La Iglesia soñada
22.01.07 @ 12:22:55. Archivado en Sociedad siglo XXI
Hablo de la Iglesia soñada por muchos. Una Iglesia donde la moral sexual sea respetuosa con las opciones personales y no se condene la homosexualidad, la poligamia, la poliandria, etc. Una Iglesia que regale condones a la salida de cada celebración comunitaria, en especial a los jóvenes y a las parejas con dificultades económicas. Una Iglesia donde la liturgia sea modificada en base a los gustos de cada comunidad parroquial y no esté aprisionada por normas arcaicas. Una Iglesia donde no haya discriminación entre hombres y mujeres, de tal manera que éstas puedan acceder al sacerdocio, el episcopado y, ¿por qué no?, también al papado.
Una Iglesia donde el dogma pase a ser proscrito, pues impide la libertad de conciencia al obligar a todos a aceptarlo para ser miembros de la comunidad. Una Iglesia donde el Código de Derecho Canónico pase a ser una reliquia impía, recuerdo de un pasado de opresión. Una Iglesia que niegue la posibilidad de condenación eterna y se oponga a la existencia de un infierno que, sin duda, es contrario a la idea de un Dios bueno, misericordioso y guay. Una Iglesia consciente de que su libro sagrado, como el resto de libros sagrados, no deja de ser una colección de mitos moralizantes con cierto ropaje de verosimilitud histórica, que en todo caso no es testigo fiable de hechos históricos.
Una Iglesia donde sea cada vez más tenue la línea que separa a los laicos de los ministros ordenados, quienes desde luego deberían tener derecho a casarse, divorciarse y recasarse como el resto. Una Iglesia que no sea cerril ante el derecho de la mujer a decidir sobre lo que ocurre en su seno, a la manipulación de embriones humanos, a la aparición de nuevas formas legales de familia, a la laicidad en la educación.
Una Iglesia que no sea tan prepotente como para pretender ser la custodiadora de la verdad y que esté abierta a la idea de que casi todas las religiones son salvíficas. Una Iglesia donde sus miembros no tengan que pasar por el trauma del confesionario, pues además de que la idea del pecado está un tanto desfasada, siempre se puede acudir a confesiones comunitarias donde no haya necesidad de confesar las faltas personas. Una Iglesia que comprenda que sus misioneros deben de dedicarse sólo a atender las necesidades materiales y físicas de los más necesitados, pero sin hacer proselitismo en favor de la fe cristiana.
Una Iglesia que se dedique a defender a los pobres proponiendo políticas que todavía no han demostrado ser eficaces en país alguno, pero que sin duda lo serán porque así debe ser. Una Iglesia pacifista, en la cual desaparezca cualquier doctrina sobre la guerra justa. Una Iglesia que pida perdón por haber creído todo lo que creyó durante siglos......
...... Una Iglesia que deje de ser la Iglesia Santa, Católica, Apostólica y Romana.
Lutero tenía razón:
"Hay tantas sectas y opiniones como cabezas. Este niega el bautismo; el de más allá cree que hay otro mundo en el nuestro y el día del juicio. Unos dicen que Jesucristo no es Dios; otros dicen lo que se les antoja. No hay palurdo ni patán que no considere inspiración del cielo lo que no es más que sueño y alucinación suya."
Luis Fernando Pérez Bustamante
Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/coradcorloquitur.php/2007/01/22/la_iglesia_sonada
22.01.07 @ 12:22:55. Archivado en Sociedad siglo XXI
Hablo de la Iglesia soñada por muchos. Una Iglesia donde la moral sexual sea respetuosa con las opciones personales y no se condene la homosexualidad, la poligamia, la poliandria, etc. Una Iglesia que regale condones a la salida de cada celebración comunitaria, en especial a los jóvenes y a las parejas con dificultades económicas. Una Iglesia donde la liturgia sea modificada en base a los gustos de cada comunidad parroquial y no esté aprisionada por normas arcaicas. Una Iglesia donde no haya discriminación entre hombres y mujeres, de tal manera que éstas puedan acceder al sacerdocio, el episcopado y, ¿por qué no?, también al papado.
Una Iglesia donde el dogma pase a ser proscrito, pues impide la libertad de conciencia al obligar a todos a aceptarlo para ser miembros de la comunidad. Una Iglesia donde el Código de Derecho Canónico pase a ser una reliquia impía, recuerdo de un pasado de opresión. Una Iglesia que niegue la posibilidad de condenación eterna y se oponga a la existencia de un infierno que, sin duda, es contrario a la idea de un Dios bueno, misericordioso y guay. Una Iglesia consciente de que su libro sagrado, como el resto de libros sagrados, no deja de ser una colección de mitos moralizantes con cierto ropaje de verosimilitud histórica, que en todo caso no es testigo fiable de hechos históricos.
Una Iglesia donde sea cada vez más tenue la línea que separa a los laicos de los ministros ordenados, quienes desde luego deberían tener derecho a casarse, divorciarse y recasarse como el resto. Una Iglesia que no sea cerril ante el derecho de la mujer a decidir sobre lo que ocurre en su seno, a la manipulación de embriones humanos, a la aparición de nuevas formas legales de familia, a la laicidad en la educación.
Una Iglesia que no sea tan prepotente como para pretender ser la custodiadora de la verdad y que esté abierta a la idea de que casi todas las religiones son salvíficas. Una Iglesia donde sus miembros no tengan que pasar por el trauma del confesionario, pues además de que la idea del pecado está un tanto desfasada, siempre se puede acudir a confesiones comunitarias donde no haya necesidad de confesar las faltas personas. Una Iglesia que comprenda que sus misioneros deben de dedicarse sólo a atender las necesidades materiales y físicas de los más necesitados, pero sin hacer proselitismo en favor de la fe cristiana.
Una Iglesia que se dedique a defender a los pobres proponiendo políticas que todavía no han demostrado ser eficaces en país alguno, pero que sin duda lo serán porque así debe ser. Una Iglesia pacifista, en la cual desaparezca cualquier doctrina sobre la guerra justa. Una Iglesia que pida perdón por haber creído todo lo que creyó durante siglos......
...... Una Iglesia que deje de ser la Iglesia Santa, Católica, Apostólica y Romana.
Lutero tenía razón:
"Hay tantas sectas y opiniones como cabezas. Este niega el bautismo; el de más allá cree que hay otro mundo en el nuestro y el día del juicio. Unos dicen que Jesucristo no es Dios; otros dicen lo que se les antoja. No hay palurdo ni patán que no considere inspiración del cielo lo que no es más que sueño y alucinación suya."
Luis Fernando Pérez Bustamante
Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/coradcorloquitur.php/2007/01/22/la_iglesia_sonada