Tobi dado a la importancia de las palabras profetizar y predicar y mi incapacidad de hablar sobre el tema claramente, te ofrezco este articulo.
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¿ERAN PREDICADORAS LAS PROFETISAS?
En la Biblia varias mujeres fueron llamadas profetisas, incluyendo María (Éxodo 15:20), Débora (Jueces 4:4), Hulda (2 Reyes 22:14), Noadías (Nehemías 6:14), Ana (Lucas 2:36) y cuatro hijas doncellas de Felipe (Hechos 21:9). Algunas personas que nunca estudiaron el asunto piensan que las profetisas eran predicadoras. Pero no eran. No se menciona ni siquiera que una de estas profetisas predicó o tuvo un discurso en una congregación pública en alguna forma. Las profetisas no eran predicadoras. No predicaban; no desempeñaban el trabajo de pastor ni evangelista, ni la de una maestra de la Biblia.
Profetizar significa hablar por revelación divina. Una profecía es una revelación especial por el Espíritu de Dios. Un profeta es un hombre que recibe revelación divina. Una profetisa es una mujer que recibe revelación divina en cuanto al futuro.
Los profetas (masculino) en veces eran predicadores. Isaías, Jeremías, Daniel y Ezequiel eran predicadores. Pero mayormente eran profetas, o sea, ellos recibían revelación divina de lo que le iba a acontecer a Israel. También eran predicadores, aunque se les llaman profetas. Pero las profetisas nunca predicaban en la Biblia. Ellas recibieron breves revelaciones divinas para compartir con individuos, pero nunca fueron enviadas a predicar, ni dirigir una asamblea pública como expositoras de la Palabra, ni de hacer la obra de pastora o evangelista.
El significado de la palabra profeta o profetisa en el Antiguo Testamento es el mismo que la palabra profeta o profetisa en el Nuevo Testamento.
La obra de un profeta es indicada en Deuteronomio 18:22, que dice:
"Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él".
La palabra del profeta se debe llevar acabo, o sea, la profecía es normalmente una revelación divina del futuro.
En el Nuevo Testamento, en muchas ocasiones las Escrituras mencionan que las palabras de los profetas eran una predicción del futuro. Por ejemplo, Mateo 1:22 dice: "Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta". Vea también Mateo 2:17, 23; 3:3; 4:14; 12:17; 21:4; 26:56; 27:9, 35. Solo he mencionado Escrituras en el Evangelio de Mateo y hay muchos otros en el Nuevo Testamento, todas referentes al cumplimiento de las palabras de algún profeta del Antiguo Testamento. Digo que un profeta normalmente predice el futuro por revelación divina. Una profetisa, de modo similar, es una mujer que recibe revelación divina.
El único libro en el Nuevo Testamento que Dios llama una profecía es el libro de Apocalipsis. "El libro de esta profecía" (Apocalipsis 22:19) es revelación, el libro Nuevo Testamentario que es dado en gran manera a la revelación de eventos del porvenir. Profecía no indica predicación; significa una revelación divina bajo el ungimiento del Espíritu. Una profetisa no predica.
En el Nuevo Testamento, Pedro, Juan y Pablo no fueron llamados profetas (aunque Dios usó a cada uno de ellos para escribir algunas profecías en su Palabra), pero su obra primaria era la predicación. Del otro lado, Agabo se menciona dos veces en el libro de Hechos como un profeta. Su primer profecía se menciona en Hechos 11:27-28 que dice:
"En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio".
Agabo brevemente compartió una revelación que Dios le había dado acerca de un hambre que vendría sobre la tierra.
Otra vez, Hechos 21:10-11 nos relata otra profecía de este hombre Agabo en las siguientes palabras:
"Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles".
Note que esto es un simple mensaje de Dios acerca de lo que le iba a acontecer a Pablo en Jerusalén. La profecía ocupó menos de un versículo. No contenía un sermón. El mensaje probablemente fue dado a Pablo y Lucas y posiblemente a Timoteo u otros amigos. No fue un sermón en ningún sentido, sino simplemente una revelación de Dios acerca de lo que iba a ocurrir. Eso es lo que compone una profecía. Poco antes de que se menciona este profeta Agabo en versículo 10, el versículo anterior dice lo siguiente de Filipo: "Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban", o sea, estas hijas vírgenes recibieron revelaciones especiales de Dios. No predicaron.
1 Corintios 14:1 y 5 indica que sería una bendición si todos los cristianos profetizaran. Eso no significa que todo cristiano debe ser un predicador, un pastor o un evangelista. Sino, cada cristiano debe andar tan cerca a Dios que él le revelará a veces cosas que acontecerán en el futuro. De igual modo, 1 Corintios 14:24 no significa que si cada persona en la congregación se levantara y predicara un sermón, que todos los incrédulos presentes se convertirían. Significa que si cada cristiano estaba en comunión íntima con Dios como para recibir una revelación de él acerca de lo que acontecería y que hacer, eso convencería los que contradecían la certeza del Evangelio. 1 Corintios 14:39 indica que cada cristiano debe anhelar este contacto cercano con Dios y que él revelaría su voluntad a nosotros y las cosas que especialmente necesitamos saber para enfrentar al futuro. Acuerdese que esto fue mucho más necesario antes que el Nuevo Testamento fue escrito, comparado a cuanto es necesitado hoy, cuando tenemos la revelación divina completa dada en la Biblia.
Hay dos notas confusas en la Biblia de notas Scofield sobre esta cuestión de la profecía. En cuanto a 1 Corintios 12:10, el Dr. Scofield comenta: "El profeta Nuevo Testamentario no era uno que ordinariamente predecía, sino que proclamaba, uno cuyo don le permitía hablar ‘para edificación, exhortación y consolación’ (1 Corintios 14:3). Pero 1 Corintios 14:3 no dice y no significa que un profeta Nuevo Testamentario es diferente a un profeta del Antiguo Testamento. Una revelación divina o profecía de Dios sí trae edificación, exhortación y consuelo, como nos dice 1 Corintios 14:3. Pero no hay ningún versículo de Escritura que indica que la profecía es predicación o que hay una diferencia en los oficios de un profeta del Antiguo Testamento comparado a un profeta Nuevo Testamentario.
Otra vez, comentando sobre 1 Corintios 14:1, el Dr. Scofield dice "El profeta Nuevo Testamentario no era meramente un predicador, sino un predicador inspirado, a través del cual, hasta que fue escrito el Nuevo Testamento, nuevas revelaciones fueron dadas de acuerdo a las nuevas dispensaciones (1 Corintios 14:29-30). Esta aseveración es confusa. Por predicador, queremos decir uno que expone la Biblia. Pero una profecía no era una exposición de la Biblia, sino solamente una revelación nueva de Dios. Algunas personas ignorantes se han aprovechado de estas notas como una excusa para permitir mujeres predicadoras. Pero profetizar no es predicar; es solamente una revelación nueva de Dios, refiriéndose al futuro, y ciertamente siendo una revelación directa e inmediata, no una exposición de la Escritura, no una enseñanza bíblica, ni evangelización o predicación. Profetizar no es predicar. Las profetisas en la Biblia nunca predicaron.
Hechos 2:17 y 18 nos da una profecía bendita del futuro. Proviene del profeta Joel y dice:
"Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán".
Vendrá un tiempo cuando el Espíritu Santo será derramado sobre toda carne para que ambos hijos e hijas profetizarán, y también los siervos y siervas. Pero ese acto de profetizar no implica que todos serán predicadores o evangelistas o maestros de la Biblia. Significa que cada cristiano estará en contacto con Dios por esa llenura del Espíritu Santo; y Dios se revelará a sí mismo, y las cosas que debemos saber, a cada cristiano, para que ellos adviertan unos a otros.
Débora, la profetisa en el Antiguo Testamento, no predicó ni ejercitó autoridad sobre el hombre. La historia se relata en Jueces 4:4-9. Léalo y verá que no involucraba ninguna autoridad sobre el hombre y por cierto no involucraba predicación.
"Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Vé, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos? Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes".
Débora se sentaba debajo de una palmera y "los hijos de Israel subían a ella a juicio". No había un gobierno en la tierra. Cuando dos vecinos estaban en medio de una disputa y no podían llegar a un acuerdo, ellos decían "vayamos a Débora para que ella decida". Entonces iban a Débora y ella les aconsejaba, posiblemente bajo revelación divina, como resolver la diferencia. Los que deseaban aceptaban su decisión. Ella no tenía autoridad. Cualquier buen cristiano puede ser un mediador entre vecinos hoy día.
Eso es exactamente como los cristianos Nuevo Testamentarios son aconsejados a resolver sus diferencias. 1 Corintios 6:1-8 dice claramente que no deben ir ante la ley para resolver sus diferencias antes las autoridades, sino que son mandados "Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?" o sea, uno que no es llamado a ser un predicador o un oficial o líder en la iglesia de todos modos es capaz, por el Espíritu de Dios, de saber que hacer cuando se le pide ser un mediador entre cristianos. Juzgando uno a otro en ese sentido no tiene nada que ver con la ley o la autoridad. Simplemente significa que cristianos llenos del Espíritu Santo pueden hallar la mente de Dios, y eso es la forma en que Débora juzgaba o actuaba como mediadora entre la gente en la tierra cuando no había rey ni guía y cuando la gente traían asuntos a ella voluntariamente para su consejo.
Note que la profecía de Débora dada en Jueces 4:6-7 es una revelación divina. Note que ocupa menos de dos versículos, y note que fue dirigido a un hombre, Barac. En el versículo 9 Dios dio a Débora otra revelación en esta frase "porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara", y muestra que la insistencia de Barac en llevar a Débora con él desagradó al Señor. Débora no era una predicadora, ni una líder. Dios no quería que ella guíe el ejército. Ella no ejercitó autoridad sobre hombres y no enseñó a hombres. Ella simplemente anunció un mensaje breve de Dios a Barac.
María, la hermana de Moisés y Aarón, es llamada una profetisa en Éxodo 15:20. Allí se nos dice "Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía: Cantad a Jehová". María dirigió a estas mujeres en los cantos. Ella no dirigió a los hombres en los cantos ni predicó a los hombres.
Pero María la profetisa fue usada por Dios como una lección a las mujeres que buscan autoridad en asuntos religiosos, y Dios la maldijo con lepra por su pecado. La historia se relata en Números 12:1-15.
"María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos. Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés? Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne. Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos".
Note arriba que María y Aarón dijeron "¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?" María y Aarón estaban en el mismo pecado. El versículo 9 de la Escritura dice "Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos" Dios estaba enojado con María y Aarón porque cada uno quiso usurpar la autoridad. ¡PERO TAN SOLAMENTE MARÍA FUE AFLIGIDA CON LEPRA POR SU PECADO! La diferencia es que Aarón había sido asignado por Dios como sumo sacerdote. Aarón fue un hombre y se le asignó el puesto de un hombre. Entonces el pecado de María fue más malvado que el de Aarón, y Dios estaba enseñando a ella y a todas las mujeres una lección por si acaso buscaran asumir autoridad o liderazgo sobre o junto con el hombre. María era una profetisa, pero aún una mujer profetisa peca terriblemente contra Dios cuando busca una posición de liderazgo como predicadora, maestra, evangelista o líder sobre los hombres.
En Mateo 28:10 Jesús impartió una revelación divina, un mensaje a dos mujeres. Él dijo "No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán". Nunca es fuera de lugar cuando una mujer sigue las instrucciones del Señor. Pero eso no consiste en predicar. No consiste de hacer la obra de un pastor o el de evangelista. No autoriza a ninguna mujer hacer discursos públicos en congregaciones mixtas.
Por tanto la Biblia coloca a todo en su lugar; en práctica y en la enseñanza Pablo dice "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio" (1 Timoteo 2:11-12). Estaba de acuerdo exactamente con la enseñanza y práctica de todo el Antiguo y Nuevo Testamento. Ninguna profetisa en la Biblia violó este mandato pleno. Ellas no enseñaban a hombres ni enseñaban en la iglesia y no asumían autoridad sobre el hombre.
Aun las profetisas obedecían el mandato de 1 Corintios 14:34-15 de mantener silencio en las iglesias y estar en sujeción, y si querían saber algo, le preguntaban a sus maridos en el hogar.