Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre. Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo. Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay otro! Pero si alguno ha pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo.
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Él es nuestra paz. Por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Por eso, Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que, interviniendo muerte para la remisión de los pecados cometidos bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
I Ti.2:5 Heb.2:24 Is.45:22 I Jn.2:1 Ef.2:13,14 Heb.9: 12,15 ; 7:25
"Hizo de su vida el mejor de sus libros". Esta frase, que alguien dijo del filósofo judío cristiano Emmanuel Levinas cuando murió, me causó un notable impacto. Pensaba en mi propia vida. ¿Puede haber mejor resumen y elogio? Me hizo reflexionar sobre un principio bíblico muy importante para el creyente: lo más importante en esta vida no es hacer, sino ser.
No es lo que leemos, sino lo que recordamos, lo que nos hace eruditos. No es lo que nos proponemos, sino lo que hacemos, lo que nos hace útiles. Y, no son unos cuantos deseos tenues, sino una lucha de por vida, lo que nos hace valientes." ♥
No entendemos, Jesús, no entendemos más de lo que queremos entender y, además, el miedo a enfrentarnos con la realidad nos ciega ante el presente y el futuro.
Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.
De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.
Cristo nos marca la pauta. Cristo es el referente, y no ningún pontífice o pastor descabellado. Pero a veces, aun los que esto dicen saber, prefieren seguir a los segundos.
“Señor. Gracias porque tu amor es tierno y dulce. Hoy estoy delante de ti para decirte, muchas gracias porque prometes oírme, rescatarme y honrarme". Amen.