Quien abre un tema en este foro, sus primeras palabras son su carta de presentación; por tu curriculum vitae religioso y por tus contestaciones a otros foristas se ve que no eres un improvisado; no se si este tema lo tienes desarrollado de principio a fin en algún libro y aquí solo nos diste una introducción para desarrollar después tus ideas.
Lo que sí puedo notar, es que tu primer escrito: carta de presentación, está mal estructurado; cuando respondes, respuesta formal al tema (antes era informal), me da la razón.
Esta mal estructurado porque dices que tienes discernimiento ético, pero partes de la idea que Abraham falló, llamas a Abraham cobarde, mientras que a tu reinterpretación la llamas valiente. Hablas de que sin discernimiento no se es digno de recibir más revelación; dices que Abraham recibió juicio y ya no recibió más revelación, mientras que tú implícitamente al entender este tema desde otro ángulo crees que tú sí tienes discernimiento y por lo tanto has recibido o sigues recibiendo revelación.
No se si notas la contradicción de tu contradicción. Dices tú, Dios nunca quiso el sacrificio, sino que puso a prueba el discernimiento ético… Si Dios no puede contradecir su propia justicia, entonces ni por el discernimiento ético debió haber dicho lo siguiente:
Genesis 22:2 y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac… y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes…
Otra contradicción basada en el no entendimiento del sacrificio: Si Jesús es el cordero que quita el pecado del mundo, y la ley de Dios prohíbe los sacrificios humanos; entonces ¿cómo es que la muerte de Jesús es válida en el mundo?
La prueba de Abraham fue de Fe y de conciencia moral a la vez. Apoco crees que Abraham dijo, entrego a mi hijo solo porque Dios me lo pide. Abram como padre que batalló para tener a su primogénito y que Dios se lo concedió en su vejez, y unos pocos años después se lo pide en sacrificio; eso para Abraham debió ser algo devastador; eso me recuerda a Jesús cuando Pilatos le pregunto: ¿Eres tú el rey de los judíos? Y Jesús dijo: tú lo dices. A veces callar por justicia es más difícil que defenderse. Defender a Isaac era lo más lógico y más fácil para Abraham; pero callar sabiendo que Isaac era una promesa cumplida de Dios nos muestra que Abraham confiaba que fuere cual fuere la decisión de Dios por esa petición estaba basada en justicia divina.
¿Qué es lo que es injusto: Que Dios le dé un hijo en su vejez o que se lo pida de regreso unos años después para probar su fe y su conciencia moral? Cuando Isaac fue destetado, Abraham hizo una gran fiesta para él, y su hermano Ismael se burlaba mucho de Isaac; y ahí Sara le dijo: echa a tu sierva y a su hijo… Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. Entonces dijo Dios a Abraham: no te parezca grave a causa del muchacho… (Genesis 21:10-12).
Abram defendió a Ismael, pero Dios le dijo, déjalo ir; esto sucedió años antes de que Jehová le pidiera a Isaac en sacrificio; aquí podemos ver que Abraham si defendió a Ismael, con mayor razón habría defendido a Isaac; pero la voz de intervención de Jehová con Ismael le confirmaba a Abraham que su petición estaba fundamentada en justicia. Justicia porque él y su simiente serían los representantes de la Ley y la Justicia 600 años después.
Necesaria y fiel para ti porque tú la escribiste; pero la misma escritura dice: Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero (Juan 5:31).
Te faltó reafirmar que es una reinterpretación valiente, y al mismo tiempo explicar ¿por qué es valiente?
Gracias por tu tiempo, por leer con atención y por responder con tanto detalle. Aprecio la seriedad con la que abordas estos temas y tu compromiso con la Escritura. Permíteme responder a algunas de tus apreciaciones, con la misma apertura y respeto.
Primero, me parece importante aclararte algo fundamental:
no soy teólogo, ni pastor, ni tengo un libro escrito. No represento ninguna corriente doctrinal. Soy simplemente un creyente que, tras años de búsqueda sincera, oración, estudio y también de crisis espiritual, recibió una comprensión que me transformó profundamente.
La reflexión que compartí
nació de un momento muy íntimo con Dios, no fue pensada como una tesis académica ni como provocación. Al contrario: la publiqué porque
siento que puede ayudar a otros a sanar su relación con Dios, como me ayudó a mí.
Dices que mi texto está “mal estructurado” porque afirmo que Abraham falló, y que con eso implico que yo soy superior espiritualmente. Te aseguro que
esa nunca fue mi intención. Lo que busco mostrar es que
Abraham, al igual que todos nosotros, estaba en un proceso de crecimiento. Y que su historia no está escrita para que lo veneremos como infalible, sino para que aprendamos de sus aciertos y también de sus límites.
Mi lectura no nace del deseo de "reinterpretar" por originalidad, sino de una necesidad muy real:
durante años vi cómo este pasaje (Génesis 22) aleja a muchas personas de Dios, porque parece mostrar a un Dios que exige obediencia ciega incluso a costa del amor más sagrado: el de un padre por su hijo.
Yo mismo estuve alejado. Pero al ver ese texto desde otro ángulo,
lo que emergió no fue un Dios cruel, sino un Dios que desea que su hijo (Abraham) razone, sienta, se atreva a hablarle con honestidad. Un Dios que no quiere esclavos ni soldados, sino hijos con conciencia.
Y eso, lejos de debilitar mi fe,
la encendió de nuevo.
Tú afirmas que la prueba fue “solo” de fe, y que debemos interpretarla desde la perspectiva de Abraham. Pero
¿no es acaso la propia historia de la Biblia una invitación constante a avanzar en la comprensión del carácter de Dios? Si no fuera así, seguiríamos justificando muchas acciones del Antiguo Testamento que Jesús vino a corregir con su vida, sus palabras y su sacrificio.
Porque sí,
Jesús es la clave hermenéutica. Él mismo dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Y si sabemos que
Jesús jamás habría pedido un sacrificio humano, ¿por qué seguir atribuyendo eso al Padre, cuando Jesús vino a revelar justamente su verdadero rostro?
No estoy diciendo que mi lectura sea definitiva. Solo digo que
hay espacio en la fe cristiana para mirar con otros ojos, con temor de Dios, sin soberbia, y con la esperanza de que una comprensión más profunda nos acerque más a su amor.
¿Y sabes qué es lo más hermoso? Desde que compartí esta reflexión, he recibido mensajes de personas que me dicen:
“Esto me reconcilia con Dios. Esto me devuelve la confianza. Ahora sí entiendo que Dios es amor.”
Eso, hermano, es para mí la mayor confirmación. No busco polémica. Busco luz. Y si he errado, estoy dispuesto a aprender. Pero si en algo he acertado, ojalá pueda ser para bien de muchos.
Con todo respeto,