Re: LA GRANDEZA DEL SEÑOR JESUCRISTO.
Buenos días a los lectores Cristianos.
...frente a la plaza de mercado aquí donde resido, hay un cerro de regular tamaño, en las mañanas, cuando el sol empieza a salir...y la mañana está despejada, se contemplan como unos rayos de luz anunciando quien viene detrás.
Y estando en esta contemplación, vino a mi mente la grandeza del Señor.
El apóstol Juan pudo describir lo siguiente:
Rev 1:12 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,
Rev 1:13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
Rev 1:14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;
Rev 1:15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.
Rev 1:16 Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
Rev 1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
Rev 1:18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
El profeta Isaías afirmó:
Isa 6:1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
Isa 6:2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
Isa 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
Isa 6:4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
Isa 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Y Pedro en compañia de Jacobo y Juan señala:
Mat 17:1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;
Mat 17:2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Mat 17:3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.
En la grandeza del Señor debemos considerar, aparte de sus innúmeras glorias, su tamaño. Es verdad que El voluntariamente se empequeñeció, se comprimió en forma humana. Pero un buen entendedor al captar su poder Creador aquí:
Col 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Col 1:17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
Col 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
Col 1:19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
...tiene el privilegio de contemplarlo creando la materia primigenia y su posterior desarrollo en astros, sistemas solares y galaxias.
De modo que el Señor es sumamente grande en poder y en estatura. Algo que nuestra mente finita no puede considerar en sus verdaderas dimensiones.
Cuando el Señor retorne por Su Iglesia, en nuestra reunión con El en las nubes, el resplandecerá inmensamente como el Sol cuando sale en su fuerza.
Y nosotros le veremos. Quiza no caigamos como muertos, pues la previa transformación de nuestros cuerpos nos capacita para resistir Su Gloria y el poder de Su Santidad.
Será un hecho grandioso, sumamente inmenso, pues le veremos tal como es El...Grandísimo!!
Neh 8:9 Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.
Neh 8:10 Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.
EL GOZO DEL SEÑOR
Que podamos fortalecernos agradando al Señor en todo mientras llega la preciosa hora de contemplarle en toda su Hermosura y Grandeza.
Natanael1