LA IGLESIA EVANGÉLICA, LA MÁS CATÓLICA.

28 Febrero 1999
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LA IGLESIA EVANGÉLICA, LA MÁS CATÓLICA.
Nadie podría negar que en los papeles la Iglesia Católica Romana -junto a/o además de la Iglesia Ortodoxa- tiene credenciales más que suficientes para probar su unidad y catolicidad, salvo idéntica pretensión por parte de los ortodoxos. ¡Menudo problema mientras no se clarifique la situación o se concrete la fusión en una misma organización! (Pretensión igualitaria que recuerda a los tres Papas simultáneos del siglo XV).
La iglesia evangélica, por el contrario, no sólo carece de papeles que garanticen tal cosa, sino que los que hay sólo sirven para probar lo contrario.
Los papeles que acreditan la Unidad y Catolicidad de la ICR (con o sin la ortodoxa) están en los textos de historia, la literatura patrística, en las obras de los Doctores de la Iglesia, en las Actas de los Concilios, en las encíclicas papales, en los documentos pontificios, en el Catecismo, etc.
La ausencia de los papeles protestantes en tal sentido (de Unidad y Catolicidad) es absoluta; pues más nos vale no mostrar los que tenemos pues haríamos un gran papelón: sólo demostraríamos la gran diversidad de doctrinas, formas y prácticas.
Siendo esto así, parecería que estoy probando lo contrario de lo que pretendo. ¡Sí... parecería ser así! ¡Pero no es!
Antes que mis propios hermanos me expulsen de este Tópico por romanista encubierto o jesuíta disfrazado aclararé la situación.
La Catolicidad y Unidad de los católicos romanos ( y/o ortodoxos) solamente existe en la ficción novelesca de aquellos papeles, que por amarillentos y arrugados que se hayan puesto, en nada cambian la realidad. Que los decretos de todo eso luzcan en sendos volúmenes en las bibliotecas de católicos acaudalados, colegios, museos, monasterios y casas parroquiales, no los ha dejado impresos sin embargo en la conciencia colectiva de un pueblo religioso que ni sabe siquiera lo que cree.
Si hablamos de Catolicidad, la tan mentada universalidad de esa "fe" es desmentida por el sincretismo que desde muy antiguo se fue operando, y que comenzando en Roma subió hacia los germanos y normandos, se extendió hacia el lejano oriente confundiéndose con las milenarias religiones de la India, China y Japón, y luego cruzó el Océano "catolizando" prácticas amerindias y africanas, como sucede en Haití y Brasil. Como dije en mi primer mensaje de este epígrafe, las devociones populares cuestionadas formalmente por las autoridades eclesiásticas, pero consentidas y fomentadas siempre por cada cura párroco del lugar, ha dado lugar a una multiplicidad de "devociones" que excede la variedad de toda la gama protestante, con la salvedad, todavía, que estos realizan un culto auténticamente cristiano y espiritual, muy lejos del paganismo y satanismo mezclado con prácticas idolátricas.
Si hablamos de Unidad, cualquiera que entre a una misa católica, entrará, saldrá y nadie se dará cuenta de quien es, cómo está o qué vino a hacer. Allí nadie conoce a nadie, ni tampoco hay interés en ello. Sé que ahora muchos católicos del Foro podrán testimoniar que en su comunidad no es así, sino todo lo contrario. ¡Es cierto! Me consta que por lo menos aquí en América los católicos están tomando de modelo a las iglesias evangélicas e imitan cuanto pueden nuestras prácticas. Pero no hablo conforme a las excepciones que se dan por influencia del testimonio de los evangélicos, sino por lo que es común, tradicional y corriente por todo el mundo donde el catolicismo romano sobrevive lo mejor que puede.
Pues bien, ahora le llega el turno de acreditar su Catolicidad y Unidad a esta iglesia evangélica que en los papeles va muerta, pues los que hay van en su contra. ¿Cuáles son pues sus credenciales?
1 - La más visible es su apego a la Sagrada Escritura como Palabra de Dios. Aun cuando haya diversidad de interpretaciones, lo importante es que la Biblia rige la conciencia individual y colectiva de los evangélicos. Aunque algunos puedan enseñar cosas incorrectas y otros puedan fracasar en la práctica de la sana doctrina, lo cierto es que la generalidad de los evangélicos en todas partes del mundo exhiben vidas que son ejemplos para toda la sociedad.
2 - El Espíritu Santo es invisible, pero sus frutos y resultados son patentes en todas las iglesias evangélicas de cualquier o de ninguna denominación. Algunos le contristan, otros le apagan y aún le ofenden y resisten, pero es innegable la realidad de la unción espiritual en los cultos de oración y alabanza cuando la presencia del Señor es notoria en medio de los congregados a Su nombre. Al abrirse las Escrituras y tronar la voz del predicador desde el púlpito, parecen ser ecos de los profetas y los apóstoles de antaño. Cuando borrachos, ladrones, mujerzuelas, y toda la escala de la ralea humana perdida por el pecado son convertidos a Jesucristo, y confesando su nombre son perdonados por su sangre, y bautizados y congregados en la iglesia pasan a ser personas totalmente nuevas y ciudadanos útiles a la sociedad, ¿cómo podríamos negar que verdaderamente Dios está con nosotros?
3 - Y mi tercer punto es la vida. No importa la raza, el color, el idioma, la posición social o cualquier otra contingencia terrenal. Hay una comunión de vida que nos une en el amor fraternal. Y esta Unidad en Cristo, Unidad que no somos llamados a lograr sino a guardar pues en Cristo y por El esta Unidad ya la realizó, es perfecta, visible, tangible y práctica por todas partes del mundo. Así que la Catolicidad en ese sentido de Universalidad es una marca tan patente y evidente de la iglesia evangélica como lo es su perfecta Unidad. Y esta Unidad y Catolicidad no deja fuera de la misma a ningún auténtico hijo de Dios, aun cuando se apellide de cristiano católico u ortodoxo.
Y finalmente, cualquiera que esté en la iglesia evangélica, sabe positivamente, que ésta (no por protestante ni evangélica sino por estar edificada sobre la Roca) es columna y baluarte de la verdad.
La Iglesia Católica (con o sin la Ortodoxa) no es más que un deteriorado zócalo que conserva todavía algunas antiguas verdades. Pero de allí a ser columna y baluarte de la verdad hay una distancia tan grande, que el grito de tal pretensión es ahogado por el peso de la Escritura, la historia y la sangre de tantos mártires de su absolutismo.
Mi más profundo respeto y amor fraternal hacia sacerdotes, monjas y seglares que me consta que pertenecen al Señor no menos que yo, no me puede inhibir de proclamar esta verdad a todos los vientos.
Recojo pues el guante que se arrojó en uno de los tópicos desafiando a un "guapo" que pudiera afirmar y sostener lo que aquí afirmo y sostengo. Y si éste (lamentablemente) es un reducto evangélico donde no son bienvenidos los católicos, dispuesto estoy a debatir este asunto en el epígrafe apropiado.(Me refería a SOLO PARA EVANGÉLICOS).
Que el Señor abra la mente de los católicos y los corazones de los evangélicos.
Ricardo.
 
LA IGLESIA EVANGÉLICA, LA MÁS CATÓLICA.

Ricardo:
Nadie podría negar que en los papeles la Iglesia Católica Romana -junto a/o además de la Iglesia Ortodoxa- tiene credenciales más que suficientes para probar su unidad y catolicidad, salvo idéntica pretensión por parte de los ortodoxos. ¡Menudo problema mientras no se clarifique la situación o se concrete la fusión en una misma organización! (Pretensión igualitaria que recuerda a los tres Papas simultáneos del siglo XV).

Luis:
Problema que acabará solucionado por un concilio. Como siempre.

Ricardo:
La iglesia evangélica, por el contrario, no sólo carece de papeles que garanticen tal cosa, sino que los que hay sólo sirven para probar lo contrario.

Luis:
EXACTO. Pero es que esos papeles salen precisamente de las fuentes protestantes. No hay más que acudir a lo que decían Lutero y Calvino sobre la desunión entre los protestantes para ver que las cosas son como son y no como algunos quieren verlo.

Ricardo:
Los papeles que acreditan la Unidad y Catolicidad de la ICR (con o sin la ortodoxa) están en los textos de historia, la literatura patrística, en las obras de los Doctores de la Iglesia, en las Actas de los Concilios, en las encíclicas papales, en los documentos pontificios, en el Catecismo, etc.
La ausencia de los papeles protestantes en tal sentido (de Unidad y Catolicidad) es absoluta; pues más nos vale no mostrar los que tenemos pues haríamos un gran papelón: sólo demostraríamos la gran diversidad de doctrinas, formas y prácticas.

Luis:
Yo no lo habría dicho mejor

Ricardo:
Siendo esto así, parecería que estoy probando lo contrario de lo que pretendo. ¡Sí... parecería ser así! ¡Pero no es!

Luis:
O sea, no es lo que parece sino lo que no parece. Si ya a los cristianos nos va a costar el creer que es lo que no parece que es, ¿qué no le costará a un incrédulo el ver lo que no parece que es?

Ricardo:
Antes que mis propios hermanos me expulsen de este Tópico por romanista encubierto o jesuíta disfrazado aclararé la situación.
La Catolicidad y Unidad de los católicos romanos ( y/o ortodoxos) solamente existe en la ficción novelesca de aquellos papeles, que por amarillentos y arrugados que se hayan puesto, en nada cambian la realidad. Que los decretos de todo eso luzcan en sendos volúmenes en las bibliotecas de católicos acaudalados, colegios, museos, monasterios y casas parroquiales, no los ha dejado impresos sin embargo en la conciencia colectiva de un pueblo religioso que ni sabe siquiera lo que cree.

Luis:
Ooolé. ¡¡¡Cómo se nota que Ricardo conoce a TODOS los católicos!!! Si mal no le entiendo, está diciendo que la Iglesia católica no tiene conciencia de ser pueblo religioso.
Eso sí, Ricardo NECESITA llamar ficción novelesca a aquellos papeles. Si no, su sistema argumental se le viene abajo.

Ricardo:
Si hablamos de Catolicidad, la tan mentada universalidad de esa "fe" es desmentida por el sincretismo que desde muy antiguo se fue operando, y que comenzando en Roma subió hacia los germanos y normandos, se extendió hacia el lejano oriente confundiéndose con las milenarias religiones de la India, China y Japón, y luego cruzó el Océano "catolizando" prácticas amerindias y africanas, como sucede en Haití y Brasil.

Luis:
Lo que para Ricardo es una muestra de sincretismo, para Newman es una cristianización de costumbres. Es una inculturización de la fe cristiana. Es un “hacerse judío a los judío y griego a los griegos”.

Ricardo:
Como dije en mi primer mensaje de este epígrafe, las devociones populares cuestionadas formalmente por las autoridades eclesiásticas, pero consentidas y fomentadas siempre por cada cura párroco del lugar, ha dado lugar a una multiplicidad de "devociones" que excede la variedad de toda la gama protestante, con la salvedad, todavía, que estos realizan un culto auténticamente cristiano y espiritual, muy lejos del paganismo y satanismo mezclado con prácticas idolátricas.

Luis:
Ciertamente habría que delimitar si ciertas prácticas de algunos evangélicos de hoy en dái no están influidas por el neopaganismo de la Nueva Era, pero en cualquier caso, la diferencia ENORME está en que mientras lo que muchas iglesias evangélicas practican SE ACABA CONVIRTIENDO EN DOCTRINA, sin embargo, la Iglesia católica no tiene un diferente cuerpo doctrinal según el país donde esté. Es el mismo para todos los católicos

Ricardo:
Si hablamos de Unidad, cualquiera que entre a una misa católica, entrará, saldrá y nadie se dará cuenta de quien es, cómo está o qué vino a hacer. Allí nadie conoce a nadie, ni tampoco hay interés en ello. Sé que ahora muchos católicos del Foro podrán testimoniar que en su comunidad no es así, sino todo lo contrario. ¡Es cierto! Me consta que por lo menos aquí en América los católicos están tomando de modelo a las iglesias evangélicas e imitan cuanto pueden nuestras prácticas.

Luis:
En España no hay apenas iglesias evangélicas a las que imitar. Por tanto, ¿de quién “copian”? Los kikos, o neocatecumenales, ¿son fotocopia de alguna iglesia evangélica?
Mal irán las cosas en la IC de Latinoamérica si se dedican en un futuro a copiar de los evangélicos.

Ricardo:
Pero no hablo conforme a las excepciones que se dan por influencia del testimonio de los evangélicos, sino por lo que es común, tradicional y corriente por todo el mundo donde el catolicismo romano sobrevive lo mejor que puede.
Pues bien, ahora le llega el turno de acreditar su Catolicidad y Unidad a esta iglesia evangélica que en los papeles va muerta, pues los que hay van en su contra. ¿Cuáles son pues sus credenciales?
1 - La más visible es su apego a la Sagrada Escritura como Palabra de Dios. Aun cuando haya diversidad de interpretaciones, lo importante es que la Biblia rige la conciencia individual y colectiva de los evangélicos. Aunque algunos puedan enseñar cosas incorrectas y otros puedan fracasar en la práctica de la sana doctrina, lo cierto es que la generalidad de los evangélicos en todas partes del mundo exhiben vidas que son ejemplos para toda la sociedad.

Luis:
Pero resulta que esa diversidad de interpretaciones es un testimonio MORTAL contra la propia Palabra de Dios, ya que el mundo puede pensar que esa Palabra no es tan fiable como dicen aquellos que la defienden con todas sus fuerzas pero luego no son capaces de ponerse de acuerdo sobre lo que esa Palabra enseña.

Ricardo:
2 - El Espíritu Santo es invisible, pero sus frutos y resultados son patentes en todas las iglesias evangélicas de cualquier o de ninguna denominación. Algunos le contristan, otros le apagan y aún le ofenden y resisten, pero es innegable la realidad de la unción espiritual en los cultos de oración y alabanza cuando la presencia del Señor es notoria en medio de los congregados a Su nombre. Al abrirse las Escrituras y tronar la voz del predicador desde el púlpito, parecen ser ecos de los profetas y los apóstoles de antaño. Cuando borrachos, ladrones, mujerzuelas, y toda la escala de la ralea humana perdida por el pecado son convertidos a Jesucristo, y confesando su nombre son perdonados por su sangre, y bautizados y congregados en la iglesia pasan a ser personas totalmente nuevas y ciudadanos útiles a la sociedad, ¿cómo podríamos negar que verdaderamente Dios está con nosotros?

Luis:
Aquí no se está discutiendo el que Dios esté entre vosotros. Lo que se discute es que vosotros deis el testimonio que Cristo quiere que su Iglesia de ante el mundo. Un testimonio de unidad visible de forma que el mundo, al ver que sois unos como Cristo y el Padre son uno, CREA.

Ricardo:
3 - Y mi tercer punto es la vida. No importa la raza, el color, el idioma, la posición social o cualquier otra contingencia terrenal. Hay una comunión de vida que nos une en el amor fraternal. Y esta Unidad en Cristo, Unidad que no somos llamados a lograr sino a guardar pues en Cristo y por El esta Unidad ya la realizó, es perfecta, visible, tangible y práctica por todas partes del mundo. Así que la Catolicidad en ese sentido de Universalidad es una marca tan patente y evidente de la iglesia evangélica como lo es su perfecta Unidad. Y esta Unidad y Catolicidad no deja fuera de la misma a ningún auténtico hijo de Dios, aun cuando se apellide de cristiano católico u ortodoxo.

Luis:
No es visible lo que no se puede ver. Los evangélicos creen que por el hecho de que ellos se sienten UNA SOLA IGLESIA a pesar de sus patentes diferencias doctrinales, el mundo ya va a aceptar que son una sola iglesia. Pero las cosas no son así. El testimonio VISIBLE del mundo evangélico no es la unidad, sino la división. Y hay que estar MUY CIEGO para no darse cuenta que eso es lo que el mundo ve. Entre vosotros podéis proclamar a los cuatro vientos que sois una sola Iglesia. Pero lo que un incrédulo ve cuando analiza el mundo protestante no es lo que proclamáis, sino que ve miles de denominaciones diferentes.

Ricardo:
Y finalmente, cualquiera que esté en la iglesia evangélica, sabe positivamente, que ésta (no por protestante ni evangélica sino por estar edificada sobre la Roca) es columna y baluarte de la verdad.
La Iglesia Católica (con o sin la Ortodoxa) no es más que un deteriorado zócalo que conserva todavía algunas antiguas verdades. Pero de allí a ser columna y baluarte de la verdad hay una distancia tan grande, que el grito de tal pretensión es ahogado por el peso de la Escritura, la historia y la sangre de tantos mártires de su absolutismo.

Luis:
Si vamos a hablar de sangre de mártires podemos empezar por contar la sangre derramada por protestantes en Europa, Norteamérica y otros lugares, ¿te parece, Ricardo?
Cuando se recurre al discurso demagógico y grandilocuente es porque se necesita rodear de adornos lo que por sí solo tiene una apariencia muy escuálida.

Ricardo:
Mi más profundo respeto y amor fraternal hacia sacerdotes, monjas y seglares que me consta que pertenecen al Señor no menos que yo, no me puede inhibir de proclamar esta verdad a todos los vientos.
Recojo pues el guante que se arrojó en uno de los tópicos desafiando a un "guapo" que pudiera afirmar y sostener lo que aquí afirmo y sostengo.
Que el Señor abra la mente de los católicos y los corazones de los evangélicos.
Ricardo.

Luis:
Amén

Dios te bendiga
 
Estimado Ricardo,

Hay aspectos interesantes en tu mensaje. Por ejemplo el hecho de que algunas comunidades católicas adoptan patrones funcionales parecidos a los de las comunidades evangélicas. Es una realidad que he comprobado en mi propia ciudad, en concreto para “hacer frente” a la “competencia” proveniente de una iglesia evangélica vecina (Luis, es una verdad objetiva y comprobada, ignoro el alcance que este efecto tiene, pero existe y existe en una ciudad como la Barcelona mediterránea. Dudarlo o negarlo sería hacerme mentiroso).
Ricardo muy acertado el último párrafo.


Estimado Luis,
De nuevo citas peyorativamente a Lutero y Calvino, así como otros hijos de la reforma, aún a sabiendas de que lo mismo (o más) puede decirse de la IC.
¿Porqué meterse de nuevo en un callejón sin salida?


Vuestro hermano en Cristo.
Tomás.

PD. Ricardo te envíe mi dirección de E-mail. Un fuerte abrazo.
 
Tomás, yo ya sé lo que pasa y pasó en mi Iglesia. Y lo asumo. El problema es que otros ni saben ni quieren saber lo que pasó con los reformadores. Por tanto, no pueden asumirlo porque niegan la mayor.
La labor de concienciar a tus hermanos será ardua, pero merece la pena.

Dios te bendiga
 
comparar lo malo que hiso,algun reformador ,con la bendicion de independisar, naciones de la anarquia romana,no tiene comparacion.
julio.
 
LUIS FERNANDO: Acabo de llegar y ya es media
noche en mi país. Acabo de leer tu mensaje y
procuraré darle respuesta a la mañana. Como
me levanté hoy bien temprano y el sueño me
vence, necesitaré estar bien despabilado
para contestarte como corresponde.
TOMAS: Recibí tu E-Mail y te escribiré en
cuanto pueda.
El Señor os bendiga.
Ricardo.
 
:eek Ya te extrañaba, ¿donde te habias metido?

CPerdomo

_______________
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén
 
LUIS FERNANDO: Respondo enumerando los puntos por orden:
1 - Con un concilio o sin él, sin duda que ese "problema" se solucionará, ya que es necesaria la unión del catolicismo romano con los ortodoxos y el protestantismo apóstata para la formación de la Anti-iglesia que responderá al sistema del Anticristo cuando la verdadera Iglesia haya sido arrebatada de este mundo.
2 - Tienes razón en que Lutero y Calvino ya señalaban el problema de
la desunión entre los protestantes. Estos no han disimulado nunca esa
realidad, pues la perfecta unidad en Cristo en una misma fe y un solo
Espíritu siempre necesita expresarse en toda su extensión imaginable.
3 - No soy omnisciente como para conocer a todos y cada uno de los
católicos. Cuando hablo de "conciencia colectiva" me refiero a lo que
expresan la generalidad de todos aquellos que, llamándose y creyéndose
católicos, tratamos con ellos diariamente en cualquier parte donde nos
encontramos y comienza una conversación. Por supuesto que mis amigos católicos tienen otro entendimiento y una conciencia cristiana
bien formada, pero ellos constituyen casos excepcionales, como los de
algunos católicos en este y otros foros.
4 - Una cosa es la adaptación transcultural del propio misionero que se
identifica con la idiosincrasia del pueblo al que evangeliza, esmerándose
por ser uno más entre ellos pero sin resignar ningún principio divino, y
otra muy distinta revestir las prácticas paganas con ropajes cristianos.
Lamentablemente ignoro si tendré ocasión en la eternidad de discutir ese punto con Newman.
5 - Cuando aparece en el mundo alguna influencia (como la Nueva Era)
tiende a impregnar todo lo que es permeable, tanto a evangélicos como a católicos. La unidad del cuerpo doctrinal católico es prácticamente innocua a la hora de preservar una comunidad de esas influencias, pues
son muy pocos los que están en conocimiento de ese cuerpo doctrinal.
Los evangélicos, en cambio, más celosos de las Escrituras, tienen armas
más apropiadas y siempre listas para detectar y atacar el error.
Admito que los católicos vienen avanzando en tal sentido, mientras los
evangélicos parecen haberse dormido en los laureles de un conocimiento bíblico que no los distingue tanto hoy como antes; pero
todavía falta mucho para que aquellos (en su generalidad) se aproximen
a éstos.
6 - Bastantes cosas que he leído de F.Amatulli en "Apóstoles de la Palabra" y con las que estoy de acuerdo, así como los emprendimientos
evangelísticos de mi simpático hermano KAROLUSIN, son la versión
católica de métodos evangélicos reconocidos como eficaces por aquellos. ¿Recuerdas aquella nota periodística (secular) que decía no
diferenciarse los mensajes de Fray Nelson de los predicadores cristianos
evangélicos? ¡Gloria a Dios por ello! ¡Qué emoción fue para mí ver una
misa carismática (por TV) desde la iglesia Catedral de Montevideo donde se cantaban himnos clásicos evangélicos!
7 - Esa diversidad de interpretaciones de la Palabra que tú le apuntas a
los protestantes, lejos de ser un testimonio mortal es la evidencia de que para nosotros "la palabra de Dios es viva y eficaz" (Heb.4:12).
Además, nuestras discrepancias, pese a no ser pocas, tampoco son con
todos los textos y doctrinas. En todo caso, hemos hecho nuestra propia elección: preferimos correr
el riesgo a equivocarnos siguiendo lo que creemos ser la guía del Espíritu dictando su Verdad en nuestras conciencias, que someternos
servilmente a quienes arrogándose autoridad y tradición apostólica,
piensan, discuten y formulan el dogma que han de seguir los demás.
Si en el Tribunal de Cristo he de ser corregido por el Señor, prefiero
que lo sea por haberme equivocado yo mismo, y no por haberme atado
al error de otros. Será mejor que el Señor me diga: "Erráis ignorando
las Escrituras" (Mt.22:29) a que me recuerde: "Maldito el varón que
confía en el hombre, y pone carne por su brazo..." (Jer.17:5).
8 - Nosotros somos los primeros en deplorar el espíritu sectario que
discrimina entre los cristianos. ¿Acaso no es en cumplimiento a Juan
17:21-23, que miles de latinoamericanos diariamente están saliendo
del mundo creyendo que el Hijo es el enviado del Padre? Nosotros los
evangélicos somos tan conscientes como los entendidos católicos de
las divisiones de que nos acusan, y que deploramos; pero el mundo que
nos rodea, formado mayoritariamente de católicos profesantes, ven un
amor y una unidad entre los evangélicos que dicen no haber conocido
jamás entre los católicos. Por supuesto que a mí me consta que en aquella y en otra comunidad carismática acontece algo similar, pero todavía esto es algo excepcional. En mi país es común que cualquiera
del pueblo (ateo, indiferente o católico) elogie a los evangélicos con
su muy escaso conocimiento de ellos: "¡Son como los judíos muy
unidos; se casan y ayudan entre ellos!". El que menos sabe de los evangélicos, a lo menos les reconoce ésto. Cuando se arrima a una
iglesia evangélica, el clima de unidad espiritual les impacta fuertemente.
Que un mayor conocimiento muestre luego tristes fracasos en este
aspecto, no alcanza a desmentir una realidad reconocida por todos.
9 - Cuando hablo de mártires del absolutismo religioso ambos sabemos
a que nos referimos. En todo caso, los pequeños emuladores de aquel
reaccionaron en la forma que siempre vieron actuar a sus padres y
abuelos espirituales. Pero los descendientes de Enrique VIII, Lutero y
Calvino son los que acaban de empujar una misma puerta con Juan
Pablo II. Dios los cría, y ellos se juntan.
No intentaré vigorizar la escuálida apariencia de mi discurso, porque
el poder de Dios se perfecciona en mi debilidad.
El Señor te bendiga.
Ricardo.
 
He estado ausente por varios días, y para mi
sorpresa hallo que ningún católico se ha
dignado intentar siquiera refutar algún punto
de mi premisa.
Por amor a la verdad y la justicia he
cuestionado a mis hermanos evangélicos más
radicales que ni siquiera quieren ver ni en
foto a los apologistas católicos en este
Foro. He defendido la libre participación de
los católicos en cuantos tópicos quieran
debatir. Y ahora me pregunto: ¿Es que son
masoquistas? ¿Les gusta entrar en aquellas
polémicas donde puedan chillar a gusto por
las agresiones de los evangélicos, pero
pierden interés si se les trata con
consideración y respeto?
¿Es que si Luis Fernando no asume la defensa
del punto de vista católico los demás no se
atreven, a menos que se les garantice toda
suerte de golpes y maltratos?
Mi ausencia se debió a que participé en un
campamento de las Asambleas de Dios donde
compartí la enseñanza de la Palabra, e
inmediatamente de finalizar el mismo fui a
predicar a una iglesia bautista. Les digo
esto, pues no siendo yo ni pentecostal ni
bautista, sino que como muchos ya saben soy
un cristiano no denominacionalista que me
reúno en una Asamblea de los así llamados
(por otros) "hermanos libres", sin embargo no
experimenté nada de las barreras
denominacionales conque los católicos insisten en marcar las múltiples divisiones
del cristianismo evangélico.
Durante este fin de semana comprobé una vez
más en mi propia experiencia, que La IGLESIA
EVANGÉLICA ES LA MÁS CATÓLICA, y acaso deba
agregar también -contra todas las apariencias-, también la más UNIDA.
Ricardo.
 
Ricardo, debido al enorma jaleo que ha habido en este foro en los últimos días no he entrado en algunos epígrafes como este o el del dispensacionalismo.
Espero poder responderte mañana tranquilamente.
Sí sería bueno que algún otro católico decidiera intervenir porque yo no puedo estarme 20 horas diarias respondiendo en este u otros foros a los argumentos de los no católicos
 
LUIS FERNANDO: Agradezco tu explicación
aunque sobraba, dado el jaleo al que te
referías. Por eso mismo no te reproché a tí
que te hallabas tan involucrado en el mismo,
sino que me extrañó la falta de reacción de
otros que estaban más sueltos para hacerlo.
De todos modos, preveo que lamentablemente el
alto nivel de discusión al que nos tenías
acostumbrado ahora descenderá, dado que no
hace ningún bien enfrascarse en una gresca
descomunal, en la que sólo disfrutan quienes
se saben incapaces de debatir en un plano
escritural y de sensatez.
Reitero mi antiguo consejo que hará bien a tu
salud física y espiritual: selecciona
aquellos tópicos que te lleven a una serena
reflexión del texto de las Escrituras, y a
esperar en Dios, en oración, por más luz y
mejor entendimiento.
El Señor te bendiga y guarde en su paz y amor
Ricardo.
 
Ricardo:
1 - Con un concilio o sin él, sin duda que ese "problema" se solucionará, ya que es necesaria la unión del catolicismo romano con los ortodoxos y el protestantismo apóstata para la formación de la Anti-iglesia que responderá al sistema del Anticristo cuando la verdadera Iglesia haya sido arrebatada de este mundo.

Luis:
Sin comentarios. Tu posición escatológica no la he compartido nunca así que emjor no enredarnos en ese tema.

Ricardo:
2 - Tienes razón en que Lutero y Calvino ya señalaban el problema de la desunión entre los protestantes. Estos no han disimulado nunca esa realidad, pues la perfecta unidad en Cristo en una misma fe y un solo Espíritu siempre necesita expresarse en toda su extensión imaginable.

Luis:
Bien, y aparte de no disimular esa realidad, ¿qué crees tú que han hecho por evitarla?

Ricardo:
3 - No soy omnisciente como para conocer a todos y cada uno de los católicos. Cuando hablo de "conciencia colectiva" me refiero a lo que expresan la generalidad de todos aquellos que, llamándose y creyéndose
católicos, tratamos con ellos diariamente en cualquier parte donde nos encontramos y comienza una conversación. Por supuesto que mis amigos católicos tienen otro entendimiento y una conciencia cristiana
bien formada, pero ellos constituyen casos excepcionales, como los de algunos católicos en este y otros foros.

Luis:
Yo debo de tener muchas suerte porque estoy conociendo a tal cantidad de católicos con la conciencia cristiana bien formada que casi podría decir que son excepcionales los que no la tienen. Pero reconozco que la mayoría no es como los que yo conozco.

Ricardo:
4 - Una cosa es la adaptación transcultural del propio misionero que se identifica con la idiosincrasia del pueblo al que evangeliza, esmerándose por ser uno más entre ellos pero sin resignar ningún principio divino, y otra muy distinta revestir las prácticas paganas con ropajes cristianos.

Luis:
Pues ahí es donde tendríamos que establecer el debate algún día si queremos discernir la validez o no de las acusaciones de paganismo que se lanzan contra la Iglesia católica.

Ricardo:
Lamentablemente ignoro si tendré ocasión en la eternidad de discutir ese punto con Newman.

Luis:
Yo creo que sí,
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Ricardo:
5 - Cuando aparece en el mundo alguna influencia (como la Nueva Era) tiende a impregnar todo lo que es permeable, tanto a evangélicos como a católicos. La unidad del cuerpo doctrinal católico es prácticamente innocua a la hora de preservar una comunidad de esas influencias, pues son muy pocos los que están en conocimiento de ese cuerpo doctrinal.

Luis:
No, Ricardo. Precisamente ahora se puede ver la eficacia del cuerpo doctrinal católico a la hora de defenderse de algo tan "invasivo" como es la Nueva Era. Es cierto que no son pocos los católicos, sacerdotes y teólogos incluídos, que han sido afectados por ese movimiento pseudo-espiritual, pero el cuerpo doctrinal católico PERMANECE INTACTO. ¿Podemos decir lo mismo de la influencia de la Nueva Era en sectores del cristianismo evangélico? Evidentemente NO.

Ricardo:
Los evangélicos, en cambio, más celosos de las Escrituras, tienen armas más apropiadas y siempre listas para detectar y atacar el error.

Luis:
Los protestantes con raigambre histórico tiene más armas que los que son de raíz tierna, entre otras cosas porque los primeros son más dogmáticos. Algunos tienen hasta su propio catecismo. Pero lo cierto es que dentro del protestantismo no hay una autoridad real y efectiva de oposición a las influencias de invasiones como las de la Nueva Era. Yo lo diría de una forma muy gráfica: "mucho ruido, pocas nueces". Muchos libros en contra de la influencia de la Nueva Era, pero pocas posibilidades reales de atajar el problema desde su raíz.

Ricardo:
Admito que los católicos vienen avanzando en tal sentido, mientras los evangélicos parecen haberse dormido en los laureles de un conocimiento bíblico que no los distingue tanto hoy como antes; pero todavía falta mucho para que aquellos (en su generalidad) se aproximen a éstos.

Luis:
Cada vez menos. Ya hablaremos dentro de 10-15 años si el Señor nos da vida hasta entonces.

Ricardo:
6 - Bastantes cosas que he leído de F.Amatulli en "Apóstoles de la Palabra" y con las que estoy de acuerdo, así como los emprendimientos evangelísticos de mi simpático hermano KAROLUSIN, son la versión
católica de métodos evangélicos reconocidos como eficaces por aquellos. ¿Recuerdas aquella nota periodística (secular) que decía no diferenciarse los mensajes de Fray Nelson de los predicadores cristianos
evangélicos? ¡Gloria a Dios por ello! ¡Qué emoción fue para mí ver una misa carismática (por TV) desde la iglesia Catedral de Montevideo donde se cantaban himnos clásicos evangélicos!

Luis:
Yo no acabo de compartir muchos aspectos del mensaje de Amatulli pero respecto a Nelson, ¿qué te voy a decir que no sepas? Tengo en mi casa algunas cintas de audio con sus predicaciones y es IMPRESIONANTE. A él le encaja a la perfección el pertenecer a la Orden de los Predicadores,
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Ricardo:
7 - Esa diversidad de interpretaciones de la Palabra que tú le apuntas a los protestantes, lejos de ser un testimonio mortal es la evidencia de que para nosotros "la palabra de Dios es viva y eficaz" (Heb.4:12).

Luis:
Para vosotros es posible. Para el mundo es un testimonio de que no sois capaces de poneros de acuerdo sobre el libro al que tanto alabáis.

Ricardo:
Además, nuestras discrepancias, pese a no ser pocas, tampoco son con todos los textos y doctrinas. En todo caso, hemos hecho nuestra propia elección: preferimos correr
el riesgo a equivocarnos siguiendo lo que creemos ser la guía del Espíritu dictando su Verdad en nuestras conciencias, que someternos servilmente a quienes arrogándose autoridad y tradición apostólica, piensan, discuten y formulan el dogma que han de seguir los demás.

Luis:
Pero es que resulta que la Palabra nos llama a someternos los unos a los otros y también a las autoridades. No se trata de que no se pueda pensar o abrir la boca contra lo que dicen tales autoridades. Pero claro, no podemos estar abriendo el melón de la interpretación doctrinal cada dos por tres cuando la Iglesia ha fijado doctrinas y dogmas desde hace mucho tiempo atrás.

Ricardo:
Si en el Tribunal de Cristo he de ser corregido por el Señor, prefiero que lo sea por haberme equivocado yo mismo, y no por haberme atado al error de otros. Será mejor que el Señor me diga: "Erráis ignorando
las Escrituras" (Mt.22:29) a que me recuerde: "Maldito el varón que
confía en el hombre, y pone carne por su brazo..." (Jer.17:5).

Luis:
Bien, me parece muy aceptable esa actitud.

Ricardo:
8 - Nosotros somos los primeros en deplorar el espíritu sectario que discrimina entre los cristianos. ¿Acaso no es en cumplimiento a Juan 17:21-23, que miles de latinoamericanos diariamente están saliendo
del mundo creyendo que el Hijo es el enviado del Padre? Nosotros los evangélicos somos tan conscientes como los entendidos católicos de las divisiones de que nos acusan, y que deploramos; pero el mundo que
nos rodea, formado mayoritariamente de católicos profesantes, ven un amor y una unidad entre los evangélicos que dicen no haber conocido jamás entre los católicos.

Luis:
Ricardo, el problema es que ese espíritu de división ES PARTE COSUSTANCIAL DEL PROTESTANTISMO EN TODA SU HISTORIA. No es algo que vosotros hayáis causado. Os viene de atrás y poco podéis hacer contra ello. Ese es el drama de la Reforma. Dices que se ve un amor y una unidad entre evangélicos. Bueno.... no voy a discutir algo así con evidencias reales, pero no es tan sencilla la cosa como la cuentas.

Ricardo:
Por supuesto que a mí me consta que en aquella y en otra comunidad carismática acontece algo similar, pero todavía esto es algo excepcional. En mi país es común que cualquiera del pueblo (ateo, indiferente o católico) elogie a los evangélicos con
su muy escaso conocimiento de ellos: "¡Son como los judíos muy unidos; se casan y ayudan entre ellos!".

Luis:
Pues bendito país, y benditos evangélicos uruguayos, Ricardo.

Ricardo:
El que menos sabe de los evangélicos, a lo menos les reconoce ésto. Cuando se arrima a una iglesia evangélica, el clima de unidad espiritual les impacta fuertemente.

Luis:
Pues hale, hale. Exportar ese espíritu.

Ricardo:
Que un mayor conocimiento muestre luego tristes fracasos en este aspecto, no alcanza a desmentir una realidad reconocida por todos.

Luis:
¿Por qué todos? ¿Hablamos de otros países y su realidad?

Ricardo:
9 - Cuando hablo de mártires del absolutismo religioso ambos sabemos a que nos referimos. En todo caso, los pequeños emuladores de aquel reaccionaron en la forma que siempre vieron actuar a sus padres y abuelos espirituales. Pero los descendientes de Enrique VIII, Lutero y Calvino son los que acaban de empujar una misma puerta con Juan
Pablo II. Dios los cría, y ellos se juntan.

Luis:
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Ricardo:
No intentaré vigorizar la escuálida apariencia de mi discurso, porque el poder de Dios se perfecciona en mi debilidad.

Luis:
Dios te bendiga
 
Bueno, Luis, ahora entonces no tenemos la tan mentada unidad, verdad???? Hace falta un concilio (según reconoces) para lograrla, y parece que ese concilio no va a ser tan fácil (admiro tu fe? en este punto, aunque me parece más una excusa para salir del problema), porque si no me equivoco, la división está cerca de celebrar con un pastel de mil velitas, verdad???
Bueno, como podemos ver, los "unidos" tienen mil años de división, valiente unidad!!!!!
 
Horacio, los "unidos" no están divididos en 24.000 denominaciones.
Los unidos comparten prácticamente el mismo credo, los mismos sacramentos, tienen similar concepto de la importanica de la Tradición y se reconocen mutuamente la sucesión apostólica.
Cuestión de años es que la unidad sea como fue en el primer milenio, pero el camnio está ya muy avanzado.
 
Luis, me extraña de que hables de 24.000 denominaciones, será que estás revolviendo papas con chayotes?????
 
Horacio, solamente en USA hay más de 2000 diferentes denominaciones bautistas, independientes entre sí.
Quizás, por simplificar las cosas, convendría hablar de 20-30 ramas principales del protestantismo
 
Luis,

Horacio, los "unidos" no están divididos en 24.000 denominaciones.
Los unidos comparten prácticamente el mismo credo, los mismos sacramentos, tienen similar concepto de la importanica de la Tradición y se reconocen mutuamente la sucesión apostólica.

Y tambien las mismas herejias ¿verdad Luis?

Es cierto que tus conocimientos y tu retorica rebasan el comun, pero de eso a que "trates" de impulsar a la ICA como la igesia del Señor hay muchisima distancia.

No te engañes Hno. Es cierto que haces mas falta alla que aca, pero no defiendas lo indefendible, Que la ICA es dirigida por herejes, eso hasta ellos lo saben, que deben cambiar, tambien lo saben, que deben abandonar las "doctrinas hereticas" que hasta ahora los han guiado tambien lo saben, Ahora, Dios permita que que lo hagan a tiempo....

Han pasado 2000 años........

Ojala que verdaderamente se vuelvan y conviertan a Jesus, para que el Señor los salve y les de un lugar con El.......

Mizpa
Daniel Ortega
 
LUIS FERNANDO: Una vez más acá van mis disculpas por el atraso con mi respuesta. Contestaré aquellos puntos de discrepancia notoria: 4 - Dices: "Pues ahí es donde tendríamos que establecer el debate algún día si queremos discernir la validez o no de las acusaciones de paganismo que se lanzan contra la Iglesia católica." Contesto: Estoy de acuerdo. La contextualización del mensaje evangélico que se hace en nuestras iglesias (la mía inclusive), audiciones radiales, programas en TV, "música Gospel", literatura evangélica, cruzadas y campañas, deja mucho que desear también a ese respeto. Una cosa es clarificar el mensaje predicándolo fielmente para que todos puedan oir, ver, entender y creer. Otra cosa es captar la benevolencia del mundo, disfrazando el Evangelio con un ropaje que no le queda y resulta ridículo.
7 - Dices: "Pero claro, no podemos estar abriendo el melón de la interpretación doctrinal cada dos por tres cuando la Iglesia ha fijado doctrinas y dogmas desde hace mucho tiempo atrás." Contesto:
En cualquier país del mundo y en cualquier idioma que allí se hable, un cristiano evangélico puede, Biblia en mano, mostrarle a otro (fuese de la denominación que fuese), algún aspecto que crea que está equivocado. El otro, normalmente reaccionará leyendo con atención, como quien sabe que de allí proviene la autoridad espiritual que fija las normas de fe y conducta. Luego, concordará o no con la observación.
Aunque la Iglesia Católica haya fijado desde antiguo y hasta hace poco cuales sean los dogmas de fe que todo católico debe creer, lo que funciona perfectamente en la teoría del papel escrita, en la práctica no se ve que funcione. Yo solamente puedo hacer tests o una encuesta entre los católicos de mi país (el de menor porcentaje en América Latina). Nueve de cada diez a los que pregunte, responderán así:
1 - Que no se confiesan nunca al sacerdote pues no creen que tenga él ninguna autoridad delegada de Dios para perdonar pecados.
2 - Que en la misa, cuando la consagración, no hay transubstanciación.
3 - Que no asisten los domingos a misa, pero que no se comete pecado por ello, aun si no hubiese impedimento alguno.
4 - Que las misas de difuntos no pueden ayudar a que salga un alma del purgatorio rumbo al cielo.
5 - Que quien muere en pecado mortal no se va al infierno, pues en pecado mortal todos suelen vivir y morir.
Posiblemente hayan otras cosas más todavía, pero con ello apenas quiero mostrar que de poco sirve que los teólogos estén todos de acuerdo, cuando el común del pueblo hace como mejor le parece.
Mi vecino rioplatense Ernesto, quizá ha estado en Uruguay y pueda atestiguar el general escepticismo de los católicos uruguayos. Por supuesto que si yo realizo este test a la salida de la misa dominical en nuestra Catedral, los porcentajes serán otros.
Seguimos hablando, si Dios quiere.
Ricardo.
 
Ricardo, me hace gracia que te disculpes por tardar un par de días cuando soy yo el que debería disculparme por haber tardado un par de semanas en responder,
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Y menos mal que me lo recordaste,
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Creo que el punto 4 sería ideal discutirlo en el epígrafe abierto por Antonio o quizás en un epígrafe aparte para analizar en profundidad este asunto, ya que ciertamente tú has señalado algo del mundo evangélico de hoy que a muchos se les suele olvidar. El tema promete.
Respecto al punto 7, quizás no me he explicado bien. No se trata de huir de los debates teológicos sobre dogmas establecidos por la Iglesia. Hay que mantenerlos con quienes no creen o no aceptan esos dogmas. Por eso mismo es necesario discutir con un Testigo de Jehová acerca del dogma de la trinidad. A lo que yo me refiero es a que los que ya somos trinitarios, no podemos abrir el melón del dogma de la trinidad cada dos por tres, como si no tuviéramos la seguridad de que Dios supo conducir a su Iglesia a formular correctamente ese dogma. Es decir, hay cosas que cuando la Iglesia decide o sentencia sobre ellas, no tiene sentido más discusión. Cuando la Iglesia, junto con el Espíritu Santo, decidió en Hechos 15 que no era necesario que los gentiles se judaizaran para ser cristianos, el tema quedó zanjado. Por supuesto que hubo judaizantes después de aquel concilio, pero ya estaban claramente FUERA de la Iglesia. Pues igual con el dogma trinitario.

Empiezo a preocuparme seriamente por la salud espiritual del pueblo católico de tu país. Acá las cosas no están tan mal como por allá. Hubo un descenso del número de confesiones durante los años 70 y 80 pero ahora están otra vez en un buen nivel, con la característica añadida de que cada vez se dan más las confesiones fuera de confesionario, es decir, con dos sillas y una mesa o un sofá por medio para charlar con tranquilidad. La conciencia de recibir a Cristo en la comunión está muy firme entre el pueblo católico español. El católico practicante le da mucha importancia al culto dominical. El que no lo es, evidentemente no cree que sea pecado el no participar en los cultos religiosos, pero seguro que tampoco considera pecado muchas otras cosas que la Iglesia o la propia Biblia señalan como pecado. Sobre las misas de difuntos y lo del pecado mortal no tengo datos pero intentaré conseguirlos a través de un conocido mío que es sociólogo.
De todas formas, yo hay algo que tengo muy claro. Es católico quien vive su fe católica. El católico que pasa completamente de Dios y de su Iglesia es un simple católico nominal, que es como decir que no es nada.
Dios te bendiga
 
Luis, entonces si así haces matemáticas, tus números están bastante perdidos, me imagino que estarás tomando en cuenta el concepto de iglesia que tienen la mayoría de los bautistas, o no???