Re: La Sangre de Jesús y la doctrina del Santuario
Estimado eduardito (el chismoso). Saludos cordiales.
...
Entonces, inepto, atente al tema. El caso, sectario, es que NUNCA se ofrecía un CORDERO como sacrificio por el pecado. Y de los sacrificios ofrecidos por ciudadanos comunes y por príncipes NUNCA entraba ni una sola gota de sangre al lugar santo. ¿Entendido, soplagaitas?
Respondo: Se ve que ignoras el plan de la salvación, en relación con la humanidad, desde el tiempo que nuestros prtimeros padres fueron desterrados del paraíso hasta que éste sea devuelto a los fieles. (¿Será por eso que no quieres aceptar lo que dice Génesis 5?).
La idea central y lo más importante debe ser la cruz de Cristo. Ésta es la única esperanza de una raza caída. La sombra de la cruz llega hasta las mismas puertas del Edén, de donde Adán y Eva son expelidos a causa del pecado. Dios siente desagrado por el pecado, pero la obra de Cristo, cuyo sacrificio por los pecados del mundo les valió a ellos así como nosotros. Él es el "
Cordero, el cual fue inmolado desde el principio del mundo" Apoc. 13:8. Él es la simiente de la mujer que había de herir la cabeza de la serpiente. Génesis 3:15.
Abel ofreció un cordero como sacrificio al Señor. De esta manera mostró su fe en el Cordero de Dios que había de venir a quitar los pecados del mundo. Caín no tenía fe en Cristo, no ofreció ofrenda adecuada y ésta no fue aceptada. El resultado de esto fue que primero odio y despues mató a su hermano Abel.
Lo interesante es que "Abel trajo de los primogénitos de sus ovejas": leamos el texto bíblico: "
Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda" Génesis 3: 4.
En las Escrituras se nos dice cual fue el motivo por el cual Dios aceptó la ofrenda de Abel: "
Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.· Hebreos 11:4.
Es por este motivo que considero completamente falsa tu declaración:
"¡Nunca se ofrecía un cordero como sacrificio por el pecado!"
¿Qué fué, pues, lo que hizo aceptable la ofrenda de Abel? Fué la fe. La fe le movió a ofrecer un cordero que representba al Cordero de Dios.
La sangre del cordero representaba la sangre de Cristo que sería vertida en el Calvario. En ese sitio se vería al inocente morir por los culpables. He aquí la piedra angular del plan de la salvación.
Durante los largos siglos que transcurrieron entre la caída de Adán y el advenimiento de nuestro Señor Jesucristo, los que creían en Dios ofrecían sacrificios con fe, lo mismo que Abel. Abraham, Isaac, y Jacob, ofrecieron sacrificios en dondequiera que estuvieron. Estas ofrendas eran parte muy importante del culto divino.
Cuando por conducto de Moisés, Dios sacó a su pueblo de Egipto, donde había estado reducido a la servidumbre, le dió otra vez estatutos respecto a las ofrendas. Los corderos que se ofrecieran habían de ser sin tacha para que representaran fielmente al Hijo perfecto de Dios.
Cuando estaba vigente el ritual judaico, quienquiera que pecase y sintiese después la necesidad del perdón, presentaba a Dios su ofrenda. Poniendo la mano en la cabeza de la víctima, confesaba sus pecados, los cuales eran así transmitidos figurativamente a la ofrenda. Entonces se le quitaba la vida a la víctima en lugar de quitársela al pecador, aunque había enajenado la suya a causa del pecado.
Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo a este mundo para que fuese sacrificio divino ofrecido por el pecado. La sangre de los animales no podía, en realidad, lavar la culpa;
lo único que podía hacer era simbolizar anticipadamente la sangre de Cristo que iba a ser derramada por el pecado. Cuando Juan Bautista vió venir a Jesús, exclamó: "
[B]He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo[/B]." Juan 1:29.
Año tras año, por largos siglos,
los hombres habían examinado sus rebaños y habían escogido los mejores corderos para el sacrificio. Pero llegó un día en que apareció el Cordero de Dios. El Todopoderoso había echado una mirada a su gran rebaño y habiendo encontrado solo un cordero que pudiese redimir a la humanidad, le entregó sin reserva, aunque era su bien amado Hijo, para que llevase los pecados del mundo.
¿No fué Cristo una ofrenda perfecta? Nadie ha podido hasta hoy descubrir en Él defecto alguno. Hasta Pilato, que para agradar a los enemigos de Jesús, había dado la orden de que se le crucificase, se vió obligado a decir: "
Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis.
Y ni aun Herodes..." Lucas 23:14,15.
Después de que Pilato pronunció estas palabras, llevaron a Jesús para ser crucificado. Bien lo había dicho el profeta: "
como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca." Isaías 53:7 (s. p.)
Jesucristo, el Hijo de Dios, había muerto por los hombres, el justo por los injustos, el ser divino por los humanos.
Lo que los sacrificios de animales habían prefigurado tantas veces era un hecho cumplido.
En nuestros días no hay necesidad de hacer ofrendas de corderos, porque "
vemos a aquel mismo Jesús que fue hecho un poco menor que los ángeles por pasión de muerte, coronado de gloria y de honra, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos." Hebreos 2:9. Dios mismo ha provisto un sacrificio excelso, y no hay para que recelar que deje de aceptar lo que Él mismo ha suministrado.
Este sacrificio está siempre listo. Dondequiera que nos hallemos y siempre que lo tengamos a bien podemos, por medio de la fe, hacer esta ofrenda a Dios en nuestras oraciones, alegando a favor nuestro los méritos del Hijo de Dios. La promesa es : "
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo." Juan 14: 13.
Jesucristo es el Príncipe de la vida "Y por la fe en su nombre", puede producir "completa sanidad " en toda alma pecadora. (ver Hechos 3:16)
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.