La Madre piadosa estaba junto a la Cruz y al discípulo amado

Estado
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Disculpen.
Olvide poner nuestro pensamiento sobre la Idolatría:

Idolatría

En el Antiguo Testamento, el pueblo israelita conocía la idolatría como el culto a otro dios fuera de Yahweh. (cf. Dt 6:4-9)
La idolatría es un grave pecado contra el Primer Mandamiento
Los cristianos deben estar preparados para morir antes de ofender a Dios adorando falsos dioses. (Cf. 1 Cor. 8:1-13; 10:14-22) El término se utiliza también para describir una excesiva preocupación con las cosas materiales (Cf. Ef 5:5; Col 3:5).
Catecismo de la Iglesia Católica 2113:
La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de los antepasados, del Estado, del dinero, etc.
“No podéis servir a Dios y al dinero”, dice Jesús (Mt 6:24). Numerosos mártires han muerto por no adorar a “la Bestia”, negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto, incompatible con la comunión divina.

Es idolatría poner una persona, cosa o deseo por encima de Dios.... cuando se adora a mas de uno, es politeísmo “ídolos, oro y plata, obra de las manos de los hombres”, que “tienen boca y no hablan, ojos y no ven...” Estos ídolos vanos hacen vano al que les da culto: “Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza” (Sal 115: 4-5.8). Dios, por el contrario, es el “Dios vivo” (Jos 3:10; Sal 42:3, etc.), que da vida e interviene en la historia.
La vida humana se unifica en la adoración del Dios Unico. El mandamiento de adorar al único Señor da unidad al hombre y lo salva de una dispersión infinita. La idolatría es una perversión del sentido religioso innato en el
hombre. El idólatra es el que “aplica a cualquier cosa, en lugar de a Dios, la indestructible noción de Dios”.

Jesús los bendiga

abel


Esta página es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
 
Juan Manuel!!!!!

Gracias por contestar, pero no dijiste nada. Te lo repito de nuez.

Juan Manuel dice:
_____________________________________________
En cambio, la devoción y el culto a la Madre de Dios fué ejercitada por TODA la Iglesia Cristiana durante 1600 años, hasta que los protestantes lo quitaron.
_____________________________________________
Tambien Juan escribe:Marialis Cultus, num. 20
Luego J. M. dice:
_____________________________________________
Quién está hablando de rendirle ADORACION a María ??????

Yo NUNCA LO HICE, sólamente tú y otros foristas hablan siempre de semejante aberración
_____________________________________________

Juan Manuel no te ofendas, mejor defínete.
Primero dices que si, luego que no.

Y después te quejas de que te dicen mentiróso y marólatra !!!!!

POR CIERTO, YO INSISTO,TODAVIA ESTAS A TIEMPO DE ACEPTAR A JESUCRISTO EN TU VIDA DE UNA VEZ Y PARA SIEMPRE.

NO TE ESPERES AL DOMINGO PARA RECIBIRLO EN TU GALLETITA, AÍ NO ESTÁ. ÉL ESTA A UN LADO TUYO ESPERANDO QUE TE REINDAS A ÉL, QUE DEJES TU SOBERBIA Y TU ORGULLO MAL ENTENDIDO A UN LADO Y LO ADORES Y LO ALABES Y LE RINDAS TU CORZAON SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO A ÉL A ÉL A ÉL A ÉL A ÉL....


A ÉL SEA LA GLORIA, A EL SEA EL IMPERIO POR LOS SIGLOS.

AMÉNNNNNN!!!!!!!!!!!
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Juan Manuel:

Disculpa Malcom, se me pasó tu mensaje.

Mira, pienso que tú sabes que los católicos no basamos únicamente en la Biblia lo que creemos, sino también en la Tradición Apostólica, que es palabra de Dios no escrita, sino transmitida oralmente en la Iglesia.

Y la Tradición muy antigua de la Iglesia atestigua la devoción a la Virgen María.
[/quote]

En su erudita obra "María en la Patrística de los siglos I y II" (Madrid: BAC, 1970, p. 371)el marianísimo José Antonio de Aldama, S.I., confiesa: "Hablar de verdadero culto a María en el siglo II sería anacrónico."

Sobre los dogmas marianos:
1. La primera defensa de la virginidad perpetua es probablemente el Adversus Helvidium de Jerónimo, escrito a fines del siglo IV. Fue luego defendida por León I. El dogma de la virginidad perpetua -antes, durante y después del parto- fue definida por un sínodo local (III Letrán, 649) bajo el papa Martín I, y ratificado por el III de Constantinopla, sexto ecuménico (680-681).
Es decir que nada se oye acerca de la virginidad perpetua antes de fines del siglo IV.

2. La inmaculada concepción es por completo desconocida para la Iglesia antigua. Su formulación es medieval tardía, y originó controversias entre los propios teólogos escolásticos. De hecho, fue propuesto como dogma en el concilio de Basilea (1439) pero de manera inválida ya que el papa Eugenio IV excomulgó a los miembros del concilio. El primero en aceptar esta doctrina fue Sixto IV en 1477, siquiera de modo indirecto, al aprobar la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen.
El mismísimo Concilio de Trento se abstuvo prudentemente de sancionar el dogma. No llegó a ser tal hasta 1854, gracias a Pío IX.

3. Sobre la Asunción corporal de María a los cielos, dice el hipermariologista P. Carol: "No existe ningún documento del magisterio anterior a Pío XII en el que se declare oficialmente la asunción corporal de la Virgen a los cielos."
No hay trazas en Occidente de la idea, para no hablar del dogma, hasta fines del siglo VIII.

Fuente: J.B. Carol (Dir.): Mariología. Madrid: BAC, 1964.

De modo que es obvio que estos dogmas no surgieron de tradiciones provenientes de los Apóstoles, de las cuales falta por completo todo testimonio, sino de desviaciones doctrinales producidas sobre todo a partir de la edad media.

La excusa de la tradición apostólica no sirve, Juan Manuel. La misma Iglesia de Roma hasta hoy no ha podido (o más bien no ha querido) delimitar y enunciar lo que arbitrariamente llama "tradición apostólica", que le ha permitido introducir doctrinas totalmente desconocidas por los Apóstoles.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Por otro lado, el hecho de que no haya referencias a María en las epístolas, no dice nada en sí mismo en contra de ella.
[/quote]

Pero Juan Manuel, ¿quién quiere decir algo en contra de la Bienaventurada María?
Yo nada malo, y mucho de bueno, tengo que decir de ella. Lo que rechazamos por contundentes razones es el culto mariano y los dogmas romanos, no a la B. María.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Porque probablemente María pasó el resto de su vida en la casa de Juan, consagrada a la oración y el servicio a los pobres.

Sólo aparece además en Hechos de los Apóstoles, donde se vé que ella estuvo junto con los Apóstoles el día de Pentecostés.
Y aparece en el Apocalipsis, en forma simbólica, como la Mujer vestida de sol, y con la luna a sus pies.
[/quote]

Es bien sabido que la interpretación de Apocalipsis 12 es algo en lo que no concuerdan los teólogos, ni siquiera dentro de Roma.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Cómo explicar este extraño silencio (que yo llamaría "muy sonoro") en parte del Nuevo Testamento con respecto a la Virgen María ???

Porque habitualmente el más "importante' no es el que hace más "ruido".

María era tan humilde, que ni siquiera los Apóstoles le concedieron a ella importancia.


Pero Dios mismo la exaltó después, porque como dice la misma María en su alabanza a Dios
[/quote]

Totalmente de acuerdo en que el silencio del Nuevo Testamento, y yo agregaría de la Patrística primitiva en lo concerniente a los dogmas marianos es ensordecedor.
A pesar de ello, insisten los católicos en sus trece (tal vez aturdidos por tanto silencio).
El más importante es Cristo, y vaya que hicieron ruido los Apóstoles predicando la salvación en su nombre.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
Mars:

Con respecto a mi referencia al símbolo de la Mujer de Apocalipsis 12, no existe (ni podría existir) una única manera de interpretarlo.

La literatura apocalíptica con sus peculiaridades, no nos permite determinar exactamente cuáles son las realidades a las que aluden todos los símbolos que aparecen, en especial si son acontecimientos futuros.

Por ser una forma de profecía, sólo podrá conocerse con certeza su significado DESPUES QUE SE CUMPLAN los hechos profetizados.

En relación a esta símbolo particular, en la teología católica hay varias corrientes interpretativas, que se complementan entre sí.

El significado de este símbolo, no constituye una doctrina ni menos aún un dogma, por tanto hay una válida y saludable diversidad interpretativa.

Una interpretación común es que representa a la Virgen María, y otra es que representa a la Iglesia (se relaciona esto con las imágenes del AT de Israel como "Virgen" y "Esposa" de Yahvé ).

Ambas interpretaciones son perfectamente armónicas, porque para los católicos la Santísima Virgen María es el "Tipo" o "Figura" de los creyentes y de toda la Iglesia de Cristo.

Fíjate que en el pasaje de María junto al discípulo amado al pié de la Cruz, la Iglesia descubre el "germen" de la Iglesia, sobre el cual el Señor Crucificado derrama "Sangre" y "Agua" desde su Corazón Traspasado, como símbolos de los Sacramentos, que son los canales que comunican la Gracia Divina a la Iglesia.


Dios te bendiga.

Juan Manuel
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por abel34:
Enésima aclaración para algunos hermanos protestantes sobre la veneración de imágenes en la IC.

[/quote]

Bien, entonces aquí va la enésima aclaración de por qué NO se le debe rendir culto a las imágenes.

El culto a las imágenes

No es necesario insistir aquí con el hecho de que en el Antiguo Testamento se prohíbe que los israelitas se hagan imágenes y que les rindan culto (Exodo 20:4-5; Deuteronomio 5:8-9). Los profetas, en particular Isaías y Jeremías, ridiculizan el culto a las imágenes idolátricas: Isaías 44: 9-20; Jeremías 10: 1-16. El episodio del becerro de oro (Exodo 32), como los de Jeroboam (1 Reyes 12: 26-33) ilustran las consecuencias de la transgresión.

Cabe subrayar que lo que se prohíbe de manera absoluta es que el hombre se haga imágenes por su propia iniciativa con el objeto de rendirles culto. Por tanto, no está prohibida para los cristianos la hechura de imágenes con fines didácticos, recordatorios u otros. La mayoría de los cristianos toma fotografías de los seres queridos y admite la erección de monumentos públicos y esculturas. Empleamos imágenes para enseñar a nuestros niños y vemos películas y videos donde Jesús y los Apóstoles son representados.
Aunque el judaísmo tardío entendió la prohibición de las imágenes de manera absoluta, tal actitud no está justificada por los datos bíblicos. En efecto, Dios mismo mandó hacer imágenes bordadas, talladas y esculpidas para el tabernáculo, como también la serpiente de bronce (Números 21:9) que según Jesús enseñó era un tipo de su muerte redentora (Juan 3:14). Lo que evidentemente estaba proscripto era rendir culto a las imágenes, como lo demuestra la aprobación divina ante la destrucción de la serpiente de bronce cuando ella se tornó objeto de culto para los israelitas (2 Reyes 18:4).

Los primeros cristianos dejaron testimonios de su fe por medio de las imágenes que hasta hoy se conservan en las catacumbas. Sus representaciones, mayormente pictóricas, incluían episodios de la Biblia, símbolos como el pez (griego YCHTHYS, acrónimo de Iesous Christos , Theou Hyious, Soter = Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador), y del Buen Pastor. Sin embargo, no existe evidencia de que existiese ningún tipo de culto hacia tales imágenes recordatorias. Adrian Fortescue escribe en la Catholic Encyclopedia:

“Diferente de la admisión de imágenes es la cuestión del modo en que eran tratadas. ¿Qué signo de reverencia daban los primeros cristianos a las imágenes de sus catacumbas, si es que daban alguno? Para el primer período no tenemos información. Hay tan pocas referencias en absoluto a las imágenes en la literatura cristiana más primitiva que difícilmente hubiésemos sospechado su ubicua presencia si no estuviesen realmente allí en las catacumbas como el argumento más convincente. Pero estas pinturas de las catacumbas no nos dicen cómo eran tratadas. Podemos dar por sentado, por una parte, que los primeros cristianos entendían perfectamente que las pinturas no tenían parte alguna en la adoración debida sólo a Dios. Su monoteísmo, su insistencia en el hecho de que servían solamente al todopoderoso e invisible Dios, su horror ante la idolatría de sus vecinos, la tortura y muerte que sufrían los mártires antes de derramar una pizca de incienso ante la estatua del numen del emperador son suficientes para convencernos de que no estaban disponiendo filas de ídolos propios. Por otra parte, el lugar de honor que le dan a sus símbolos y pinturas, el cuidado con el que decoran, indica que trataban a las representaciones de sus creencias más sagradas con el menos una decente reverencia. Es a partir de esta reverencia que toda la tradición de venerar las imágenes sagradas se desarrolló gradual y naturalmente.
(s.v. Images, Veneration of . The Catholic Encyclopedia, Volume VII, 1910; negritas añadidas)

Tal vez las escasas alusiones a las imágenes no nos proporcione información de cómo eran tratadas, pero este mismo hecho testimonia que su papel en la vida cristiana era modesto, y en modo alguno tenía la importancia indebida que adquirió luego.
De hecho, diversos escritores cristianos primitivos (siglos II y III) fueron explícitos acerca de la prohibición de imágenes en el culto, ya que veían claramente el peligro de idolatría que esto suponía. El citado autor católico reconoce que ellos no sólo denunciaron la adoración, sino incluso la manufactura y posesión de las tales imágenes, y menciona a Atenágoras en su “Legación a favor de los cristianos”, Teófilo en su “Carta a Autólico”, Minucio Félix en su “Octavio”, Arnobio en “Contra los Gentiles”, Tertuliano en “Sobre la Idolatría” y Cipriano en “La vanidad de los ídolos.”

A esto podríamos agregar el testimonio de Orígenes (m. 254):
“Son los más ignorantes quienes no se avergüenzan de dirigirse a objetos sin vida ... y aunque algunos pueden decir que estos objetos no son sus dioses sino tan sólo imitaciones de ellos y símbolos, sin embargo se necesita ser ignorante y esclavo para suponer que las manos viles de unos artesanos puedan modelar la semejanza de la Divinidad; os aseguramos que el más bajo de los nuestros se ve libre de tamaña ignorancia y falta de discernimiento.” (Contra Celso, 6:14).

Javier Gonzaga narra la siguiente ilustrativa anécdota:
“Cuando los soldados de Diocleciano [emperador que lanzó la última gran persecución contra los cristianos] irrumpieron en una iglesia en Nicomedia [en] el año 297 mostraron su ignorancia total del cristianismo al sorprenderse de no encontrar ninguna representación de lo que los cristianos adoraban allí. Esto era precisamente lo que diferenciaba a una iglesia cristiana de un templo pagano.” (Concilios. Grand Rapids: International Publications, 1965; 1: 237).

Por la misma época del acontecimiento recién narrado, Lactancio (240-320) escribió:
“Es indubitable que en donde quiera que hay una imagen no hay religión. Porque si la religión consiste de cosas divinas, y no hay nada divino más que en las cosas celestiales, se sigue qu e las imágenes se hallan fuera de la esfera de la religión, porque no puede haber nada de celestial en lo que se hace de la tierra ... no hay religión en las imágenes, sino una simple imitación de religión.” (Instituciones Divinas 2:19).

En 305 ó 306 un concilio reunido en Elvira, cerca de la actual Granada, estableció en su canon 36: “Ordenamos que no haya pinturas en la Iglesia, de modo que aquello que es objeto de nuestra adoración no será pintado en las paredes.” En el pasado, apologistas católicos como Baronio y Bellarmino cuestionaron este sínodo español, pero su ortodoxia es hoy generalmente admitida.
Eusebio de Cesarea habla de una estatua de Cristo existente en Paneas que tuvo ocasión de ver, y comenta:

“Y no es extraño que hayan esto aquellos paganos de otro tiempo que recibieron algún beneficio de nuestro Salvador, cuando hemos indagado que se conservaban pintadas en cuadros las imágenes de sus apóstoles Pablo y Pedro, e incluso del mismo Cristo, cosa natural, pues los antiguos tenían por costumbre honrarlos de este modo, sin miramiento, como a salvadores, según el uso pagano vigente entre ellos.” (Historia Eclesiástica 7,18:4; negritas añadidas).

Asimismo Epifanio (315-403), obispo de Salamina en Chipre, quien era un acérrimo enemigo de las enseñanzas de Orígenes, concuerda con éste contra las imágenes, según una carta a Juan, obispo de Jerusalén , conservada por Jerónimo. Epifanio fue a una iglesia de Palestina a orar y, según dice: “hallé allí una cortina colgada en las puertas de la citada iglesia, teñida y bordada. Tenía una imagen de Cristo o de uno de los santos; no recuerdo precisamente de quién era la imagen. Viendo esto, y oponiéndome a que la imagen de un hombre fuese colgada en la iglesia de Cristo, contrariamente a la enseñanza de las Escrituras, la desgarré ...” Epifanio aconseja además a Juan que instruya a los responsables para que no se cuelguen cortinados de esa clase en ninguna Iglesia de Cristo, “opuestos como están a nuestra religión” , y continúa: “Un hombre de tu rectitud debiera ser cuidadoso en quitar una ocasión de ofensa, indigna por igual de la Iglesia de Cristo como de aquellos cristianos que están confiados a tu cargo.” (Jerónimo, Ep. 51:9).

En uno de sus escritos contra los maniqueos, Agustín de Hipona admite que algunos adoran imágenes, pero no reconoce a los tales como a verdaderos cristianos: “No reúnas contra mí a los profesantes del nombre cristiano, quienes ni conocen ni dan evidencia del poder de su profesión... Sé que hay muchos adoradores de tumbas y de pinturas ... Ni es sorprendente que entre tantas multitudes [de cristianos] hayas de encontrar algunos por la condenación de cuya vida puedas engañar a los incautos y seducirlos [para sacarlos] de la seguridad católica.” (De Moribus Eccl. Cath., 34:75).

El obispo de Hipona, como Orígenes antes que él, refutó de antemano el argumento de Santo Tomás acerca de que no se le rinde culto a la imagen, sino a lo que representa:
“¡Avergüéncense todos los que sirven a una escultura, los que se glorían en los ídolos! Pero avanza uno que se cree docto y dice: ‘Yo no adoro a una piedra ni esta imagen que no tiene sentimientos; porque no es posible que vuestros profetas hayan imaginado que tenían ojos y no veían, y que yo sea ignorante hasta el punto de no saber que la imagen no tiene alma y no ve por sus ojos y no oye por sus oídos. Yo no adoro esto; sino que me inclino ante esto que veo y sirvo a aquel a quien no veo’, ‘¿quién es éste?’. ‘Algún poder invisible –se nos dice- que radica en esta imagen.’ Mediante esta clase de explicación acerca de sus imágenes, piensan que son muy listos y que en modo alguno se les puede contar entre los adoradores de ídolos .” (Sobre Salmos 96, 2; negritas añadidas).

De este modo, la enseñanza unánime de los Padres, la cual la Iglesia de Roma se precia de respetar y venerar, es opuesta al uso de imágenes en el culto. Adicionalmente, como notó Agustín, tampoco los paganos, salvo los muy incultos, tomaban a las imágenes como algo más que representaciones; pero son precisamente tales representaciones lo que los escritores cristianos antiguos prohíben como contrarias a las Escrituras y por tanto opuestas al cristianismo.

Sin embargo, a partir del siglo IV y sobre todo del V, luego de que el cristianismo devino la religión oficial del Imperio y de que vastas mutiltudes de paganos incultos ingresasen a la iglesia, el empleo de imágenes comenzó a generalizarse. La razón invocada fue que las imágenes eran los libros de los analfabetos, y que eran necesarias para la enseñanza. A fines del siglo VI el papa Gregorio Magno censuraba al obispo de Marsella, Sereno, por haber destruido las imágenes de las iglesias de su diócesis:

“Hemos sabido, hermano, que habiendo observado a algunas personas adorando imágenes, habéis destruido y arrojado esas imágenes de las iglesias. Os alabamos por haberos mostrado celoso ya que nada hecho de manos debe ser adorado , pero somos de la opinión que no debíais haber roto estas imágenes. La razón por la que se usan las representaciones en las iglesias es la de que aquellos que son iletrados puedan leer en las paredes lo que no pueden leer en los libros. Por tanto, hermano, debíais haberlas conservado, prohibiendo al mismo tiempo al pueblo que las adorase .” (Epístola 7,2:3).

En una epístola posterior a Sereno escrita en 600, Gregorio Magno reitera su posición; “tomad todas las medidas para evitar la adoración de las imágenes” (Epístola 9,4:9). He aquí un obispo de Roma que, a fines del siglo VI y principios del VII, desconoce todo culto lícito a las imágenes y las considera exclusivamente de valor didáctico. Ludwig Ott escribe: “Por efecto de esa proibición existente en el Antiguo Testamento, vemos que el culto a las imágenes solamente se forma una vez que el paganismo gentílico está totalmente vencido....” (Manual de Teología Dogmática, Ed. Rev. Barcelona: Herder, 1969, p. 480).

Empero, el tiempo mostraría que el paganismo distaba de estar vencido y que el temor de Sereno de Marsella era muy fundado. Se descuidó la catequesis y la predicación, y pronto proliferó el culto a las reliquias e imágenes, de puro linaje pagano. Ott admite: “Primitivamente, las imágenes no tenían otra finalidad que la de instruir: La veneración a las mismas (por medio de ósculos, reverencias, cirios encendidos, incensaciones) se desarrolló principalmente en la iglesia griega desde los siglos V al VII” (l.c.). Es decir que, como lo reconoce este autor católico, no se trata de una práctica trazable a los apóstoles, y ni siquiera a la Iglesia de los primeros siglos. Tal verdad es reafirmada por Fortescue, en el artículo de la Catholic Encyclopedia ya citado:

“El desarrollo fue entonces un asunto de moda general más que de principio. Para el cristiano bizantino de los siglos V y VI las postraciones, besos e incienso eran las formas naturales de mostrar honor a cualquiera; él estaba habituado a tales cosas, aún aplicadas a sus superiores civiles y sociales; estaba acostumbrado a tratar a los símbolos del mismo modo, dándoles el honor relativo que era obviamente en realidad dirigido a sus prototipos. Y así llevó sus hábitos normales a la iglesia. La tradición, el instinto conservador que en asuntos eclesiásticos insiste siempre en la costumbre, gradualmente hizo estereotipos de tales prácticas hasta que se inscribieron como rúbricas y se hicieron parte del ritual...
Al mismo tiempo uno debe reconocer que justo antes del surgimiento del iconoclasmo [reacción violenta contra las imágenes] las cosas habían ido muy lejos en la dirección de la adoración de las imágenes. Aunque es inconcebible que nadie, excepto quizás el más estúpido campesino, pudiese haber pensado que una imagen podía oír las oraciones o hacer nada por nosotros. Y sin embargo, la forma en que algunos trataban a sus íconos sagrados indica más que el honor meramente relativo que se les enseña a los católicos a observar hacia éstos. En primer lugar, las imágenes se habían multiplicado enormemente en todas partes, las paredes de las iglesias estaban cubiertas por dentro de piso a techo con íconos, escenas de la Biblia [y] grupos alegóricos (un ejemplo de esto es Santa María Antigua, construida en el siglo VII en el foro romano, con su disposición sistemática de pinturas que recubren toda la iglesia). Los íconos, especialmente en el Oriente, eran llevados como protección en los viajes, marchaban a la cabeza de los ejércitos, y presidían las carreras en el hipódromo; colgaban en un lugar de honor en cada habitación, sobre cada comercio; cubrían copas, vestimentas, muebles, anillos; dondequiera que se encontrase un espacio, era llenado con un cuadro de Cristo, nuestra Señora, o un santo. Es difícil entender lo que aquellos cristianos bizantinos de los siglos VII y VIII pensaban acerca de ellos. El ícono parece haber sido en cierto modo el canal a través del cual se aproximaban al santo; tiene un valor sacramental ... en aquellos que lo miraban; por y a través del ícono Dios obraba milagros; el ícono hasta parece haber tenido una especie de personalidad propia en la medida en que ciertas imágenes eran especialmente eficaces para [obtener] ciertas gracias. Los íconos eran coronados con guirnaldas, se les quemaba incienso, eran besados. Delante de ellos ardían lámparas y se cantaban himnos en su honor. Los enfermos eran puestos en contacto con ellos, eran atravesados en el camino de un fuego o una inundación para detenerlos por una especie de magia. En muchas oraciones de este tiempo la inferencia natural de las palabras sería que se dirigían a la imagen misma.”

Es interesante que este autor romanista, al tiempo que intenta eximir a los católicos de aquello que achaca a los orientales, presenta como paradigma de la profusión de imágenes a una iglesia de Roma. Del mismo modo, para cualquiera que, como quien esto escribe, viva en un país de tradición católica, el retrato que hace de los excesos de los orientales resulta dolorosamente familiar.

Cuando el emperador León III Isaurio emitió decretos contra las imágenes, el papa Gregorio III (731-741) convocó un sínodo que excomulgó a los adversarios de las imágenes.

“El emperador por toda respuesta arrebató los obispados griegos de la Ialia meridional y Sicilia de la superintendencia del papa, trasladándola a la del patriarca de Constantinopla. Mientras tanto en Roma, el papa ordenaba la multiplicación de las imágenes en los templos, construyendo también una capilla especial para la veneración de reliquias ‘sagradas’.” (Gonzaga, o.c., 1: 242).

Más de 300 obispos concurrieron a un concilio convocado en Hiereia por Constantino V, hijo y sucesor de León III en 754. Allí tras escuchar y discutir los argumentos de los partidarios de las imágenes, se estableció que los únicos símbolos del culto cristiano eran el pan y el vino de la Eucaristía. Los iconolatras fueron excomulgados, y se prohibió el uso de imágenes tanto privado como público.

Sin embargo, más tarde la emperatriz regente, Irene, ardiente partidaria de las imágenes, depuso al patriarca de Constantinopla y nombró a un hombre de su confianza en su lugar. Convocó a un concilio ecuménico que se reunió en Nicea en 787; solamente pudieron concurrir obispos partidarios de las imágenes, entre ellos los representantes del papa Adriano (772-795).Como no podía ser de otro modo, el concilio anuló los decretos imperiales contra las imágenes, como asimismo las decisiones de Hiereia. Los acuerdos del sínodo fueron firmados por la regente Irene y su hijo Constantino VI.

Fue en este concilio que se introdujo la arbitraria distinción entre el culto de latría, debido sólo a Dios, y el de dulía, que es lícito para los santos. También se habló de un culto “terminativo”, dirigido a la persona, y otro “relativo” dirigido a la imagen que la representa. Desde luego, tales bizantinismos (strictu sensu!) son por completo ajenos a las Escrituras, donde hay un solo culto válido, el que se dirige a Dios.

Este concilio niceno, de infausta memoria, al no poder fundamentar escrituralmente el culto a las imágenes, declaró la insuficiencia de las Escrituras y lanzó un anatema contra quienes no estaban dispuestos a aceptar doctrinas sobre la autoridad de la tradición y de los concilios, si las tales no tenían claro fundamento bíblico. La importancia de esta novedad para las progresivas desviaciones romanas de la doctrina escritural debiera ser obvia:

“Porque de esta manera se mantiene la enseñanza de nuestros santos Padres, o sea, la traidición de la Iglesia Católica, que ha recibido el Evangelio de un confín a otro de la tierra; de esta manera seguimos a Pablo, que habló en Cristo [2 Corintios 2:17] y al divino colegio de los Apóstoles y a la santidad de los Padres, manteniendo las tradiciones [2 Tesalonicenses 2:14] que hemos recibido...
Así, pues, quienes se atrevan a pensar o enseñar de otra manera; o bien a desechar, siguiendo a los sacrílegos herejes, las tradiciones de la Iglesia , e inventar novedades, o rechazar alguna de las cosas consagradas a la Iglesia: el Evangelio o la figura de la cruz, o la pintura de una imagen, o una santa reliquia de un mártir; o bien a excogitar torcida y astutamente con miras a trastornar algo de las legítimas tradiciones de la Iglesia Católica ... si son obispos o clérigos, ordenamos que sean depuestos; si monjes o laicos, que sean separados de la comunión.” (Denzinger 303-304).

Nótese que los obispos iconolatras no pudieron ni siquiera apelar a la supuesta tradición apostólica, pues ninguna había para apoyar el culto a las imágenes .

Esgrimieron en cambio una espuria “tradición de la iglesia católica” cuando, en realidad, todos los escritores cristianos de los primeros siglos que trataron el tema se opusieron por completo a semejante abominación . Y esto para no reiterar la enseñanza de las Escrituras.

Así que, queridos católicos y orientales, les invito a rechazar a los falsos maestros que los extravían y a volver a las Escrituras y a la práctica de la Iglesia primitiva. Esto será sin duda agradable a Dios.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
 
(Enésima + 1) aclaración sobre el correcto uso de los íconos cristianos:

El ícono cristiano está estrechamente ligado a esta palabra en cuanto que el único y verdadero ícono es el Verbo hecho carne, Jesucristo (cf. Hb 1,3: irradiación de la gloria de Dios e impronta de su substancia).

El Verbo imprime el «caracter» del Padre a toda la creación.
Se puede representar a Dios visiblemente entonces porque confluyen la creación por el Verbo y la encarnación del Verbo.


El lenguaje del ícono no es conceptual, no es sonoro, no tiene la violencia de la evidencia; en cambio habla a quien lo mira con corazón tranquilo y por mucho tiempo.

Dice expresivamente Daniel Ange:

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Amo los íconos solo por esto: en ellos Dios habla con un lenguaje de pobres.
Es una consolación para los pobres.
Amo a los íconos, porque se parecen a Dios: tienen su misma manera de acercarme, pobremente, discretamente, silenciosamente.

Un ícono no se impone.
No violenta la mirada (como hace la cultura contemporanea).
No demuestra nada, no comprueba nada, no quiere ser una evidencia.
Como Dios. Se necesita tiempo, muchas veces años para entrar en ellos. Delante a quien mira el ícono aguarda, espera, espera ser penetrado y comprendido, y por esto amado. Pide una confianza, suscita una larga paciencia, despierta una cierta ternura.

Como hace Dios. Sus formas son austeras, pobres, se abren solo al corazón. No
crea un «pathos», no está adornado, no exagera, no estimula la emoción o la sensibilidad, sino solamente aquella que despierta la sonrisa en un niño.
Atrapa la mirada solamente para
ablandar el corazón del hombre. En el ícono todo es pobre y pide alzar los ojos hacia lo alto, hacia aquella región de la cual recibe --no se sabe bien cómo-- su silencio y su luz.
[/quote]

Una conclusión expresada en pocas palabras:

«Lo que el Libro (la Biblia) dice con las palabras, el ícono lo anuncia con los colores y lo hace presente» (Concilio Constantinopolitano IV, X, 3.)

---------------------------

El que mira y se deja mirar por el ícono es el que participa de la naturaleza divina de Cristo, por estar bautizado.

El ícono realiza un servicio en orden a tal
participación.

• El prototipo (la persona de Cristo) no está en la imagen según la escencia sino que tiene una relación de semejanza.

La presencia del arquetipo en el ícono es análoga a la presencia del locutor en la palabra que profiere.

La relación de semejanza realiza en el que mira una comunión con Cristo de orden
intencional (orienta la mirada hacia aquel que mira).

• En este sentido, la parte central del ícono son sus ojos:

ellos son la ventana hacia el Rostro de
Cristo. Los ojos están cargados de «intencionalidad» expresiva.

El segundo Concilio de Nicea (787) pone fin, desde el punto de vista teológico y dogmático a la controversia sobre los íconos.

Los padres establecen que:
«... de modo semejante a la imagen de
la preciosa y vivificante cruz han de exponerse las sagradas y santas imágenes, tanto las pintadas como las de mosaico y de otra materia conveniente, en las santas iglesias de Dios, en los sagrados
vasos y ornamentos, en las paredes y cuadros en las casas y caminos, las de nuestro Señor y Dios y Salvador Jesucristo, de la Inmaculada Señora nuestra la santa Madre de Dios, de los preciosos ángeles y de todos los varones santos y venerables.

Porque cuanto con más frecuencia son
contemplados por medio de su representación en la imagen, tanto más se mueven los que éstos miran al recuerdo y deseo de los originales y a tributarles el saludo y adoración de honor, no ciertamente la latría verdadera que según nuestra fe sólo conviene a la naturaleza divina;
sino que como se hace con la figura de la preciosa y vivificante cruz, con los evangelios y con los demás objetos sagrados de culto, se las honre con la ofrenda de incienso y de luces, como fue piadosa
costumbre de los antiguos.

"Porque el honor de la imagen se dirige al original" (San Basilio)

y el que venera una imagen, venera a la persona en ella representada.» (Ds 302).


• El Concilio establece por lo tanto que se deben venerar de igual manera la imagen visible y la imagen verbal, la que entra en la mente por los ojos y la que entra por las orejas, la imagen luminosa y la imagen sonora, la palabra oral o escrita y una imagen.

Dicen más: la imagen es una palabra, es un lenguaje análogo al de la palabra que realiza el anuncio y la celebración de la
salvación.



-- Fundamentos teológicos de las imágenes sagradas

• La encarnación del Verbo de Dios

Quien me ve a mi ve al Padre (Jn 14,9)
El es imagen (ícono) del Dios invisible (Col 1,15)

Es irradiación de la Gloria e impronta de su substancia (Hb 1,3)

Este Jesus que ha estado entre ustedes y fue llevado al cielo volverá de la misma manera
que lo han visto ir al cielo (Hch 1,1)

• El ícono es mediador entre las dos venidas, entre los dos hechos:

la encarnación y la escatología.

• La Iglesia de la misma manera que guarda su palabra debe guardar su rostro para reconocerlo cuando vuelva.

Himno en la fiesta de la Ortodoxia

El 11 de marzo, primer domingo de Cuaresma, se celebró en Constantinopla la victoria de los sostenedores de la latría a los íconos.

El kontákion, breve oración bizantina se sigue repitiendo
desde entonces una y otra vez:

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
El Verbo incircumscripto de Dios Padre,
se ha circumscripto encarnándose en tí Madre de Dios,
y habiéndo restablecido la imagen (eikon) deformada
a su antigua dignidad,
la ha unido a la divina belleza.
Por lo tanto reconociendo y confesando la salvación,
nosotros la representamos con la acción y la palabra.

El Dios-Hombre, el Señor,
está presente en su Palabra para hablarnos, en el prójimo para encontrarnos,
en su Nombre para socorrernos,
en su ícono para mirarnos,
en la asamblea para reunirnos,
en su Cuerpo y Sangre entregados para asimilarnos a Él.

[/quote]
 
Juan Manuel, dices:

"El lenguaje del ícono no es conceptual, no es sonoro, no tiene la violencia de la evidencia; en cambio habla a quien lo mira con corazón tranquilo y por mucho tiempo."

Por supuesto, el ícono no tiene lenguaje, es un yeso, una madera, un metal, es una cosa muerta, sin vida;

por supuesto que no es conceptual, ¿cómo te atreves ni siquiera a mencionar tal cosa? Tus íconos se van a la basura en determinado momento. No dicen nada, No traen ningún mensaje. El mensaje lo trae Satanás que está detrás de tus íconos.

por supuesto que no es sonoro. Es una brutalidad decirlo. ¿Cómo va a ser sonoro si es inanimado, sin vida, muerto? Ahora, si quieres le pones una vitrola de los años 20 y ese ícono se pone a hablar. Pero quien mueve la manizuela de la vitrola? El Diablo que está detrás de tu ídolo o ícono como lo quieres llmar para disimular que estás hablando de tus ídolos. Sabes mucho, diablito.

Por supuesto que no tiene la violencia de la evidencia; ¿cómo la va a tener si todo es una patraña ineventada por los enemigos del Dios del Sanaí. ¡Qué sucia es tu defensa de tus ídolos, Juan Manuel! ¡Cómo has caído!

¡Qué vergüenza! ¿Cómo te puedes atrever a decir, "en cambio habla a quien lo mira con corazón tranquilo y por mucho tiempo." Claro, el rezador queda autohipnotizado; se queda hierto, si vida, como el ídolo que acaba de adorar. No nos vengas con tonterías, Juan Manuel. Podría invertir mejor tu tiempo metiéndote en tu cuarto, humillándote delante del Espíritu de Dios que no necesita de ícono ni ocho cuartos. Para el los íconos son basuras que tienen que ser quemadas o botadas tú ya sabes a dónde. Arrepiéntete de tu pecado; en tu cabeza tienes mucho acerca de Dios; pero lo tienes más lejos que el monte Himalaya, y si quieres tal vez del Ojo del Salado. Como argentino que eres deberías estar enseñando cosas buenas y no tantas tonterías. Argentina es un país de mucha cultura, de buena educación, ¡qué pena que uno de sus hijos esté tan lejos del Señor! ¡Me haces llorar por tu impenitencia!
 
Juan Manuel menciona a Basilio:

"Porque el honor de la imagen se dirige al original" (San Basilio)


Ahora, este tal Basilio es más importante de lo que Jehová ordenó en el Sinaí.
 
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Despreciar a los Santos,
es despreciar lo que
el mismo Jesucristo hizo en y por medio de ellos !!
 
Alégrate María, llena eres de Gracia.
El Señor está contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres.
Y bendito es el fruto de tu vientre, JESÚS.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora, y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

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Padre Santo:

Te pido por todos los que participan de este foro,
para que puedan descubrir la Verdad Completa sobre tu Hijo,
tal como la enseña libre de error,
la Unica Iglesia de Cristo,
Católica y Apostólica,
reunida en comunión con el sucesor de San Pedro,
el Mayordomo a cuyo cuidado la dejó tu Hijo,
hasta que El mismo regrese
para Salvar a los suyos.

Te pido que concedas esta súplica,
por la poderosa intercesión de María Siempre Virgen, Nuestra Madre,
en el Nombre del mismo Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor,
que contigo Vive y Reina,
en la Unidad del Espíritu Santo,
todo Honor y Toda Gloria,
por los Siglos sin fin.

Amén.
 
Señor:

Gracias por las buenas intenciones de Juan Manuel; yo te pido A TI DIRECTAMENTE, SIN INTERMEDIARIOS PORQUE SE QUE SIEMPRE ME OYES, que lo que Juan Manuel te pide, que tiene buenas intenciones tu lo concedas para tu gloria y honra; Señór, ¡¡ glorificate en este foro !!. Deseo ver con mis ojos, como tu brazo no se ha acortado todavía; Padre, si es tu voluntad, dame el gozo de ver almas que pasan de muerte a vida, aquí en este foro. En el bendito Nombre de Jesucristo. Amén.


De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.(Palabras de Jesús en Juan 16:23-24)

Maripaz, de la Iglesia de Cristo.


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La sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.(1 Juan 1:7)

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.(Juan 14:26)
 
Hoy 15 de septiembre,
la Iglesia Católica celebra la fiesta de
La Virgen (María) de los Dolores ,
al día siguiente de la Exaltación de la Cruz.

María Dolorosa, al pié de la Cruz, es el ejemplo del cristiano fiel a la Voluntad del Padre.

Ella se asocia a la entrega amorosa de Jesús por nuestra Salvación, con un Corazón "traspasado por una espada" de dolor,
tal como se lo había profetizado el anciano Simeón.

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Ev. Lucas cap. 2

22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor,
23 como está escrito en la Ley del Señor: = Todo varón primogénito será consagrado al Señor =
24 y para ofrecer en sacrificio = un par de tórtolas o dos pichones =, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel;
y estaba en él el Espíritu Santo.


26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él,
28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
30 porque han visto mis ojos tu salvación,
31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos,
32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»


33 Su padre (San José)y su madre (la Virgen María) estaban admirados de lo que se decía de él.

34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre:

«Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -

35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! -

a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

[/quote]
 
Ahora sucede que nuestra amadisima hermana María estaba sufriendo mas que nuestro Señor..??? Vaya, vaya ahora sucede que por estar al pie de la cruz (como si estuviera haciendo alguna gracia) puesto que era su madre debía estar allí, ya con eso sufrió y ahora puede interceder por nosotros??? Habrase visto herejía y blasfemia más grande??? Señor ¿Porque te quitan tu gloria, puesto que el único que murió y derramo su preciosa sangre fuiste tu?? Porque no pueden entender que darle mérito, o veneración o adoración a alguien diferente a ti es blasfemia??? Jude:1:25 Al Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén. (RVA)

Mizpa
Daniel Ortega
 
Daniel:

El principe de este mundo ciega sus ojos; aunque el Espíritu Santo está llamando a sus corazones..........pido a Dios que lo oigan y obedezcan a Dios antes que a los hombres.


Hemos de orar y clamar a Dios, para que Su Palabra no vuelva a Él vacía. Amén


Maripaz

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La sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.(1 Juan 1:7)

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.(Juan 14:26)
 
En un epigrafe anterior toque el tema si Maria la madre de Jesus ,estubo en sus sufrimientos frente a la cruz,en esa ocacion nadie pudo aportar suficiente evidencia,tambien cuales son las evidencias en las cuales se puede evidenciar que ella anduvo en sus tres años y medio de ministerio ayudandolo,no que quiera poner en tela de juicio su buena labor de madre,simplememte por curiosidad biblica,hay mas preguntas pero si alguien que pueda demostrar con evidencia biblica,y responder estas 2 preguntas usando la biblia nada mas.
saludos.
 
Julio:

Sigues sin aceptar la autenticidad de este texto del Evangelio (????):

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>
Evangelio según San Juan
capítulo 19

25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.

26 Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»


27 Luego dice al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.

[/quote]

Al menos explícame por qué no lo aceptas.

Saludos.

Juan Manuel
 
Bendecido Juan Manuel, no evada las preguntas,y segundo yo no quiero hacer polemica de la biblia,el que quiere respuestas en este caso soy yo,si hubiera alguien que pudiera satisfactoriamente darlas sin ofender el intelecto,esque veo un fanatismo de las personas que aseguran positivamente las preguntas antes hechas,sin importarles la realidad del libro que aseguran ser palabra de Dios.
saludos.
 
Julio:

Ma parece entender de tu respuesta que
NO crees que el Evangelio de Juan sea palabra de Dios.

Sin ningún ánimo de polemizar, me confirmas si te comprendí correctamente ?

Al menos, así no perdemos el tiempo citándote un libro que tú no aceptas como inspirado.

Mis respetos y saludos.

Juan Manuel
 
Mi muy estimado J.M.
No se preocupe si creo o no, solamente que usted no me a contestestado,si no sabe responder satisfactoriamente esta bien,no me interesa y no participo para probar sus conocimientos biblicos,solamente para hacer dialogo realista y sincero,pero parece que siempre nos gana el sentido religioso ,que todos padecemos, tampoco participo para probar mis conocimientos,ya que estoy limitado en varias areas tambien.
saludos.
 
Estado
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