LA GRAN RAMERA (Apocalipsis 17)
¿Quién es la ramera?
La primera cosa que se nos dice acerca de la mujer es que ella es una "ramera" (Apocalipsis 17:1) "con la cual han fornicado los reyes de la tierra" (v. 2), y todos "los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación" (v.3). ¿Por qué se le llamaría ramera a una ciudad y se le acusaría de haber cometido fornicación con reyes? Semejante acusación jamás podría hacerse refiriéndose a Londres o Moscú o Paris, o a ninguna otra ciudad ordinaria. No tendría sentido.
En la Biblia, fornicación y adulterio se usan tanto en el sentido físico como en el espiritual. Refiriéndose a Jerusalén, Dios dijo: "¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel?" (Isaías 1:21). Israel, a quien Dios había apartado de todos los otros pueblos para que fuese santa para sus propósitos, había entablado alianzas impías y adúlteras con las naciones idólatras que la rodeaban. Había cometido adulterio "con la piedra y con el leño [ídolos]" (Jeremías 3
; "y han fornicado con sus ídolos" (Ezequiel 23:37). Todo el capítulo 16 de Ezequiel, así como también muchos otros pasajes, explica en detalle el adulterio espiritual de Israel, tanto con las naciones paganas como con sus dioses falsos.
No hay forma en que una ciudad pudiera participar en fornicación carnal literal. Por lo tanto, sólo podemos llegar a la conclusión de que Juan, al igual que los profetas del Antiguo Testamento, está usando el término en su sentido espiritual. Por consiguiente, la ciudad debe pretender una relación espiritual con Dios. De otra manera semejante alegación no tendría sentido.
A pesar de que está edificada sobre siete montes, no habría razón para acusar a Río de Janeiro de fornicación espiritual. Esta no pretende tener una relación especial con Dios. Y a pesar de que Jerusalén tiene esa relación, no puede ser la mujer que cabalga la bestia, puesto que no está edificada sobre siete montes. Ni tampoco satisface los otros criterios mediante los cuales debemos identificar a esta mujer.
Sólo contra otra ciudad en la historia podría hacerse la acusación de fornicación. Esa ciudad es Roma, y más específicamente Ciudad del Vaticano. Ella afirma haber sido la sede central mundial del cristianismo desde su comienzo y mantiene dicha afirmación hasta este día. El Papa entronado en Roma dice ser el representante exclusivo de Dios, el Vicario de Cristo. Roma es la sede central de la Iglesia Católica Romana, y en ese sentido también la única en su género.
Por supuesto, muchas iglesias tienen sus sedes centrales en ciudades, pero solo una ciudad es la sede central de una iglesia. Por ejemplo, la iglesia de los mormones tiene su sede central en la ciudad de Salt Lake, Utah, pero en dicha ciudad hay muchas cosas mas aparte de la iglesia mormona.
En Ciudad del Vaticano esto no es así. Ella es el latido del corazón de la Iglesia Católica Romana y NADA MAS. Es una entidad espiritual que pudiera bien ser acusada de fornicación espiritual, si no permaneciera fiel a Cristo.
El asunto es que, exactamente como Juan lo previó en su visión, una entidad espiritual que pretenda una relación especial con Cristo y con Dios llegó a identificarse con una ciudad que estaba edificada sobre siete colinas. La "mujer" cometía fornicación espiritual con gobernantes terrenales y finalmente reinaba sobre ellos. A la Iglesia Católica Romana se la ha identificado continuamente con esa ciudad. Como "La enciclopedia católica más definitiva desde el Concilio Vaticano II", declara:
"... por tanto, uno entiende el lugar central de Roma en la vida de la Iglesia actual y el significado del título, Iglesia Católica Romana, la Iglesia que es universal, no obstante enfocada sobre el ministerio del Obispo de Roma. Desde la fundación de la Iglesia allí por San Pedro, Roma ha sido el centro de toda la cristiandad." (Our Sunday Visitor´s Catholic Encyclopedia -Our Sunday Visitor Publishing Division, 1991), p.842)
Vestida de púrpura y escarlata
[ Matthew Henry ]
El modo como la mujer va vestida y aderezada coincide de modo sorprendente con la pompa ostentosa de los altos signatarios de las Iglesias oficiales, no sólo de Roma, sino también de la llamada Ortodoxia y, aunque en menor grado, de la Iglesia Anglicana (tanto más cuanto más «alta»). La «púrpura cardenalicia» es ya una frase proverbial. Lo mismo puede decirse del aderezo de oro, perlas y piedras preciosas que con tiaras, mitras y pectorales han estado cubiertos (en especial, hasta el Concilio Vaticano II)
[ Dave Hunt ]
Los colores de púrpura y escarlata nuevamente identifican a la mujer tanto con la Roma pagana como cristiana. Estos eran los colores del ropaje de los césares romanos y con los que los soldados vistieron a Cristo como "Rey" para burlarse de él (véase Mateo 27:28 y Juan 19:2,5), vestiduras que el Vaticano adoptó para uso propio. Los colores de la mujer todavía son literalmente los colores del clérigo romano. La Enciclopedia Católica (Our Sunday Visitor´s Catholic Encyclopedia - 1991), dice:
Cappa Magna
Un manto de cola larga y una capucha con hombrera ... era de lana púrpura para los obispos; para cardenales, era de seda escarlata lavada (para adviento, cuaresma, viernes santo y cónclave, lana púrpura); y seda lavada rosa para domingos Gaudette y Laetare; y para el Papa, era terciopelo rojo para maitines navideños, sarga roja para otras ocasiones.
Casaca (también sotana)
El hábito hasta los tobillos, de talle ajustado, usado por el clérigo católico como su vestimenta oficial... El color para los obispos y otros prelados es púrpura, para los cardenales es escarlata..."
Adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas
[ Dave Hunt ]
La expresión "en la mano un cáliz de oro" de nuevo identifica a la mujer con la Iglesia Católica Romana. La edición de Broderick de The Catholic Encyclopedia, declara del cáliz: "[Este es] el más importante de los vasos sagrados... [Este] puede ser de oro o plata, y si del último, entonces el interior debe estar recubierto de oro". La Iglesia Católica Romana posee muchos miles de cálices de oro macizo que están guardados en sus iglesias alrededor del mundo. Hasta la cruz de Cristo manchada de sangre ha sido hecha de oro y engastada con gemas preciosas reflejando la gran riqueza de Roma. La Enciclopedia Católica dice: "La cruz del pectoral [suspendida por una cadena alrededor del cuello y usada sobre el pecho por abates, obispos, arzobispos, cardenales y el papa] debe hacerse de oro y... decorarse con gemas..."
La Iglesia Católica Romana es por mucho la institución más adinerada del mundo. Efectivamente, de vez en cuando se oyen las súplicas de Roma solicitando dinero -apelaciones persuasivas diciendo que el Vaticano no puede mantenerse con el presupuesto limitado que tiene y necesita ayuda monetaria. Dichas apelaciones son maniobras inescrupulosas. El valor de innumerables esculturas por grandes maestros como Miguel Angel Buonarroti, pinturas por los artistas más grandes de¡ mundo, además de incontables tesoros y documentos antiguos que Roma posee (no sólo en el Vaticano sino en catedrales en todo el mundo), es incalculable. En el sínodo mundial de obispos en Roma, el cardenal Heenan de Inglaterra propuso que la Iglesia vendiera algunos de estos tesoros superfluos y donara los ingresos a los pobres. Dicha sugerencia no fue bien recibida.
Cristo y sus discípulos vivieron en la pobreza. Cristo dijo a sus seguidores que no hicieran tesoro en esta tierra sino en el cielo. La Iglesia Católica Romana ha desobedecido ese mandamiento y ha acumulado una plétora de riquezas que no tiene comparación, de la cual "el Pontífice Romano es el supremo administrador y mayordomo..." (James Coriden, Thomas Green, Donald Heintschel, The Code of Canon Law (Paulist Press, 1985), Canon 1273). No hay ninguna iglesia, ni ciudad que sea una entidad espiritual, ninguna institución religiosa pasada o presente que pudiera aunque sea acercarse a poseer la riqueza de la Iglesia Católica Romana. Recientemente un diario publicó un artículo que describía sólo una fracción de ese tesoro en una sola ubicación:
"Se ha revelado el fabuloso tesoro de Lourdes (Francia), cuya existencia la Iglesia Católica mantuvo en secreto durante 120 años... Durante décadas se han circulado rumores con respecto a la colección inestimable de cálices de oro, crucifijos engastados con diamantes [una diferencia enorme con la cruz manchada de sangre en la que Cristo murió], plata y piedras preciosas donadas por peregrinos agradecidos.
Después de una observación indiscreta por parte del portavoz de prensa de ellos, las autoridades de la iglesia accedieron a revelar parte de la colección... se abrieron [algunas] de las vitrinas que iban desde el suelo hasta el cielo raso para revelar 59 cálices de oro macizo junto con anillos, crucifijos, estatuas y pesados broches de oro, muchos incrustados con piedras preciosas.
Casi escondida por otros tesoros está la "Corona" de Nuestra Señora de Lourdes, que fue hecha por un orfebre de París en 1876 e incrustada con diamantes.
Las autoridades de la iglesia dicen que no pueden poner valor sobre la colección. "No tengo idea", dice el Padre Pierre-Marie Charriez, director del Patrimonio y los Santuarios. "Es de valor inestimable".... Al otro lado del camino hay un edificio donde hay depositados cientos de vestimentas eclesiásticas [antiguas], mantos, mitras y bandas, muchas hechas con hilos de oro pesado.
"La Iglesia en sí es pobre..." insiste el Padre Charriez. "El Vaticano en sí es pobre..." (The European, abril 9-12 de 1992. p.1) [El tesoro aquí descrito es solo una parte del que se guarda en un lugar... ¡ el pequeño pueblo de Lourdes, en Francia ! ]
Un cáliz de oro lleno de abominaciones
[ Matthew Henry ]
El elemento más sorprendente es la copa, o cáliz, de oro (Y. 4b) en la mano de la mujer. Esta copa está llena de abominaciones. El brebaje que esta mujer ofrece a los poderes políticos de las naciones y a sus pueblos respectivos es una mezcla de religión e idolatría, de símbolos espirituales y ritos paganos, de cátedra pontificar y de tribuna sociopolítica, de evangelio y filosofía humanista. Así se explica que el propio Papa Juan XXIII hiciera acuñar una medalla en cuyo anverso estaba impresa su propia efigie, y en el reverso la mujer de Apocalipsis 17, ¡exactamente como aquí se la describe!
[ Dave Hunt ]
Roma ha practicado la impiedad para acumular su riqueza, porque el "cáliz de oro" está "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación". Gran parte de la riqueza de la Iglesia Católica Romana fue adquirida mediante la confiscación de la propiedad de las víctimas miserables de las inquisiciones. Aun los muertos eran exhumados para que enfrentaran el juicio, y a los herederos la Iglesia les quitaba la propiedad.
La mayor parte de la riqueza de Roma se ha adquirido mediante la venta de la salvación. La Iglesia ha recibido incontables miles de millones de dólares de los que pensaban que estaban comprando el cielo a cuotas mensuales para sí mismos o para seres queridos. La práctica continúa hasta hoy, descaradamente. No podría perpetrarse un engaño ni abominación más grande. Cuando el Cardenal Cayetano, erudito domínico del siglo XVI, se quejó acerca de la venta de dispensaciones e indulgencias, la jerarquía de la Iglesia se indignó y lo acusó de querer "convertir a Roma en un desierto deshabitado, de querer reducir al papado a la impotencia, de privar al Papa... de sus recursos pecuniarios indispensables para el desempeño de su cargo". (J.H. Ignaz von Dollinger, The Pope and the Council (Londres 1869), pp. 307-308)
Además de dichas perversiones del evangelio que han conducido a millones por el mal camino, existen otras abominaciones (plenamente documentadas en los anales de la policía y los tribunales), que el Vaticano y sus representantes las han empleado por mucho tiempo en todo el mundo. Nino Lo Bello, ex corresponsal de Business Week en Roma y jefe de la oficina para el New York Journal of Commerce, escribe que el Vaticano está tan estrechamente aliado con la Mafia en Italia que "muchas personas... creen que Sicilia... no es nada más que una sucursal del Vaticano". (Nino Lo Bello, The Vatican Empire (Trident Press, 1968), p. 167. Véase también David A. Yallop, In God´s Name (Bantam Books, 1984); Richard Hammers, The Vatican Connection (Penguin Books, 1983).)
Ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús
"Cuando Napoleón conquistó España en 1808, un oficial polaco en su ejército, el Coronel Lemanouski, informó que los dominicos [a cargo de la inquisición] se habían encerrado y bloqueado el monasterio que tenían en Madrid. Cuando las tropas de Lemanouski forzaron una entrada, los inquisidores negaron la existencia de cámaras de tortura. Los soldados inspeccionaron el monasterio y las descubrieron debajo de los pisos. Las cámaras estaban llenas de prisioneros, todos desnudos, muchos dementes. Las tropas francesas, acostumbradas a la crueldad y la sangre, no pudieron aguantar semejante espectáculo. Vaciaron las cámaras de tortura, colocaron pólvora al monasterio y volaron el edificio." (De Rosa, op. cit. página 172)
Para extraer confesiones de estas pobres criaturas, la Iglesia Católica Romana inventó torturas ingeniosas tan dolorosas y bárbaras que uno se descompone de sólo oir los detalles. El obispo William Shaw Kerr, historiador de la Iglesia, dice:
"La abominación más espantosa de todas era el sistema de tortura. Los informes de sus operaciones que se llevaban a cabo a sangre fría hacen temblar ante la capacidad de seres humanos para la crueldad. Y era decretada y reglamentada por los Papas que pretenden representar a Cristo en la tierra... Se tomaron notas detalladas no sólo de todo lo que la víctima confesaba, sino de sus alaridos, gritos, lamentaciones, interjecciones interrumpidas y apelaciones por misericordia.
Las cosas más conmovedoras en la literatura de la inquisición no son los relatos de los sufrimientos dejados por las víctimas, sino de los sobrios apuntes que mantenían los oficiales de los tribunales. Estamos angustiados y horrorizados simplemente porque no se hicieron con la intención de conmovernos." (Kerr, op. cit., pp. 239-240)
El Vaticano tampoco puede escaparse de la considerable responsabilidad del holocausto nazi, que Pío XII conocía perfectamente bien, a pesar de su silencio total durante la guerra en cuanto a uno de los temas más importantes.(E.G. Guenter Lewy, The Catholic Church and Nazi Germany (Mc Graw-Hill, 1964), p. 300-304). Si el Papa hubiera protestado, como los representantes de las organizaciones judías y de las Fuerzas Aliadas le rogaron que hiciera, hubiera condenado a su propia iglesia. Los hechos son ineludibles:
"En 1936, el obispo Berning de Osnabruch, había hablado con el Fuehrer por más de una hora. Hitler le aseguró a su señoría que no había una diferencia fundamental entre el Socialismo Nacional y la Iglesia Católica. Hitler arguyó diciendo, ¿acaso la iglesia no miraba a los judíos como si fueran parásitos y los encerraba en los guetos? "Sólo estoy haciendo", exclamó, "lo que la iglesia ha hecho durante mil quinientos años, pero más eficazmente". Siendo que Hitler mismo era católico, le dijo a Berning que él "admiraba y quería promover el cristianismo". (De Rosa, op. cit., p. 5; Lewy, op. cit., p. 111)
Desde hace 2000 años, Dios clama desde el cielo:
" Salid de ella, pueblo mío ..."
(Apocalipsis 18:4)
(Transcrito del maravilloso Link: http://www.geocities.com/conocereislaverdad/lagranramera.htm)
¿Quién es la ramera?
La primera cosa que se nos dice acerca de la mujer es que ella es una "ramera" (Apocalipsis 17:1) "con la cual han fornicado los reyes de la tierra" (v. 2), y todos "los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación" (v.3). ¿Por qué se le llamaría ramera a una ciudad y se le acusaría de haber cometido fornicación con reyes? Semejante acusación jamás podría hacerse refiriéndose a Londres o Moscú o Paris, o a ninguna otra ciudad ordinaria. No tendría sentido.
En la Biblia, fornicación y adulterio se usan tanto en el sentido físico como en el espiritual. Refiriéndose a Jerusalén, Dios dijo: "¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel?" (Isaías 1:21). Israel, a quien Dios había apartado de todos los otros pueblos para que fuese santa para sus propósitos, había entablado alianzas impías y adúlteras con las naciones idólatras que la rodeaban. Había cometido adulterio "con la piedra y con el leño [ídolos]" (Jeremías 3
No hay forma en que una ciudad pudiera participar en fornicación carnal literal. Por lo tanto, sólo podemos llegar a la conclusión de que Juan, al igual que los profetas del Antiguo Testamento, está usando el término en su sentido espiritual. Por consiguiente, la ciudad debe pretender una relación espiritual con Dios. De otra manera semejante alegación no tendría sentido.
A pesar de que está edificada sobre siete montes, no habría razón para acusar a Río de Janeiro de fornicación espiritual. Esta no pretende tener una relación especial con Dios. Y a pesar de que Jerusalén tiene esa relación, no puede ser la mujer que cabalga la bestia, puesto que no está edificada sobre siete montes. Ni tampoco satisface los otros criterios mediante los cuales debemos identificar a esta mujer.
Sólo contra otra ciudad en la historia podría hacerse la acusación de fornicación. Esa ciudad es Roma, y más específicamente Ciudad del Vaticano. Ella afirma haber sido la sede central mundial del cristianismo desde su comienzo y mantiene dicha afirmación hasta este día. El Papa entronado en Roma dice ser el representante exclusivo de Dios, el Vicario de Cristo. Roma es la sede central de la Iglesia Católica Romana, y en ese sentido también la única en su género.
Por supuesto, muchas iglesias tienen sus sedes centrales en ciudades, pero solo una ciudad es la sede central de una iglesia. Por ejemplo, la iglesia de los mormones tiene su sede central en la ciudad de Salt Lake, Utah, pero en dicha ciudad hay muchas cosas mas aparte de la iglesia mormona.
En Ciudad del Vaticano esto no es así. Ella es el latido del corazón de la Iglesia Católica Romana y NADA MAS. Es una entidad espiritual que pudiera bien ser acusada de fornicación espiritual, si no permaneciera fiel a Cristo.
El asunto es que, exactamente como Juan lo previó en su visión, una entidad espiritual que pretenda una relación especial con Cristo y con Dios llegó a identificarse con una ciudad que estaba edificada sobre siete colinas. La "mujer" cometía fornicación espiritual con gobernantes terrenales y finalmente reinaba sobre ellos. A la Iglesia Católica Romana se la ha identificado continuamente con esa ciudad. Como "La enciclopedia católica más definitiva desde el Concilio Vaticano II", declara:
"... por tanto, uno entiende el lugar central de Roma en la vida de la Iglesia actual y el significado del título, Iglesia Católica Romana, la Iglesia que es universal, no obstante enfocada sobre el ministerio del Obispo de Roma. Desde la fundación de la Iglesia allí por San Pedro, Roma ha sido el centro de toda la cristiandad." (Our Sunday Visitor´s Catholic Encyclopedia -Our Sunday Visitor Publishing Division, 1991), p.842)
Vestida de púrpura y escarlata
[ Matthew Henry ]
El modo como la mujer va vestida y aderezada coincide de modo sorprendente con la pompa ostentosa de los altos signatarios de las Iglesias oficiales, no sólo de Roma, sino también de la llamada Ortodoxia y, aunque en menor grado, de la Iglesia Anglicana (tanto más cuanto más «alta»). La «púrpura cardenalicia» es ya una frase proverbial. Lo mismo puede decirse del aderezo de oro, perlas y piedras preciosas que con tiaras, mitras y pectorales han estado cubiertos (en especial, hasta el Concilio Vaticano II)
[ Dave Hunt ]
Los colores de púrpura y escarlata nuevamente identifican a la mujer tanto con la Roma pagana como cristiana. Estos eran los colores del ropaje de los césares romanos y con los que los soldados vistieron a Cristo como "Rey" para burlarse de él (véase Mateo 27:28 y Juan 19:2,5), vestiduras que el Vaticano adoptó para uso propio. Los colores de la mujer todavía son literalmente los colores del clérigo romano. La Enciclopedia Católica (Our Sunday Visitor´s Catholic Encyclopedia - 1991), dice:
Cappa Magna
Un manto de cola larga y una capucha con hombrera ... era de lana púrpura para los obispos; para cardenales, era de seda escarlata lavada (para adviento, cuaresma, viernes santo y cónclave, lana púrpura); y seda lavada rosa para domingos Gaudette y Laetare; y para el Papa, era terciopelo rojo para maitines navideños, sarga roja para otras ocasiones.
Casaca (también sotana)
El hábito hasta los tobillos, de talle ajustado, usado por el clérigo católico como su vestimenta oficial... El color para los obispos y otros prelados es púrpura, para los cardenales es escarlata..."
Adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas
[ Dave Hunt ]
La expresión "en la mano un cáliz de oro" de nuevo identifica a la mujer con la Iglesia Católica Romana. La edición de Broderick de The Catholic Encyclopedia, declara del cáliz: "[Este es] el más importante de los vasos sagrados... [Este] puede ser de oro o plata, y si del último, entonces el interior debe estar recubierto de oro". La Iglesia Católica Romana posee muchos miles de cálices de oro macizo que están guardados en sus iglesias alrededor del mundo. Hasta la cruz de Cristo manchada de sangre ha sido hecha de oro y engastada con gemas preciosas reflejando la gran riqueza de Roma. La Enciclopedia Católica dice: "La cruz del pectoral [suspendida por una cadena alrededor del cuello y usada sobre el pecho por abates, obispos, arzobispos, cardenales y el papa] debe hacerse de oro y... decorarse con gemas..."
La Iglesia Católica Romana es por mucho la institución más adinerada del mundo. Efectivamente, de vez en cuando se oyen las súplicas de Roma solicitando dinero -apelaciones persuasivas diciendo que el Vaticano no puede mantenerse con el presupuesto limitado que tiene y necesita ayuda monetaria. Dichas apelaciones son maniobras inescrupulosas. El valor de innumerables esculturas por grandes maestros como Miguel Angel Buonarroti, pinturas por los artistas más grandes de¡ mundo, además de incontables tesoros y documentos antiguos que Roma posee (no sólo en el Vaticano sino en catedrales en todo el mundo), es incalculable. En el sínodo mundial de obispos en Roma, el cardenal Heenan de Inglaterra propuso que la Iglesia vendiera algunos de estos tesoros superfluos y donara los ingresos a los pobres. Dicha sugerencia no fue bien recibida.
Cristo y sus discípulos vivieron en la pobreza. Cristo dijo a sus seguidores que no hicieran tesoro en esta tierra sino en el cielo. La Iglesia Católica Romana ha desobedecido ese mandamiento y ha acumulado una plétora de riquezas que no tiene comparación, de la cual "el Pontífice Romano es el supremo administrador y mayordomo..." (James Coriden, Thomas Green, Donald Heintschel, The Code of Canon Law (Paulist Press, 1985), Canon 1273). No hay ninguna iglesia, ni ciudad que sea una entidad espiritual, ninguna institución religiosa pasada o presente que pudiera aunque sea acercarse a poseer la riqueza de la Iglesia Católica Romana. Recientemente un diario publicó un artículo que describía sólo una fracción de ese tesoro en una sola ubicación:
"Se ha revelado el fabuloso tesoro de Lourdes (Francia), cuya existencia la Iglesia Católica mantuvo en secreto durante 120 años... Durante décadas se han circulado rumores con respecto a la colección inestimable de cálices de oro, crucifijos engastados con diamantes [una diferencia enorme con la cruz manchada de sangre en la que Cristo murió], plata y piedras preciosas donadas por peregrinos agradecidos.
Después de una observación indiscreta por parte del portavoz de prensa de ellos, las autoridades de la iglesia accedieron a revelar parte de la colección... se abrieron [algunas] de las vitrinas que iban desde el suelo hasta el cielo raso para revelar 59 cálices de oro macizo junto con anillos, crucifijos, estatuas y pesados broches de oro, muchos incrustados con piedras preciosas.
Casi escondida por otros tesoros está la "Corona" de Nuestra Señora de Lourdes, que fue hecha por un orfebre de París en 1876 e incrustada con diamantes.
Las autoridades de la iglesia dicen que no pueden poner valor sobre la colección. "No tengo idea", dice el Padre Pierre-Marie Charriez, director del Patrimonio y los Santuarios. "Es de valor inestimable".... Al otro lado del camino hay un edificio donde hay depositados cientos de vestimentas eclesiásticas [antiguas], mantos, mitras y bandas, muchas hechas con hilos de oro pesado.
"La Iglesia en sí es pobre..." insiste el Padre Charriez. "El Vaticano en sí es pobre..." (The European, abril 9-12 de 1992. p.1) [El tesoro aquí descrito es solo una parte del que se guarda en un lugar... ¡ el pequeño pueblo de Lourdes, en Francia ! ]
Un cáliz de oro lleno de abominaciones
[ Matthew Henry ]
El elemento más sorprendente es la copa, o cáliz, de oro (Y. 4b) en la mano de la mujer. Esta copa está llena de abominaciones. El brebaje que esta mujer ofrece a los poderes políticos de las naciones y a sus pueblos respectivos es una mezcla de religión e idolatría, de símbolos espirituales y ritos paganos, de cátedra pontificar y de tribuna sociopolítica, de evangelio y filosofía humanista. Así se explica que el propio Papa Juan XXIII hiciera acuñar una medalla en cuyo anverso estaba impresa su propia efigie, y en el reverso la mujer de Apocalipsis 17, ¡exactamente como aquí se la describe!
[ Dave Hunt ]
Roma ha practicado la impiedad para acumular su riqueza, porque el "cáliz de oro" está "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación". Gran parte de la riqueza de la Iglesia Católica Romana fue adquirida mediante la confiscación de la propiedad de las víctimas miserables de las inquisiciones. Aun los muertos eran exhumados para que enfrentaran el juicio, y a los herederos la Iglesia les quitaba la propiedad.
La mayor parte de la riqueza de Roma se ha adquirido mediante la venta de la salvación. La Iglesia ha recibido incontables miles de millones de dólares de los que pensaban que estaban comprando el cielo a cuotas mensuales para sí mismos o para seres queridos. La práctica continúa hasta hoy, descaradamente. No podría perpetrarse un engaño ni abominación más grande. Cuando el Cardenal Cayetano, erudito domínico del siglo XVI, se quejó acerca de la venta de dispensaciones e indulgencias, la jerarquía de la Iglesia se indignó y lo acusó de querer "convertir a Roma en un desierto deshabitado, de querer reducir al papado a la impotencia, de privar al Papa... de sus recursos pecuniarios indispensables para el desempeño de su cargo". (J.H. Ignaz von Dollinger, The Pope and the Council (Londres 1869), pp. 307-308)
Además de dichas perversiones del evangelio que han conducido a millones por el mal camino, existen otras abominaciones (plenamente documentadas en los anales de la policía y los tribunales), que el Vaticano y sus representantes las han empleado por mucho tiempo en todo el mundo. Nino Lo Bello, ex corresponsal de Business Week en Roma y jefe de la oficina para el New York Journal of Commerce, escribe que el Vaticano está tan estrechamente aliado con la Mafia en Italia que "muchas personas... creen que Sicilia... no es nada más que una sucursal del Vaticano". (Nino Lo Bello, The Vatican Empire (Trident Press, 1968), p. 167. Véase también David A. Yallop, In God´s Name (Bantam Books, 1984); Richard Hammers, The Vatican Connection (Penguin Books, 1983).)
Ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús
"Cuando Napoleón conquistó España en 1808, un oficial polaco en su ejército, el Coronel Lemanouski, informó que los dominicos [a cargo de la inquisición] se habían encerrado y bloqueado el monasterio que tenían en Madrid. Cuando las tropas de Lemanouski forzaron una entrada, los inquisidores negaron la existencia de cámaras de tortura. Los soldados inspeccionaron el monasterio y las descubrieron debajo de los pisos. Las cámaras estaban llenas de prisioneros, todos desnudos, muchos dementes. Las tropas francesas, acostumbradas a la crueldad y la sangre, no pudieron aguantar semejante espectáculo. Vaciaron las cámaras de tortura, colocaron pólvora al monasterio y volaron el edificio." (De Rosa, op. cit. página 172)
Para extraer confesiones de estas pobres criaturas, la Iglesia Católica Romana inventó torturas ingeniosas tan dolorosas y bárbaras que uno se descompone de sólo oir los detalles. El obispo William Shaw Kerr, historiador de la Iglesia, dice:
"La abominación más espantosa de todas era el sistema de tortura. Los informes de sus operaciones que se llevaban a cabo a sangre fría hacen temblar ante la capacidad de seres humanos para la crueldad. Y era decretada y reglamentada por los Papas que pretenden representar a Cristo en la tierra... Se tomaron notas detalladas no sólo de todo lo que la víctima confesaba, sino de sus alaridos, gritos, lamentaciones, interjecciones interrumpidas y apelaciones por misericordia.
Las cosas más conmovedoras en la literatura de la inquisición no son los relatos de los sufrimientos dejados por las víctimas, sino de los sobrios apuntes que mantenían los oficiales de los tribunales. Estamos angustiados y horrorizados simplemente porque no se hicieron con la intención de conmovernos." (Kerr, op. cit., pp. 239-240)
El Vaticano tampoco puede escaparse de la considerable responsabilidad del holocausto nazi, que Pío XII conocía perfectamente bien, a pesar de su silencio total durante la guerra en cuanto a uno de los temas más importantes.(E.G. Guenter Lewy, The Catholic Church and Nazi Germany (Mc Graw-Hill, 1964), p. 300-304). Si el Papa hubiera protestado, como los representantes de las organizaciones judías y de las Fuerzas Aliadas le rogaron que hiciera, hubiera condenado a su propia iglesia. Los hechos son ineludibles:
"En 1936, el obispo Berning de Osnabruch, había hablado con el Fuehrer por más de una hora. Hitler le aseguró a su señoría que no había una diferencia fundamental entre el Socialismo Nacional y la Iglesia Católica. Hitler arguyó diciendo, ¿acaso la iglesia no miraba a los judíos como si fueran parásitos y los encerraba en los guetos? "Sólo estoy haciendo", exclamó, "lo que la iglesia ha hecho durante mil quinientos años, pero más eficazmente". Siendo que Hitler mismo era católico, le dijo a Berning que él "admiraba y quería promover el cristianismo". (De Rosa, op. cit., p. 5; Lewy, op. cit., p. 111)
Desde hace 2000 años, Dios clama desde el cielo:
" Salid de ella, pueblo mío ..."
(Apocalipsis 18:4)
(Transcrito del maravilloso Link: http://www.geocities.com/conocereislaverdad/lagranramera.htm)