Me da gusto que a ti te salga bien tu matrimonio. Pero estamos hablando de algunas cosas. Claro, no podemos encontrar a nuestra copia xerox, pero hay que buscar tener más o menos a una persona muy similar a nosotros. Para ti y tu esposa, al parecer, el asunto de ser de hogar o ser de afuera de casa no les representa un gran problema. Pero supongo que los dos son creyentes. Si para ti es importantísima la fe, ¿podrías estar con una atea porque "se complementan"? ¿Porque "qué aburrido estar con alguien igual a ti"? Podría apostar que no. A ese tipo de cosas me refiero. Si no son muy parecidos en los elmeentos nucleares, los que son importantísimos para ambos, la cosa se va a derrumbar más temprano que tarde.
Insisto, es mi punto de vista y mi experiencia a partir del promedio, no es una regla ni son matemáticas.
La maldad siempre empieza en el pensamiento, sí, pero si no se convierte en acción no le veo problema. El otro día leí un artículo que aseguraba que al menos 8 de cada 10 personas han fantaseado con matar a alguien. Ya sea en un momento de impotencia, de coraje, de ira, o de lo que sea. Pero de esos. Si tú piensas en matar a alguien ¿lo matas? No. Tú puedes pensar todo el día en matarme a mí, pero si no me matas, tu pensamiento no me va a generar la menor de las inconveniencias. Muchos pacientes a lo largo de mi carrera me han revelado que se masturban pensando en mí. Y lo trabajamos en terapia. Mientras tanto, mi esposo no sufre la menor de las desavenencias por ello.
K.