Estaba pensando: Si alguien piensa que puede salvarse a sí mismo, y que su justicia propia le bastará delante de Dios, yo le pediría encarecidamente que no insulte a su Salvador.
El amor de Dios...
Su amor sigue siendo incondicional. Él tiene en cuenta mis debilidades y aunque sigo llegando tarde a tantos y tantos encuentros, sorprendentemente, siempre me espera.
"Si Jesús no resucitó, vacía es nuestra fe", afirmó luego un seguidor llamado Pablo. Ese es el sello, el seguro, la denominación de origen de lo que es el verdadero cristianismo. Sin intermediarios, méritos humanos, filosofías huecas, ni ritos religiosos. Sólo por su amor, su gracia y su poder.
La gratitud es como ese hilo invisible que te conecta a Dios, que no te permite separarte de El, que te impulsa una y otra vez a venir ante Dios y recordar, que en El somos lo que somos, y que por El tenemos lo que tenemos.
Eso es lo que siempre hizo el Señor Jesús, pronunciar palabras que dan vida, que curan, que llegan al corazón, palabras que consuelan… El mismo se definió como la "Palabra viva". Sus palabras no sólo llegan al corazón, sino que nos hacen disfrutar de la paz. Las palabras del Señor nos llenan de libertad porque la verdad nos hace libres.
Jesús dijo que "los verdaderos adoradores, adorarán al Padre con espíritu y con verdad" -Juan 4:24.
Esta palabras invitan a no creer cualquier cosa. Aceptar ese reto tendría un efecto liberador, porque "conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" Juan 8:32
Los hombres no quisieron ni quieren la verdad porque no quieren la libertad, porque la temen, porque pesa demasiado sobre sus hombros. Por eso prefirieron a Barrabás a Cristo.
La gratitud es como ese hilo invisible que te conecta a Dios, que no te permite separarte de El, que te impulsa una y otra vez a venir ante Dios y recordar, que en El somos lo que somos, y que por El tenemos lo que tenemos.
Por eso, permanecer en Cristo da seguridad. Cuando tenemos una comunión estrecha con Él no estamos solos.
¡Dejemos de hablar tanto y tomemos tiempo para escuchar! Escuchemos la Palabra de Dios. Quedémonos en silencio y dejemos que Él nos hable. Y cuando estemos en silencio esperando en Él, escucharemos un susurro, una suave voz.
Elías supo de ese silencio cuando escuchó .- Y tras el fuego se escuchó un silbo apacible y delicado.
En la Biblia podemos ver que el diablo usa la Palabra de Dios, pero siempre lo hará de forma distorsionada para engañar a la gente. Por lo tanto, es necesario tener comunión con Dios y la presencia del Espíritu Santo. Él es quien puede darnos discernimiento para entender la voz distorsionada del diablo.