Re: Apreciado Luka
Re: Apreciado Luka
¡Al contrario! Considero un inmerecido honor que algo que haya escrito pueda servir para ser incluido en otro trabajo. Quiero conocer ese artículo tuyo completo. Gracias.
Es para una revista de la juventud de mi iglesia. Aquí lo dejo:
Bipolaridad Religiosa
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Hace tiempo que este término me vino a la mente, luego de ver muchos comentarios en FB de diferentes personas, pero no solo eso, sino que también al ver nuestro comportamiento, respecto a la vida espiritual.</SPAN></SPAN>
La bipolaridad es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por uno o más episodios con gran nivel de energía, pudiendo así, oscilar rápidamente entre la alegría y la tristeza de manera más marcada que quienes no padecen esta patología. A veces ocurre esto también en la vida espiritual y se oscila entre la cercanía con Dios y el alejamiento de él o entre lo bíblico y lo místico. En el primer caso, y a eso iba con los comentarios de FB, hay veces que uno lee en un muro “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, “Gracias Dios porque sé que estás conmigo”, “Dios ha sido tan bueno conmigo, me fue bien en …”, etc. Y al día siguiente se puede leer, en el muro de la misma persona, comentarios como “A la mierda con todo”, “No estoy ni ahí con nadie” y otros que son mucho más fuertes. En el segundo caso, decimos y confirmamos que la Biblia es lo único y suficiente que necesito para mi conducta cristiana y en ella encuentro todo, pero basta que tenga una experiencia para que eso sea lo que gobierne mi vida, basta que tenga un sueño y la misticidad la encuentro superior a la verdad bíblica, basta que escuche a un “profeta” y en seguida creo que eso es mayor que la verdad revelada en la Escritura, se oscila entre Biblia y misticismo, entre Escritura y experiencia…</SPAN></SPAN>
Los cultos se transforman en un show místico y muchas veces un campo de batalla pseudo espiritual, donde lo primordial es el testimonio, la experiencia de tal o cual persona, la revelación que ha tenido Juanito Pérez a través de un sueño megalómano, el éxtasis “celestial” del profeta por excelencia de la iglesia o el show de la
gimnasia salvífica (levantar la mano, ponerse de pie, pasar adelante, arrodillarse ante el “altar”, repetir la oración de entrega y llenar la tarjeta de la decisión). A falta del ingrediente espiritual verdadero (el Señor Jesucristo en medio de los reunidos, el Espíritu Santo guiando todo, la Palabra de Dios como única norma) las iglesias brindan un show religioso donde todo se cristianiza, entreteniendo y divirtiendo a un auditorio que cuanto más sea contentado más abundantemente también ofrendará, aspecto prioritario que con total descaro los conductores presentan (para que mencionar los shows mediáticos de las megaiglesias, brindando un sinfín de diversión y entretenimiento). Las conversiones que en tales cultos se producen no solamente pasan a ser superficiales sino también secundarias, dado que las liberaciones y los testimonios de sanidad constituyen los mayores logros del ministerio. La falta de autenticidad en las experiencias de conversión lleva a que luego se avengan a falsas doctrinas como la pérdida de la salvación, o el riesgo a caer en total pobreza de atrasarse con el pago de diezmos. Todo esto ha conducido también a que se esté predicando otro evangelio muy distinto al auténtico, oscilando entre Dios y la diversión, entre Dios y el pecado, entre la Biblia y la experiencia, la Biblia y el misticismo, el cristianismo y el humanismo.</SPAN>
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Todo esto lo podemos ver en el siguiente ejemplo (que lo tomé de una ponencia que escuché, no sé de que Pastor, pero aquí está el link </SPAN>
http://www.facebook.com/l.php?u=http%3A%2F%2Fwww.mihoramedica.cl%2Fmaterial%2FSantos%2520perseverando%25205.mp3&h=EAQEBE3QkAQE6Kvd05Bs5wNKcvGawND0Rnh4069sdf6W_FA) </SPAN>si alguien nos invita a una ponencia bíblica sobre soteriología o la Trinidad o se invita a un estudio bíblico, pocos son los que llegan; pero si viene algún mega predicador a repartir unciones chantas, se llena el lugar a donde venga. Sin embargo esas personas que llenan el lugar, continúan viviendo sus vidas con la bipolaridad religiosa, oscilando entre la mentira y la verdad.
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Debemos entender plenamente cual es el ingrediente espiritual verdadero en nuestro culto, que lo escribí antes entre paréntesis, el Señor Jesucristo en medio de los reunidos, el Espíritu Santo guiando todo, la Palabra de Dios como única norma. En realidad en este complicado tiempo se hace necesario que aparezcan Hombres de Dios, como describe en una nota que leí de A. W. Tozer, necesitamos esa voz profética real, que hable lo que dice la palabra profética más segura (2 Pedro 1:19), NUESTRA UNICA Y SUFICIENTE REGLA DE FE Y CONDUCTA, la Biblia. Hombres que sean una voz que clame en el desierto, que sean capaces de pararse frente a los príncipes, “profetas”, sacerdotes y el pueblo para decir fuertemente “Más yo estoy lleno del poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza para denunciar a Jacob su rebelión y a Israel su pecado” (Miqueas 3:8) y dejar el oscilamiento, el bipolarismo de nuestras congregaciones.
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Tenemos que entender la verdad.
La pureza del evangelio predicado sólo se evidencia en vidas cambiadas. No en mega iglesias, programas de televisión, grandes edificios y hombres tan exitosos como ridículos presentados como apóstoles de Jesucristo. Si de veras queremos que las iglesias dejen de ser el teatro o circo en que se ofrecen espectáculos religiosos, y vuelvan a ser testimonios levantados al nombre del Señor Jesucristo, donde el Espíritu Santo tenga libertad de actuar, las Sagradas Escrituras recobren su autoridad y el amor fraternal la evidencia de que somos realmente discípulos del Señor Jesús, debemos comenzar por predicar el verdadero evangelio.</SPAN>
Debemos decir la verdad simple a los pecadores: ellos no pueden hacer nada para salvarse. Solamente el Señor Jesús puede hacerlo, pero ni eso hará a menos que el Padre los traiga a Él (Jn 6:44,65).
Haremos bien en invitarles a que escuchen la predicación del Evangelio y la exposición de la Palabra de Dios. Haremos bien en exhortarles al arrepentimiento y a que crean en el Señor Jesucristo, el Hijo de Dios. Esa es nuestra parte. Hasta ahí llegamos. Si la gracia ya comenzó su obra en ellos, vendrán, oirán y creerán. Pero definitivamente, nada de lo que deben hacer harán, si Dios no los mueve a ello atrayéndolos con su amor, misericordia y gracia.</SPAN></SPAN>
Gracias a Dios sigue siendo el evangelio el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Ro 1:16); pero este evangelio, no cualquier otro, porque verdadero, no hay otro (Gal 1:6-9). Y en este evangelio verdadero, no cabe la bipolaridad, solo la voluntad de Dios sosteniendo a los suyos y dándole el poder, la fuerza y al autoridad para perseverar en sus caminos.</SPAN></SPAN>
A él sea toda la gloria.</SPAN></SPAN>