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Ayer, 07:58:29
El Señor Jesús tampoco se consideraba bueno, por la naturaleza humana con la cual descendió. Porque en ninguna parte del Nuevo Testamento hay una sola vez dónde se refiere a si mismo como Dios; sino como Hijo de Dios, el Hijo del Hombre.
A LOS LECTORES
El forista Fray Escoba en su respuesta a E.Land, quizás por su apresuramiento en responder, presenta la Humanidad de Jesús como si fuese un descendiente más del primer Adán.
Y este asunto es sumamente grave porque socava la Doctrina Cardinal de Cristianismo del Hombre Jesús sentado a la Diestra de Dios, en su mismo Trono, recibiendo la misma ADORACIÓN que su Padre:
Apocalipsis 5:13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:
AL QUE ESTÁ SENTADO EN EL TRONO Y AL CORDERO, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Fray Escoba escribió:
El Señor Jesús tampoco se consideraba bueno, por la naturaleza humana con la cual descendió.
Es edificante comprender que la pregunta del Señor ¿Por qué me llamas bueno? solo aparece en los primeros tres evangelios:
Mateo lo presenta como Rey
Marcos presenta al Señor como el Siervo sufriente
Y Lucas como el Hijo del Hombre....
Esta pregunta está omitida en el evangelio de Juan donde Jesús es presentado como Dios desde su primer versículo.
En el caso de nosotros los hombres, sea rey, sea esclavo o sea hombre normal, esta pregunta debe ubicarse en los contextos humanos donde fue dicha, mostrando la bondad de nuestra naturaleza humana, no redimida.
En el contexto del joven rico que bondadosamente se acerca a Jesús para llamarlo "Maestro bueno", Jesús no respaldó los halagos de la naturaleza humana irredenta, cuando esta fue llevada ante él.
Así ocurrió con Nicodemo cuando llegó a Jesús diciendo:
Joh 3:2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo:
Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
La respuesta del Señor fue clara, y contundente: "primero tienes que nacer de nuevo", le dijo.
Y así también ocurrió con Pedro, cuando en los amables sentimientos de la naturaleza humana le dijo:
Mat 16:21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Mat 16:22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo:
Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
La respuesta del Señor nos hace comprender que el diablo usa la naturaleza humana para hacernos tropezar en nuestra relación con el Señor:
Mat 16:23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro:
¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Lucas 16:15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones;
porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es ABOMINACIÓN.
Por otro lado:
La naturaleza y sustancia de Jesús es la misma de su Padre Dios, leemos:
Juan 10:30 Yo y el Padre
UNO SOMOS.
Juan 5:18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose
IGUAL A DIOS.
Filipenses 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser
IGUAL A DIOS como cosa a que aferrarse,
Isaías 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos,
HAN VISTO MIS OJOS AL REY,
JEHOVA DE LOS EJÉRCITOS.
Juan 12:41 ISAÍAS DIJO ESTO CUANDO VIO SU GLORIA, y habló acerca de él.
Este punto de la Deidad de Jesús es sumamente importante a la hora de considerar la ley y la Gracia...el Señor, en su Humanidad, se sujetó a la ley dada por el mismo en el monte de Sinaí, igualmente aceptó un bautismo para pecadores sin serlo, por cuanto Dios no puede pecar.
Es decir, el Señor en su Humillación, no se excluyó de nada, fue semejante a nosotros, pero sin pecado.
Estas Escrituras dan mucha luz acerca de la relación de Israel bajo la ley con Cristo bajo la ley y la de su Iglesia con Cristo luego de su resurrección:
Lucas 12:50 DE UN BAUTISMO tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
Romanos 6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
BAUTIZADOS EN SU MUERTE?
Romanos 7:4 Así también vosotros, hermanos míos,
HABÉIS MUERTO A LA LEY mediante el cuerpo de Cristo,
PARA QUE SEÁIS DE OTRO, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
En cuanto al momento cuando el Verbo de Dios (Ap.19:13) fue hecho carne (Jn.1:14) Dios le preparó cuerpo, leemos:
Hebreos 10:5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas
ME PREPARASTE CUERPO.
María no tuvo nada que ver en esta preparación por cuanto ella era descendiente del primer Adán caído, pero fue bienaventurada al ser escogido su vientre para llevar a cabo la grandeza de este misterio, Dios fue manifestado en carne.
Mateo 1:20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado,
DEL ESPÍRITU SANTO ES.
Los seguidores de la María inventada por el romanismo católico rechazan esta Escritura y argumentan que ella fue concebida sin pecado, para que madre e hijo sean adorados en un mismo nivel.
Y apelan al plano de la naturaleza humana en la alimentación del feto...pero esto nada tiene que ver con la obra del Espíritu Santo en la concepción del Hijo de Dios:
"
PORQUE LO QUE EN ELLA ES ENGENDRADO, DEL ESPÍRITU SANTO ES"
Hoy es el primer día de la semana, dónde se reúne su Iglesia para partir el pan (Hch.20:7), haciendo memoria de Aquel que aquí en la tierra transitó un camino de dolor, de sufrimiento, de angustia, rumbo al Altar de la cruz, donde la Justicia de Dios resplandeció (2Cor.5:21), para la gloria del Padre y justicia nuestra.
El Pan, simboliza los sufrimientos físicos del Señor.
La Copa, con su contenido de vino, simboliza su preciosas sangre derramada en el Altar de la cruz, en su condición del Cordero de Dios como Ofrenda Santísima, una sangre preciosa que nos limpia de todo pecado.
Así que en la Cena nos juntamos para adorar al Hijo para la Gloria del Padre.
Edison