Re: La historia negra y vergonzosa de los papas romanos
JUAN X (914-928)
Tal vez naciera en Ímola, en Romaña. Era hijo de Marozia y, según una tradición, de Sergio III. Debe su elección a las intrigas de su abuela Teodora que dominaba Roma. Su elección fue contrastada por el clero romano durante casi un año. Luego fue aceptada, gracias también por haber sol¡citado la ayuda de Berengario, a quien él intentó convencer a salir al campo de batalla contra los Sarracenos. Pero Berengario, que a cambio de su ayuda pretendió la corona imperial, no mantuvo la promesa.
Juan acudió entonces al duque de Spoleto, Alberico I, marido de Marozia. Nació una federación compuesta por Alberico, el duque de Nápoles y el emperador bizantino. El papa jugaba el papel de jefe carismático. Los sarracenos fueron derrotados cerca del río Garigliano y alejados fuera de Italia.
Mientras tanto en Roma se vivía en la intriga y en el crimen.
Durante cierto período Juan tuvo la fuerza y el valor para oponerse, pero en seguida fue arrollado por el remolino de la violencia y de la corrupción. Intentó ejercer su misión con dignidad y autonomía, pero fue reabsorbido despiadadamente entre los caprichos y los horrores perpetrados por las tres mujeres, bellas y potentes, que señoreaban en Roma: Ermengarda de lvrea, Berta de Toscana y por supuesto su madre Marozia. Presionado por ellas, coronó emperador a Hugo de Provenza, hermanastro de Ermengarda, y desde hacía poco tiempo esposo de Marozia.
Por muy sumiso que fuera, en su actitud se reflejaba un juicio de condena de las ignominias de las tres mujeres. Esto no gustó a las interesadas. Su suerte estaba echada. Por orden de Marozia fue encerrado en una cárcel, donde murió asfixiado entre dos almohadas.
Fuente:
http://www.encuentra.com/documento.php?f_doc=2567&f_tipo_doc=9