Hay suficientes pruebas biblicas e historicas de que las mujeres ocuparon cargos de autoridad en la iglesia en los primeros 13 siglos, como se ve en en dos de los exelentes aportes copiados por Bart:
Junia fue apóstol, y digan lo que digan su labor de apóstol no era cocinar ni lavar sino predicar.
Priscila, pastoreaba una congregación y el hecho de que Pablo en algunas ocasiones la mencione primero que a su esposo, significaba en aquella época que para él ella era la mas importante, muy probablemente era ella quien lideraba la enseñanza y la predicación y no Aquila.
Debajo de un fresco en una basílica en Roma hay pintadas cuatro mujeres: Práxedes, Prudencia, Maria la madre de Jesús y sobre la cuarta mujer hay una inscripción que dice Theodora Episcopa (Obispa). La "a" de Theodora fue raspada del mosaico, no sin embargo la "a" de Episcopa.
En una tumba de Tropea (Calabra meridional, Italia) aparece la incripción "Leta Presbytera", esto data del siglo V. Otras inscripciones de los siglos VI y VII atestiguan el hecho de que habia mujeres presbiteras en Salone (Dalmacia) donde aparece la inscripción "Presbytera", en Hipona diócesis de san Agustín durante cuarenta años aparece la inscripción "Presbiterissa", en las cercanias de Poitires (Francia) aparece "Presbyteria", en Tracia aparece "Presbytera", etc.
En un tratado sobre la virtud de la virginidad, del siglo IV, escrito por san Atanasio, se afirma que las mujeres consagradas pueden celebrar juntas la Comunión sin la presencia de un varón: "Las santas virgenes pueden bendecir el pan tres veces con la señal de la cruz, pronunciar la acción de gracias y orar, pues el reino de los cielos no es masculino ni femenino, todas las mujeres que fueron recibidas por el Señor alcenzaron la categoria de varones" (De Virginitate, PG 28, col. 263).
En una carta del papa Gelasio I (492-496) dirigida a los obispos del sur de Italia el año 494 les dice que se ha enterado, para gran pesar suyo, de que los asuntos de la iglesia han llegado a un estado tan bajo que se anima a las mujeres a oficiar en todas las actividades de la iglesia. Los propios obispos de esa región italiana habían ordenado mujeres al ministerio y éstas ejercían las funciones ministeriales con normalidad.
Un sacerdote que se llamaba Ambrosio le pregunta a Aton, obispo de Vercelli, que vivio entre los siglos IX y X, qué habia que pensar de los terminos presbytera y diaconisa, que aparecían en los cánones antiguos. Aton le responde que antes las mujeres también recibían los ministerios ad adjumentum virorum y que solo fue en el Concilio de Laodicea (segunda mitad del siglo IV) que se prohibio la ordenación de las mujeres (hecho que por si solo prueba que antes las mujeres si eran ordenadas, de lo contrario no habria nesesidad de esa prihibición).
Tambien el papa Honorio III (1216-1227)en una carta a los obispos de Burgos y Valencia, les pedía que prohibieran hablar a las abadesas desde el púlpito, practica muy común en esa época, con el argumento de que: "Las mujeres no deben hablar porque sus labios llevan el estigma de Eva, cuyas palabras han sellado el destino del hombre", como vemos con ese argumento Honorio no era más sino lo que ahora llamamos un machista.