Miniyo, según tu particular forma de generalizar y tachar de herejes a tantas personas en base a "doctrina", podría decirte que tu doctrina de "Dios no permite ordenar mujeres en el ministerio" (lo que entiendo de tus palabras, cosa que para ti parece estar en igualdad de condiciones con "Dios no aprueba la homosexualidad") es totalmente herética y una patada en el espíritu del Evangelio. Es prueba, de hecho, de que no has entendido el mensaje del Evangelio, sino que has malinterpretado las enseñanzas de Pablo al respecto de la mujer en la iglesia de Cristo.
Si siguiera el argumento que tú sigues para tachar de tu lista a otros, en este mismo sentido tú estarías totalmente tachado de mi "lista blanca" y formarías parte de mi "lista negra". Sin embargo, te amo y te considero hermano. Estoy de acuerdo contigo en gran parte de lo que conforma tu lista, pero aquí falla algo.
Por ejemplo, haciendo referencia a tu lista negra... hay católicos y ortodoxos que usan imágenes y cuadros y representaciones de Cristo y los santos. A mi entender, esto no es algo que los primeros cristianos practicaran ni es algo que a Dios le termine de agradar. En el espíritu del antiguo pacto (que hablaba del nuevo y es su fundamento), no se permitían imágenes porque eran un símbolo de la idolatría del corazón. Ahora bien, venido el nuevo pacto (que explica al viejo pacto), que se centra en el corazón (y no en lo externo, como el viejo pacto), sabemos que la idolatría no tiene nada que ver con estatuas y cuadros, sino que es cosa del corazón. Llegar a la conclusión de que un católico u ortodoxo no es "hermano mío" porque le gustan las estatuas y los cuadros (como a mí me gusta ver películas y veo a Cristo en ellas), hoy lo considero una conclusión totalmente errada. De hecho, pensar que si a un hermano le gusta una estatua o cuadro ya es automáticamente un "hereje", sería lo más cercano a rendir culto a la estupidez, lo cuál es idolatría...
Es decir, estaría incurriendo en idolatría mientras creo estar en posesión de la verdad, y sería toda una paradoja...
No creo que esto le agradara a Dios.
Amor,
Ibero