Re: la salvacion es por fe,no?
reydavid dijo:
hola.
Daniel23dice;"POR GRACIA SOIS SALVOS, POR MEDIO DE LA FE, NO POR OBRAS PARA QUE NADIE SE GLORIE"
las obras no justifican al hombre, si crees en DIos de corazon, es obvio que haras buenas obras
reydavid dice;obras y fe, las dos juntas.
Santiago2;21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?[22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia», y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. 25 Asimismo, Rahab, la ramera, ¿no fue acaso justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? 26 Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, también la fe sin obras está muerta.
el que lee, entienda.
Jesus es el camino, la verdad, y la vida eterna.
la pretendida contradicción entre Pablo y Santiago en cuanto a la justificación. Dice Pablo: “Creyó Abraham a Dios, y le fue atribuido a justicia... Porque decimos que a Abraham fue contada la fe por justicia”. Y “si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse”, lo cual es contrario a la palabra de Dios, porque ella dice: “Para que nadie se gloríe”. El lector puede leer Romanos, capítulo 4 y Gálatas 3:6-9. Ahora bien, ¿qué dice Santiago?: “Más ¿quieres saber, hombre vano que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham, nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?” Fijémonos que Santiago escribió su epístola para los judíos convertidos, y una de las cosas que parece tuvo presente al escribirla fue combatir los “errores de los antinomianos”, quienes creían que el creyente en Cristo estaba libre para cometer a sabiendas toda clase de pecados.
Pablo en sus cartas afirma que el pecador es justificado y salvo por la fe, y añade, sin obras; y cita en apoyo de su tesis un pasaje de Génesis 15:1-6, donde dice que Dios le hizo ciertas promesas a Abraham y termina así el pasaje de Génesis: “Y creyó (Abraham) a Jehová, y contóselo por justicia”. Pablo afirma enfáticamente que la justificación es por fe, solamente por fe. Pero la fe que alcanza la justificación delante de Dios, es una fe viva, una fe que cree y obra en consecuencia; por eso dice Pablo: “Por gracia sois salvos por la fe... no por obras”.
Pero cuando el creyente ha sido salvo por gracia, mediante la fe y regenerado por el Espíritu Santo, Pablo afirma que el fruto de la justificación por la fe, la salvación por gracia, será una vida de obras abundantes que justifiquen. ¿A quién? ¿Al hombre? No, que justifiquen la fe, que salvó al hombre de fe. Por eso dice: “Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas”.
Esto fue lo que hizo Abraham. Creyó a Dios y fue justificado desde que creyó, según lo encontramos en Génesis 15. Pero 25 años, aproximadamente, después, Dios le dijo: “Ofréceme a tu hijo en holocausto, a tu Isaac, a quien amas”. Abraham, como que creía en Dios y le reconocía como Soberano, fue y le obedeció. De esta manera quedó demostrado que la fe de Abraham era una fe viva y no mera fe intelectual (Génesis 22). Pero en realidad, Abraham había sido salvo 25 años antes de ofrecer a Isaac. (2)
Santiago enseña que la fe que salva es una fe que después obra en consecuencia, y lo demuestra con un pasaje de la vida de Abraham, pero posterior al pasaje citado por Pablo. En una palabra, Pablo habla de la fe que justifica al impío y Santiago habla de las obras que justifican la fe y no al pecador, y dice que si alguno tiene fe en Dios, debe mostrarlo con hechos, porque si dice que tiene fe y vive en vicios y pecados, los hechos demuestran que tal fe es muerta. Esto mismo, desde otro punto de vista, es lo que dice Pablo en Efesios 2:8-10.
Muchos, entre los que están los católicos romanos, los adventistas y otros, hacen una mezcla de gracia y ley, de Cristo y obras, que talmente parece que la ley perdona la mitad y el Señor paga la otra mitad. Como si el Señor me salvara un poco y yo tuviera que salvarme otro poco. Tal es la posición del adventismo. Cristo les salva si ellos cumplen la ley, o a lo menos, desde determinado momento.
Esto es despojar a Cristo de su hermosura y a la ley de su ira. La ley y la gracia nunca jamás estarán de acuerdo. Esta diferencia está bien marcada en Hechos 15:10-11: “Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo (esto es la ley) que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido llevar?”
Cristo ofrece la salvación, la vida eterna y el hombre no tarda más en tenerla que lo que tarda en aceptarla por fe. En todo esto las obras del hombre no entran para nada. El hombre es salvo desde que cree ó si no, ¿qué dicen estos versículos de la Palabra de Dios?: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida”. (Juan 5:24) “El que oye y cree”, nada de obras. El que oye y cree, “tiene vida eterna”. ¿Cuándo tiene vida eterna? Desde el momento en que oye y cree
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