Re: La Ley y la ley...
Hola todos bendiciones;
Perdonen el impace pense que se avia imviado esto primero; en cuanto al tema que vienen tratando si estamos bajo ley o no.
No para contender con nadie porque todos tienen parte de razon.
Hebreos 5: <SUP id=es-RVR1995-30044>11</SUP> Acerca de esto<SUP>[
g]</SUP> tenemos mucho que decir, pero es difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oir.
<SUP id=es-RVR1995-30045>12</SUP> Debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido.
<SUP id=es-RVR1995-30046>13</SUP> Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño.<SUP>[
h]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-30047>14</SUP> El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Mateo 5:<SUP>17</SUP> »No penséis que he venido
a abolir la Ley o los Profetas;<SUP>[y]</SUP> no he venido a abolir, sino a cumplir,<SUP>[z]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-23255>18</SUP> porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde<SUP>[
aa]</SUP> pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido.
<SUP id=es-RVR1995-23256>19</SUP> De manera que cualquiera que quebrante<SUP>[ab]</SUP> uno de estos mandamientos muy pequeños y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.
<SUP id=es-RVR1995-23257>20</SUP> »Por tanto, os digo que si vuestra justicia<SUP>[
ac]</SUP> no fuera mayor que la de los escribas y fariseos,<SUP>[
ad]</SUP> no entraréis en el reino de los cielos. Hebreos 6:<SUP>1</SUP> Por tanto, dejando ya los
rudimentos de la doctrina de Cristo,<SUP>[a]</SUP> vamos adelante a la perfección, no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
<SUP id=es-RVR1995-30049>2</SUP> de la doctrina de bautismos,<SUP>[
b]</SUP> de la imposición de manos,<SUP>[
c]</SUP> de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. <SUP id=es-RVR1995-30050>3</SUP> Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
Hebreos 4: <SUP id=es-RVR1995-30031>14</SUP> Por tanto, teniendo
un gran Sumo sacerdote<SUP>[
i]</SUP> que traspasó<SUP>[
j]</SUP> los cielos,<SUP>[
k]</SUP> Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
<SUP id=es-RVR1995-30032>15</SUP> No tenemos un Sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. <SUP id=es-RVR1995-30033>16</SUP> Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 5: <SUP id=es-RVR1995-30037>4</SUP> Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.<SUP>[
b]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-30038>5</SUP> Por eso, tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que fue Dios quien le dijo:
«Tú eres mi Hijo,
yo te he engendrado hoy».<SUP>[
c]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-30039>6</SUP> Como también dice en otro lugar:
«
Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec».<SUP>[
d]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-30040>7</SUP> Y Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que lo podía librar de la muerte,<SUP>[
e]</SUP> y fue oído a causa de su temor reverente.
<SUP id=es-RVR1995-30041>8</SUP> Y, aunque era Hijo, a través del sufrimiento aprendió lo que es la obediencia;<SUP>[
f]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-30042>9</SUP> y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna
salvación para todos los que lo obedecen,
<SUP id=es-RVR1995-30043>10</SUP> y fue declarado por Dios Sumo sacerdote según
el orden de Melquisedec. Hebreos 7: <SUP id=es-RVR1995-30078>11</SUP> Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico --bajo el cual recibió el pueblo la Ley--, ¿qué necesidad habría aún de que se levantara otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuera llamado según el orden de Aarón?,<SUP>[
j]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-30079>12</SUP> pues
cambiado el sacerdocio, necesario es que haya
también cambio de ley;
<SUP id=es-RVR1995-30080>13</SUP> y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.
<SUP id=es-RVR1995-30081>14</SUP> Porque sabido es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.<SUP>[
k]</SUP>
<SUP id=es-RVR1995-30082>15</SUP> Y esto es aun más evidente si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto,
<SUP id=es-RVR1995-30083>16</SUP> no constituido conforme a
la ley meramente humana,<SUP>[
l]</SUP> sino según el poder de una vida indestructible,
<SUP id=es-RVR1995-30084>17</SUP> pues se da testimonio de él:
«Tú eres sacerdote para siempre,
según
el orden de Melquisedec».<SUP>[
m]</SUP> <SUP id=es-RVR1995-30085>18</SUP> Queda, pues, abrogado el
mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia
Que podria decir la palabra de Dios hace entender al mas simple; pues teniendo un sacerdote segun este orden con su ley segun su naturaleza; somos llamados para obedecer en esta ley, en un nuevo pacto.
Si tenemos los ojos del entendimiento bien abiertos, veremos y entenderemos, si estamos sin ley o con ley: (bajo ley o sin ella).
Hebreos 10: <SUP id=es-RVR1995-30151>15</SUP> El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho:
<SUP id=es-RVR1995-30152>16</SUP> «Este es el pacto que haré con ellos
después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
y en sus mentes las escribiré»,
<SUP id=es-RVR1995-30153>17</SUP> añade:
«Y nunca más me acordaréde sus pecados y transgresiones»,<SUP>[
h]</SUP> <SUP id=es-RVR1995-30154>18</SUP> pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.
Que Dios afirme nuestros corazones con el buen entendimiento. Amen.
Atentamente: Juvenal