"Las dudas del cristiano en cuanto a fe,
se aclaran con la Biblia;
para todo lo demás existe Google"
mi muy apreciada Manhattan, termino hoy mi andadura de debate en este foro.
Ni millones de comentarios ni páginas pueden cambiar las ideas preconcebidas de quienes escriben en él.
Y tu sabes, por tiempos pasados, al igual que yo, que es perder mucho tiempo en discusiones inútiles pudiendo hacer otras cosas en la vida cotidiana sin necesidad de estar conectado demasiado tiempo al ordenador, la vida real está fuera del ordenador, no dentro de él.
Tú sigue en tu sección, el cual es un granito de arena que se puede llevar a cabo sin menoscabar la vida normal.
Yo, de vez en cuando entraré sólo a leer tu agradable sección, sin enredarme en multitud de temas que no tienen final.
Y para tí, dejo también esta frase:
Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
Facundo Cabral (cantautor)
Ha sido un gran placer reencontrarte de nuevo.
Un gran abrazo y que el Señor siga a tu lado como siempre lo a estado.
Tu amigo de detrás del monitor
Halcón Estelar.
Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
Facundo Cabral (cantautor)
Siempre que entro acá encuentro una frase que me da aliento, gracias hermana Manhattan.
Su bendición está contigo.
El Agricultor
Un hombre tenía un sembrado de flores estupendas; cada día salían de su cultivo centenares de paquetes a vender a la ciudad con las flores más bellas y fragantes que nadie pudiera conocer.
Este señor año por año ganaba el premio a las flores más grandes y de mejor calidad y como era de esperarse era la admiración de todos en la región; un día se acercó un periodista de un canal de televisión a preguntarle el secreto de su éxito, a lo que el hombre contestó: - Mi éxito se lo debo a que de cada cultivo saco las mejores semillas y las comparto con mis vecinos, para que ellos también las siembren.
- ¿Cómo?- respondió el periodista- pero eso es una locura, acaso no teme que sus vecinos se hagan famosos como usted y le quiten su importancia?
El hombre dijo: – Yo lo hago porque al tener ellos buenos sembrados el viento va a devolver a mi cultivo buenas semillas y la cosecha va a ser mayor; si no lo hiciera así ellos sembrarían semillas de mala calidad que el viento traería a mi cultivo y cruzaría las semillas, haciendo que mis flores sean de mala calidad.
Lo mismo ocurre en nuestra vida. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, pues el bienestar de cada uno está unido al bienestar común.
Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo. Gálatas 6:2