más sublime y misterioso que puede haber, pues es nuestra adoración, de humanos, UNIDA al sacrificio único de Cristo en la cruz; es nuestro "ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 Pe 2:5).
Los invito a todos a participar, amigos católicos y no católicos en general. De antemano gracias por su atención, y espero que sea de edificación para todos nosotros el tema.
* Ante todo, cabe señalar que la Santa Misa tiene, como la Iglesia misma, sus raíces en el Pueblo de Israel, por lo que hemos heredado mucho de ellos.
Primer parte de la Misa: Cena Pascual Judía
Es increíblemente parecida la liturgia de nuestra Misa con la cena pascual judía. Nuestro Señor Jesucristo, siendo judío, celebró muchas cenas pascuales (quizá unas 20). Pero la en la última cena llevó a otro nivel esta antigua fiesta judía; por eso les dijo a sus 12 apóstoles: "¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!" (Lc 22:15).
Sin más, he aquí los parecidos entre ambas celebraciones:
- En ambas fiestas se celebra la liberación de la esclavitud y se recuerda que el Mesías vendrá.
Los judíos recuerdan la liberación de su esclavitud en Egipto y esperan la primer venida del Mesías. Nosotros celebramos la liberación de la esclavitud del pecado y "anunciamos la muerte del Señor, hasta que venga" por definitiva vez (1 Cor 11:26).
- Se prenden velas antes de comenzar la liturgia.
- Se lee la Palabra de Dios, y la explica el máyor o el más sabio.
- Se recitan salmos.
- Hay lavado de manos.
- Se da gracias a Dios por el pan y el vino con prácticamente las mismas palabras.
- Se parte y reparte pan sin levadura, y se bebe vino.
- Los judíos comían cordero sacrificado en el Templo de Jerusalén (ya no, pues les fue destruido). Los católicos comemos "Cordero de Dios" (Jn 1:29), también sacrificado en Jerusalén; es un "Cordero como inmolado" (Ap 5:6), pero vivo a la vez.
- Los judíos dicen: "Todo el que tenga hambre que venga y coma". Lo mismo dijo Cristo (Jn 6:35), pero en un nivel profundamente místico, pues prometió darnos "verdadera comida y verdadera bebida" (Jn 6:55), misma que nos daría "vida eterna" (Jn 6:54). En la última cena cumplió Su promesa: se refería a su propia carne y sangre (ver Mt 26:26-28).
Segunda parte de la Misa: Sacrificio único de Jesucristo
* La Santa Misa es el único Sacrificio de Cristo en el Calvario actualizado en nuestros altares (ver 1 Cor 10:21). Es importante aclarar que NO es la "repetición" de tal Sacrificio: es exactamente el mismo, pero hecho presente, aplicado al presente.
- Nuestro Señor Jesucristo también llevó a otro nivel el sacrificio del "gran día del Perdón" judío, del Yom Kippur (se explica con detalle en Lev 16, pero lo que más nos concierne a los cristianos está resumido en Lev 16:15). Él es ahora el sumo y eterno sacerdote que entra al santuario Celestial con su propia sangre, consiguiéndonos una eterna redención (ver Heb 9:11-12).
- ¿Cómo sabemos que Cristo sigue mediando por nosotros con la sangre de su único sacrificio? Porque en tal "gran día del Perdón", mientras el sumo sacerdote estaba dentro del "lugar Santísimo" ministrando con la sangre de la víctima, el sacrificio de expiación seguía vigente. Por eso estamos seguros que Cristo sigue ministrando continuamente con su preciosa sangre frente a Dios por nuestras transgresiones. Pero también hay que saber que saldrá de ahí, "aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado" (Heb 9:28), es decir, cuando venga a juzgar vivos y muertos: se habrá cerrado el único puente que hay para alcanzar la misericordia de Dios, pues Cristo es "el único mediador entre Dios y los hombres" (1 Tim 2:5).
- Aunque nuestro Señor Jesucristo ha "ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados" (Heb 10:12), no se debe dejar de lado que, como verdadero Dios que es, su sacrificio único es perpetuado en la eternidad hasta que el Evangelio sea proclamado hasta los últimos rincones del mundo; para que todo el que crea sea redimido con su preciosa sangre; porque "sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados" (Heb 9:22).
- No cabe duda que las celebraciones Eucarísticas son "mejores sacrificios" (Heb 9:23): el de los creyentes unidos al único sacrificio de Cristo (ver Col 1:24; 1 Pe 2:5).
- Por último, para reafirmar esto, recordemos que el apóstol Juan ve a "un Cordero como inmolado" (Ap 5:6) en el Cielo. Obviamente que es Jesucristo, sacrificado y vivo; todo por demostrarnos Su infinito amor a nosotros.
Parte final de la Misa: Banquete de Bodas del Cordero
* El apóstol amado, Juan, en parte de su visión, ve desde el Cielo lo que sucede allá cada vez que la Eucaristía se renueva en la tierra. Es quizá el libro más Eucarístico de la Biblia. Traigo lo siguiente pues TODO refuerza el hecho de que tal "banquete de Bodas del Cordero" es precisamente la Santa Misa: "el Cielo bajando y la tierra subiendo", por así decirlo.
-En Ap 4:8 se menciona que en el Cielo, día y noche, no cesa de oírse: "Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios Todopoderoso" y Eterno; tal y como se dice cientos de miles de veces cada día en las cientos de miles de Misas celebradas cada día. Definitivamente nos unimos a las voces de los coros Celestiales y nos volvemos una sola voz.
-En Ap 4:11 vemos cómo en el Cielo se da todo honor y toda gloria a Dios, tal como en las Misas: "Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén".
- En la Santa Misa se llama a Jesucristo sacramentado "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1:29), tal como lo llamó Juan el bautista, un hombre "lleno del Espíritu Santo, aún desde el vientre de su madre" (Lc 1:15); por lo que lo que Juan veía a Cristo profética y místicamente.
Poco después de que se dice esto se proclama: "Dichosos los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero" (Ap 19:9), y se procede a recibir íntegramente el "pan vivo bajado del Cielo" (Jn 6:51): a Jesucristo mismo.
Se ha unido el Creador con la creatura: ha "cenado con Él". Se cumple la promesa de nuestro Señor Jesucristo: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Ap 3:20).
Otros detalles relacionados con estas "bodas del Cordero" del Apocalipsis, que no puede ser otra cosa que la Santa Misa:
- Vemos el Domingo como día de Adoración (Ap 1:10).
- Se habla de un "Altar", que sabemos es "la mesa del Señor" (Ap 8:3.5; 11:1).
- Se mencionan los presbíteros, traducido como ancianos en nuestras Biblias (Ap 4:4; 11:16; 14:3; 19:4).
- Las vestiduras litúrgicas son mencionadas (Ap 1:13; 4:4; 6:11; 7:9; 15:6; 19:13.14).
- Se habla del celibato (Ap 14:4).
- Juan ve "candelabros" (Ap 1:12; 2:5).
- Juan ve "incienso" (Ap 5:8; 8:3.4.5).
- Se glorifica el Nombre del Creador (Ap 15:4).
- Se dice: "Aleluya" (Ap 19:1.3.4.6).
- En las Misas nos unimos a la poderosa intercesión de los ángeles y los Santos (Ap 5:8; 6:9-10; 8:3.4).
- Se hace mención de la Virgen Santísima (Ap 12:1-6).
En fin, amigos, es un tema muy amplio que se llevaría bastante espacio y tiempo, del cual no dispongo mucho por ahora. Espero que con lo expuesto aquí sea suficiente para comprobar "a la luz de las Escrituras" las raíces y la razón de ser de la Santa Misa, el centro de la Iglesia Católica: Jesucristo mismo, en cuerpo, sangre, alma y divinidad, quien se da a sí mismo "por la vida del mundo" (Jn 6:51).
Saludos
Trataré de resumir estos tres aspectos claves de la Santa Misa. Lo hago con el propósito de que se sepa el porqué de este culto cristiano de adoración; el más sublime y misterioso que puede haber, pues es nuestra adoración, de humanos, UNIDA al sacrificio único de Cristo en la cruz; es nuestro "ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 Pe 2:5).
Los invito a todos a participar, amigos católicos y no católicos en general. De antemano gracias por su atención, y espero que sea de edificación para todos nosotros el tema.
* Ante todo, cabe señalar que la Santa Misa tiene, como la Iglesia misma, sus raíces en el Pueblo de Israel, por lo que hemos heredado mucho de ellos.
Primer parte de la Misa: Cena Pascual Judía
Es increíblemente parecida la liturgia de nuestra Misa con la cena pascual judía. Nuestro Señor Jesucristo, siendo judío, celebró muchas cenas pascuales (quizá unas 20). Pero la en la última cena llevó a otro nivel esta antigua fiesta judía; por eso les dijo a sus 12 apóstoles: "¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!" (Lc 22:15).
Sin más, he aquí los parecidos entre ambas celebraciones:
- En ambas fiestas se celebra la liberación de la esclavitud y se recuerda que el Mesías vendrá.
Los judíos recuerdan la liberación de su esclavitud en Egipto y esperan la primer venida del Mesías. Nosotros celebramos la liberación de la esclavitud del pecado y "anunciamos la muerte del Señor, hasta que venga" por definitiva vez (1 Cor 11:26).
- Se prenden velas antes de comenzar la liturgia.
- Se lee la Palabra de Dios, y la explica el máyor o el más sabio.
- Se recitan salmos.
- Hay lavado de manos.
- Se da gracias a Dios por el pan y el vino con prácticamente las mismas palabras.
- Se parte y reparte pan sin levadura, y se bebe vino.
- Los judíos comían cordero sacrificado en el Templo de Jerusalén (ya no, pues les fue destruido). Los católicos comemos "Cordero de Dios" (Jn 1:29), también sacrificado en Jerusalén; es un "Cordero como inmolado" (Ap 5:6), pero vivo a la vez.
- Los judíos dicen: "Todo el que tenga hambre que venga y coma". Lo mismo dijo Cristo (Jn 6:35), pero en un nivel profundamente místico, pues prometió darnos "verdadera comida y verdadera bebida" (Jn 6:55), misma que nos daría "vida eterna" (Jn 6:54). En la última cena cumplió Su promesa: se refería a su propia carne y sangre (ver Mt 26:26-28).
Segunda parte de la Misa: Sacrificio único de Jesucristo
* La Santa Misa es el único Sacrificio de Cristo en el Calvario actualizado en nuestros altares (ver 1 Cor 10:21). Es importante aclarar que NO es la "repetición" de tal Sacrificio: es exactamente el mismo, pero hecho presente, aplicado al presente.
- Nuestro Señor Jesucristo también llevó a otro nivel el sacrificio del "gran día del Perdón" judío, del Yom Kippur (se explica con detalle en Lev 16, pero lo que más nos concierne a los cristianos está resumido en Lev 16:15). Él es ahora el sumo y eterno sacerdote que entra al santuario Celestial con su propia sangre, consiguiéndonos una eterna redención (ver Heb 9:11-12).
- ¿Cómo sabemos que Cristo sigue mediando por nosotros con la sangre de su único sacrificio? Porque en tal "gran día del Perdón", mientras el sumo sacerdote estaba dentro del "lugar Santísimo" ministrando con la sangre de la víctima, el sacrificio de expiación seguía vigente. Por eso estamos seguros que Cristo sigue ministrando continuamente con su preciosa sangre frente a Dios por nuestras transgresiones. Pero también hay que saber que saldrá de ahí, "aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado" (Heb 9:28), es decir, cuando venga a juzgar vivos y muertos: se habrá cerrado el único puente que hay para alcanzar la misericordia de Dios, pues Cristo es "el único mediador entre Dios y los hombres" (1 Tim 2:5).
- Aunque nuestro Señor Jesucristo ha "ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados" (Heb 10:12), no se debe dejar de lado que, como verdadero Dios que es, su sacrificio único es perpetuado en la eternidad hasta que el Evangelio sea proclamado hasta los últimos rincones del mundo; para que todo el que crea sea redimido con su preciosa sangre; porque "sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados" (Heb 9:22).
- No cabe duda que las celebraciones Eucarísticas son "mejores sacrificios" (Heb 9:23): el de los creyentes unidos al único sacrificio de Cristo (ver Col 1:24; 1 Pe 2:5).
- Por último, para reafirmar esto, recordemos que el apóstol Juan ve a "un Cordero como inmolado" (Ap 5:6) en el Cielo. Obviamente que es Jesucristo, sacrificado y vivo; todo por demostrarnos Su infinito amor a nosotros.
Parte final de la Misa: Banquete de Bodas del Cordero
* El apóstol amado, Juan, en parte de su visión, ve desde el Cielo lo que sucede allá cada vez que la Eucaristía se renueva en la tierra. Es quizá el libro más Eucarístico de la Biblia. Traigo lo siguiente pues TODO refuerza el hecho de que tal "banquete de Bodas del Cordero" es precisamente la Santa Misa: "el Cielo bajando y la tierra subiendo", por así decirlo.
-En Ap 4:8 se menciona que en el Cielo, día y noche, no cesa de oírse: "Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios Todopoderoso" y Eterno; tal y como se dice cientos de miles de veces cada día en las cientos de miles de Misas celebradas cada día. Definitivamente nos unimos a las voces de los coros Celestiales y nos volvemos una sola voz.
-En Ap 4:11 vemos cómo en el Cielo se da todo honor y toda gloria a Dios, tal como en las Misas: "Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén".
- En la Santa Misa se llama a Jesucristo sacramentado "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1:29), tal como lo llamó Juan el bautista, un hombre "lleno del Espíritu Santo, aún desde el vientre de su madre" (Lc 1:15); por lo que lo que Juan veía a Cristo profética y místicamente.
Poco después de que se dice esto se proclama: "Dichosos los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero" (Ap 19:9), y se procede a recibir íntegramente el "pan vivo bajado del Cielo" (Jn 6:51): a Jesucristo mismo.
Se ha unido el Creador con la creatura: ha "cenado con Él". Se cumple la promesa de nuestro Señor Jesucristo: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Ap 3:20).
Otros detalles relacionados con estas "bodas del Cordero" del Apocalipsis, que no puede ser otra cosa que la Santa Misa:
- Vemos el Domingo como día de Adoración (Ap 1:10).
- Se habla de un "Altar", que sabemos es "la mesa del Señor" (Ap 8:3.5; 11:1).
- Se mencionan los presbíteros, traducido como ancianos en nuestras Biblias (Ap 4:4; 11:16; 14:3; 19:4).
- Las vestiduras litúrgicas son mencionadas (Ap 1:13; 4:4; 6:11; 7:9; 15:6; 19:13.14).
- Se habla del celibato (Ap 14:4).
- Juan ve "candelabros" (Ap 1:12; 2:5).
- Juan ve "incienso" (Ap 5:8; 8:3.4.5).
- Se glorifica el Nombre del Creador (Ap 15:4).
- Se dice: "Aleluya" (Ap 19:1.3.4.6).
- En las Misas nos unimos a la poderosa intercesión de los ángeles y los Santos (Ap 5:8; 6:9-10; 8:3.4).
- Se hace mención de la Virgen Santísima (Ap 12:1-6).
En fin, amigos, es un tema muy amplio que se llevaría bastante espacio y tiempo, del cual no dispongo mucho por ahora. Espero que con lo expuesto aquí sea suficiente para comprobar "a la luz de las Escrituras" las raíces y la razón de ser de la Santa Misa, el centro de la Iglesia Católica: Jesucristo mismo, en cuerpo, sangre, alma y divinidad, quien se da a sí mismo "por la vida del mundo" (Jn 6:51).
Saludos